Resumen Latinoamericano, 11 de enero de 2021.
Ucrania ha entrado en su séptimo año post-Maidan. Hay diferentes maneras de tratar lo que ocurrió en febrero de 2014 en Kiev: desde revolución de la dignidad hasta el cínico golpe de Estado. Pero hay algo de lo que no hay duda: lo ocurrido tuvo su impacto más negativo en Donbass, donde estalló una guerra civil que continúa desde aquel año.
Teniendo en cuenta que ha terminado un año y ha empezado otro, creo que tiene sentido recordar los principales hitos de la historia de las dos Repúblicas Populares, tomando como punto de partida, como es natural, el inicio de Maidan en Kiev. Será algo subjetivo: es difícil mencionar en un solo artículo todos los obstáculos a los que se ha enfrentado Donbass en estos largos años de guerra, así que hablaré de los que considero más significativos.
Los únicos herederos del Estado de Ucrania
Si analizamos la reacción de los residentes de las antiguas regiones de Donetsk y Lugansk al golpe de Estado en Kiev desde el punto de vista legal, resulta que fue Donbass, que se negó rotundamente a aceptar la violenta usurpación del poder por parte de radicales de derechas en febrero-marzo de 2014, el único heredero de las autoridades legítimas de Ucrania antes de la declaración de independencia. Fue, en ese sentido, el único lugar en el que Ucrania siguió manteniendo la Constitución y las leyes del país.
Sin embargo, desde el inicio de la operación antiterrorista infringiendo la legislación ucraniana, y sin base legal alguna para calificar a los ciudadanos de la RPD y la RPL como terroristas, se hizo evidente que tendría que haber un divorcio de Kiev. Fue inevitable desde el momento en que comenzó la guerra y se derramó sangre por primera vez. Era imposible permanecer como parte de un Estado que, contra su propia Constitución, usó al ejército y los batallones territoriales reclutados entre los nacionalistas más radicales contra sus propios ciudadanos y, sin dudarlo, comenzó a matar.
Fue Kiev quien, contra su legislación y el derecho internacional, usó aviación de combate contra las Repúblicas de Donbass bombardeando Lugansk el 2 de junio de 2014. Hay que insistir en que el bombardeo no fue contra objetivos militares ‑como puestos de control (aunque aun así habría sido contrario a la legalidad- sino contra objetivos civiles en el centro de la ciudad. Fue un acto de intimidación dirigido fundamentalmente contra la población civil y en el que hubo muertos y heridos.
Un referéndum para establecer la soberanía propia
La primera ley adoptada por el Parlamento dos días después del golpe fue la ley que abolía el derecho de las regiones a elegir su lengua de comunicación y de los registros oficiales. Con esta ley, Donbass, de habla rusa prácticamente al 100%, debía traducirlo todo al ucraniano. Era una ucranización violenta que ni los diputados ni los radicales, procedentes fundamentalmente del oeste del país, escondían en Kiev.
El entonces presidente en funciones del país, Oleksandr Turchinov, vetó la ley (aunque más adelante entró en vigor), pero pocas semanas después decretó el inicio de una “operación antiterrorista” en el país. No es accidental el uso de comillas, ya que no hay un solo documento en el que los residentes de Donbass hayan sido reconocidos legalmente como terroristas. Pero eso no impidió que las autoridades decretaran una “operación antiterrorista” y enviaran tropas contra la población civil.
A partir de las llamadas “centurias de Maidan”, en ocasiones también con bandidos y criminales, se crearon los batallones voluntarios, que fueron enviados a la “zona ATO” para aplastar la “rebelión de Donbass”, aunque en realidad era contra quienes no habían aceptado los resultados del violento cambio de régimen.
Más adelante (fundamentalmente en 2015), varios batallones, como el batallón Tornado, fueron reconocidos incluso por los tribunales ucranianos como organizaciones criminales, ya que usaban la tortura, violaciones y ejecuciones extrajudiciales y robaron a la población civil (residentes de Donbass que se encontraron en los territorios controlados por esos batallones). Aun así, muchos de esos violadores, asesinos y ladrones consiguieron escapar del castigo y solo unos pocos acabaron en prisión en Ucrania.
Pero volvamos a 2014. Al constatar que en la capital habían tomado el poder los nacionalistas y enviaron al ejército contra Donbass, los ciudadanos de las Repúblicas realizaron un referéndum en el que se mostró el deseo de unirse a la Federación Rusa. Después, comprendiendo que, según sus obligaciones internacionales, Rusia no podía incluir a Donbass en la Federación Rusa, las Repúblicas comenzaron a construir sus estructuras estatales para deshacerse finalmente de la subordinación de Kiev. Era la única forma de preservar la identidad rusa y la vida en el contexto de la orgía nacionalista que había comenzado en Kiev.
Construcción estatal durante la guerra
El proceso de construcción de las estructuras estatales parecía imposible en el contexto de las batallas más duras en 2014 y 2015. De hecho, hubo que empezar desde cero, ya que los antiguos cargos de la etapa de Yanukovich abandonaron sus puestos desde la fase inicial de las protestas. Es decir, las personas que acudieron al frente o a las administraciones públicas fueron gente corriente, que no siempre tenía el conocimiento y las habilidades necesarias.
