Resumen Latinoamericano, 24 de marzo de 2021.
«Me da mucha bronca porque no puedo (…) defender a los que menos tienen (…) Esa es la indignación que tengo», ha dicho Milagro.
Desde la detención de la militante indígena, los comités internacionales no han cesado en su apoyo. El caso ha sido denunciado tanto por organismos locales, como internacionales, ante la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“No hemos logrado que estén con nosotros, a pesar de la lucha. Ahora no tenemos duda de que Argentina tendrá democracia plena y estado de derecho. Ella es muy fuerte, pero los calabozos de castigo, son una tortura”. Dice sobre Milagro Sala, un argentino en plena manifestación pacífica de movimientos sociales, junto a dirigentes políticos y otras personalidades, quienes no han abandonado a la líder indígena, detenida en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri. Se trata de una prominente dirigente social, mujer e indígena, que trabajó a favor de sectores históricamente relegados.
A este llamado se suman Comités por la libertad de Milagro Sala, constituidos en Canadá, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Francia, Suecia, Suiza, Argentina y otros países, en reclamo contra la detención injusta de la líder social jujeña y otras integrantes de la Tupac Amaru.
“Desde diferentes países, vemos con consternación que han pasado más de cinco años de la detención injusta de Milagro Sala y otros integrantes” de su organización, “sin que se hayan corregido las irregularidades cometidas, ni remediado las iniquidades realizadas”, señalaron en la nota que hicieron circular con un tuitazo global.
Han dirigido su reclamo a la Corte Suprema, para anular las sentencias contra Milagro y sus compañeros. Señalan como necesario, “examinar la evidente y nefasta intervención”, que ha tenido la gobernación de Jujuy en las acusaciones contra los detenidos y “las irregularidades que se han cometido en las causas” contra Sala.
Igualmente reclaman al Congreso de la Nación, para que intervenga el Poder Judicial de Jujuy, ante su absoluta dependencia del poder político de la provincia. También hay un llamado al gobernador, Gerardo Morales, que ha sido el principal impulsor político de la detención de Milagro Sala y al presidente de Argentina, Alberto Fernández.
Milagro y Evo
«Significa mucho para mí», afirmó dichosa al recibir la visita del expresidente Evo Morales, mientras ella guarda prisión domiciliaria.
Evo representa la lucha de las entrañas de Bolivia, por eso no es difícil entender por qué quiso saludar especialmente a la líder de la Tupac, al llegar al aeropuerto internacional «Horacio Guzmán», de San Salvador de Jujuy, provincia de la frontera internacional entre Argentina y Bolivia, antes del regreso a su nación.
La casa del barrio de Cuyaya, donde Milagro Sala permanece detenida, fue su primer punto de encuentro, incluso cambió el itinerario de viaje para poder saludarla y compartir una ceremonia entre pueblos originarios. Milagro agradece por su coraje y valentía. «La intervención –golpe de Estado- en Bolivia, significó mucha tristeza e indignación. El ejemplo de ustedes fue muy fuerte, porque nos dignificaron, nos devolvieron la esperanza».
Evo Morales, a casi un año de exilio político en Buenos Aires, que lo cobijó tras el golpe de Estado en noviembre de 2019, junto a su ex vicepresidente Álvaro García Linera, retornaron a la nación andino-amazónica. Fue triste y dura la espera, tras un régimen de facto que dejó cientos de muertos, persecuciones y detenidos.
Al ingresar al domicilio de Milagro, Evo se fundió en un cálido abrazo, mientras los cantos «Evo querido, Jujuy está contigo» y «Libertad a Milagro Sala, libertad a los presos políticos», matizaron el encuentro. Sala, visiblemente conmovida, agradeció la visita del exmandatario boliviano y reconoció su compromiso y fortaleza tras un año de exilio. “Lo más importante fue la unidad en base al pueblo indígena y los trabajadores, superar los problemas internos y nunca claudicar en nuestra ideología. El resultado de las elecciones es la mejor prueba de eso”, le respondió agradecido Evo Morales.
«Gracias por tu apoyo y solidaridad», agregó Morales. «Comparto su lucha. Tarde o temprano llega la Justicia. Mucha fuerza, hermana Milagro. Estamos contigo», expuso el expresidente en su despedida.
El apoyo y la lucha no cesan
Desde la detención de la militante indígena, los comités internacionales no han cesado en su apoyo. El caso ha sido denunciado tanto por organismos locales, como internacionales, ante la Organización de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Igualmente, se hacen campañas de solicitud de firmas entre parlamentarios europeos y visita de juristas canadienses y norteamericanos a Milagro, explicó María Elena Naddeo, copresidenta de la APDH e integrante del Comité por la Libertad de Milagro Sala.
“Están integrados por argentinos exiliados, vinculados a las luchas por los derechos humanos, aunque también participan activistas locales que se han acercado, impresionados por la labor social de la Tupac Amaru y su vínculo con los pueblos originarios, el vínculo de Milagro con la población coya, su origen humilde. Hay un componente de solidaridad activo, de europeos y americanos, con la situación de Milagros y las detenidas y detenidos de la Tupac”.
