Inter­na­cio­nal. Mien­tras Alber­to Fer­nán­dez apo­ya el «Gran Rese­teo» que pre­go­na el pre­si­den­te del Foro de Davos, Putin cri­ti­ca esa estrategia

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 31 de enero de 2021.

El pre­si­den­te argen­tino, Alber­to Fer­nán­dez, pro­nun­ció por video­con­fe­ren­cia su dis­cur­so al eli­tis­ta Foro de Davos, en el que recla­mó “avan­zar en el Gran Rese­teo que pre­go­na Klaus Sch­wab”, apo­yan­do los linea­mien­tos que vie­ne pro­po­nien­do para el mun­do el pre­si­den­te de dicho club, que reúne a los CEOs de las prin­ci­pa­les cor­po­ra­cio­nes globales.

“La fra­ter­ni­dad debe ser el nue­vo nom­bre del desa­rro­llo y la soli­da­ri­dad el nue­vo nom­bre de la paz social”, sos­tu­vo Fer­nán­dez, quien puso énfa­sis en la nece­si­dad de la vacu­na­ción masi­va como requi­si­to inelu­di­ble para supe­rar al Covid-19: “Des­de el ini­cio comen­za­mos nego­cia­cio­nes cuan­do con diver­sos labo­ra­to­rios en pos de la adqui­si­ción de vacu­nas, para pro­te­ger a las argen­ti­nas y argen­ti­nos del COVID-19. La pan­de­mia nos demos­tró, una vez más, que para lidiar con los gran­des desa­fíos glo­ba­les debe­mos coope­rar entre acto­res públi­cos y pri­va­dos, y que la vacu­na debe ser con­si­de­ra­da un bien públi­co global”.

La vacu­na­ción masi­va de todas las per­so­nas es uno de los ejes que plan­teó Schwab:

¿QUÉ PLANTEA KLAUS SCHWAB?

COVID 19 EL GRAN REINICIO

Putin cri­ti­có el “Gran Rese­teo” que pro­po­ne Davos: “Muchas per­so­nas corren el ries­go de que­dar­se des­em­plea­das”. Dis­cur­so completo

por KontraInfo/​FF · 31 enero, 2021 

Por Vla­di­mir Putin

Este Foro es el pri­me­ro de prin­ci­pios de la ter­ce­ra déca­da del siglo XXI, y la mayo­ría de los temas en él, por supues­to, están dedi­ca­dos a los cam­bios pro­fun­dos que se están pro­du­cien­do en el planeta.

De hecho, es difí­cil no notar las trans­for­ma­cio­nes fun­da­men­ta­les en la eco­no­mía, la polí­ti­ca, la vida social y la tec­no­lo­gía glo­ba­les. La pan­de­mia de coro­na­vi­rus, que aca­ba de men­cio­nar Klaus, que se ha con­ver­ti­do en un serio desa­fío para toda la huma­ni­dad, solo ha esti­mu­la­do y ace­le­ra­do cam­bios estruc­tu­ra­les, cuyas con­di­cio­nes pre­vias ya se for­ma­ron hace bas­tan­te tiem­po. La pan­de­mia ha exa­cer­ba­do los pro­ble­mas y des­equi­li­brios acu­mu­la­dos ante­rior­men­te en el mun­do. Hay muchas razo­nes para creer que exis­ten ries­gos de un mayor cre­ci­mien­to de las con­tra­dic­cio­nes. Y tales ten­den­cias pue­den mani­fes­tar­se en casi todas las áreas.

Por supues­to, no hay para­le­los direc­tos en la his­to­ria. Pero algu­nos exper­tos ‑res­pe­to su opi­nión- com­pa­ran la situa­ción actual con la de los años 30 del siglo pasa­do. Pue­de estar de acuer­do con tal situa­ción, pue­de no estar de acuer­do. Pero en muchos aspec­tos, en tér­mi­nos de la esca­la y la natu­ra­le­za com­ple­ja y sis­té­mi­ca de los desa­fíos y las ame­na­zas poten­cia­les, no obs­tan­te, se sugie­ren cier­tas analogías.

Vemos una cri­sis de los mode­los e ins­tru­men­tos ante­rio­res de desa­rro­llo eco­nó­mi­co. For­ta­le­ci­mien­to de la estra­ti­fi­ca­ción social: tan­to a nivel mun­dial como en paí­ses indi­vi­dua­les. Habla­mos de esto antes. Pero esto, a su vez, pro­vo­ca hoy una fuer­te pola­ri­za­ción de las opi­nio­nes públi­cas, pro­vo­ca el cre­ci­mien­to del popu­lis­mo, el radi­ca­lis­mo de dere­cha e izquier­da, otros extre­mos, exa­cer­ba­ción de los pro­ce­sos polí­ti­cos inter­nos, inclu­so en los paí­ses líderes.

Todo esto afec­ta inevi­ta­ble­men­te la natu­ra­le­za de las rela­cio­nes inter­na­cio­na­les, no les agre­ga esta­bi­li­dad y pre­vi­si­bi­li­dad. Hay un debi­li­ta­mien­to de las ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les, los con­flic­tos regio­na­les se mul­ti­pli­can y el sis­te­ma de segu­ri­dad glo­bal tam­bién se está degradando.