El resultado del reclutamiento espontáneo fue caótico, algo que conozco bien de los tiempos de Abjasia y Osetia del Sur. La base de los primeros tiempos fue la arbitrariedad de los militares y la incompetencia de los nuevos líderes. Donbass tardó dos años en acabar con los excesos y desequilibrios en la milicia y en las estructuras estatales, que desacreditaban a las jóvenes repúblicas.
Rusia solo apoyó a los rebeldes
Es importante saber que Rusia no entró inmediatamente en lo que ocurría en Donbass. Hasta entonces, Moscú se había relacionado con el Partido de las Regiones de Yanukovich, que rápidamente dejó de existir como fuerza política y no fue fácil comprender este conflicto que se desarrollaba rápidamente y en el que había que depender de líderes autoproclamados. El Kremlin esperó un tiempo. Toda acusación de que era Rusia quien instigaba las protestas es falsa. Todo lo que ocurrió en Donbass procedió directamente de la gente y de las tradiciones de una comunidad que se creó en poco tiempo.
¿Por qué se levantó Donbass con las armas en la mano, como lo habían hecho sus antepasados, y qué hizo que mineros, taxistas, ingenieros y hasta empresarios acudieran a la milicia a defender su tierra? Las tradiciones, la lengua, los valores, la memoria del heroísmo de la Gran Guerra Patria, cuyo recuerdo querían destruir los radicales de extrema derecha que habían llegado al poder en Kiev. Ese fue el origen de la nueva comunidad rusa que salió a defender el mundo ruso, que tenía como frontera a Donbass.
La asistencia rusa ‑económica, financiera, humanitaria, con asesores civiles y militares y voluntarios- puede considerarse un factor decisivo. Sin Rusia, Donbass habría tenido difícil sobrevivir y especialmente construir sus estructuras estatales, especialmente teniendo en cuenta el bloqueo impuesto por Ucrania y las sanciones impuestas por Occidente. Donbass solo pudo contar con Rusia como asistencia en esa situación.
Tuvieron un enorme papel los acuerdos de Minsk, iniciados por Rusia, que hicieron posible una tregua que, aunque frecuentemente infringida, redujo la intensidad de las hostilidades y Donbass pudo centrarse en la esfera civil y en engrasar los mecanismos estatales.
Los acuerdos de Minsk y el futuro de Donbass
A día de hoy, los acuerdos de Minsk parcialmente determinan el estatus legal de las Repúblicas de Donbass. También detallan una forma en la que Ucrania podría recuperar esos territorios con derechos de autonomía. Recuerden que los primeros acuerdos de Minsk fueron firmados por Poroshenko en septiembre de 2014 y que fueron finalmente formulados en febrero de 2015. Pero no determinan solo el estatus legal de las Repúblicas, sino también la transferencia del poder y la transición de la RPD/RPL a la jurisdicción ucraniana según ciertas condiciones políticas y sociales.
Sin embargo, ni Petro Poroshenko ni Volodymyr Zelensky han cumplido gran parte de los puntos. Ni siquiera después de que Occidente propusiera la “fórmula Steinmeier” (entonces ministro de Asuntos Exteriores de Alemania), Ucrania cumplió con sus obligaciones. Los motivos ya son evidentes a todos los participantes del formato de negociación de Normandía. Ucrania simplemente no está interesada en implementar los acuerdos de Minsk, no está interesada en recuperar los territorios y, especialmente, la población.
Motivos políticos: el retorno de Donbass implica el retorno de una población desleal al actual curso nacionalista en el poder y que nunca votarían obedientemente contra Rusia ni aceptarían la actitud radical contra “el país agresor”.
Motivos económicos: el retorno de Donbass implica la necesidad de reconstruir las infraestructuras destruidas por las fuerzas armadas de Ucrania, tanto infraestructura civil como la industria. Ucrania se ha convertido en un rehén financiero de Occidente y no tiene el dinero necesario para hacerlo.
Motivos legales: el retorno de Donbass implica revocar [en Donbass] una serie de actos legislativos que prohíben o restringen el uso de la lengua rusa en el territorio de Ucrania.
Motivos ideológicos: el retorno de Donbass implica una población que rechaza la rusofobia, que se ha convertido en la ideología oficial del Gobierno post-Maidan desde Petro Poroshenko y que ha continuado con Zelensky.
Obligaciones internacionales: ciertos círculos occidentales han influido e influyen sobre Ucrania, que ya ha perdido parte de su independencia para crear un Estado antirruso, es decir, una fuente constante de conflicto con Rusia en el espacio postsoviético. De hecho, Occidente ha puesto a una parte de la población (residentes de Ucrania) contra otra parte del mismo pueblo (Rusia).
Por estos y otros motivos, Kiev no va a implementar los acuerdos de Minsk. En estas circunstancias, la única posibilidad para Donbass como territorio en desarrollo es formar parte de la Federación Rusa de una manera o de otra. No hay más oportunidad para el desarrollo de la RPD y la RPL.
Hay muchos puntos oscuros en la historia de la formación de las estructuras estatales de las dos Repúblicas, algunas de las cuales he mencionado por encima. Pero nada de eso puede ocultar lo más importante: la elección histórica de Donbass. Eso es algo que queda en la memoria y en los libros de historia. El significado de estos actos será más evidente con la distancia, cuando pase el tiempo y todo lo demás sea insignificante.
Fuente: Slavyangrad
Artículo Original: Ukraina.ru