Tur­quía. Ex espía tur­co dete­ni­do en Argen­ti­na hace explo­si­vas denun­cias con­tra el gobierno de Erdogan

Por San­tia­go O’Donnell, Resu­men de Medio Orien­te, 10 de enero de 2021.

foto: (izquier­da) Ser­kan Kur­tu­lus, el hom­bre que sabe demasiado

Acu­sa­do de mafio­so, dice que el gobierno de Erdo­gan ven­de armas al Esta­do Islá­mi­co, derri­bó un avión ruso en Siria y es res­pon­sa­ble de ase­si­na­tos y extorsion.

1. Serkan Kurtulus con sus armas, cuando trabajaba para el servicio secreto turco. 2.Para Kurtulus era un orgullo ayudar a la guerrilla turcomana. 3. La detención de Kurtulus en Puerto Madero.(Telam)

1. Ser­kan Kur­tu­lus con sus armas, cuan­do tra­ba­ja­ba para el ser­vi­cio secre­to tur­co. 2.Para Kur­tu­lus era un orgu­llo ayu­dar a la gue­rri­lla tur­co­ma­na. 3. La deten­ción de Kur­tu­lus en Puer­to Madero.(Telam) 

El hom­bre que sabe dema­sia­do lla­ma a la casa de su tra­duc­tor, un antro­pó­lo­go y acti­vis­ta por los dere­chos huma­nos kur­do que vive en Vicen­te López y mane­ja un local de comi­da arme­nia en San Tel­mo. Se comu­ni­ca des­de la cár­cel de Ezei­za poco des­pués de las ocho de la noche, cuan­do el encie­rro noc­turno lo hace sen­tir un poco más segu­ro. Lla­ma por­que sabe muy bien que la expo­si­ción de su caso pue­de evi­tar­le el des­tino que sue­le aguar­dar­le a quie­nes se encuen­tran en su situa­ción. Per­te­ne­ce a esa rara espe­cie huma­na que com­po­nen los espías que se han que­da­do sin cober­tu­ra: nece­si­ta hablar y mos­trar­se para evi­tar que sea dema­sia­do fácil matar­lo. El hom­bre que sabe dema­sia­do ha desa­rro­lla­do un salu­da­ble ins­tin­to de superviviencia.

“Por supues­to que hubie­ra pre­fe­ri­do no haber vivi­do tan­tas cosas ni haber­me ente­ra­do de tan­tas cosas,” dice por telé­fono a tra­vés de su tra­duc­tor. “Pero como viví lo que viví, estoy pen­san­do siem­pre en denun­ciar los crí­me­nes del gobierno tur­co y si pue­do sal­var aun­que sea a un solo joven, hacer­lo que pare de tra­ba­jar para este gobierno ase­sino, para mí es un honor.”

Ser­kan Kur­tu­lus, así se lla­ma, es el arre­pen­ti­do más famo­so de Tur­quía. Su caso ha gene­ra­do una gran expec­ta­ti­va inter­na­cio­nal, espe­cial­men­te en Tur­quía, pero tam­bién en Euro­pa y Esta­dos Uni­dos, don­de se han escri­to dece­nas de artícu­los sobre él.

Kur­tu­lus dice que el gobierno tur­co pre­si­di­do por Recep Tay­yip Erdo­gan le ven­de armas gru­po terro­ris­tas como el Esta­do Islá­mi­co y el suce­sor de Al Qae­da, Al Nus­ra, y que tie­ne nom­bres, tes­ti­mo­nios y gra­ba­cio­nes que prue­ban su acu­sa­ción. Tam­bién dice saber de gol­pi­zas, extor­sio­nes, aten­ta­dos y has­ta el derri­bo de un avión ruso, accio­nes del ser­vi­cio secre­to tur­co sobre las cua­les esta­ría en con­di­cio­nes de apor­tar valio­sa infor­ma­ción. Se des­cri­be a sí mis­mo como un patrio­ta enga­ña­do y dice que si es envia­do a una Tur­quía don­de no hay jus­ti­cia, su vida no val­drá un centavo.

En cam­bio el gobierno tur­co pro­cla­ma com­ba­tir toda for­ma de terro­ris­mo codo aco­do con sus alia­dos de la OTAN y regir­se bajo las nor­mas de un Esta­do de dere­cho. Y denun­cia en docu­men­tos pre­sen­ta­dos ante la jus­ti­cia argen­ti­na que Kur­tu­lus es un mafio­so, un matón que se ven­de al mejor pos­tor y el autor mate­rial o inte­lec­tual de 32 hechos arma­dos, inclu­yen­do dos ase­si­na­tos por encargo.

