Cuba. La cooperación médica  y la fotografía moral del mundo

Cuba. La coope­ra­ción médi­ca y la foto­gra­fía moral del mundo

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Por José Man­za­ne­da, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de febre­ro de 2021.

Aero­puer­to de Milán: vic­to­ria icó­ni­ca de Cuba

El 22 de mar­zo de 2020, la ima­gen de 52 coope­ran­tes de la salud de Cuba lle­gan­do al Aero­puer­to de Mal­pen­sa (Milán), daba la vuel­ta al mun­do. Por pri­me­ra vez, en 60 años de coope­ra­ción médi­ca cuba­na, esta había sido soli­ci­ta­da des­de un país de Euro­pa, miem­bro del G8 y, en aquel ins­tan­te, epi­cen­tro de la pan­de­mia en el con­ti­nen­te: Italia.

El hecho lan­za­ba un men­sa­je éti­co y polí­ti­co. Una doble bofe­ta­da: a la polí­ti­ca cri­mi­nal de Donald Trump con­tra la Isla, y a la pre­mi­sa de “mi país pri­me­ro” de varios gobier­nos de la Unión Euro­pea que, en aquel momen­to, pug­na­ban por las esca­sas exis­ten­cias de mas­ca­ri­llas y res­pi­ra­do­res. El país ase­dia­do por EEUU y estig­ma­ti­za­do por la mediá­ti­ca inter­na­cio­nal, demos­tra­ba ser el más soli­da­rio. No solo con el Sur Glo­bal. Tam­bién con Europa. 

Cuba obte­nía un triun­fo moral. Y mediá­ti­co: por pri­me­ra vez en años, los medios con­ver­tían en hecho noti­cio­so de tras­cen­den­cia la soli­da­ri­dad médi­ca cubana.

Algo simi­lar había ocu­rri­do en sep­tiem­bre de 2014, en ple­na epi­de­mia de ébo­la en el Áfri­ca Occi­den­tal, cuan­do el Secre­ta­rio Gene­ral de Nacio­nes Uni­das, Ban Ki Moon, tele­fo­neó a cin­co man­da­ta­rios mun­dia­les: cua­tro de gran­des poten­cias con res­pon­sa­bi­li­dad his­tó­ri­ca en la colo­ni­za­ción y neo­co­lo­ni­za­ción de Áfri­ca ‑EEUU, Fran­cia, Rei­no Uni­do y el Con­se­jo Euro­peo- y ‑algo bien sor­pren­den­te- al pre­si­den­te de una peque­ña nación del Sur, Raúl Cas­tro. Cuba fue la pri­me­ra nación en enviar coope­ran­tes, un total de 256, y su par­ti­ci­pa­ción fue cla­ve en el con­trol de la epidemia.

En los meses siguien­tes a la lle­ga­da de la pri­me­ra bri­ga­da a la Lom­bar­día ita­lia­na, no cesó la coope­ra­ción sani­ta­ria cuba­na en Euro­pa. Una nue­va bri­ga­da lle­gó a Ando­rra, y una segun­da a Ita­lia (a Turín, Pia­mon­te). Aso­cia­cio­nes soli­da­rias euro­peas envia­ron car­tas a sus res­pec­ti­vos gobier­nos, pro­po­nien­do soli­ci­tar a Cuba una cola­bo­ra­ción sani­ta­ria seme­jan­te. Pero nin­gún esta­do ni comu­ni­dad más dio el paso. La mayo­ría, para no inco­mo­dar a Washing­ton. En junio, de hecho, los sena­do­res repu­bli­ca­nos Rick Scott, Mar­co Rubio y Ted Cruz pre­sen­ta­ron un pro­yec­to de ley en EEUU para cas­ti­gar a toda admi­nis­tra­ción que lle­ga­ra a acuer­dos médi­cos con Cuba.