Klaus aca­ba de men­cio­nar mi con­ver­sa­ción de ayer con el pre­si­den­te de los Esta­dos Uni­dos y la exten­sión del Tra­ta­do de limi­ta­ción de armas estra­té­gi­cas. Esto es defi­ni­ti­va­men­te un paso en la direc­ción correc­ta. Sin embar­go, las con­tra­dic­cio­nes se retuer­cen, como dicen, en una espi­ral. Como saben, la inca­pa­ci­dad y la fal­ta de volun­tad para resol­ver estos pro­ble­mas en esen­cia en el siglo XX se con­vir­tió en la catás­tro­fe de la Segun­da Gue­rra Mundial.

Por supues­to, aho­ra espe­ro que un con­flic­to glo­bal tan “can­den­te” sea bási­ca­men­te impo­si­ble. Real­men­te lo espe­ro. Sig­ni­fi­ca­ría el fin de la civi­li­za­ción. Pero, repi­to, la situa­ción pue­de desa­rro­llar­se de mane­ra impre­de­ci­ble e incon­tro­la­ble. Si, por supues­to, no se hace nada para evi­tar que esto suce­da. Exis­te la posi­bi­li­dad de encon­trar un colap­so real en el desa­rro­llo mun­dial, pla­ga­do de una lucha de todos con­tra todos, con inten­tos de resol­ver con­tra­dic­cio­nes urgen­tes median­te la bús­que­da de enemi­gos “inter­nos” y “exter­nos”, con la des­truc­ción no solo de los valo­res tra­di­cio­na­les (valo­ra­mos esto en Rusia) como el de la fami­lia, pero tam­bién las liber­ta­des bási­cas, inclui­da la elec­ción y la privacidad.

Me gus­ta­ría seña­lar aquí que la cri­sis social y de valo­res ya se está con­vir­tien­do en con­se­cuen­cias demo­grá­fi­cas nega­ti­vas, por lo que la huma­ni­dad corre el ries­go de per­der con­ti­nen­tes ente­ros de civi­li­za­cio­nes y culturas.

Nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad común hoy es evi­tar esa pers­pec­ti­va, que pare­ce una oscu­ra dis­to­pía, para ase­gu­rar el desa­rro­llo a lo lar­go de una tra­yec­to­ria dife­ren­te, posi­ti­va, armo­nio­sa y creativa.

Y en este sen­ti­do, me exten­de­ré con más deta­lle sobre los desa­fíos cla­ve que, en mi opi­nión, enfren­ta aho­ra la comu­ni­dad mundial.

El pri­me­ro es socioeconómico.

Sí, a juz­gar por las esta­dís­ti­cas, inclu­so a pesar de las pro­fun­das cri­sis de 2008 y 2020, el perío­do de los últi­mos cua­ren­ta años pue­de con­si­de­rar­se exi­to­so o inclu­so súper exi­to­so para la eco­no­mía mun­dial. Des­de 1980, el PIB per cápi­ta mun­dial en pari­dad del poder adqui­si­ti­vo real se ha dupli­ca­do. Este es defi­ni­ti­va­men­te un indi­ca­dor positivo.

La glo­ba­li­za­ción y el cre­ci­mien­to interno han lle­va­do a una fuer­te recu­pe­ra­ción en los paí­ses en desa­rro­llo, sacan­do a más de mil millo­nes de per­so­nas de la pobre­za. Enton­ces, si toma­mos el nivel de ingre­sos de $ 5.5 por per­so­na por día (en pari­dad de poder adqui­si­ti­vo), enton­ces, según el Ban­co Mun­dial, en Chi­na, por ejem­plo, el núme­ro de per­so­nas con ingre­sos más bajos ha dis­mi­nui­do de 1.100 millo­nes en 1990 a menos 300 millo­nes en los últi­mos años. Este es defi­ni­ti­va­men­te el éxi­to de Chi­na. Y en Rusia de 64 millo­nes de per­so­nas en 1999 a unos 5 millo­nes en la actua­li­dad. Y cree­mos que este es tam­bién un avan­ce en nues­tro país en la direc­ción más impor­tan­te, por cierto.

Aún así, la pre­gun­ta prin­ci­pal, cuya res­pues­ta en muchos aspec­tos da una com­pren­sión de los pro­ble­mas actua­les, es cuál fue la natu­ra­le­za de tal cre­ci­mien­to glo­bal, quién reci­bió el prin­ci­pal bene­fi­cio de esto.

Por supues­to, como dije, los paí­ses en desa­rro­llo se bene­fi­cia­ron mucho de la cre­cien­te deman­da de sus pro­duc­tos tra­di­cio­na­les e inclu­so nue­vos. Sin embar­go, esta inte­gra­ción en la eco­no­mía glo­bal ha dado como resul­ta­do algo más que empleos e ingre­sos por expor­ta­cio­nes. Pero tam­bién cos­tos socia­les. Inclu­yen­do una bre­cha sig­ni­fi­ca­ti­va en los ingre­sos de los ciudadanos.

Pero, ¿qué pasa con las eco­no­mías desa­rro­lla­das, don­de el nivel de rique­za pro­me­dio es mucho mayor? Por para­dó­ji­co que parez­ca, los pro­ble­mas de estra­ti­fi­ca­ción aquí, en los paí­ses desa­rro­lla­dos, resul­ta­ron ser aún más pro­fun­dos. Enton­ces, según el Ban­co Mun­dial, si con un ingre­so de menos de $ 5.5 por día en los Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca, por ejem­plo, 3.6 millo­nes de per­so­nas vivían en 2000, enton­ces en 2016 ya hay 5.6 millo­nes de personas.

