La población de Fnideq (localidad rifeña limítrofe con la frontera de Ceuta) no puede más. Está muriendo de hambre ante la falta de alternativas desde que cerró, hace casi un año, la frontera. Por eso desde este viernes están saliendo a la calle para protestar, quieren que se abra el paso del Tarajal y quieren poder ganarse la vida de nuevo. Tal y como se recoge en los vídeos facilitados a El Faro de Ceuta por asistentes a dichas concentraciones, se han reunido cientos de personas y se han tenido que desplegar fuerzas de seguridad incluso con antidisturbios.
Las familias del Rif que vivían del negocio de transportar mercancías a través de la frontera ya no tienen dinero para salir adelante. Han tenido que vender sus pertenencias para comer y esto también ha tenido otro efecto: el de la huida de personas en busca de un futuro que han desaparecido en el mar. Sus familias han confesado que partieron porque estaban necesitados.
La frontera, que cerro en marzo ante la pandemia, no ha vuelto a abrir y no hay siquiera fecha para ello. Tanto en Ceuta como en Castillejos se está administrando ya la vacuna contra el virus. Es un paso para ver la luz ante una posible apertura que nunca será como la de antes, porque ya se ha dicho que los que pasen tendrán que hacerlo con documentos o visado, amén de permisos de trabajo. Ha habido persecuciones y gritos pidiendo la apertura de la frontera.
Las fuerzas de seguridad han cargado en diferentes lugares ante estas movilizaciones. Nadie se ha hecho responsable de esta salida, que ha nacido del impulso de los propios residentes y de las movilizaciones a través de redes sociales. Según informan manifestantes, han detenido a varias personas y se está impidiendo grabar con teléfonos móviles lo que está sucediendo en la calle.
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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