Por Letícia Fialho. Resumen Latinoamericano, 4 de febrero de 2021.
Conoce más sobre la revolucionaria y feminista negra Lélia González. Feminista independiente, revolucionaria y negra. Antropóloga, filósofa e intelectual, Lélia d’Almeida González, si estuviera viva, Habría cumplido 83 años el jueves 1 de febrero.
Nacida en Belo Horizonte, González puso su intelectualidad al servicio de la lucha de las mujeres en Brasil. De origen pobre, siendo aún joven, tuvo que trabajar como niñera. Se graduó en Historia y Filosofía, enseñando en el sistema de escuelas públicas y, posteriormente, en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ), impartió clases de Antropología y Cultura Popular Brasileña, llegando a ser directora del Departamento de Sociología y Política.
“Ella fue una de las grandes revolucionarias de este país. Su crítica mostró que las mujeres negras tenían una posición estratégica, tanto en el movimiento negro como en el movimiento feminista”, dice la arquitecta y urbanista Joice Berth, integrante del Coletivo Imprensa Feminista.
A través del psicoanálisis, el candomblé y el contacto con la cultura brasileña, Lélia asumió su condición de mujer negra. En su activismo, aportó reflexiones sobre la realidad de las mujeres, principalmente negras e indígenas.
«Ella despertó la cuestión del espacio físico y urbano, siendo critica con el problema racial que está impregnado en la superficie de la ciudad y en la formación de la periferia» enfatiza Berth.
La autora fue más allá de su tiempo y logró señalar el racismo y el sexismo que existe en la sociedad brasileña, como comenta la periodista, integrante de la Marcha de las Mujeres Negras Juliana Gonçalves: “Es una figura de desigual importancia para toda la sociedad, incluidas las mujeres blancas. Fue una de las primeras mujeres negras que logró tener voz y tiempo en los seminarios y encuentros internacionales de mujeres aquí en América Latina”.
Lélia participó en el Instituto de Investigación de la Cultura Negra (IPCN-RJ), el Movimiento Negro Unificado (MNU) y el Colectivo Nzinga de Mujeres Negras. Su producción intelectual también es vasta. Es autora de obras como Fiestas populares de Brasil, premiadas en la feria de Frankfurt, y el mencionado Lugar de negro, realizado en sociedad con Carlos Hasenbalg. “El nivel de elaboración de Lélia fue muy refinado, mientras que era fácil entender lo que decía”, observa Gonçalves.
A partir de sus estudios, dio lugar al concepto de Amefricanidad, centrándose en el tema de los negros de la Diáspora. “Bebía mucho de Estados Unidos, pero nunca perdió el vínculo de lo que es ser una mujer negra, brasileña, de América Latina”, agrega Gonçalves.
Además de la academia, Lélia también jugó un papel político importante. En la década de los ochenta fue nominada para el Consejo Nacional de los Derechos de la Mujer (CNDM) y, en dos ocasiones, en 1982 y 1986, fue candidata a diputada federal, ganando la suplencia en ambas ocasiones.
Murió a los 59 años, en Río de Janeiro, el 10 de julio de 1994, víctima de problemas cardiorrespiratorios. Lélia González es considerada uno de los grandes nombres del movimiento negro contemporáneo.
Fuente: Brasil de Fato
Traducción: Resumen Latinoamericano