Duran­te el mis­mo perío­do, la glo­ba­li­za­ción ha dado lugar a un aumen­to sig­ni­fi­ca­ti­vo de los bene­fi­cios de las gran­des mul­ti­na­cio­na­les, prin­ci­pal­men­te esta­dou­ni­den­ses y euro­peas. Por cier­to, en tér­mi­nos de ciu­da­da­nos, las eco­no­mías desa­rro­lla­das de Euro­pa tie­nen la mis­ma ten­den­cia que en los Esta­dos Uni­dos. Pero, de nue­vo, en tér­mi­nos de ganan­cias de la empre­sa, ¿quién obtu­vo los ingre­sos? La res­pues­ta es cono­ci­da, es obvia, para el uno por cien­to de la población.

¿Qué pasó en la vida de otras per­so­nas? Duran­te los últi­mos 30 años, en varios paí­ses desa­rro­lla­dos, los ingre­sos de más de la mitad de los ciu­da­da­nos en tér­mi­nos reales se han estan­ca­do y no han aumen­ta­do. Pero el cos­to de los ser­vi­cios de edu­ca­ción y salud ha aumen­ta­do. ¿Y saben cuan­to? Tres veces.

Es decir, millo­nes de per­so­nas, inclu­so en los paí­ses ricos, han deja­do de ver la pers­pec­ti­va de incre­men­tar sus ingre­sos. Al mis­mo tiem­po, se enfren­tan a pro­ble­mas: cómo man­te­ner­se sanos a ellos mis­mos y a sus padres, cómo brin­dar una edu­ca­ción de cali­dad a los niños.

Tam­bién se está acu­mu­lan­do una gran masa de per­so­nas que, de hecho, resul­tan no recla­ma­das. Por lo tan­to, según la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo, en 2019, el 21 por cien­to, o 267 millo­nes de jóve­nes en el mun­do, no estu­dia­ron ni tra­ba­ja­ron en nin­gún lugar. E inclu­so entre los tra­ba­ja­do­res (aquí hay un indi­ca­dor intere­san­te, cifras intere­san­tes), inclu­so entre los tra­ba­ja­do­res, el 30 por cien­to vive con un ingre­so por deba­jo de los 3,2 dóla­res al día en pari­dad de poder adquisitivo.

Tales dis­tor­sio­nes en el desa­rro­llo socio­eco­nó­mi­co glo­bal fue­ron un resul­ta­do direc­to de las polí­ti­cas apli­ca­das en la déca­da de 1980, y a menu­do se lle­va­ron a cabo de mane­ra vul­gar y dog­má­ti­ca. Esta polí­ti­ca se basó en el lla­ma­do “Con­sen­so de Washing­ton”. Con sus reglas no escri­tas, prio­ri­za el cre­ci­mien­to impul­sa­do por la deu­da pri­va­da en un entorno de des­re­gu­la­ción y bajos impues­tos para los ricos y las corporaciones.

Como dije, la pan­de­mia de coro­na­vi­rus solo ha exa­cer­ba­do estos pro­ble­mas. El año pasa­do, el decli­ve de la eco­no­mía mun­dial fue el mayor des­de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Las pér­di­das en el mer­ca­do labo­ral en julio equi­va­lían a casi 500 millo­nes de pues­tos de tra­ba­jo. Sí, al final del año, la mitad de ellos fue­ron res­tau­ra­dos. Aún así, esto es casi 250 millo­nes de pues­tos de tra­ba­jo per­di­dos. Ésta es una cifra gran­de y muy alar­man­te. Solo en los pri­me­ros nue­ve meses del año pasa­do, la pér­di­da de ingre­sos labo­ra­les en todo el mun­do ascen­dió a 3,5 billo­nes de dóla­res. Y esta cifra sigue cre­cien­do. Esto sig­ni­fi­ca que la ten­sión social en la socie­dad tam­bién está creciendo.

Al mis­mo tiem­po, la recu­pe­ra­ción pos­te­rior a la cri­sis no es fácil. Si hace 20 – 30 años el pro­ble­ma podría haber­se resuel­to median­te el estí­mu­lo de la polí­ti­ca macro­eco­nó­mi­ca (por cier­to, lo están hacien­do todo el tiem­po), hoy esos meca­nis­mos, de hecho, se han ago­ta­do y no fun­cio­nan. Su recur­so está prác­ti­ca­men­te ago­ta­do. Estas no son decla­ra­cio­nes infundadas.

Así, según esti­ma­cio­nes del FMI, el nivel de deu­da total de los sec­to­res públi­co y pri­va­do se ha acer­ca­do al 200% del PIB mun­dial. Y en algu­nas eco­no­mías, superó el 300 por cien­to del PIB nacio­nal. Al mis­mo tiem­po, en los paí­ses desa­rro­lla­dos, las tasas de inte­rés son prác­ti­ca­men­te cero en todas par­tes. Y en paí­ses en desa­rro­llo cla­ve, a nive­les his­tó­ri­ca­men­te mínimos.

Todo esto hace esen­cial­men­te impo­si­ble esti­mu­lar la eco­no­mía con ins­tru­men­tos tra­di­cio­na­les aumen­tan­do el cré­di­to pri­va­do. La lla­ma­da fle­xi­bi­li­za­ción cuan­ti­ta­ti­va (“quan­ti­ta­ti­ve easing”), que solo aumen­ta e infla la “bur­bu­ja” del valor de los acti­vos finan­cie­ros, con­du­ce a una mayor estra­ti­fi­ca­ción de la socie­dad. Y la cre­cien­te bre­cha entre las eco­no­mías “reales” y “vir­tua­les” (por cier­to, repre­sen­tan­tes del sec­tor real de la eco­no­mía de muchos paí­ses del mun­do me lo cuen­tan muy a menu­do, y creo que los par­ti­ci­pan­tes en la reu­nión de hoy de nego­cios tam­bién esta­rán de acuer­do con­mi­go) repre­sen­ta una ame­na­za real y está pla­ga­do de con­mo­cio­nes serias e impredecibles.

