Gerardo Ghioldi * /Resumen Latinoamericano, 17 de febrero de 2021
El Parque Nacional Nahuel Huapi hizo un audaz giro de 180º en la muestra permanente del Museo de la Patagonia. En esta entrevista con Archivos del Sur, el intendente del PNH, Horacio Paradela, explica los alcances de esa nueva mirada.
La Pandemia en la que estamos inmersos trae algunas noticias muy novedosas en la forma de contar la historia regional por parte del Museo de la Patagonia, uno de los museos más importantes de la región. El Museo de la Patagonia está ubicado en el Centro Cívico de Bariloche dependiente de la Administración de Parques Nacionales. Está realizando un audaz giro de 180° en la presentación de su Muestra Permanente. Para conocer más detalles de semejante cambio entrevistamos al Lic. Horacio Paradela, actual Intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Hasta hace muy poco se entraba al Museo de la Patagonia y uno se encontraba con una mirada muy fuerte de los supuestos “logros civilizatorios” de la Conquista del Desierto en el territorio del Nahuel Huapi. Esta mirada del poder triunfante negaba e invisibilizaba el genocidio al Pueblo Mapuche. Don Osvaldo Bayer predicaba que no hay que destruir las estatuas de Roca, sino que había que cambiarlas de lugar y enseñar a la población quienes fueron Roca y la Sociedad Rural que llevaron en conjunto la Conquista del Desierto en 1880.
¿Podés contarnos el proceso de renovación del Museo de la Patagonia que depende de APN?
Aprendimos mucho de la campaña de Bayer por la desmonumentalización de las estatuas de Roca pero vayamos a lo que estamos haciendo en el Museo de la Patagonia. Hay que diferenciar entre enfrentar una historia y lo que se monumentaliza y se constituye como positivo para la sociedad. Ensalzar algo que se vincula con la construcción de una historia, en este caso la de la Patagonia. Al plantear la renovación del Museo, de los mensajes del patrimonio cultural que tiene el Museo en parte también es como uno piensa los monumentos. Entonces se propicia otro mensaje, porque esto es también contar la historia, podes llegar a quedar encubriendo la historia.
El Museo requería desde hace muchos años la renovación de la colección de su muestra permanente, tanto en la forma de contar como en el contenido. El gran avance de las investigaciones en temas sociales, culturales e históricos, un avance indiscutible e importantísimo que se vivió, tanto por la llegada en los últimos 15 años de investigadores a la región y también por el esfuerzo y compromiso de muchos ciudadanos e instituciones que visibilizaron esa historia.
Es indiscutible que Archivos del Sur ha generado aportes a la historia regional. Se asoció oportunamente con distintos centros académicos y esto ayudó a visibilizar la historia local, la historia más oculta de las familias y poblaciones en la región en los últimos 100 años. Todos estos aportes han propiciado un entendimiento de estos procesos mucho más enriquecedor que el discurso tradicional asociado a una forma de contar la historia y la identidad argentina, por ejemplo la frase “los mapuche vinieron de Chile”.
Es importante recalcar las críticas del Pueblo Mapuche de cómo se contaba la historia desde el Museo de la Patagonia.
Claro, son procesos que pusieron en crisis el contenido de la muestra permanente y también pusieron en crisis aspectos políticos e ideológicos que indudablemente hacen al contar la historia, donde ya no es posicionarse por ejemplo que el pueblo mapuche es chileno, sino entender que es un pueblo que habita a ambos lados de la cordillera andino patagónica y que tenía vínculos con distintos pueblos de la actual Argentina y Chile y que dentro del mismo pueblo mapuche existe una diversidad que tiene que ser entendida profesionalmente y me refiero a construir conceptos desde las investigaciones antropológicas, históricas y geográficas para entender esta diversidad a través del tiempo. Ningún Pueblo es estático a lo largo de su historia. Los investigadores chilenos como argentinos han logrado construir un entendimiento distinto. Todo esto confluye para pensar un nuevo Museo de la Patagonia y efectivamente existe un posicionamiento en el buen sentido en hacernos cargo de un pasado regional complejo y terrible y ahí construir una sociedad con nuevos vínculos entre las comunidades mapuche y sectores de la sociedad argentina que debemos entendernos como parte de un territorio que fue en su momento sometido por el ejército argentino.
Hay que decirlo con todas las letras. Este territorio hasta 1860 no pertenecía a la República Argentina. Lo dicen los mapas, lo dicen las normativas que el vínculo entre la incipiente República con el Pueblo Mapuche y otros pueblos indígenas era la lógica de los convenios internacionales en los cuales se realizaban acuerdos con esas naciones esto decirlo parece que es todavía escandaloso. Hay que entenderlo de manera precisa por lo cual, hoy en día, el desafío es construir esa relación de tolerancia y de lo que supone el desarrollo de políticas nacionales y provinciales para el reconocimiento de derechos de las comunidades mapuche.
La frase que se puede ver en la foto, “Comienza el primer genocidio de la Argentina” es una frase que hasta ahora no se le escuchó al estado argentino, no hubo ningún presidente argentino hasta el día de hoy que haya dicho que en la Patagonia o en el gran Chaco hubo un genocidio por parte del Estado Argentino. Al estar esta frase presente en el inicio del recorrido del nuevo Museo de la Patagonia involucra por primera vez una nueva interpretación histórica de la llamada Patagonia.
Hay que señalar que no es la primera vez que el Museo lo dice, se mencionó también en la Muestra ni más ni menos de los 100 años del nacimiento del Perito Moreno el año pasado donde se señaló que hubo un genocidio y la muestra Huinca Malon del 2010-11 generada por Nación en conjunto con la Universidad Nacional de Rio Negro. Estos son los antecedentes.
Esta renovación del Museo de la Patagonia nace de un concepto generado por un grupo de investigadores principalmente de la UBA, el grupo Red de Investigadores en Genocidio donde referencio a Diana Lenton y Walter del Rio, también otros investigadores como Diego Escolar que trabajó mucho con los Huarpes. Ellos construyeron esta conceptualización para entender que el Estado Argentino definió una política de negación y aniquilamiento a distintos pueblos indígenas en el territorio que se construía al mismo tiempo con el fortalecimiento del Estado Nación Argentino. Hay que entender que este proceso histórico de la construcción del Estado Argentino en algunos sectores se construyó con violencia y muerte, por eso se habla de genocidio porque hubo una política específica destinada como tal.
El Museo puede acercarte a la construcción de una verdad fuerte y fundamentada. Es importante recalcar que no hay una verdad única para entender la historia, pero cuando uno construye un relato con datos cada vez más específicos y narrativas más precisas que vinculan conceptos y datos, uno construye una verdad del pasado más fuerte. Para mi es pensarnos como una sociedad mucho más pluralista y avanzada en el reconocimiento de derechos.
¿Cuáles son las sorpresas con esta nueva disposición de los materiales increíbles que tiene el Museo para cuando podamos entrar nuevamente?
Con un Museo que va a ofrecer una profundidad en la información que hoy en día la tecnología te permite comunicar de distintas maneras. Con una experiencia renovada de como un visitante puede entender la historia y la diversidad cultural de la región, haciendo foco en el sector norcordillerano patagónico y estos nuevos contenidos invitan a una recepción distinta a lo que el Museo en sus ochenta años ha promovido. No quiere decir que todos van a salir contentos porque algunos saldrán críticos pero esto es parte de la diversidad del entendimiento de esta sociedad.
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*Integrante de Archivos del Sur, subcomisión de la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer – Villa La Angostura
FUENTE: Diario Andino