Alber­to Nava­rro, emba­ja­dor de la Unión Euro­pea en Cuba, decla­ra­ba en mayo algo que, para­dó­ji­ca­men­te, solo reco­gió la pren­sa cuba­na: “cuan­do pasen unos años y se hable de la Covid – 19, habrá una peque­ña nota don­de se men­cio­na­rá ese esfuer­zo de soli­da­ri­dad de una isla de poco más de 10 millo­nes de habi­tan­tes que es capaz de enviar médi­cos y enfer­me­ros a tan­tas nacio­nes. Eso es algo que no tie­ne parangón”.

Cuba: ¿Pre­mio Nobel de la Paz 2021?

Des­de mar­zo, La Haba­na ha envia­do 53 bri­ga­das a 39 paí­ses y terri­to­rios afec­ta­dos por la Covid-19, con más de 3.700 pro­fe­sio­na­les, el 61 % mujeres.

¿Quié­nes for­man par­te de estas bri­ga­das? Son pro­fe­sio­na­les del Con­tin­gen­te Inter­na­cio­nal de Médi­cos Espe­cia­li­za­dos en Situa­cio­nes de Desas­tre y Gra­ves Epi­de­mias “Henry Reeve”, crea­do en 2005 por Fidel Cas­tro, para ayu­dar a EEUU tras el paso del hura­cán Katri­na. Se movi­li­zan en menos de 48 horas y han aten­di­do, en 45 paí­ses del mun­do, a más de 3,5 millo­nes de per­so­nas, sal­van­do al menos 80.000 vidas. El Con­tin­gen­te ha actua­do tras ocho gra­ves inun­da­cio­nes, cin­co hura­ca­nes y sie­te terre­mo­tos. En la epi­de­mia de cóle­ra de Hai­tí (2010), o de ébo­la en Áfri­ca (2014). En el terre­mo­to de Pakis­tán (2005), por ejem­plo, dos mil coope­ran­tes rea­li­za­ron, en ocho meses, 14 mil ciru­gías y sal­va­ron la vida a más de dos mil personas.

El Con­tin­gen­te “Henry Reeve” ha reci­bi­do innu­me­ra­bles reco­no­ci­mien­tos. Dos ejem­plos: el Pre­mio de Salud Públi­ca Dr. Lee Jong-Wook, otor­ga­do en 2017 por la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud; y el Pre­mio Demo­cra­cia 2020, del Cen­tro Cul­tu­ral argen­tino Caras y Care­tas, reci­bi­do en noviem­bre de 2020.

En la actua­li­dad, una cam­pa­ña inter­na­cio­nal lo pro­po­ne para el pró­xi­mo Pre­mio Nobel de la Paz 2021, y su can­di­da­tu­ra ofi­cial ya ha sido pre­sen­ta­da por el Con­se­jo Mun­dial por la Paz.

¿Y la Covid-19 en la Isla?

Pero ¿cómo ha ido la con­ten­ción de la pan­de­mia en la Isla? Haga­mos algu­nas comparaciones.

El 11 de mar­zo de 2020, el alcal­de del Con­da­do de Mia­mi-Dade Car­los Gimé­nez y el gober­na­dor de Flo­ri­da, Ron DeS­an­tis, pedían la sus­pen­sión de los vue­los des­de y hacia Cuba, por un supues­to ries­go sani­ta­rio por coro­na­vi­rus (16). Once meses des­pués, en Mia­mi-Dade, que tie­ne una pobla­ción cua­tro veces menor, hay 28 veces más casos posi­ti­vos y falle­ci­mien­tos por Covid-19 que en Cuba, que es el país del con­ti­nen­te con el menor núme­ro rela­ti­vo de muer­tes. Cien veces menos, por ejem­plo, que Perú.

En el dia­rio bri­tá­ni­co The Guar­dian leía­mos que “en Cuba tie­nen 24 veces menos pro­ba­bi­li­da­des de con­traer el coro­na­vi­rus que en Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na (…) y 70 veces menos que en Brasil”.

El 24 de febre­ro de 2021 se habían con­ta­bi­li­za­do, en la Isla, 47.566 casos posi­ti­vos y 312 falle­ci­mien­tos por Covid-19.

