Por Juan Alonso, Resumen Latinoamericano, 9 de marzo de 2021.
Los Macri deben 4.594.871.583 pesos y 288.418.743 de dólares de su gestión del Correo privatizado. La jueza les dio plazo hasta fines de marzo para concretar el acuerdo con los acreedores o irán a la quiebra y deberá hacerse cargo el Grupo SOCMA. El principal afectado es el Estado Nacional. A los Macri se les cayó el último intento de zafar: querían pagar las deudas con lo obtenido de juicios contra el propio Estado que aún están en curso. La jueza desestimó de cuajo esa chance. Insólito: cómo los Macri se repartieron el Correo antes de pagarle al Estado.
La jueza nacional en lo Comercial, Marta Cirulli, precisó en un dictamen de 18 páginas al que accedió Nuestras Voces que “el valor estimado del paquete accionario del Correo Argentino es cero”, ya que “el pasivo es superior al activo” de la compañía del clan Macri en manos de SOCMA. Las cifras de los peritos contables que asistieron a la Justicia dan pavura: los Macri le deben a los acreedores –el Estado Nacional es el principal afectado- la friolera de 4.594.871.583 pesos y 288.418.743 dólares. Si los deudores no lo resuelven antes del 7 de abril, la empresa irá a la quiebra.
Nunca antes los Macri habían sufrido semejante cachetazo jurídico. Hasta hace solo un mes, sus plumíferos periodísticos realizaron todo tipo de tropelías y bajezas notariales contra la fiscal Gabriela Boquin.
Según explicó Irina Hauser en Página/12 a comienzos de febrero: “La denunciaron dos empleadas, una de las cuales está casada con uno de los candidatos a ocupar una vacante en la Sala B de la Cámara Comercial ‑Sebastián Sánchez Cannabó, que, de hecho, fue ternado a fin de año- que interviene en el caso Correo y que le había explicitado su incomodidad por el trámite de la causa y lo que los medios decían de ella”.
Hace un mes, el Grupo Clarín –protagonista estelar del lawfare mediático judicial- acusó a Boquin y a Carlos Zanini de “favorecer a Cristóbal López”, uno de los accionistas del canal de noticias C5N junto a Sebastián De Sousa, víctimas de la persecución de la mesa judicial de la mini era macrista.
Lo insólito de esta causa escandalosa donde queda expuesta la trama corrupta del poder real de la Argentina es que la familia Macri se repartió el Correo cuando todavía Franco Macri estaba con vida. Así lo narró Santiago O’Donnell en base a datos concretos de los documentos de la herencia de Franco.
“Además de las acciones de SOCMA y MIG, el acuerdo incluyó un crédito de U$S 1.291.165 por la venta de Canale S.A., un crédito por ‘el certificado de la ejecución de los campamentos de Yacyretá’, los dividendos por la venta de la empresa brasileña de basura Qualix y el reclamo ante el Estado argentino por la cancelación de la concesión del Correo Argentino.
También se transfiere a una empresa de los cinco hijos menos Alejandra, Eduardo Costa S.A., la propiedad de la quinta familiar Los Abrojos en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas y dos terrenos y sus edificaciones en Terrazas de Manantiales en Punta del Este, aunque, en esos casos, el padre del ex presidente mantuvo hasta su muerte el usufructo de dichas propiedades. El 13 de febrero de 2008, en un nuevo acuerdo, los hermanos menos Alejandra agregaron al reparto el 66,66 % de “el resultado financiero neto de gestiones correspondientes a Telecom Brasil”.
El mecanismo
¿Qué es lo que se dividieron los Macri con el Correo? El reclamo ante el Estado que, en la jerga de la timba financiera, se conoce como “claim”. Llegaron al punto de fundar una especie de Comité dentro de SOCMA para poder cobrar y el agua llegó al río cuando Franco quiso hacerse de 50 millones de dólares de ese dinero porque sostenía que el gran problema era la enemistad manifiesta de Mauricio con Néstor y Cristina Kirchner. Luego de ese acto rebelde, Mauricio emprendió la declaración de insania de su ilustre progenitor.