En ulti­ma ins­tan­cia será el gobierno argen­tino quien ten­drá que deci­dir a quién le cree. O al menos cuán­to valo­ra las pala­bras de su pri­sio­ne­ro en rela­ción a las del régi­men que lo reclama.

Ser­kan Kur­tu­lus nació en 1978 en una fami­lia de comer­cian­tes ultra­na­cio­na­lis­tas. Dice que su voca­ción de ser­vi­cio des­de joven lo lle­vó a ingre­sar al ser­vi­cio secre­to tur­co, don­de reci­bió entre­na­mien­to mili­tar. En el 2013 fue envia­do a Siria para espiar a los gru­pos arma­dos que actua­ban y siguen actuan­do en ese tea­tro de ope­ra­cio­nes del otro lado de la fron­te­ra sur de su país. Dos años más tar­de fue con­de­co­ra­do por eva­cuar del nor­te de Siria a gue­rri­lle­ros tur­co­ma­nos heri­dos y lle­var­los a res­guar­do en terri­to­rio tur­co, sal­ván­do­les la vida. Para un joven con la for­ma­ción de Kur­tu­lus, expli­ca, nada más patrió­ti­co que luchar en Siria, siguien­do el ideal de una gran nación que se extien­da des­de Mon­go­lia has­ta Tur­quía, here­de­ra de los impe­rios de Ati­laGen­gis Kan, como han soña­do gene­ra­cio­nes de nacio­na­lis­tas panturcos.

En Siria, dice Kur­tu­lus, se dio cuen­ta que Tur­quía, sien­do miem­bro de la prin­ci­pal la alian­za mili­tar de Occi­den­te, la OTAN, le ven­día en secre­to armas al Esta­do Islá­mi­co, el gru­po terro­ris­ta más odia­do y temi­do por los supues­tos alia­dos de Tur­quía, los euro­peos y los estadounidenses.

El des­cu­bri­mien­to lo per­tur­bó. O al menos eso le dijo al juez fede­ral argen­tino Mar­ce­lo Mar­ti­nez de Gior­gi en un escri­to que pre­sen­tó el año pasa­do argu­men­tan­do en con­tra de su extradición.

“Duran­te mis dis­tin­tas misio­nes en Siria fui tes­ti­go y des­cu­brí que la orga­ni­za­ción de inte­li­gen­cia del gobierno del AKP de Tur­quía ayu­da­ba a dis­tin­tas orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas tales como Isis (Esta­do Islá­mi­co) y Al Nus­ra”, escri­bió. “A par­tir de ese momen­to empe­cé a cues­tio­nar la polí­ti­ca del gobierno tur­co que pre­sen­ta­ba a estos terro­ris­tas como com­ba­tien­tes de la demo­cra­cia de Siria. Cuan­do yo le pre­gun­té a mis supe­rio­res, ¿por qué Tur­quía está entre­gan­do armas a estas orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas? la res­pues­ta de mis supe­rio­res fue así: ´Los esta­mos usan­do con­tra los Kur­dos y el gobierno de Siria, una vez que ter­mi­na­mos con ellos vamos a man­dar a Isis y a Al Nus­ra a la basu­ra´. Mi misión era reco­ger infor­ma­cio­nes sobre estas orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas peli­gro­sas y vi que estas mis­mas orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas eran pro­te­gi­das y ayu­da­das por mi gobierno. Fue en ese momen­to que deci­dí reti­rar­me de Siria.”

De regre­so a Tur­quía en 2016, Kur­tu­lus no la habría pasa­do bien. Ese año Erdo­gan sufrió un inten­to de gol­pe por par­te de su ex socio, el clé­ri­go Fetu­llah Gulen, hoy exi­lia­do en Esta­dos Uni­dos, lo cual dio pie a una gigan­tes­ca pur­ga en el esta­do y las fuer­zas arma­das, acom­pa­ña­da por una bru­tal repre­sión de opo­si­to­res, crí­ti­cos y perio­dis­tas no ali­nea­dos. Kur­tu­lus con­fie­sa que en ese con­tex­to el gobierno de Erdo­gan en su región, la pro­vin­cia de Esmir­na, lo usó para extor­sio­nar a comer­cian­tes a cam­bio de no acu­sar­los fal­sa­men­te de gol­pis­tas, y que tam­bién le dio una pali­za en una pla­za públi­ca a un perio­dis­ta que moles­ta­ba a sus jefes. Para enton­ces, dice, ya acu­mu­la­ba muchas dudas acer­ca de lo que le pedían que haga en nom­bre de la patria. La pre­gun­ta cae de madu­ra. ¿Cómo no se dio cuen­ta antes?

