Por Luis Beatón, Resumen Latinoamericano, 7 de febrero de 2021.
Congresistas demócratas y algunos republicanos que impulsan el juicio político (impeachment) contra Donald Trump intentan asegurarse de que el expresidente sea inhabilitado para que un futuro le resulte imposible ocupar otra vez la Casa Blanca.
A menos de una semana de iniciar el procedimiento en el Senado, legisladores demócratas dijeron que la acción de Trump puede catalogarse como ‘una grave traición a su juramento del cargo’, porque el entonces gobernante ‘incitó a una turba violenta’ a atacar la sede Congreso para impedir la confirmación de Joe Biden como ganador de la elección presidencial del 3 de noviembre último.
Para los miembros del Legislativo, encabezados por el congresista Jamie Raskin, ‘no condenar a Trump envalentonaría a futuros líderes a intentar retener el poder por todos los medios, y sugeriría que no hay una línea que un Presidente no pueda cruzar’.
Sin embargo, no es tan fácil. El proceso para tratar de condenar a Trump es tan caótico como resultó su gobierno e incluso expertos en el tema señalan que es casi seguro que sea absuelto después de que 45 de los 50 senadores republicanos votaron hace varios días para apoyar la desestimación del caso, puesto que ya no se trata de un mandatario en ejercicio.
La situación es en extremo compleja y no menos lo son las interpretaciones de la Constitución estadounidense para seguir adelante un proceso que pudiera polarizar más al país y trabar el desarrollo de la agenda de Biden.
Trump, quien rechazó por ‘inconstitucional’ el juicio político al que será sometido, designó otros abogados para que lo representen luego de la salida de parte de su equipo inicial, lo que según expertos evidenció sus dificultades para armar una defensa sólida antes de que comiencen a procesarlo en la semana del 8 de febrero.
Al menos 17 republicanos tendrían que votar con los 50 demócratas para sancionarlo, y debido a que el magnate inmobiliario dejó la jefatura de la Casa Blanca el 20 de enero pasado, una eventual censura en su contra tendría poco impacto práctico, aunque despejaría el camino para evitar que ocupe algún cargo público en el futuro, en especial para coartar sus aspiraciones de ser candidato presidencial en 2024.
Ya todos los demócratas de la Cámara de Representantes y 10 republicanos votaron el mes pasado a favor de la destitución de Trump por incitar a la violencia, y los integrantes del partido azul no tienen duda de que la Constitución otorga al Senado el derecho a castigarlo y prohibirle volver a presentarse a un cargo, de hecho, ahora que es un ciudadano privado.
Pese a que muchos miembros de la fuerza roja creen que Trump es responsable de lo acontecido en el Capitolio, alegan que está protegido por la Primera Enmienda, y cualquier esfuerzo por castigarlo violaría sus libertades civiles.
El diario The Hill al analizar el caso sostiene que el juicio se centrará en la Primera Enmienda y en las acusaciones de incitación que algunos califican de traición al país.
Pero la respuesta legal de los demócratas puede descarrilar esa única acusación, diseccionándola en una serie de cargas aún más específicas, cualquiera de las cuales –sostienen‑, debería inhabilitarlo.
Lo cierto es que, hasta la arrancada del proceso, el debate sobre la constitucionalidad es intenso y augurar un resultado es visto por la mayoría de los expertos legales, políticos y medios de prensa como ‘muy complejo’.
Trump es el primer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a dos juicios políticos durante su mandato, y quizás, a pesar de los esfuerzos en sentido contrario, también en el único en librarse por segunda vez de la condena.
Fuente: Prensa Latina