Resumen Latinoamericano, 16 de febrero de 2021.
foto: Menem con Macri: sobran los epítetos.
Se fue sin que lo lloren las mayorías como al parecer creía que iba a pasar, el presidente Fernández, pero sin embargo el establishment oficialista que no apuesta a la vida sino a la mera sobrevivencia, hizo cola para despedirlo. Otros y otras, los que sufrieron sus políticas devastadoras, hicieron memes, flayers y bromas de todo tipo para de alguna manera exorcisar esa época nefasta que el innombrable encabezó y cuyos flecos aún perduran.
En estos dos textos que publicamos se recuerda al ex presidente como se debe:
LA MUERTE DE LA LACRA
Por Gustavo Robles
La lacra Menem murió en libertad. Que semejante personaje haya gozado de impunidad hasta el último de sus suspiros fue responsabilidad sin dudas de la clase dirigente de este país al que ayudó a entregar como pocos. Como casi nadie. Pero también de un pueblo cuyos valores se fueron diluyendo en la medida que la consciencia se fue desmoronando, al compás de los deseos y artilugios de las clases dominantes.
Menem no sólo hizo volar una ciudad para encubrir las pruebas de uno de sus tantos crímenes, el contrabando de armas. No sólo tenía la calaña del miserable que es capaz de entregar a su hijo para cumplir con sus objetivos.
La escoria riojana fue de las peores tragedias de nuestro pueblo, un cipayo casi sin posibilidad de empardar.
Dirán que los milicos fueron peores que él: NO. Él supo estar a su altura.
Los milicos llevaron a cabo el trabajo sucio del genocidio para que él pudiera estructurar el país tremendamente injusto y desigual que hoy vivimos.
No torturó en las catacumbas de los campos de exterminio: constituyó a todo el territorio nacional en un gigantesco matadero por causas evitables, como el hambre o enfermedades curables.
Torturó a la clase trabajadora dejándola sin trabajo, sin pan, sin esperanzas y sin fuentes futuras: privatizó lo que era de todos; puso en pocas manos lo que era de las mayorías.
Cada día sin condena del padre de frases tales como “ramal que para, ramal que cierra” o “cirugía mayor sin anestesia”, asesinaban de nuevo a Víctor Choque o a Teresa Rodríguez, reprimían en Mosconi o Cutral Có, estallaba Río Tercero, indultaban a los genocidas. Así como la justicia se ejerce en un instante, la injusticia persiste omnipresente y cruelmente mientras no se la castigue.
Tomó un país que ya había heredado el problema de la Deuda de las manos sucias de los genocidas y de la imbecilidad alfonsinista. Pero no intentó solucionarlo: lo multiplicó por tres.
Destruyó la fraternidad al compás de la caída de las persianas de las fábricas.
Hambreó sin piedad a docentes, médicos y enfermeros.
Reprimió con salvajismo a quienes se le opusieron desde la clase trabajadora.
Instaló los cimientos del sálvese quien pueda y la meritocracia.
Hirió de muerte a la solidaridad trocándola en egoísmo.
Le abrió las puertas como ninguno a la cultura foránea imperialista que fue mancillando insensiblemente a la nuestra.
Nos sirvió en bandeja al arbitrio del imperialismo financiero.
Menem dejó sin trabajo a centenares de miles de trabajadores a los que condenó a competir en remises, maxi-kioskos, verdulerías o canchas de paddle. Tareas improductivas que los dejó en la miseria y condenó a sus hijos y a toda su simiente a un futuro marginado de las mieles del mercado. La desocupación y la pobreza estructural que hoy vivimos son su legado. Es el máximo responsable de la miseria de hoy.
Y de la riqueza, el poder, la soberbia y la impunidad de la minoría dominante en nuestro suelo.
Estructura que, con matices, ninguno de los gobiernos que lo sucedió intentó siquiera tocar.
Su muerte selló el verso de la grieta entre quienes se pelean por administrar el sistema capitalista de explotación que nos lacera, sean los derechosos explícitos pintados de amarillo, o los nacionales y populares que entregan todo y hambrean al pueblo tanto como aquéllos. Ambas corrientes que engloban el “sentido común” y representan la política tradicional, se han mancomunado para honrar al despreciable muerto. Y no sólo eso, sino que fueron cómplices para que mantuviera los fueros y los honores (y las dietas y jubilaciones de privilegio) que lo blindaron de cualquier posibilidad de investigación y condena judicial.
