Por Guillermo Cieza, Resumen Latinoamericano, 22 de marzo de 2021.
El 20 de junio de 2005 el Presidente Kirchner mediante el decreto 57⁄05 prorrogó por 10 años las licencias de radio y TV abierta y cable. Las empresas que habian recibido concesiones de 15 años por ley, mas diez años de prórroga automática, recibieron otros diez años más. Fue así que el grupo Haddad quedó autorizado para mantener a Canal 9 hasta 2019 y el Grupo Clarín pudo retener a canal 13 hasta 2025. Esta prórroga benefició también a Telefónica, dueña de Telefe y Radio Continental,y el grupo mexicano CIE, que era dueño de 5 emisoras, entre ellas Rock & Pop.
Al día siguiente, el diario «La Nación» informó que en el acto de anuncio de este decreto, que contó con la presencia de los principales dueños de los medios, el Presidente afirmó: » Queremos los medios en manos de empresarios nacionales, como ocurre en los países más serios del mundo. El entonces Jefe de Gabinete Alberto Fernández precisó » Le estamos permitiendo planificar a diez años. más para que pongan en orden las finanzas. Queremos comprometerlos también con los valores culturales de la Argentina que va a cumplir dos siglos, y les pediremos que dediquen parte de su programación a proyectos culturales y educativos.».
Estas decisiones politicas que tomaron gobiernos progresistas son también parte de la «pesada herencia» que recibe cada gobierno que es elegido por vía electoral en nuestro país.
Sus resultados están a la vista. La guerra mediática ha sido una de las principales armas utilizadas por la derecha para enfrentar todas las iniciativas que beneficiarán intereses populares y los llamados «medios hegemónicos» se han convertido en una usina permanente de desestabilización política.
La referencia a estos hechos no es un simple pase de facturas.
En el mes de abril de este año se vencen las concesiones de los puertos y la Hidrovía. Los puertos intentaron ser privatizados por el gobierno de Alfonsín, pero no pudieron concretarse por la resistencia parlamentaria, los bloques del Partido Justicialista y el de la izquierda. Con el gobierno de Menem se concretó la privatización con concesiones a 20 años, que son las que se vencen ahora.
Los puertos están en manos de un puñado de multinacionales. La norteamericana CARGILL tiene puertos propios en San Martin y Bahia Blanca, Bunge controla puertos en San Martín, Necochea y Quequén. A estas se suman Dreyfus, de origen francés, COFCO de origen chino , GLENCORE de origen suizo y las empresas de origen local ‚Vicentín y AGD.
Por estos puertos y la Hidrovía circulan los dos grandes productos de exportación de América Sur: la soja y la cocaína. La soja tiene a China como puerto de destino privilegiado . La cocaína, que proviene de la zona andina, va a la Unión Europea.
Los puertos y la Hidrovía son enclaves donde además del tráfico ilegal se producen maniobras de sobre y sub facturación, o contrabando directo. Por allí se evaden miles de millones de dólares que deberían aportar al Estado Nacional, pero además se genera un entramado mafioso con un enorme poder de soborno y de fuego.
En la historia del peronismo hay antecedentes sobre el control del comercio exterior, basta mencionar al IAPI, durante el primer gobierno de Perón. Releyendo los fundamentos de aquellos años para tomar estas medidas , se puede argumentar sobre la necesidad de no dejar estos enclaves en manos de los privados. Alguien podría decir que el mundo cambió, lo que es indiscutible. Ahora también tenemos la cuestión del narcotrafico, por lo que el control estatal es mucho más necesario.
Una posición soberana es recuperar los puertos y la Hidrovía y crear mecanismos de control donde además del Estado debe darse un papel relevante a los sindicatos que trabajan en ese enclave: aceiteros, recibidores de granos, estibadores portuarios, etc.
La cuestión de los puertos y la Hidrovia es probablemente la discusión politica mas importante de lo que resta de este 2021. La derecha no va a poner ese tema el agenda, salvo que advierta intenciones del gobierno de recuperar soberanía.
El peor escenario es que en los próximos meses el gobierno ponga la atención en temas secundarios, mientras por debajo de la mesa se concrete la continuidad del manejo por parte de un puñado de multinacionales de los puertos, de la Hidrovía y el Comercio Exterior. Se estaría comprometiendo no solo el futuro del actual gobierno, sino el la los que vengan después y la posibilidad de que millones de habitantes de nuestro país puedan vivir mejor en los años venideros.