Resumen Latinoamericano, 8 de marzo de 2021.
Este 8 de marzo, Dia internacional de la Mujer Trabajadora y de un nuevo Paro Feminista Internacional, quienes integramos la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda nos sumamos al grito de ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! ¡La deuda es con nosotras!
Desde la Autoconvocatoria denunciamos que el sistema de endeudamiento público, organismos internacionales como el FMI y grandes capitales internacionales de la mano de gobiernos cómplices, requieren la validación de deudas ilegítimas cuya consecuencia es que recursos que debieran destinarse a garantizar nuestros derechos económicos, sociales y ambientales se destinen a la “atención” de la deuda. Los procesos de endeudamiento además, se caracterizan por la imposición de mayores niveles de especulación, precarización, mercantilización de la vida, flexibilización laboral y extractivismo.
El impacto que tienen los procesos de endeudamiento sobre la vida de las mujeres, lesbianas, trans, travestis, marikas y todas las identidades disidentes es brutal, como fue denunciado en el reciente Juicio Popular a la Deuda y al FMI. La erosión de las prestaciones públicas, la disminución de los ingresos de les trabajadores y de su poder de compra que generan estos procesos implican la privatización de las tareas de cuidado que tradicionalmente recaen sobre los cuerpos feminizados. Asi, se ven forzadas a dedicar mayores esfuerzos para subsistir, aumentar el trabajo no pago que realizan e incluso a permanecer en situaciones de violencia al no contar con medios suficientes para salir de ellas. El endeudamiento del hogar mediante la toma de préstamos usureros que significan un alivio temporal de las finanzas domésticas rápidamente se convierte en problema más de la precarización y en un canal por donde se van los pocos ingresos disponibles.
Gritamos ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! porque deseamos una vida libre de violencias y autónoma, y para ello es necesario que los recursos públicos y de nuestros hogares estén destinados a garantizar nuestros derechos económicos, sociales y ambientales. Es necesario que nuestros cuerpos y territorios, la naturaleza de la cual somos parte, no sigan siendo violentados para “honrar” a una deuda ilegítima y odiosa.
Gritamos ¡La deuda es con nosotras! porque históricamente contribuimos gratuitamente al mantenimiento de la vida, gracias a nuestro trabajo doméstico y de cuidados invisibilizado por la sociedad patriarcal pero imprescindible para el funcionamiento del sistema productivo y financiero.
-Argentina, 8 de marzo de 2021