Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 10 de enero de 2021
El programa de Diosdado Cabello, Con el Mazo Dando, ha permitido durante años una inmersión en vivo en la realidad venezolana. Cualquiera que haya tenido la oportunidad de vivir la experiencia, solo puede estar de acuerdo. Así lo confirmaron los invitados internacionales, los cientos de organizaciones, colectivos, mujeres y hombres que cada miércoles participaron del programa en diferentes puntos de la capital o del país donde se rodó.
El capitán entrelaza información, historia, análisis de la conyuntura, con ingenio e ironía. El equipo que lo acompaña conjuga eficazmente las palancas de la comunicación haciendo que el producto cautive tanto a los nacidos en el siglo pasado como a las generaciones más jóvenes. Diosdado siempre presta especial atención a la juventud, recibiendo a cambio un cariño y reconocimiento, muy evidente en los días en que fue golpeado por el covid y el pueblo venezolano llenó la red de buenos deseos.
Auténtico y directo, el capitán afronta los temas abiertamente, e incluso los enemigos de la revolución lo reconocen, ya que siguen su programa meticulosamente. Cada vez, los detractores buscan puntos de apoyo para denigrarlo, pero sus argumentos regularmente se convierten en un boomerang. La parte más mordaz del Mazo es precisamente aquella en la que, a través de videos y articulos, Diosdado se burla de las diatribas internas a la derecha, mostrando las verdaderas motivaciones y los verdaderos intereses que hay detrás.
Una presentación temática de los discursos de Hugo Chávez sirve luego para apoyar los contenidos abordados en cada episodio, permitiendo una retrospectiva coherente, aunque compleja, del camino recorrido por la revolución bolivariana. Y hay una diferencia abismal con los supuestos programas populares que se ven en las pantallas de los países capitalistas, cuya tarea es adormecer el sentido crítico y no estimularlo.
Con Diosdado reímos, cantamos y reflexionamos. Se celebran las fechas históricas que han marcado la lucha de clases en los distintos países, y que los vencedores quisieran cancelar o domesticar. Un formato que tuvo como punto fuerte la participación masiva en el programa de los diversos sectores de la sociedad venezolana, y la interacción con el público, mostrando así la característica distintiva de la revolución bolivariana.
El inicio de la pandemia evidentemente ha obligado a un cambio de marcha que requirió ajustes progresivos. Sin embargo, tras el primer episodio de 2021, el numero 325, y comparándolo con el del año anterior, el 6 de enero de 2020, lo único que se lamenta es no ver las banderas rojas, las caras sonrientes, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, «antioligárquica y antiimperialista», que saluda con el puño cerrado. Por lo demás, este episodio dedicado a la toma de posesión del nuevo Parlamento venezolano siempre ha mantenido alta la atención de los espectadores, comentando hechos internos y de carácter internacional.
El numeral #briza bolivariana 2021 ha resumido los contenidos del programa, dedicado al despertar de los pueblos, tema con el que Diosdado, que ahora lidera el bloque chavista en la AN, abrió su discurso en el hemiciclo. Las imágenes de Estados Unidos, relativas al asalto al Congreso por parte de los fanáticos de Trump, actuaron como contrapeso y como hilo conductor a la reflexion: «Aquí es donde querían llevar a nuestro país – dijo Diosdado – refiriéndose a las políticas golpistas de la marionetas del imperialismo en Venezuela”.
Luego, recordando las declaraciones de quienes, como Marco Rubio, comentaron sobre el asalto llamándolo «del Tercer Mundo», señaló: «No señores, nuestros pueblos no son violentos, los pueblos pobres no son violentos, la violencia la trae el imperialismo. El Tercer Mundo está en tu cerebro, Narco Rubio, si lo tienes ”.
Una verdadera joya fue presentar el video con el discurso del trumpista con cuernos dirigiéndose a los venezolanos, instándolos a liberarse del chavismo y del comunismo que la secta QAnon considera responsable de todos los males … No nos sorprendería, dijo sarcásticamente Diosdado, si acusan a Maduro, como otras veces en el pasado, de financiar el ataque a la «democracia» estadounidense: «un sistema enfermo, que para sostenerse debe robar a los más pequeños, que sigue subestimando a los pueblos, y produce similares reacciones supremacistas, desde los que se creen superiores por el color de su piel o el dinero”.
¿La cura para el supremacismo? Podría ser un buen libro, dijo el capitán, pero lamentablemente, una buena lectura no se puede inyectar con una jeringa … … Y cuando la torpeza se combina con intereses criminales, como en el caso del gobierno de Iván Duque en Colombia, se llega a excluir de la vacuna a los migrantes venezolanos por encontrarse en situación irregular.
El gobierno colombiano es responsable de masacres y robos. Y sin embargo, el golpista Leopoldo López se deja acoger en el programa del presidente colombiano para elogiarlo y lanzar otras acusaciones contra la revolución bolivariana. La intención de ellos es captar cada vez más dinero, denunció Diosdado, presentando las declaraciones de Duque y López sobre nuevas solicitudes de ayuda a la Unión Europea. Y luego preguntó: ¿Alguno de los opositores ha visto el dinero que, en el papel, debería haber estado destinado a ellos?
De ahí vídeos divertidísimos en los que los distintos componentes de la oposición intercambian virulentas acusaciones sobre el robo del botín y sobre sus ineficiencias, llamándose «fósiles» o «muñones congelados de gorilas». De ahí el desenmascaramiento preciso del discurso de «Juanito Alimaña», quien balbucea sobre la democracia y el respeto a la constitución, cuando todos sus actos ‑desde la autoproclamación, hasta el intento de golpe de Estado del 30 de abril, hasta la solicitud de una invasión armada del país s- han ido en el sentido contrario.