Cier­tas espe­ran­zas de que será posi­ble “rese­tear” el mode­lo de cre­ci­mien­to ante­rior están aso­cia­das con un rápi­do desa­rro­llo tec­no­ló­gi­co. De hecho, los últi­mos 20 años han sen­ta­do las bases de la lla­ma­da cuar­ta revo­lu­ción indus­trial, que se basa en el uso gene­ra­li­za­do de inte­li­gen­cia arti­fi­cial, solu­cio­nes auto­ma­ti­za­das y robó­ti­cas. La pan­de­mia de coro­na­vi­rus ha ace­le­ra­do enor­me­men­te estos desa­rro­llos y su adopción.

Sin embar­go, este pro­ce­so da lugar a nue­vos cam­bios estruc­tu­ra­les, en pri­mer lugar me refie­ro al mer­ca­do labo­ral. Esto sig­ni­fi­ca que sin una acción guber­na­men­tal efi­caz, muchas per­so­nas corren el ries­go de que­dar­se des­em­plea­das. Ade­más, esta es la lla­ma­da cla­se media. Y esta es la base de cual­quier socie­dad moderna.

Y en este sen­ti­do, sobre el segun­do desa­fío fun­da­men­tal de la pró­xi­ma déca­da, el socio­po­lí­ti­co. El aumen­to de los pro­ble­mas eco­nó­mi­cos y la des­igual­dad divi­de a la socie­dad, engen­dra into­le­ran­cia social, racial y nacio­nal, y esa ten­sión esta­lla inclu­so en paí­ses con ins­ti­tu­cio­nes civi­les y demo­crá­ti­cas apa­ren­te­men­te bien esta­ble­ci­das dise­ña­das para sua­vi­zar y extin­guir tales fenó­me­nos y excesos.

Los pro­ble­mas socio­eco­nó­mi­cos sis­té­mi­cos dan lugar a tal des­con­ten­to públi­co que requie­re una aten­ción espe­cial, requie­re que estos pro­ble­mas se resuel­van en esen­cia. La peli­gro­sa ilu­sión de que pue­den, como dicen, ser igno­ra­dos, pasa­dos, arrin­co­na­dos, está pla­ga­da de gra­ves con­se­cuen­cias. En este caso, la socie­dad segui­rá divi­di­da tan­to polí­ti­ca como social­men­te. Por­que las razo­nes por las que la gen­te está insa­tis­fe­cha en reali­dad no se encuen­tran en algu­nas cosas espe­cu­la­ti­vas, sino en pro­ble­mas reales que con­cier­nen a todos, sin impor­tar qué pun­tos de vis­ta, inclui­dos los polí­ti­cos, una per­so­na real­men­te adhie­ra. Sin embar­go, los pro­ble­mas reales gene­ran des­con­ten­to.

Des­ta­ca­ré un pun­to fun­da­men­tal más. Los gigan­tes tec­no­ló­gi­cos moder­nos y, sobre todo, digi­ta­les han comen­za­do a jugar un papel cada vez más sig­ni­fi­ca­ti­vo en la vida de la socie­dad. Aho­ra se habla mucho de esto, sobre todo en rela­ción a los hechos ocu­rri­dos en Esta­dos Uni­dos duran­te la cam­pa­ña elec­to­ral. Y estos ya no son solo algu­nos gigan­tes eco­nó­mi­cos, en algu­nas áreas están com­pi­tien­do de fac­to con los esta­dos. Su audien­cia se esti­ma en miles de millo­nes de usua­rios que pasan una par­te impor­tan­te de sus vidas den­tro de estos ecosistemas.

Des­de el pun­to de vis­ta de las pro­pias empre­sas, su posi­ción de mono­po­lio es ópti­ma para orga­ni­zar los pro­ce­sos tec­no­ló­gi­cos y de nego­cio. Qui­zás sea así, pero la socie­dad tie­ne una pre­gun­ta: ¿en qué medi­da ese mono­po­lio corres­pon­de pre­ci­sa­men­te a los intere­ses públi­cos? ¿Dón­de está la línea entre nego­cios glo­ba­les exi­to­sos, ser­vi­cios y ser­vi­cios bajo deman­da, la con­so­li­da­ción de big data y los inten­tos de mane­jar la socie­dad con rude­za, a su pro­pia dis­cre­ción, reem­pla­zar ins­ti­tu­cio­nes demo­crá­ti­cas legí­ti­mas, de hecho, usur­par o res­trin­gir el dere­cho natu­ral de un per­so­na para deci­dir por sí mis­ma cómo vivir, qué ele­gir, qué posi­ción expre­sar libre­men­te? Todos hemos vis­to esto solo en los Esta­dos Uni­dos, y todos entien­den de lo que estoy hablan­do aho­ra. Estoy segu­ro de que la inmen­sa mayo­ría de la gen­te com­par­te esta posi­ción, inclui­dos los que par­ti­ci­pan hoy en el even­to con nosotros.