“Es que yo fui mani­pu­la­do des­de mi juven­tud con una ideo­lo­gía ultra­na­cio­na­lis­ta,” con­tes­ta por telé­fono a tra­vés de su tra­duc­tor ofi­cial ante la jus­ti­cia argen­ti­na, Meh­met Dogan. “Noso­tros creía­mos que los arme­nios, los kur­dos, los grie­gos y los judíos son el enemi­go de la patria tur­ca. Antes, los que gol­pea­ban a los perio­dis­tas eran héroes para mí, aho­ra me arre­pien­to de haber par­ti­ci­pa­do en esos actos.”

Kur­tu­lus dice que se ter­mi­nó de con­ven­cer de que tenía que rom­per con el régi­men cuan­do le orde­na­ron que ase­si­na­ra a un famo­so perio­dis­ta tur­co y a un reli­gio­so esta­dou­ni­den­se no menos notorio.

El perio­dis­ta, Can Dun­dar, había fil­ma­do, foto­gra­fia­do y publi­ca­do imá­ge­nes en 2015 de una tran­sac­ción de armas entre Tur­quía y el Esta­do Islá­mi­co en Siria. Dete­ni­do por reve­lar secre­tos de esta­do, sufrió un aten­ta­do en pleno jui­cio y esca­pó del país para asi­lar­se en Ale­ma­nia, país que negó su extra­di­ción a Tur­quía, don­de fue con­de­na­do en ausen­cia a 27 años de cár­cel por espio­na­je y terro­ris­mo. Dun­dar ha hecho públi­co su opo­si­ción a la extra­di­ción de Kur­tu­lus, a quien con­si­de­ra un tes­ti­go cla­ve para que otros ex miem­bros arre­pen­ti­dos del apa­ra­to repre­si­vo de Erdo­gan empie­cen a con­tar lo que saben. “Kur­tu­lus tie­ne mucho para decir y pue­de ser un ejem­plo impor­tan­te para que otros empie­cen a denun­ciar. Si vuel­ve a Tur­quía es muy posi­ble que lo maten,” dijo a Página/​12 des­de Alemania.

El reli­gio­so esta­dou­ni­den­se al que tenía que matar, dice Kur­tu­lus, era nada menos que Andrew Brun­son, pas­tor evan­gé­li­co de la Igle­sia de la Resu­rrec­ción de Esmir­na. Dete­ni­do en 2016, acu­sa­do de aso­ciar con terro­ris­tas y con Gulen, Brun­son se con­vir­tió en la mone­da de cam­bio que for­jó la alian­za entre Erdo­gan y Trump una vez que el pas­tor fue libe­ra­do en 2018 y el pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se levan­tó sus san­cio­nes eco­nó­mi­cas a la eco­no­mía tur­ca. En su decla­ra­ción a la jus­ti­cia argen­ti­na y en varias entre­vis­tas que dio a medios loca­les y extran­je­ros des­de la cár­cel de Ezei­za Kur­tu­lus ase­gu­ra que en 2016 sus jefes del ser­vi­cio secre­to de Erdo­gan en la pro­vin­cia de Esmir­na le orde­na­ron que mate al pas­tor en la cár­cel utli­zan­do como mano de obra a jóve­nes que pue­dan ser vin­cu­la­dos a Gulen, de mane­ra tal de que Trump crea que Gulen orde­nó matar a al cle­ri­go y se con­ven­za de entre­gar­lo a las auto­ri­da­des turcas.

Fue la gota que rebal­só el vaso, dice Kur­tu­lus. En sep­tiem­bre de 2016 par­tió a Geor­gia. Cru­zó la fron­te­ra con su docu­men­to de iden­ti­dad, sin que exis­tie­ra denun­cia algu­na que le impi­die­ra salir del país. Al con­tra­rio: sus jefes se habían encar­ga­do de borrar toda hue­lla de sus gol­pi­zas y aprie­tes. Tam­po­co tenía pro­ble­mas eco­nó­mi­cos. Su fami­lia tenía un buen pasar, eran due­ños de nego­cios y con­ce­sio­na­rios de autos en Ale­ma­nia y Tur­quía. Él mis­mo no tar­dó en abrir un hotel en Geor­gia. Pero su con­cien­cia no lo deja­ba tranquilo.

