Bra­sil. Días con­fu­sos en un país caótico

Por Eric Nepo­mu­ceno. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 21 de febre­ro de 2021.

Son días espe­cial­men­te enlo­que­ci­dos en un país sumer­gi­do en un caos abso­lu­ta­men­te descontrolado.

El pasa­do vier­nes, y por una ven­ta­ja aplas­tan­te – 364 votos con­tra 130 y tres abs­ten­cio­nes – la Cáma­ra de Dipu­tados con­fir­mó la pri­sión de uno de sus pares, Daniel Sil­vei­ra, deter­mi­na­da por el pleno del Supre­mo Tri­bu­nal Fede­ral. ¿Y quién es Sil­vei­ra? Un ex Poli­cía Mili­tar de Rio de Janei­ro, que en ocho años de la fuer­za sufrió un sin­fín de deten­cio­nes y pri­sio­nes y repri­men­das, pero que se hizo cono­ci­do por ser uno de los ejem­plos más per­fec­tos de los ultra radi­ca­les segui­do­res del ultra­de­re­chis­ta Jair Bolsonaro.

La pri­sión se debió a un video de 20 minu­tos divul­ga­dos en las redes socia­les, con Sil­vei­ra ame­na­zan­do a inte­gran­tes de la cor­te supre­ma de jus­ti­cia bra­si­le­ña, con­vo­can­do a la vuel­ta de la dic­ta­du­ra y diri­gién­do­se a los jue­ces del Supre­mo Tri­bu­nal Fede­ral, entre otras deli­ca­de­zas, como “uste­des son la cre­ma de la bosta”.

En ese mis­mo vier­nes, se cum­plió un mes con la media de muer­tos dia­rios por coro­na­vi­rus superan­do la mar­ca del millar.

Eso: hubo días en que se regis­tró una muer­te por minu­to, fren­te a la total y abso­lu­ta inope­ran­cia del gene­ral acti­vo del Ejér­ci­to, Eduar­do Pazue­llo, y de todos los mili­cos que espar­ció por pues­tos antes ocu­pa­dos por médi­cos, inves­ti­ga­do­res y cien­tí­fi­cos, en el minis­te­rio de Salud.

Y más: ese mis­mo vier­nes, Jair Bol­so­na­ro anun­ció for­mal­men­te que reem­pla­za­rá al eco­no­mis­ta ultra-libe­ral Rober­to Cas­te­llo Bran­co en la pre­si­den­cia de la esta­tal Petrobras.

Des­de el gobierno del ile­gí­ti­mo Michel Temer, quien reem­pla­zó a Dil­ma Rous­seff, des­ti­tui­da a raíz de un gol­pe ins­ti­tu­cio­nal, la Petro­bras fue sien­do poco a poco desmantelada.

Bajo Bol­so­na­ro y Cas­te­llo Bran­co, el pro­ce­so se aceleró.

¿Por qué enton­ces des­ti­tuir­lo? Por­que la empre­sa siguió el pará­me­tro deter­mi­na­do por los pre­cios inter­na­cio­na­les de com­bus­ti­bles, lo que pro­vo­có la ira de los camio­ne­ros, uno de los bas­tio­nes de res­pal­do de Bolsonaro.

¿Y quién reem­pla­za­rá al ultra-libe­ral Cas­te­llo Bran­co? Pues, cla­ro, un gene­ral reti­ra­do, Joa­quim Sil­va e Luna, que has­ta aho­ra pre­si­día la bina­cio­nal bra­si­le­ña-para­gua­ya Itai­pu, de ener­gía eléctrica.

¿Qué sabe él de una petro­le­ra? Lo mis­mo que sé yo de la vida ínti­ma de Lady Gaga.

Dos cosas cami­nan lado a lado, y de mane­ra cada vez más cer­ca­na, por estos tiem­pos caó­ti­cos en Bra­sil: la des­truc­ción de todo lo que fue con­quis­ta­do des­de la vuel­ta de la demo­cra­cia, en 1985, lue­go de 21 años de dic­ta­du­ra mili­tar, y la cre­cien­te mili­ta­ri­za­ción del gobierno elec­to en 2018, tenien­do a la cabe­za a un tenien­te indis­ci­pli­na­do que solo ascen­dió al gra­do de capi­tán al ser expul­sa­do de la fuer­za, como es nor­ma en el país.

Tam­bién por esos días se cono­ció que vol­vió la cen­su­ra, con la secre­ta­ría Espe­cial de Cul­tu­ra, depen­dien­te del minis­te­rio de Turis­mo, recha­zan­do la libe­ra­ción de recur­sos para pro­yec­tos con­si­de­ra­dos izquier­dis­tas, con una con­vo­ca­to­ria para la ven­ta de libros esco­la­res impi­dien­do tér­mi­nos como “demo­cra­ti­za­ción” en su con­te­ni­do, y con la no libe­ra­ción de recur­sos pre­via­men­te apro­ba­dos para pro­duc­ción audiovisual.

Se supo que el pre­su­pues­to des­ti­na­do a la edu­ca­ción públi­ca nacio­nal bajó a los nive­les de 2010, que el 71 por cien­to de los indí­ge­nas – que, teó­ri­ca­men­te, esta­rían en el gru­po pre­fe­ren­cial de inmu­ni­za­ción – no fue­ron vacu­na­dos, que un decre­to pre­si­den­cial libe­ró la com­pra de armas y muni­cio­nes: cada ciu­da­dano pue­de adqui­rir has­ta 60 armas y cin­co mil muni­cio­nes por año.

El ultra­de­re­chis­ta Jair Bol­so­na­ro (foto) sigue en pere­gri­na­ción por todo el país, con la obse­sión de reele­gir­se en 2022.

La eco­no­mía está hun­di­da, el des­em­pleo alcan­za a unos 14 millo­nes de bra­si­le­ños, el país vol­vió al mapa mun­dial del ham­bre del que había sido saca­do por Lula da Sil­va, la pan­de­mia corre suel­ta y cre­ce sin con­trol, la ima­gen del país se derri­te como una pale­ta al sol, pero no hay cómo parar­le la mano al genocida.

Hago aquí una ape­la­ción a las auto­ri­da­des sani­ta­rias argen­ti­nas y al pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez y a la pre­si­den­ta del Sena­do, Cris­ti­na Kirch­ner: déjen­me por favor volar a Bue­nos Aires e ins­ta­lar­me con mi com­pa­ñe­ra en el depar­ta­men­to que tene­mos des­de hace mucho en Paler­mo Vie­jo. No aguan­ta­mos más lo que esta­mos vivien­do por aquí.

Itu­rria /​Fuen­te

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