Como bien enseña la sabiduría popular, “entre bueyes no hay cornadas”.
Los saludos sentidos del gobierno de los Fernández, los tres días de duelo, las honras en el Congreso, no pueden asombrar a nadie: son sus discípulos vergonzantes, críticos para la tribuna que mantuvieron lo esencial de las reformas que esquilmaron a las mayorías populares. No hay archivo que puedan resistir, compartiendo tribuna y declamando haber estado en presencia del “sin dudas mejor presidente del país después de Perón”.
No vacilo en decir que un reo como el riojano debió haber sido colgado hace años de los pies en Plaza de Mayo, condenado por un Tribunal Popular y sus restos tirados a los cerdos (seguramente se escandalizará el lacayaje que cree y propaga que esta sociedad de pocos ricos y millones de pobres es lo natural e inmodificable. Me enorgullece su desprecio, es recíproco).
Por eso es vergonzoso que semejante mugre de nuestra historia haya muerto en libertad. Pero sin dudas gran parte de nuestro pueblo está festejando. Y el mundo es hoy claramente un lugar menos repugnante de lo que fue hasta ayer.
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CHAU #MENEM
Por José Fernández (desde Córdoba)
Yo no estoy de #luto, ni de duelo, ni nada que se asemeje al hecho de mostrarme mínimamente compungido ante la muerte de un cínico miserable.
Tampoco festejo la muerte… ese hecho natural que nunca es bienvenido.
Pero de lo que se trata aquí no es de los miserables restos de un ser que marcó una época con su capacidad siniestra de hacer en nombre del pueblo, tanto daño.
Espero que esta muerte no lo libere de culpa y cargo, por lo menos histórico, del terrible daño que le hizo a nuestra sociedad. Ni los militares pudieron en el plano económico desmembrar tanto a nuestro país.
Por lo que sí estoy de luto es por los ferrocarriles que cerró y los pueblos fantasmas que quedaron a su paso. Los trabajadores ferroviarios aún esperan el justo retorno del tren de la vida.
Luto también por los trabajadores de #ENTEL y la entrega de las comunicaciones al capital privado.
Luto es lo que continúan viviendo los laburantes y sus familias de #YPF y YCF que se quedaron estructuralmente desocupados y partieron los piquetes.
Con la muerte de este cretino se me vino en mente el dolor de la muerte de dos desocupados, Teresa Rodriguez en Neuquén, Anibal Veron en Salta y Víctor Choque en Tierra del Fuego. Tres trabajadores que ganaron las rutas con sus cortes para reclamar lo suyo y fueron asesinados por las fuerzas represivas.
Qué decir de las políticas de recortes a los presupuestos de #Salud y #Educación, ¿se recuerdan cuando en nombre de la crisis y que estábamos pasando una situación de “emergencia” se recortaron hasta los salarios de lxs laburantes?
Y a la par que crecía la desocupación, las fiestas obscenas por la televisión de la entrega no paraban de decirnos que todo lo que nos ocurría era por culpa del pueblo… Los tinellis, Susana Giménez, Mirtha Legrand, Suller, y tanto otros decadentes exponentes de una cultura opresiva, se presentaban como parte de un show de pan y circo para el pueblo, a la par que los periodistas Grondona y Neustadt con su Doña Rosa, nos explicaban desde pseudos argumentos eficaces en las Mass Media, de lo correcto que era rematar hasta las joyas de la abuela, para poder integrarnos a un mundo globalizado.
El miserable había instalado con gran astucia y complicidad de sindicatos traidores el Decálogo Menemista de la Reforma del Estado, donde su premisa máxima era: «nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del estado», de ese modo y entre risas sarcásticas quedaba plasmado el famoso discurso dado por Roberto Dromi, flanqueado por Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Domingo Cavallo, Al inicio Dromi presentaba de modo fantasmagórico: “Anuncio de las 7 Cabalísticas Privatizaciones”.
Su deshumanizada visión de la vida, lo llevó a privatizar las jubilaciones y dejarlas en mano de la timba financiera de las AFJP y en paralelo desfinanciar el sistema previsional y como si eso no alcanzara puso en niveles muy bajos las jubilaciones. En aquellos años era común escuchar que habían desesperados jubilados que tomaban la drástica decisión del suicidio como modo de dar fin a tanto dolor y abandono.