Empe­zó a denun­ciar al gobierno de Erdo­gan a tra­vés de las redes socia­les. En las mis­mas pági­nas de Face­book, Twit­ter, e Ins­ta­gram en las que había posa­do orgu­llo­so con su AK 47 duran­te su misión en Siria, aho­ra habla­ba de tran­sac­cio­nes entre el gobierno tur­co y el Esta­do Islá­mi­co, impli­ca­ba al ser­vi­cio secre­to tur­co en el derri­bo de un avión caza ruso en el 2015 en Siria y con­ta­ba cómo lo habían con­tra­ta­do para matar a Dun­dar y a Brunson.

Recién enton­ces Tur­quía pidió su cap­tu­ra, dice Kur­tu­lus. No por los crí­me­nes que había come­ti­do y el gobierno había tapa­do, sino por 32 hechos arma­dos ocu­rri­dos en Tur­quía, la mayo­ría de ellos en 2017 y 2018 cuan­do él vivía en Geor­gia. Según el pedi­do de cap­tu­ra pre­sen­ta­do a la jus­ti­cia argen­ti­na por las auto­ri­da­des tur­cas vía Inter­pol, Kur­tu­lus diri­gía una aso­cia­ción ilí­ci­ta y orde­na­ba los crí­me­nes des­de Geor­gia. El pedi­do de extra­di­ción de Tur­quía no fue acep­ta­do por Geor­gia y Kur­tu­lus fue nom­bra­do refu­gia­do por la Cruz Roja. Dice que con­ti­nuó con sus denun­cias has­ta que Tur­quía man­dó a Geor­gia un equi­po de sica­rios para matarlo. 

Enton­ces el gobierno de Geor­gia, des­pués de des­ba­ra­tar el aten­ta­do, le dio a Kur­tu­lus y a otro asi­la­do tur­co lla­ma­do Lider Cam­goz pasa­por­tes de Geor­gia ver­da­de­ros pero con nom­bres fal­sos y les pidió que se mar­cha­ran. Con esos docu­men­tos cru­za­ron la fron­te­ra a Azer­bai­ján y de ahí a Mace­do­nia, bur­lan­do el pedi­do de cap­tu­ra inter­na­cio­nal que seguía vigen­te a pesar del recha­zo de Geor­gia. “No sabía­mos cómo ni dón­de seguir. Con el tras­cur­so de los días nos ente­ra­mos que la Repú­bli­ca de Colom­bia no tie­ne tra­ta­do de extra­di­ción con Tur­quía, por lo cual nos com­pra­mos bole­tos de avión hacia Colom­bia,” Kur­tu­lus escribió.

Kur­tu­lus y Cam­goz están pre­sos en Ezei­za des­de junio, seis meses des­pués de lle­gar a la Argen­ti­na. Los habría dela­ta­do un emplea­do de la emba­ja­da de Tur­quía lla­ma­do Ozgur Demir. Según Kur­tu­lus, Demir es un trai­dor que los había alen­ta­do a via­jar a este país, pre­su­mi­ble­men­te para ayu­dar­los y sin decir­les para quien tra­ba­ja­ba. “Dijo que nos podría ayu­dar para sacar­nos de Inter­pol y vivir el res­to de nues­tras vidas en un país don­de se res­pe­tan los dere­chos huma­nos y la demo­cra­cia,” escri­bió Kur­tu­lus al juez argen­tino. Vivie­ron en Paler­mo y Puer­to Made­ro mien­tras Demir les tra­mi­ta­ba sus pape­les de resi­den­cia en la Argen­ti­na. Poco des­pués de des­cu­brir que Demir tra­ba­ja­ba para la emba­ja­da tur­ca caye­ron pre­sos en Puer­to Made­ro. A las pocas horas el gobierno tur­co pre­sen­tó todos los pape­les para la extra­di­ción de ambos, cuen­ta una fuen­te judi­cial. A su vez Kur­tu­lus y Cam­goz pidie­ron que Argen­ti­na los acep­te como refugiados.

Página/​12 inten­tó comu­ni­car­se con Demir, el pre­sun­to dela­tor, y dio con su máqui­na con­tes­ta­do­ra en la emba­ja­da de Tur­quía. Pero un fun­cio­na­rio de esa depen­den­cia dijo que Demir no tra­ba­ja más en la sede diplo­má­ti­ca y no sabe si per­ma­ne­ce en la Argen­ti­na. Tam­bién se le pidió una entre­vis­ta al emba­ja­dor tur­co, Sefik Vural Altay, a tra­vés de su jefa de pren­sa, pero al cie­rre de esta edi­ción no había respondido.