El tuitazo reciente, que hizo difusión a la carta, fue pensado como una primera acción para reactivar a los Comités. Y una carta, dirigida también: «Al doctor Alberto Fernández, presidente de la Nación Argentina (le pedimos que) siguiendo sus pronunciamientos públicos sobre las detenciones injustas de Milagro Sala y otros prisioneros arbitrarios y el mal funcionamiento de algunos jueces y fiscales, lleve adelante las acciones posibles y pertinentes para la liberación de los arriba mencionados e inicie la transformación de la legislación que rige el accionar del poder judicial».
«Entendemos que estas medidas volverán a encausar a la Nación Argentina en la construcción de una sociedad democrática e igualitaria e iniciarán un proceso de reparación por las injusticias cometidas contra la Organización Barrial Tupac Amaru y sus dirigentes», refiere la citada misiva.
Los comités por la libertad de Milagro, presentarán nuevas notas ante la Corte Suprema. Es urgente que revisen las apelaciones presentadas por los abogados de Milagro Sala, aún sin resolver. En especial en la causa llamada “Pibes villeros”, en la que la dirigente social fue condenada a 13 años de prisión, en carácter de jefa de asociación ilícita, fraude al Estado y extorsión, por el presunto desvío de fondos destinados a la construcción de viviendas por parte de cooperativas y organizaciones sociales en la localidad. Además, quedó inhabilitada para ejercer cargos públicos.
Para el mes de mayo ‑en el caso de que la Corte Suprema no haya resuelto- preparan un festival internacional virtual, por la libertad de Milagro.
Causas contra ella
A Sala se le han abierto múltiples causas en esos cinco años.
Bajo la presunta incitación a la violencia y tumulto, por encabezar una protesta en la provincia de Jujuy, contra los cambios impuestos por el gobernador Gerardo Morales en el sistema y programa de cooperativas, Gerardo Morales ordenó la detención de Milagro Sala y de otros dirigentes sociales y de cooperativas.
El gobernador de Jujuy, aliado de Mauricio Macri – expresidente de Argentina, 2015 y 2019- , la acusó de haber montado “un sistema de desvío de dinero público” y fácilmente, se negó a seguir dando fondos a la Tupac Amaru.
Ante esa decisión, se organizó una acampada frente a la Casa de Gobierno jujeña y multiplicaron las protestas en otras plazas de la provincia y del resto de Argentina. La trama fue concebida. Un juez local detuvo a Milagro Sala, el 16 de enero de 2016 y desde entonces la mantuvo presa, mientras los magistrados avanzaban en otras causas paralelas, vinculadas a supuestas maniobras de malversación de fondos públicos.
El problema fue que la detención de Sala, se convirtió en mucho más que un conflicto regional. Milagro no lo cree casual. «Esto me hace acordar cuando hace más de 500 años vinieron los colonizadores, invadieron nuestras tierras, nos robaron, nos masacraron, nos robaron el oro y todo se lo llevaron para Europa». Pero explica que la conquista no fue sólo saqueo, sino que también robaron la cultura, la historia e intentaron someter a los pueblos originarios. «Quisieron que nuestros hermanos caciques agacharan la cabeza. Pero no pudieron», afirma Milagro.
Por medio de la agrupación Tupac Amaru, creada en 2004, a partir de la iniciativa de un grupo de mujeres, surgió el aliento para la construcción de viviendas, pero en lugar de recurrir a una empresa especializada, decidieron formar a los propios pobladores para la tarea.
El dinero que recibían los pobladores, les rendía. Cuentan que se involucraron casi 100.000 personas, un 10% de la población de Jujuy. Entre todos, construyeron más de 8.000 viviendas sociales en una zona llamada Cantri Tupac Amaru. Allí hay escuelas, comedores, piscinas, centros ambulatorios, teatros, fábricas.
Convertida en cooperativa, la entidad generó fuentes de trabajo, brindó cursos de capacitación, produjo sus propios insumos y un excedente monetario, dedicado a la creación de centros de atención sanitaria, escuelas, espacios públicos de recreación. Entonces la líder Tupac Amaru, junto a otras organizaciones sociales, convirtieron a las cooperativas en el tercer empleador de Jujuy, detrás de la administración de gobierno y de los ingenios azucareros. Toda una amenaza para el poder.
A pesar de un fallo judicial que la absolvió, la militante sigue aún detenida, debido a que una cadena de acusaciones, impulsadas por el poder provincial, ha creado una maraña judicial que hasta el momento no ha encontrado resolución.
Según sus defensores y adherentes, Sala cometió el peor de los “crímenes” en una provincia como Jujuy, señalar que la indefensión de la población de su pueblo, obedece a intereses económicos de la clase dominante y conservadora local.