Y final­men­te, el ter­cer desa­fío, o más bien, la cla­ra ame­na­za que pode­mos enfren­tar en la pró­xi­ma déca­da, es la exa­cer­ba­ción de toda la gama de pro­ble­mas inter­na­cio­na­les. Des­pués de todo, los cre­cien­tes pro­ble­mas socio­eco­nó­mi­cos inter­nos no resuel­tos pue­den empu­jar a las per­so­nas a bus­car a alguien a quien cul­par de todos los pro­ble­mas y redi­ri­gir la irri­ta­ción y el des­con­ten­to de sus ciu­da­da­nos. Y ya lo vemos, sen­ti­mos que el gra­do de polí­ti­ca exte­rior, retó­ri­ca pro­pa­gan­dís­ti­ca está cre­cien­do. Se pue­de espe­rar que la natu­ra­le­za de las accio­nes prác­ti­cas tam­bién se vuel­va más agre­si­va, inclui­da la pre­sión sobre aque­llos paí­ses que no están de acuer­do con el papel de saté­li­tes con­tro­la­dos obe­dien­tes, el uso de barre­ras comer­cia­les, san­cio­nes ile­gí­ti­mas y res­tric­cio­nes finan­cie­ras, tec­no­ló­gi­cas, y esfe­ras de información.

Tal jue­go sin reglas aumen­ta crí­ti­ca­men­te los ries­gos del uso uni­la­te­ral de la fuer­za mili­tar; ese es el peli­gro, el uso de la fuer­za bajo uno u otro pre­tex­to inve­ro­sí­mil. Esto mul­ti­pli­ca la pro­ba­bi­li­dad de nue­vos “pun­tos calien­tes” en nues­tro pla­ne­ta. Esto es lo que no pue­de dejar de preocuparnos.

Al mis­mo tiem­po, que­ri­dos par­ti­ci­pan­tes del foro, a pesar de tal mara­ña de con­tra­dic­cio­nes y desa­fíos, cier­ta­men­te no debe­mos per­der una pers­pec­ti­va posi­ti­va del futu­ro, debe­mos seguir com­pro­me­ti­dos con una agen­da crea­ti­va. Sería inge­nuo pro­po­ner algún tipo de rece­tas mila­gro­sas uni­ver­sa­les para resol­ver los pro­ble­mas seña­la­dos. Pero, cier­ta­men­te, todos debe­mos tra­tar de ela­bo­rar enfo­ques comu­nes, acer­car nues­tras posi­cio­nes lo más posi­ble e iden­ti­fi­car las fuen­tes que gene­ran ten­sión global.

Una vez más quie­ro enfa­ti­zar mi tesis: la razón fun­da­men­tal de la ines­ta­bi­li­dad del desa­rro­llo glo­bal son en gran par­te los pro­ble­mas socio-eco­nó­mi­cos acu­mu­la­dos. Por lo tan­to, la pre­gun­ta cla­ve hoy es cómo cons­truir una lógi­ca de acción para no solo res­tau­rar rápi­da­men­te las eco­no­mías glo­ba­les y nacio­na­les afec­ta­das por las con­se­cuen­cias de la pan­de­mia en la indus­tria, sino para ase­gu­rar que dicha recu­pe­ra­ción sea sos­te­ni­ble a lar­go pla­zo y haya una estruc­tu­ra de alta cali­dad, que ayu­de a supe­rar la car­ga de los des­equi­li­brios socia­les. Obvia­men­te, tenien­do en cuen­ta las res­tric­cio­nes ya men­cio­na­das, la polí­ti­ca macro­eco­nó­mi­ca con mayor desa­rro­llo de la eco­no­mía se basa­rá en gran medi­da en incen­ti­vos fis­ca­les, y el papel cla­ve lo desem­pe­ña­rán los pre­su­pues­tos esta­ta­les y los ban­cos centrales.

De hecho, en los paí­ses desa­rro­lla­dos y en algu­nos paí­ses en desa­rro­llo, ya esta­mos vien­do esas ten­den­cias. Incre­men­tar el papel de los esta­dos en la esfe­ra socio­eco­nó­mi­ca a nivel nacio­nal, obvia­men­te, requie­re una mayor res­pon­sa­bi­li­dad, una estre­cha inter­ac­ción inter­es­ta­tal y en la agen­da glo­bal. Los lla­ma­dos a un cre­ci­mien­to inclu­si­vo, a la crea­ción de con­di­cio­nes para lograr un nivel de vida digno para todas las per­so­nas, se escu­chan cons­tan­te­men­te en varios foros inter­na­cio­na­les. Todo esto es correc­to, nues­tro tra­ba­jo con­jun­to se está con­si­de­ran­do en la direc­ción abso­lu­ta­men­te necesaria.

Está abso­lu­ta­men­te cla­ro que el mun­do no pue­de seguir el camino de cons­truir una eco­no­mía que fun­cio­ne para un millón de per­so­nas o inclu­so para un “billón de oro”. Es solo una acti­tud des­truc­ti­va. Este mode­lo es, por defi­ni­ción, ines­ta­ble. Los acon­te­ci­mien­tos recien­tes, inclui­das las cri­sis migra­to­rias, lo han reafirmado.

Aho­ra es impor­tan­te pasar de una decla­ra­ción gene­ral a los nego­cios, para diri­gir esfuer­zos y recur­sos reales para lograr tan­to una reduc­ción de la des­igual­dad social den­tro de los paí­ses indi­vi­dua­les como una con­ver­gen­cia gra­dual del nivel de desa­rro­llo eco­nó­mi­co de los dife­ren­tes paí­ses y regio­nes del pla­ne­ta. Enton­ces no habrá cri­sis migratorias.

