Resumen Latinoamericano, 18 de febrero de 2021.
Un total de 48 personas fueron arrestadas el miércoles, día en que las manifestaciones se extendieron por varias ciudades españolas.
Barcelona se prepara para su tercera noche consecutiva de protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, a partir de la concentración programada para este jueves a las 19:00 horas en la céntrica plaza de Tetúan.
Continúa así una serie de manifestaciones que en los últimos días han derivado en tensos enfrentamientos con la Policía, tanto en Barcelona como en otros puntos de Cataluña, que han dejado en esta región un saldo de 29 detenidos y el incidente de una joven manifestante que perdió un ojo tras ser alcanzada por una pelota de goma disparada por los agentes.
La noche de este jueves, cientos de personas se concentraron en la plaza de Tetúan en solidaridad con Hasél, en donde una banda de músicos y raperos interpretaron varias canciones exigiendo su liberación.
Los inconformes entonaron al unísono el grito: «Libertad, Pablo Hasél» y «Cataluña, antifascista«.
«Es mucho más que Pablo Hasél, es la chica a la que le quitaron un ojo», explicó uno de los manifestantes que tomó el micrófono y que protestó en contra de los abusos policiales.
«Ser policía, vergüenza me daría», replicaron los manifestantes.
Los protestantes también criticaron la cobertura de los medios españoles sobre el caso Hasél. «Prensa española, manipuladora», expresaron.
A las 20:00 horas (local), la manifestación se encaminó hacia el Departamento del Interior de la Generalitat de Cataluña, que estaba blindada por vallas instaladas por la Policía.
En el sitio, los protestantes repitieron los mensajes en favor de la liberación del rapero.
Algunos manifestantes se acercaron a las vallas instaladas por la Policía, pero agentes antimotines caminaron hacia los inconformes. Los uniformados lanzaron bombas para disolver la concentración, lo que provocó que cientos de personas se alejasen de los alrededores del Departamento del Interior.
Una decena de personas instaló una barricada con contenedores de basura en medio de una calle. En respuesta, una decena de vehículos de la Policía arribó inmediatamente al sitio. Algunos manifestantes lanzaron objetos hacia la zona en donde se concentraron los uniformados.
Minutos después, los inconformes prendieron los objetos instalados en la barricada, provocando un gran incendio en medio de la calle. Un automóvil que se encontraba estacionado a unos cuantos metros del fuego fue empujado por civiles para evitar una explosión.
Movilización en Madrid
Por otra parte, la plataforma Movimiento Antirrepresivo de Madrid, responsable de la convocatoria de las protestas de este miércoles en la capital de España, anunció también en su cuenta de Twitter otra serie de movilizaciones, motivadas en parte por las detenciones ya efectuadas, que en Madrid fueron 19 y que según este colectivo «no quedarán sin respuesta».
«Por Pablo, por los detenidos, en contra de la represión y el abuso policial, seguiremos en las calles», aseguran los convocantes, que llaman a ejercer nuevas acciones de protesta este jueves en varias localidades españolas como Lleida, Valencia, Salamanca, Bilbao, Barakaldo.
Para los días siguientes también prevén un activo calendario de manifestaciones en otros puntos del país.
Sensación de injusticia y violencia policial
La fuerte contestación social que está teniendo en España la condena de Pablo Hasél –los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona y a las instituciones del Estado, por el contenido de varios tuits y algunas de sus canciones– está motivada por el convencimiento de que vulnera el derecho a la libertad de expresión.
Además, la intensa represión policial ejercida contra las últimas manifestaciones ha hecho circular por las redes sociales abundantes escenas de violencia aparentemente injustificada, elevando el descontento de los manifestantes, contribuyendo a incrementar la tensión en este conflicto social.
En medio de este contexto, este mismo jueves se ha confirmado una nueva sentencia contra Pablo Hasél, que le castiga con dos años y medio de prisión por amenazar a un testigo en el juicio contra unos guardias urbanos y le condena por los delitos de obstrucción a la justicia y amenazas. Esta nueva pena de cárcel, que aún puede recurrirse ante el Tribunal Supremo, se podría sumar a los nueve meses de privación de libertad que ya está cumpliendo.
Fuente: RT