Resumen Medio Oriente, 5 de febrero de 2021-.
Este martes 2 de febrero, Riad decidió prohibir la entrada de nacionales de 20 países extranjeros, obviamente con el pretexto de tener que contrarrestar la pandemia de la Covid-19. La agencia de noticias oficial saudí SPA dijo que la prohibición temporal, que entró en vigor a partir de las 9 p.m. del 3 de febrero, afecta a los ciudadanos de los Emiratos Árabes Unidos, Alemania, EEUU, Gran Bretaña. Bretaña, Sudáfrica, Francia, Egipto, Líbano, India, Pakistán y otros.
La decisión también incluye a quienes procedan de otros países si han pasado por uno de estos veinte países, durante los 14 días anteriores a la solicitud de entrada al reino. La entrada de personas excluidas de esta prohibición está sujeta a medidas de precaución, que son determinadas por el Ministerio de Salud de Arabia Saudí.
Nadie cree, sin embargo, que la medida responda a las preocupaciones de salud del régimen. Este último está visiblemente asustado por la perspectiva de la infiltración de “agentes del servicio exterior” en territorio saudí cuya misión sería la de ampliar las manifestaciones en todo el reino. Y esto en un contexto en el que se eliminan los subsidios, falta gasolina, la economía se debilita…. No hay duda de que el gobierno de Bin Salman enfrenta una oposición interna y externa, y se está gestando un intento de golpe contra él.
“Esta hostilidad contra MBS ya ha ganado las filas del ejército saudí, ampliamente probada en Yemen, donde ha pasado de derrota en derrota. Y luego este ejército también está sufriendo la crisis global que está arrasando el reino. Ya ha tenido suficiente opresión, purgas, guerra. Muchos oficiales se oponen a la guerra en Yemen y se dice que incluso han comenzado a pasar información a Ansarulá. Yemen comparte afinidades culturales, históricas y tribales con Arabia”, dijo el secretario general del movimiento saudí Al Karama, Maan al Yarba. “Donald Trump consideraba a Riad como una fuente de ingresos”.
Este concepto no ha cambiado entre los gobiernos estadounidenses. El régimen saudí también se ha convertido en el policía estadounidense en la región, cumpliendo sus órdenes en su nombre. Lo que les importa a los estadounidenses es vender miles de millones de dólares en armas al reino cada año. Mientras Riad juegue este juego, está bien, no importa si es Bin Salman o alguien más. Las próximas semanas serán ricas en trastornos para el clan Salman, incluso si intenta mover las montañas para ganarse el favor de Biden.
Fuente: Al Manar