Los sig­ni­fi­ca­dos y el énfa­sis de una polí­ti­ca de este tipo dise­ña­da para garan­ti­zar un desa­rro­llo sos­te­ni­ble y armo­nio­so son obvios. ¿Qué es? Se tra­ta de la crea­ción de nue­vas opor­tu­ni­da­des para todos, con­di­cio­nes para el desa­rro­llo y rea­li­za­ción del poten­cial de una per­so­na, sin impor­tar dón­de nació y vive.

Y aquí esbo­za­ré cua­tro prio­ri­da­des cla­ve. ¿Cómo los veo como prio­ri­da­des? Qui­zás no diga nada ori­gi­nal. Sin embar­go, dado que Klaus per­mi­tió que Rusia expre­sa­ra su posi­ción, cier­ta­men­te lo haré.

Pri­me­ro. Una per­so­na debe tener un entorno de vida cómo­do. Se tra­ta de vivien­da e infra­es­truc­tu­ra acce­si­ble: trans­por­te, ener­gía, ser­vi­cios públi­cos. Y, por supues­to, el bien­es­tar ambien­tal, esto nun­ca debe olvidarse.

Segun­do. Una per­so­na debe estar segu­ra de que ten­drá un tra­ba­jo que le pro­por­cio­na­rá un ingre­so en cons­tan­te cre­ci­mien­to y, en con­se­cuen­cia, un nivel de vida decen­te. Debe tener acce­so a meca­nis­mos de apren­di­za­je efec­ti­vos a lo lar­go de su vida, hoy es abso­lu­ta­men­te nece­sa­rio, que le per­mi­ta desa­rro­llar y cons­truir su carre­ra, y lue­go de su cul­mi­na­ción, reci­bir una pen­sión dig­na y un paque­te social.

Ter­ce­ro. Una per­so­na debe estar segu­ra de que reci­bi­rá una aten­ción médi­ca efi­caz y de alta cali­dad cuan­do se requie­ra, que el sis­te­ma de salud en cual­quier caso le garan­ti­ce el acce­so al nivel moderno de servicios.

Cuar­to. Inde­pen­dien­te­men­te de los ingre­sos de la fami­lia, los niños deben poder reci­bir una edu­ca­ción decen­te y desa­rro­llar su poten­cial. Cada niño tie­ne este potencial.

Esta es la úni­ca for­ma de garan­ti­zar el desa­rro­llo más efi­caz de la eco­no­mía moder­na. Una eco­no­mía don­de las per­so­nas no son un medio, sino un fin. Y solo aque­llos paí­ses que pue­dan avan­zar en las cua­tro áreas seña­la­das (no son exhaus­ti­vas, solo hablé de lo prin­ci­pal), garan­ti­za­rán un desa­rro­llo sos­te­ni­ble e inclusivo.

Son estos enfo­ques los que sub­ya­cen a la estra­te­gia que mi país, Rusia, tam­bién está apli­can­do. Nues­tras prio­ri­da­des se cons­tru­yen en torno a una per­so­na, su fami­lia, orien­ta­das al desa­rro­llo demo­grá­fi­co y la sal­va­ción de las per­so­nas, a mejo­rar el bien­es­tar de las per­so­nas, pro­te­gien­do su salud. Tra­ba­ja­mos para crear las con­di­cio­nes para un tra­ba­jo digno y efi­caz y un empren­di­mien­to exi­to­so, para ase­gu­rar la trans­for­ma­ción digi­tal como base del orden tec­no­ló­gi­co del futu­ro de todo el país, y no de un gru­po redu­ci­do de empresas.

Pre­ten­de­mos con­cen­trar los esfuer­zos del Esta­do, las empre­sas, la socie­dad civil en estas tareas, para cons­truir una polí­ti­ca pre­su­pues­ta­ria esti­mu­lan­te en los pró­xi­mos años.

Para lograr nues­tros obje­ti­vos de desa­rro­llo nacio­nal, esta­mos abier­tos a la coope­ra­ción inter­na­cio­nal más amplia y con­fia­mos en que la coope­ra­ción en la agen­da socio­eco­nó­mi­ca mun­dial ten­drá un impac­to posi­ti­vo en la atmós­fe­ra gene­ral de los asun­tos mun­dia­les, y la inter­de­pen­den­cia en la solu­ción de los gra­ves pro­ble­mas actua­les agre­ga­ría con­fian­za, que aho­ra es espe­cial­men­te impor­tan­te y espe­cial­men­te relevante.

Es obvio que la era aso­cia­da con los inten­tos de cons­truir un orden mun­dial cen­tra­li­za­do y uni­po­lar, ha ter­mi­na­do. De hecho, no empe­zó. Solo se hizo un inten­to en esta direc­ción. Pero eso ya pasó. Tal mono­po­lio sim­ple­men­te por su natu­ra­le­za con­tra­de­cía la diver­si­dad cul­tu­ral e his­tó­ri­ca de nues­tra civilización.

La reali­dad es que han sur­gi­do en el mun­do cen­tros de desa­rro­llo ver­da­de­ra­men­te dife­ren­tes y se han decla­ra­do, con sus pro­pios mode­los, sis­te­mas polí­ti­cos e ins­ti­tu­cio­nes socia­les dis­tin­ti­vos. Y hoy es suma­men­te impor­tan­te cons­truir meca­nis­mos de arti­cu­la­ción de sus intere­ses para que la diver­si­dad, la com­pe­ten­cia natu­ral entre polos de desa­rro­llo no se trans­for­me en anar­quía, una serie de con­flic­tos prolongados.