Cite­mos algu­nas for­ta­le­zas que expli­can este “éxi­to” –siem­pre rela­ti­vo cuan­do hay muer­tes-: uno, un sóli­do sis­te­ma públi­co de salud, con un ratio de nue­ve médi­cas y médi­cos por cada mil habi­tan­tes, el mayor per cápi­ta mun­dial (23); dos, un Plan para la Pre­ven­ción y Con­trol de la Covid-19, esta­ble­ci­do de mane­ra tem­pra­na, una sema­na antes del pri­mer caso con­fir­ma­do (24); tres, una red social, engra­sa­da en con­ti­nuos pla­nes de con­tin­gen­cia fren­te a hura­ca­nes, que coor­di­na a todos los fac­to­res de la comu­ni­dad (con­sul­to­rios, escue­las, cen­tros de tra­ba­jo, CDR, etc.); cua­tro, el sis­te­ma de detec­ción tem­pra­na y la lla­ma­da “pes­qui­sa acti­va” que, duran­te meses, ha movi­li­za­do, casa por casa, a miles de estu­dian­tes de Medi­ci­na, cin­co, el con­trol de la eco­no­mía por par­te del Esta­do que, en fun­ción del inte­rés social, per­mi­tió trans­for­mar hote­les, zonas recrea­ti­vas y resi­den­cias, en cen­tros de ais­la­mien­to; y seis, un mode­lo bio­far­ma­céu­ti­co de carác­ter públi­co, que ha sumi­nis­tra­do al sis­te­ma de salud al menos 20 medi­ca­men­tos de crea­ción cuba­na y que, hoy, tie­ne cua­tro pro­yec­tos de vacu­na en expe­ri­men­ta­ción y ensa­yos clínicos.

Los mapas de las “bases” de Cuba y EEUU

Pero regre­se­mos a la coope­ra­ción médi­ca de Cuba que, en seis déca­das, ha envia­do a más de 400 mil coope­ran­tes a 164 países.

Super­po­nien­do dos mapas, obte­ne­mos una elo­cuen­te foto­gra­fía moral del mun­do en que vivi­mos: el de las cer­ca de 800 bases mili­ta­res de EEUU, con 150.000 sol­da­dos en 70 esta­dos del mun­do, y el de las bri­ga­das médi­cas de Cuba, con 30 mil pro­fe­sio­na­les de la salud en 68 estados.

El eco­no­mis­ta gua­te­mal­te­co Henry Mora­les, en su inves­ti­ga­ción “Ayu­da ofi­cial al desa­rro­llo de Cuba al mun­do”, “mone­ti­zó” –tras­la­dó a valor mone­ta­rio- la coope­ra­ción cuba­na de los últi­mos años. Los datos son aplas­tan­tes: en 25 años, las bri­ga­das cuba­nas han sal­va­do más de 6 millo­nes de vidas; la Isla apor­ta, en pro­me­dio, 4.000 millo­nes de dóla­res al año en coope­ra­ción, entre un 3 y un 6% de su PIB; y es el mayor donan­te en el sec­tor de la salud, con un 31,2% del total mun­dial. Por últi­mo, Mora­les ase­gu­ra que el valor mone­ta­rio de lasac­tua­les bri­ga­das cuba­nas con­tra la Covid-19 es de unos 85 millo­nes de dólares.

El eco­no­mis­ta nos dice que Cuba no con­di­cio­na su coope­ra­ción al signo ideo­ló­gi­co de los gobier­nos, ni inter­vie­ne en su polí­ti­ca inter­na. En con­tras­te –seña­la- una bue­na par­te de la coope­ra­ción de EEUU y la Unión Euro­pea “está con­di­cio­na­da polí­ti­ca­men­te” y, en oca­sio­nes, es una “mera pre-inver­sión” para la entra­da de sus empresas.