El asunto se puso espeso al punto que los Macri habrían comenzado a adquirir las acreencias del Correo Argentino. ¿Se entiende la presunta maniobra fraudulenta? Para asegurarse el voto de los mayores acreedores fuera del Estado Nacional, el clan de Calabria habría contactado a Meinl Bank Antigua, que era propiedad en un 51% de Odebrecht y fue clave para el pago de 1.600 millones de dólares en sobornos de esa empresa. Lo propio hizo el Banco Río, que cedió su parte al Banco de Servicios y Transacciones SA (BST), del empresario Marcelo Mindlin, titular de IECSA, la firma socia de Odebrecht en el soterramiento del tren Sarmiento. La financiación la estatizó Mauricio Macri por decreto. Igual que Domingo Felipe Cavallo con la deuda privada durante la dictadura militar. El mismo modelo de saqueo y vaciamiento del Estado en manos de magnates relacionados con la obra pública y el tratamiento de residuos en las grandes ciudades del país en sintonía con empresas energéticas, agroindustriales y mediáticas.
Según explicó en el libro “Hermano” de Santiago O´Donnell, Mariano Macri –ahora presuntamente arrepentido‑, esto sería un esquema de back-to-back. Un pasamanos entre ellos mismos. Por eso, Mauricio, cuando era presidente, hizo una oferta ridícula para pagar la deuda del Correo que fue rechazada por la fiscal Boquin y las instancias judiciales.
Incendio en puerta
La jueza Cirulli se tomó con sorna los argumentos y chicanas contables de los Macri. En su dictamen, calificó como “particularísimo y extraordinario” el curso del expediente y aclaró que la resolución no debe prolongarse luego de 20 años de litigio y lobby empresarial.
Cirulli dejó clarísimo que a Mauricio Macri y su familia se les acabaron las chicanas judiciales. Y eso, como es obvio, incluye a Gianfranco Macri, Franco Valladares Macri, Rodrigo Valladares Macri, Mariano Macri y Florencia Macri. A la hermana Alejandra –hija extramatrimonial de Franco con una recepcionista de una de sus empresas‑, el clan la dejó afuera de la repartija de los bienes y su demanda sigue curso por separado, aunque Mauricio intimó a su padre en vida para que él solo responda a ese reclamo hereditario.
Epilogo
Al cierre de esta edición, el portal predilecto de la embajada de EE.UU. publicó que “el índice Nasdaq perdió un fuerte 2,7% y lastró a los ADR, con Mercado Libre y Globant a la cabeza”.
Esta movida financiera global afectó a uno de los tantos amigos dinerarios de Macri, el empresario Marcos Galperin, quien junto a otros notables en el exilio fiscal de Uruguay se habrían propuesto como ansiosos mesías al rescate del Correo de los Macri.
Galperin reinventó el crédito virtual y es un apostador de las monedas de la nube. Su creación compite con los bancos y las principales tarjetas de crédito y débito.
En una entrevista del 5 de diciembre de 2020 para el diario español El País, sostuvo que “la pandemia nos convirtió en un bien esencial. (…) Esta pandemia no cambió dramáticamente la trayectoria de la empresa. Lo que hizo fue acelerarla. Nos puso en la curva de crecimiento tres o cuatro años adelante de lo que hubiésemos estado sin la pandemia”.
El extraordinario filósofo de lo efímero, Miguel Wiñazki (“p), entendió en 2018 que “el deseo es codicioso y arraiga una falta”. Aunque Voltaire –mucho más agudo- hablaba del “vicio de la avaricia”.
Viendo la actitud de Mauricio Macri con la toma de 44 mil millones de dólares fugados de la deuda externa con el FMI para validar su candidatura fallida y cómo intentó por una década evadir la deuda con el Estado por el Correo, podríamos aventurar que a Mauricio nunca lo abrazaron de chiquito.
Fuente La Tinta