Para ello, entre otras cosas, ten­dre­mos que tra­ba­jar en el for­ta­le­ci­mien­to y desa­rro­llo de ins­ti­tu­cio­nes uni­ver­sa­les, que tie­nen la res­pon­sa­bi­li­dad espe­cial de ase­gu­rar la esta­bi­li­dad y segu­ri­dad en el mun­do, de desa­rro­llar reglas de con­duc­ta en la eco­no­mía glo­bal y en el comercio.

Ya he seña­la­do más de una vez que muchas de estas ins­ti­tu­cio­nes están pasan­do por muy lejos de los mejo­res tiem­pos de hoy. Habla­mos cons­tan­te­men­te de esto en varias cum­bres. Estas ins­ti­tu­cio­nes fue­ron crea­das, por supues­to, en una épo­ca dife­ren­te, esto es com­pren­si­ble. Y pue­de ser inclu­so obje­ti­va­men­te difí­cil para ellos res­pon­der a los desa­fíos actua­les. Pero, me gus­ta­ría enfa­ti­zar, esta no es una razón para recha­zar­los, de hecho, sin ofre­cer nada a cam­bio. Ade­más, estas estruc­tu­ras tie­nen una expe­rien­cia úni­ca y un gran poten­cial, en gran par­te no desa­rro­lla­do. Y cier­ta­men­te deben adap­tar­se cui­da­do­sa­men­te a las reali­da­des moder­nas. Pero es dema­sia­do pron­to para tirar la his­to­ria a la basu­ra. Tie­nen que tra­ba­jar con ella, usarla.

Jun­to con esto, por supues­to, es impor­tan­te uti­li­zar nue­vos for­ma­tos de inter­ac­ción adi­cio­na­les. Me refie­ro aquí a un fenó­meno como el mul­ti­la­te­ra­lis­mo. Por supues­to, tam­bién se pue­de enten­der de dife­ren­tes for­mas, a su mane­ra. O como impul­san­do sus intere­ses, dan­do una apa­rien­cia de legi­ti­mi­dad a las accio­nes uni­la­te­ra­les cuan­do otros solo pue­den asen­tir en apro­ba­ción. O es una ver­da­de­ra uni­fi­ca­ción de esfuer­zos de esta­dos sobe­ra­nos para resol­ver pro­ble­mas espe­cí­fi­cos en bene­fi­cio gene­ral. En este caso, pode­mos hablar de la regu­la­ción de los con­flic­tos regio­na­les, y de la crea­ción de alian­zas tec­no­ló­gi­cas, y de muchas otras áreas, inclui­da la for­ma­ción de trans­por­te trans­fron­te­ri­zo, corre­do­res de ener­gía, etc.

Que­ri­dos ami­gos, seño­ras y señores.

Entien­dan, aquí hay un cam­po muy amplio para la cola­bo­ra­ción. Estos enfo­ques múl­ti­ples fun­cio­nan. La prác­ti­ca demues­tra que fun­cio­nan. Per­mí­tan­me recor­dar­les que en el mar­co de, por ejem­plo, el for­ma­to de Asta­na, Rusia, Irán y Tur­quía están hacien­do mucho para esta­bi­li­zar la situa­ción en Siria y aho­ra están ayu­dan­do a esta­ble­cer un diá­lo­go polí­ti­co en este país. Por supues­to, jun­to con otros paí­ses. Lo hace­mos jun­tos. Y en gene­ral, no sin éxi­to, quie­ro recal­car esto.

Rusia ha empren­di­do, por ejem­plo, esfuer­zos acti­vos de media­ción para dete­ner el con­flic­to arma­do en la región de Nagorno-Kara­baj, en el que par­ti­ci­pa­ron los pue­blos y esta­dos cer­ca­nos a noso­tros, Azer­bai­yán y Arme­nia. Al mis­mo tiem­po, inten­ta­mos seguir los acuer­dos cla­ve alcan­za­dos en el Gru­po de Minsk de la OSCE, en par­ti­cu­lar entre sus copre­si­den­tes: Rusia, Esta­dos Uni­dos y Fran­cia. Este tam­bién es un muy buen ejem­plo de cooperación.

Como saben, en noviem­bre se fir­mó una decla­ra­ción tri­la­te­ral de Rusia, Azer­bai­yán y Arme­nia. Y es impor­tan­te que, en gene­ral, se apli­que de for­ma cohe­ren­te. Se detu­vo el derra­ma­mien­to de san­gre. Es lo más impor­tan­te. Logra­ron dete­ner el derra­ma­mien­to de san­gre, lograr un alto el fue­go com­ple­to y comen­zar el pro­ce­so de estabilización.

Aho­ra, la comu­ni­dad inter­na­cio­nal y, sin duda, los paí­ses invo­lu­cra­dos en la reso­lu­ción de la cri­sis se enfren­tan a la tarea de ayu­dar a las zonas afec­ta­das en la solu­ción de los pro­ble­mas huma­ni­ta­rios rela­cio­na­dos con el retorno de refu­gia­dos, con la res­tau­ra­ción de la infra­es­truc­tu­ra des­trui­da, la pro­tec­ción y res­tau­ra­ción de los his­tó­ri­cos, monu­men­tos reli­gio­sos y culturales.