La cola­bo­ra­ción sani­ta­ria cuba­na se mate­ria­li­za, ade­más, en pro­gra­mas como la Ope­ra­ción Mila­gro, apo­ya­da tam­bién por Vene­zue­la, gra­cias a la cual seis millo­nes de per­so­nas con bajos recur­sos, de 34 paí­ses, han sido ope­ra­das gra­tui­ta­men­te de enfer­me­da­des de la visión, en una red de 49 cen­tros oftal­mo­ló­gi­cos. Son per­so­nas que hoy esta­rían cie­gas por ser pobres.

Tam­bién men­cio­nar la Escue­la Lati­no­ame­ri­ca­na de Medi­ci­na (ELAM), que ha gra­dua­do en la Isla, gra­tui­ta­men­te, a 30 mil jóve­nes de 104 paí­ses, a cam­bio de su com­pro­mi­so de ser­vir, al regre­so, a las per­so­nas más vul­ne­ra­bles de sus comu­ni­da­des de origen.

¿Levan­ta­mien­to tem­po­ral del bloqueo?

La coope­ra­ción cuba­na no ha cesa­do, a pesar del blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro de EEUU, refor­za­do, en los dos últi­mos años, con 130 nue­vas medi­das (37). Han sido, por ejem­plo: las san­cio­nes a las navie­ras, que han pro­vo­ca­do varias situa­cio­nes gra­ves de des­abas­te­ci­mien­to de com­bus­ti­ble y un dete­rio­ro, aún mayor, del trans­por­te urbano en la Isla; la prohi­bi­ción de vue­los a nue­ve de los diez aero­puer­tos cuba­nos, de cru­ce­ros y de com­pras, que bus­can cer­ce­nar los ingre­sos por turis­mo; la apli­ca­ción de todos los capí­tu­los de la Ley Helms – Bur­ton, para ahu­yen­tar la inver­sión extran­je­ra; o el cie­rre al envío de reme­sas y la con­ge­la­ción de visas, para estran­gu­lar el flu­jo de divi­sas de la emi­gra­ción. Este últi­mo año, las pér­di­das para Cuba por el blo­queo han supe­ra­do, por pri­me­ra vez, los cin­co mil millo­nes de dólares.

Al comien­zo de la pan­de­mia, orga­ni­za­cio­nes, ins­ti­tu­cio­nes y per­so­na­li­da­des pidie­ron al gobierno de Donald Trump un levan­ta­mien­to tem­po­ral del mal lla­ma­do “embar­go”, para que la Isla pudie­ra hacer fren­te, en mejo­res con­di­cio­nes, a la situa­ción sani­ta­ria. El secre­ta­rio gene­ral de la ONU Anto­nio Gute­rres, la Alta Comi­sio­na­da para los Dere­chos Huma­nos Miche­lle Bache­let, la rela­to­ra espe­cial de la ONU sobre el dere­cho a la ali­men­ta­ción Hilal Elver, el Ser­vi­cio Mun­dial de Igle­sias, el Par­la­men­to Lati­no­ame­ri­cano… En los pro­pios EEUU, lo hicie­ron ‑entre otros- medios de refe­ren­cia como The New York Times o The Finan­cial Times, un gru­po de miem­bros del Sena­do , elCon­se­jo Nacio­nal de Igle­sias de Cris­to y varias orga­ni­za­cio­nes de la emi­gra­ción cubana.

¿Cuál fue la res­pues­ta de la Casa Blan­ca? Apro­bar has­ta 50 nue­vas san­cio­nes con­tra Cuba en estos meses de pandemia.

¿Cuba obtie­ne ingre­sos por cooperación?

Ade­más, el Depar­ta­men­to de Esta­do ace­le­ró la cam­pa­ña diri­gi­da con­tra la coope­ra­ción médi­ca cuba­na, a la que pre­sen­ta como un “nego­cio del régi­men” cubano y un ejem­plo de “tra­ba­jo esclavo”.

