Resumen Latinoamericano, 25 de febrero de 2021.
El president Carles Puigdemont y los exconsellers Clara Ponsatí y Toni Comín denunciaron las presiones de los electos españoles y el carácter político del proceso para levantar su inmunidad en la Eurocámara, que avanzó otro paso en comisión. Sin dar nada por perdido, dijeron ser conscientes de la dificultad de lograr el apoyo del pleno.
Los tres eurodiputados catalanes amenazados con ser privados de su inmunidad, entre ellos el president Carles Puigdemont, denunciaron ayer el carácter político del proceso que se lleva a cabo contra ellos en el Parlamento Europeo.
El levantamiento de su inmunidad fue aprobado el martes por la Comisión de Asuntos Jurídicos por 15 votos contra 8 y dos abstenciones, sobre un informe redactado por el eurodiputado ultraderechista búlgaro Alfred Dzhambazki. La decisión de la Comisión se someterá a la sesión plenaria del 8 de marzo.
«Esta votación fue tan previsible como lamentable», criticó Puigdemont, denunciando la presión ejercida por los eurodiputados españoles de Ciudadanos, Vox y PP sobre los parlamentarios europeos electos. Durante una rueda de prensa junto a Clara Ponsatí y Toni Comín, indicó que esas presiones demuestran que la votación fue una etapa más de su persecución política e ironizó sobre la derrota de su causa al señalar que «cuando me detuvieron en Alemania, las celebraciones fueron las mismas. Y aquello debía ser el final; queremos muchas más de estas derrotas».
El president en el exilio subrayó que «nunca han dado ninguna batalla por perdida», aunque son conscientes de la dificultad de lograr el apoyo del pleno porque «saben sumar y restar».
Pese a que el voto es secreto y no hay forma de asegurar la disciplina de grupo, los grupos parlamentarios mayoritarios (en los que se enmarcan el PP, PSOE, Ciudadanos y Vox) anunciaron su apoyo al levantamiento de la inmunidad. «Aunque aparentemente los números son los que son, no vamos a regalar nada a nadie», insistió Puigdemont, quien adelantó su intención de acudir a otras instancias, como el Tribunal de la Unión Europea, para reclamar medidas cautelares si les retiran la inmunidad.
El president señaló que el objetivo de que los tres eurodiputados elegidos en 2019 vayan a la cárcel lo comparten «desde el PSOE hasta Vox, sin fisuras», y advirtió de que esta «presión contra la disidencia política» se trasladará ahora al pleno, que debe decidir si acaba levantando definitivamente su inmunidad.
A su juicio, si acepta esta presión, las instituciones europeas marcarán un precedente muy negativo para la representación política de la disidencia y las minorías nacionales, que deberían garantizar y proteger.
A su vez, Toni Comín denunció «la presión descomunal» que los eurodiputados españoles así como «la excesiva representación que los partidos españoles tienen en este comité».
Ponsatí coincidió en lo difícil que resulta cambiar la situación en el pleno, a pesar de la «regresión democrática» que implica aprobar el suplicatorio.
Fuente: Gara