Estela Díaz, coordinadora del Comité por la libertad de Milagro Sala insiste en que la dirigente está presa por negra, india, coya y mujer. «Nos quieren hacer agachar la cabeza, y nos quieren venir a decir cómo tenemos que comer, cómo tenemos que vestirnos, nos vienen a quitar el trabajo, nos vienen a quitar las tierras a los pueblos originarios y nos vienen a hacer sufrir hambre, miseria y desocupación, desnutrición infantil, falta de educación, falta de salud, todo.
«El único camino que nos queda es la lucha. La unidad del campo popular es la salida para que de una vez por todas se termine la masacre que están cometiendo con este país», advierte Milagro desde su prisión domiciliaria.
El 17 de octubre del 2020, el juez jujeño Rodolfo Miguel Fernández, le dictó el cese de la prisión preventiva, en la causa que investiga un supuesto desvío de fondos para la construcción de viviendas sociales.
Sala sigue detenida bajo la modalidad de arresto domiciliario, por una condena no firme en la causa Pibes Villeros, dictada el año pasado por la Justicia provincial, que está en la Corte Suprema nacional a la espera de que los jueces la revisen.
Una mujer
Milagro confesó sus momentos más duros. Cuando en la cárcel supo que se enfermaron su hijo y su marido, y cuando no le permitían ver a sus 16 «hijos del corazón», criados con el mismo amor que a los que parió.
Pero también le duele lo que le hacen a su otra familia, la tupaquera. «Me da mucha bronca porque no puedo defender a los compañeros». «No puedo estar en la calle defendiendo a mi Patria, no puedo defender a los que menos tienen, lo que sabía hacer antes. Esa es la indignación que tengo». «La única lucha que puede salvar a nuestro pueblo es estando en la calle y la unidad del campo popular».
Jujuye, como fue conocida, es una de las zonas más pobres del país. Originalmente fue un pueblo indígena sedentario, que dio su nombre al valle de Jujuy, en el norte de la actual República Argentina, San Salvador de Jujuy, capital de la provincia de donde es originaria Milagro.
Allí vivían las tribus de los palpaláes, omaguacas, los ocloyas, culturalmente afines a la etnia de los jujuyes, conformada, entre otras tribus, por los chirimanos, los pelicochos, y los palomos, indígenas que habitaban entre los ríos Grande y Xibi Xibi.
En paz con los chichas y lípez de los likanantai (atacameños) y al sur con los calchaquíes del conjunto pazioca (o diaguita), limítrofes con los pueblos chanés de estirpe arawaka, los wichís (matacos), los vilelas, los tapietes y los pámpidos kom (tobas). Hacia el siglo XV, por el norte se impusieron los quechuas y los aimaras procedentes del Perú y el norte del Altiplano, los ava guaraníes o chiriguanos.
Posteriormente, los incas conquistaron las partes occidentales de las actual provincia de Jujuy, donde se han localizado sus huellas en el pucará de Tilcara. Los arqueólogos demuestran la conexión con los pueblos limítrofes y ramales principales del camino Inca, algunos, aún visibles.
Los pueblos originarios, opusieron una tenaz resistencia a la llegada de los invasores españoles. Durante las campañas bélicas contra los nativos, para lograr el sometimiento de la región al poder español, en 1582, se fundó la ciudad de Salta. Desde allí, intentaron una nueva colonización en el valle de Jujuy. Armaron la expedición con soldados, vecinos, indígenas y españoles, en caravanas y carretas hacia el valle de Jujuy. Fue entonces que eligieron la zona fértil ubicada entre los ríos Grande y Xibi-Xibi y fundaron la ciudad de San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy, el 19 de abril de 1593.
Hasta hoy, las tierras la trabajan miles de campesinos de origen indígena, como Milagro.
Durante décadas, la producción agrícola en el templado clima, sobre todo de caña de azúcar, estuvo controlada por grandes propietarios.
Y aunque, se dice que, los conflictos sindicales han sido más beligerantes que en el resto del país, en Jujuy las cifras de la indigencia alcanzan a 341 000 personas. Suman el 37,8% de habitantes en la pobreza, un total de 288.202 personas, y hogares ‑el 28,2%- que no cubren la canasta básica total de 37.023 pesos (Dipec). No satisfacen ingresos para la canasta básica familiar, valuada en 16.346 pesos ‑unos 180 dólares norteamericanos- para una familia de cuatro integrantes, según datos expuestos en año 2020.
Si “le agregamos la profundización de la crisis económica, generada por la parálisis de la cuarentena, podemos esperar para los próximos meses un deterioro aún más drástico, en las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras”, refiere el periodista Gastón Remy.
En la provincia de Jujuy, “los empresarios aprovechan para despedir trabajadores, más aún cuando el 52% de tienen labores informales y hay al menos, 43.000 cuentapropistas no registrados, que viven del día a día”
Ese y más, es el cuadro que Milagro, a sus 57 años, contempla desde la puerta de su casa, mientras su mente sigue libre, en lucha y su cabeza en alto.
Fuente: TeleSUR