Si en los años pre­vios, Washing­ton había con­se­gui­do que tres de sus gobier­nos saté­li­tes en Amé­ri­ca Lati­na (el de Bol­so­na­ro en Bra­sil, el de Áñez en Boli­via y el de Moreno en Ecua­dor) rom­pie­ran sen­dos acuer­dos médi­cos con Cuba, dejan­do a dece­nas de millo­nes de per­so­nas sin ser­vi­cios de salud, duran­te 2020 ha apos­ta­do por la estra­te­gia de des­pres­ti­gio de las bri­ga­das cuba­nas, con­tan­do para ello con la cola­bo­ra­ción entu­sias­ta de los cole­gios médi­cos pri­va­dos de varios paí­ses y, sobre todo, de impor­tan­tes medios de comu­ni­ca­ción. En esta línea, la USAID, la Agen­cia para el Desa­rro­llo de EEUU, tie­ne un pro­gra­ma espe­cí­fi­co, dota­do con tres millo­nes anua­les, para aque­llas ONG que –pala­bras tex­tua­les- «inves­ti­guen, reco­pi­len y ana­li­cen» infor­ma­ción con­tra las misio­nes médi­cas cubanas.

Un ejem­plo lo tene­mos en lo vivi­do, en mayo de 2020, en Argen­ti­na. Las ges­tio­nes del gobierno pro­vin­cial de Bue­nos Aires con el de Cuba, para la lle­ga­da de un refuer­zo de 200 coope­ran­tes de la salud, des­ató una bru­tal cam­pa­ña en los medios, que con­si­guió para­li­zar la ope­ra­ción. En los últi­mos 15 años, La Haba­na ha des­ti­na­do, sin la menor publi­ci­dad, varios millo­nes de dóla­res para las becas de 1.500 jóve­nes de Argen­ti­na, que se han gra­dua­do en la ELAM, así como para las ope­ra­cio­nes gra­tui­tas de cata­ra­tas de 50 mil argen­ti­nas y argen­ti­nos. Nada que mere­cie­ra una noti­cia en los medios que, duran­te sema­nas, escan­da­li­za­ron a la opi­nión públi­ca con el “nego­cio” que iba a hacer el “régi­men cubano” con el “dine­ro de los argentinos” .

Pero, ¿es cier­to que Cuba obtie­ne ingre­sos con su coope­ra­ción? Vea­mos. Cuba, blo­quea­da y con limi­ta­dí­si­mos recur­sos, sufra­ga los gas­tos de sus bri­ga­das en las nacio­nes más pobres. Pero hay un con­jun­to de paí­ses, con más recur­sos, que sí rea­li­zan una apor­ta­ción o com­pen­sa­ción eco­nó­mi­ca. Esta tie­ne cua­tro des­ti­nos bási­cos: aumen­tar los ingre­sos del per­so­nal coope­ran­te cubano y mejo­rar sus con­di­cio­nes de vida; finan­ciar la coope­ra­ción en los paí­ses más pobres; sos­te­ner las becas del estu­dian­ta­do extran­je­ro en Cuba; y ayu­dar a man­te­ner el sis­te­ma públi­co de salud de la Isla (66). Ni un dólar lle­ga a bol­si­llos o cuen­tas de diri­gen­tes, fun­cio­na­rios, empre­sa­rios o intermediarios.

Es la fór­mu­la más hones­ta que ha encon­tra­do Cuba para finan­ciar, tan­to sus misio­nes soli­da­rias, como su sis­te­ma de salud públi­ca, fren­te al blo­queo bru­tal de EEUU, cuya Comu­ni­dad de Inte­li­gen­cia tra­ba­ja sin des­can­so para la des­truc­ción de la coope­ra­ción médi­ca cuba­na. Con dos obje­ti­vos: uno, el ideo­ló­gi­co, al inten­tar machar la ima­gen soli­da­ria de Cuba en el mun­do, hoy revi­ta­li­za­da; y dos, el de gue­rra eco­nó­mi­ca, al tra­tar de lle­var al colap­so, por fal­ta de recur­sos, al sis­te­ma cubano de salud.

Es la defi­ni­ti­va foto­gra­fía moral del mun­do en que vivimos.

* Coor­di­na­dor de Cubain­for­ma­ción TV. Res­pon­sa­ble de Comu­ni­ca­ción de Euskadi-Cuba

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