Otro ejem­plo. Me gus­ta­ría seña­lar el papel de Rusia, Ara­bia Sau­di­ta y los Esta­dos Uni­dos de Amé­ri­ca, y varios otros paí­ses en la esta­bi­li­za­ción del mer­ca­do ener­gé­ti­co mun­dial. Este for­ma­to se ha con­ver­ti­do en un ejem­plo pro­duc­ti­vo de inter­ac­ción entre esta­dos con eva­lua­cio­nes de pro­ce­sos glo­ba­les dife­ren­tes, a veces inclu­so com­ple­ta­men­te opues­tas, con sus pro­pias posi­cio­nes de cosmovisión.

Al mis­mo tiem­po, por supues­to, exis­ten pro­ble­mas que afec­tan a todos los esta­dos sin excep­ción. Un ejem­plo de ello es la coope­ra­ción en el estu­dio de la infec­ción por coro­na­vi­rus y la lucha con­tra ella. Recien­te­men­te, han apa­re­ci­do varias varie­da­des de esta peli­gro­sa enfer­me­dad. Y la comu­ni­dad mun­dial debe­ría crear las con­di­cio­nes para que cien­tí­fi­cos y espe­cia­lis­tas tra­ba­jen jun­tos para com­pren­der por qué y cómo, por ejem­plo, se pro­du­ce la muta­ción del coro­na­vi­rus, cómo se dife­ren­cian las dife­ren­tes cepas entre sí. Y por supues­to, es nece­sa­rio coor­di­nar los esfuer­zos de todo el mun­do, a lo que ins­ta el Secre­ta­rio Gene­ral de la ONU, a lo que nos diri­gi­mos en la cum­bre del G20 no hace tan­to tiem­po, es nece­sa­rio unir y coor­di­nar los esfuer­zos del con­jun­to mun­dial en la lucha con­tra la pro­pa­ga­ción de la enfer­me­dad y aumen­tar la dis­po­ni­bi­li­dad de las vacu­nas que aho­ra son tan nece­sa­rias con­tra el coro­na­vi­rus. Es nece­sa­rio brin­dar asis­ten­cia a los esta­dos que nece­si­tan apo­yo, inclui­dos los afri­ca­nos. Me refie­ro a aumen­tar el volu­men de prue­bas y vacu­na­cio­nes. Vemos que la vacu­na­ción masi­va está dis­po­ni­ble hoy, en pri­mer lugar, para los ciu­da­da­nos de los paí­ses desa­rro­lla­dos. Mien­tras que cien­tos de millo­nes de per­so­nas en el pla­ne­ta se ven pri­va­das inclu­so de la espe­ran­za de tal pro­tec­ción. En la prác­ti­ca, tal des­igual­dad pue­de sig­ni­fi­car una ame­na­za común, por­que, y es bien sabi­do, se ha dicho muchas veces, la epi­de­mia se pro­lon­ga­rá y sus focos incon­tro­la­dos per­sis­ti­rán. No tie­ne fronteras.

No hay lími­tes para las infec­cio­nes y las pan­de­mias. Por lo tan­to, debe­mos apren­der lec­cio­nes de la situa­ción actual, pro­po­ner medi­das des­ti­na­das a aumen­tar la efi­cien­cia del sis­te­ma para moni­to­rear la apa­ri­ción de enfer­me­da­des simi­la­res en el mun­do, el desa­rro­llo de tales situaciones.

Otra área impor­tan­te don­de la coor­di­na­ción de nues­tro tra­ba­jo es nece­sa­ria, de hecho, la coor­di­na­ción del tra­ba­jo de toda la comu­ni­dad mun­dial, es la pre­ser­va­ción del cli­ma y la natu­ra­le­za de nues­tro pla­ne­ta. Tam­po­co diré nada nue­vo aquí. Solo jun­tos podre­mos avan­zar en la solu­ción de pro­ble­mas tan gra­ves como el calen­ta­mien­to glo­bal, la reduc­ción de los recur­sos fores­ta­les, la pér­di­da de bio­di­ver­si­dad, el aumen­to de dese­chos, la con­ta­mi­na­ción plás­ti­ca del océano, etc., encon­trar un equi­li­brio ópti­mo entre los intere­ses del desa­rro­llo eco­nó­mi­co y la con­ser­va­ción del medio ambien­te para gene­ra­cio­nes actua­les y futuras …

¡Esti­ma­dos par­ti­ci­pan­tes del foro! ¡Que­ri­dos amigos!

Todos sabe­mos que la com­pe­ten­cia, la riva­li­dad entre paí­ses en la his­to­ria mun­dial no se ha dete­ni­do, no se detie­ne y nun­ca se deten­drá. Y las con­tra­dic­cio­nes, los cho­ques de intere­ses son tam­bién algo natu­ral para un orga­nis­mo tan com­ple­jo como la civi­li­za­ción huma­na. Sin embar­go, en los pun­tos de infle­xión, esto no inter­fi­rió, sino que, por el con­tra­rio, los ani­mó a unir esfuer­zos en las áreas más impor­tan­tes y ver­da­de­ra­men­te fatí­di­cas. Y me pare­ce que aho­ra es pre­ci­sa­men­te ese período.

Es muy impor­tan­te eva­luar hones­ta­men­te la situa­ción, enfo­car­se no en pro­ble­mas ima­gi­na­rios, sino en pro­ble­mas glo­ba­les reales, en eli­mi­nar des­equi­li­brios que son crí­ti­cos para toda la comu­ni­dad mun­dial. Y lue­go, estoy segu­ro, podre­mos lograr el éxi­to, para res­pon­der ade­cua­da­men­te a los desa­fíos de la ter­ce­ra déca­da del siglo XXI.

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