El pago con el que Gonzalo Queipo de Llano adquirió la finca de Gambogáz ha estado discutida entre la propaganda franquista, los relatos de la familia anteriormente propietaria y las leyendas sevillanas. Tras más de ochenta años de aquello, el auge memorialista durante el siglo XXI y la restitución del gallego Pazo de Meirás, ha despertado el interés por la recuperación de la hacienda y sus terrenos ubicados en la orilla camera del Guadalquivir.
La investigación llevada a cabo por la Plataforma Gambogáz ha logrado un descubrimiento documental que puede despejar de forma determinante la recuperación del patrimonio por parte del Estado. Un acta notarial de la adquisición de los terrenos por parte de Queipo de Llano demostraría que el dinero con el que se compró procedía del Banco de España.
Este documento certificaría que la finca fue comprada a la anterior familia propietaria, los Vázquez Rodríguez, por 1,3 millones de pesetas usurpados a las arcas públicas. Los investigadores explican que este precio estaba por debajo de mercado y que sirvió para adquirir una extensión de 480 hectáreas, el 85,93% de la finca. Un hallazgo que anula la creencia popular, consecuencia de la propaganda franquista, de que el dinero tenía como origen una colecta popular emprendida como agradecimiento al general por su acción en la guerra.
El acta de compraventa se realizó en la notaría de Fulgencio Echaíde Aguinaga el 24 de diciembre de 1937. Tras la compra, Queipo de Llano donó la finca a la Fundación Benéfica Social Agraria Gonzalo Queipo de Llano que constituyó en ese mismo protocolo notarial.
En aquella escritura de compraventa se justificaba el pago con dinero público y la posterior donación desde la necesidad de “auxilio de la agricultura y protección de los obreros del campo o modestos agricultores para mejorar sus medios de vida”, mediante la “adquisición y parcelación de terrenos aptos para ser entregados a labradores de intachable conducta e indiscutible adhesión a la causa, que hayan tomado parte de la Cruzada de liberación”.
El “objetivo social” de la Fundación jamás se desarrolló y la familia Queipo de Llano, durante los años más sangrientos bajo su mando en la provincia de Sevilla, continuó ampliando el patrimon según ha podido conocer la plataforma. “En 1940 permutó por dos fincas de 17 hectáreas cada una los derechos sobre el cortijo que mantenían todavía cuatro hermanos de la familia Vázquez”, explican.
Además, en enero de 1945 la Fundación de Queipo de Llano compró 150 hectáreas en Isla Mayor por valor de 1,65 millones de pesetas, gracias a los beneficios de la explotación durante siete años de Gambogáz con mano de obra esclava de prisioneros de guerra.
Durante los años previos a su muerte en 1951, una maraña legal colmada de irregularidades permitidas por la ausencia de estado de derecho en el país, la propiedad de Gambogáz volvió a manos del propio Queipo de Llano y su familia, y la Fundación cambió su objetivo social. De esta manera, las propiedades pudieron ser heredadas por su descendencia hasta el día de hoy.
Tras el hallazgo notarial, crucial para conocer el origen usurpador de la propiedad actual de la finca, la Plataforma Gambogáz ha pedido al Secretario de Estado de Memoria Democrática, por intermediación de la Alcaldía de Camas, la formación de una comisión histórica y jurídica con capacidad para completar la documentación que permita llevar ante la Abogacía del Estado el caso de Gambogáz. Un procedimiento similar al que se llevó a cabo en la recuperación del Pazo de Meirás, donde la implicación de ayuntamientos, Diputación, y asociaciones memorialistas lograron un éxito que abre el camino de la restauración de otros patrimonios.
Nicolás López/Aljarafe digital
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