En diciem­bre Mar­tí­nez de Geor­gi falló en favor de la extra­di­ción. Cer­ca del juez expli­can que se tra­tó de un fallo téc­ni­co. La sen­ten­cia acla­ra que no se inves­ti­ga­ron los hechos denun­cia­dos en el pedi­do de cap­tu­ra por­que por ley dicha eva­lua­ción le corres­pon­de a quie­nes deben resol­ver el pedi­do de refu­gio. El juez tam­bién dio lugar a una ape­la­ción ante la Cor­te Supre­ma y supe­di­tó el tras­la­do a Tur­quía al resul­ta­do de la ape­la­ción y el pedi­do de refu­gio. En caso de que ambas ins­tan­cias no pros­pe­ren, el gobierno argen­tino a tra­vés de su can­ci­lle­ría ten­drá la últi­ma pala­bra. Como nación sobe­ra­na pue­de acep­tar o negar el pedi­do de Turquía.

Está cla­ro que si el pedi­do de refu­gio o la ape­la­ción judi­cial pros­pe­ra­sen, Alber­to Fér­nán­dez evi­ta­ría la incó­mo­da situa­ción de tener que ele­gir entre com­pla­cer al gobierno tur­co o a los opo­si­to­res al régi­men de Erdo­gan den­tro y fue­ra de Turquía.

La deci­sión de dar­le refu­gio o no a Kutu­lus y su lade­ro Cam­goz recae sobre la Cona­re (Comi­sión Nacio­nal de Refu­gia­dos), un orga­nis­mo esta­tal inte­gra­do por fun­cio­na­rios de cua­tro minis­te­rios del gobierno nacio­nal y el Inadi (con voz y voto) y del Alto Comi­sio­na­do de Nacio­nes Uni­das para los Refu­gia­dos (ACNUR) y de ONGs loca­les (con voz pero sin voto).

El Cona­re ha reci­bi­do car­tas de la Aso­cia­ción de Dere­chos Huma­nos de Tur­quía, de la Liga por los Dere­chos Huma­nos de Argen­ti­na, asi como de perio­dis­tas tur­cos, inclu­so del que fue gol­pea­do por Kur­tu­lus, pidien­do que no lo man­den de vuel­ta a Tur­quía. Se espe­ra una deci­sión para fines de enero o prin­ci­pios de febrero.

Mien­tras tan­to el gobierno tur­co ha esta­do acti­vo en sen­ti­do con­tra­rio a los perio­dis­tas y acti­vis­tas por los dere­chos huma­nos que pidie­ron por Kur­tu­lus. Al menos eso da a enten­der el diá­lo­go tele­fó­ni­co que Kur­tu­lus man­tu­vo des­de la cár­cel de Ezei­za con Ahmet Aziz Nesin, un perio­dis­ta tur­co exi­lia­do en Paris, hijo del famo­so escri­tor Aziz Nesin. La entre­vis­ta com­ple­ta fue subi­da a You­Tu­be. Entre otras cosas se dije­ron esto:

–Nesin: La dele­ga­ción que lle­gó de Tur­quía a Argen­ti­na, ¿sigue en Argentina?

–Kur­tu­lus: Dicen que sí, que está acá. Que hay un equi­po de cua­tro per­so­nas que está acá por nues­tro caso.

–N: ¿Cuál es su objetivo?

–K: Lo que escu­ché es que están esta­ble­cien­do rela­cio­nes con el gobierno, tra­tan­do de con­ven­cer a las auto­ri­da­des de aquí para lle­var­me a Tur­quía. No sé que tipo de tra­ba­jo hacen ellos acá pero sé que quie­ren lle­var­me, obte­ner mi extradición.

–N: Según las con­ven­cio­nes inter­na­cio­na­les de refu­gia­dos no creo que acep­te Argen­ti­na tal extradición.

–K: Geor­gia recha­zó el pedi­do de Tur­quía pero no sé como fun­cio­na acá.

–N: Eso lo sabe muy bien el gobierno tur­co, que no pue­de obte­ner tu extra­di­ción. Por eso te pre­gun­té con qué obje­ti­vo vino esa delegación.

–K: No sé, no sé. Escu­ché algu­nos rumo­res pero lo no sé.

fuen­te: P/​12

Itu­rria /​Fuen­te

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