Pero la orgía neoliberal no tenía límites y a la par que Maria Julia Alsogaray se mostraba con sus costos tapados en las portadas de las revistas, despellejaba en cuajos como interventora de la empresa estatal telefónica ENTEL.
La Ferraris, las fotos con los Rollings Stone, son solo detalles anecdóticos frente a la venta de armas a Ecuador en el marco del conflicto armado con Perú, del cual nuestro país era mediador. O la venta de armas de modo ilegal a Croacia durante los noventa en la guerra de los Balcanes ante la desintegración de la República de Yugoslavia.
Mientras los medios nos mostraban de modo pintoresco los distintos tratamientos faciales y cortes de pelo del mandatario, detonaban la fábrica de armas de Río Tercero, para encubrir el faltante de material bélico contrabandeado a Ecuador y Croacia. La población de aquella localidad al dia de hoy vive las secuelas de la destrucción y llora a sus muertos, señalando de modo inequívoco la responsabilidad de quien nos hizo partícipe de la guerra del Golfo Pérsico. Hoy, con gran justicia, la localidad cordobesa no adhiere al duelo nacional.
Su idea de pacificación del país, se asemeja más a la paz de los romanos, los cuales consideraban que se lograba con los enemigos en el cementerio. Y por ello avanzó con los decretos de impunidad e Indulto a todos los genocidas, pretendiendo de ese modo, dar vuelta una página de la historia pesada en sangre y con las heridas aún abiertas. Otro gesto claro de su des compromiso con los derechos humanos, fue el haber otorgado al Dictador Pinochet la Orden de Mayo al Mérito, en el grado de Gran Cruz.
A la par que crecían los piquetes de la hambruna y las ollas populares, nuevas formas de organización social se van a consolidar y empezarán a dar respuesta ante tanto silencio burocrático sindical, logrando que verdaderos movimientos de trabajadores desocupados se pongan en pie y den respuestas a los ataques arteros del enemigo del pueblo. Quizás la máxima expresión de ello se vivirá en el norte argentino (Jujuy y Salta) donde se llegará incluso a derrotar en las rutas a la Gendarmería que había ido a desalojar varios cortes en Orán. La batalla terminó con el repliegue de los gendarmes y el control total del pueblo por parte de los desocupados.
Cuando fue reelecto presidente, Menem embistió duramente contra la Educación y en particular con la Universitaria, la cual fue duramente golpeada con la Ley de Educación Superior. En su concepto, debía estar plenamente al servicio de las empresas privadas, con injerencia directa de estas en el plan de estudio y el sentido de formación de los futuros profesionales, a la par del cierre de las carreras que no fueran rentables o no encontraran modo de financiamiento privado.
Mientras explotaban la Embajada de Israel y la AMIA, su hijo moría en un extraño accidente cuando piloteaba su helicóptero y el patilludo expresaba a viva voz, su acercamiento carnal con los EEUU y su gran beneplácito de ser servil al amo del norte.
Para ese entonces anunciaba que próximamente una nave espacial podría despegar de Jujuy y llegar en menos de una hora a Corea o Japón. Dejando atónitos y sin palabras a nuestrxs hermanxs jujeños que nada tenían para poner la mesa para alimentar a sus hijxs.
La bestia neoliberal, parecía imparable, el cuchillo ya había tocado órganos vitales de una Argentina, que al día de hoy no se recupera.
No creo en las derrotas completas ni en las victorias totales, creo que todo es un constante movimiento de posiciones en el cual las posturas económicas y culturales del neoliberalismo o los libertarios, no han sido derrotadas, ya que distintas expresiones políticas continúan operando fuertemente en la política.
Con la muerte de Menem no muere la política de los 90, en todo caso la resistencia generada en aquellos años y la reconstrucción del complejo tejido social pese a sus profundas derrotas, es la que permitió sacar de escena a la por aquel entonces, hegemonía neoliberal, abriendo los caminos a la expresión máxima de resistencia que se vivió el 19 y 20 de diciembre del 2001 cuando el pueblo echó a patadas a De La Rua.
Por último: Espero que al cadáver de Menem lo cremen, me daría lastima saber que los gusanos comerán tanta mierda.