Resumen Latinoamericano, 3 de febrero de 2021
En estos días las calles del país se están llenando de nuestros reclamos a pesar de las angustias y temores que provoca esta pandemia.
Como advirtiendo los riesgos, para el sistema dominante, desde el FMI publican sus miedos a lo que pueda pasar cuando se superen los límites para la circulación que impone el COVID. Ellos saben de los sufrimientos e injusticias que nos están imponiendo, como pueblos estamos reaccionando y ellos temen que estas legítimas respuestas puedan hacer tambalear a más de un régimen actual.
Las múltiples maneras que tiene el sistema para ocultar sus distintas formas de explotación no alcanzan a tapar la realidad y ésta brota por los cuatro costados.
La indignación que causó lo ocurrido con la familia Villalba, cuando las niñas fueron a visitar a sus padres ‑combatientes populares en Paraguay- con la desaparición de la niña María Elizabeth “Lichita” (hija de Carmen Villalba) y los asesinatos de las niñas argentinas Lilian María y María Carmen (hijas de Myriam y Laura Villalba) y la prisión (en un cuartel militar) de Laura Villalba, nos conmovió a pesar del silencio de los grandes medios. Por eso crecen las recurrentes movilizaciones y la bronca se generaliza, no están seguros que las recientes detenciones de 9 compañeras y compañeros alcance para silenciarlas.
Por otro lado, las movilizaciones por trabajo y comida no cesan; el pedido de “palas y herramientas para trabajar” y la negativa a entregárselas deteniendo a una compañera, como acaban de hacer con militantes de Mar del Plata, son un símbolo de los tiempos que corren.
Los reclamos por venir no serán menores.
El gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, apoyado por el gobierno de Alberto Fernández, convocó a una sesión especial para el viernes 5 a los fines de aprobar una nueva zonificación minera que abra las puertas a esa actividad. El pueblo de Chubut no lo acepta y este jueves 4 de febrero en diversas partes del país nos movilizaremos atendiendo a la convocatoria inicial de la Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses (UACCh) para dar ésa y muchas otras peleas semejantes contra la destrucción y la contaminación de nuestros bienes comunes producidas por la megaminería metalífera, de uranio, del fracking. También manifestaremos nuestro rechazo a la deforestación en NEA y NOA, a los agrotóxicos que envenenan a tierras y agua, haciendo que consumamos sus venenos o produciendo una masiva mortandad de peces como ocurriera en el Río Salado. Todo ello avalado por cínicos discursos oficiales alabando tales “inversiones” y sus beneficios económicos, que siempre terminan en las mismas manos, lejos de la miseria y dolor que dejan en cada lugar.
¡No vamos a bajar los brazos! ¡Porque hay otro país y otro modo de producir!
No aceptamos estar condenamos por los intereses de los poderosos. Esos mismos poderes son los que subordinan a los gobiernos y deciden contra los intereses del pueblo.
Eso es lo que también nos viene pasando con la hidrovía, por donde circula la riqueza Argentina y de buena parte de Nuestra América. El gobierno con su Decreto 949⁄20 vuelve a las mismas andadas que nos rigen desde el menemismo y el control de esa estratégica vía de salida de nuestra producción pueda quedar en manos extranjeras. Exactamente lo contrario a los propósito de la gesta de la Vuelta de Obligado, ¡así son las vueltas de la historia!
Con esta maniobra se continúa cerrando el círculo de la pérdida de nuestros intereses en materia de comercio exterior. Por un lado dejando en manos de mafias empresarias el contrabando (básicamente de soja) por Paraguay y Brasil, por el otro entregando aspectos de nuestro control soberano sobre el acceso al Atlántico. Esta nefasta medida se complementa con la existencia de los puertos privados de las cerealeras, lo que les permite diversas maniobras fraudulentas con nuestra producción.
Cuando, como hoy, somos parte de la lucha contra el extractivismo queremos decir que estamos luchando contra la pandemia que nos aqueja, porque ella es hija de un modelo que tiene en el extractivismo uno de sus principales sostenedores. Con su aplicación someten y saquean a nuestros pueblos y destruyen al planeta, la única casa que tenemos.
Defender los bienes comunes es defender la soberanía!
La pandemia es hija del extractivismo!
La lucha del pueblo es una sola!
Unirse desde abajo, organizarse combatiendo!
OLP – RESISTIR Y LUCHAR
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