Resumen Latinoamericano, 8 de marzo de 2021.
El movimiento feminista mostró ayer que mantiene su pulso reivindicativo pese al contexto marcado por la covid. Tras un año de pandemia, que ha obligado a la población, y sobre todo a las mujeres, a un aislamiento social, y pese a las medidas de seguridad que se debían mantener en las concentraciones con aforo limitado, unas 4.500 mujeres acudieron, según la Guardia Urbana, a la manifestación estática celebrada en el paseo de Gràcia de Barcelona con motivo del 8‑M.
Tras la prohibición de las concentraciones en Madrid, la barcelonesa, con una fuerte asistencia de chicas jóvenes, evidenció que el feminismo sigue siendo una fuerza masiva. Una fuerza que se movilizó para reivindicar medidas concretas ante el impacto que la crisis socioeconómica debido a la pandemia está teniendo en las mujeres: más paro, aumento de la carga de cuidados y afectación en los sectores más feminizados.Lee también
No se trata de cotejar números tras las marchas masivas que comenzaron en el 2018, ya que el contexto es radicalmente diferente. Pero durante toda la jornada se sucedieron las concentraciones, los gestos simbólicos, los actos en toda España y sobre todo la agitación en las redes sociales que demuestran que las reivindicaciones por la igualdad de hombres y mujeres han cuajado de forma transversal. Para asistir a la concentración barcelonesa era necesario inscribirse y las inscripciones se agotaron, muchas mujeres caminaron por las calzadas laterales con pancartas individuales para cumplir con los protocolos de seguridad. Antes de empezar, se calculaba que asistirían unas 3.500 personas.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, los consellers de ERC Bernat Soler y Ester Capella, y la candidata de JxCat en las elecciones, Laura Borràs, acudieron a la concentración. Mientras que desde el Gobierno español, en cambio, se había hecho un llamamiento para no asistir a ninguna concentración.
En Madrid, el movimiento feminista animó a la ciudadanía a salir al portal y a los balcones a las ocho de la tarde para reivindicar la igualdad y como protesta ante la prohibición de las concentraciones en esta comunidad. Actos y concentraciones que tuvieron lugar en toda España bajo la idea, tal como se recogía en la concentración que se celebró en Huesca, que “ante la emergencia social, el feminismo es esencial”.
El movimiento
El feminismo mostró que mantiene su fuerza pese a las restricciones sanitarias
Los datos que se han desgranado estos días muestran el impacto de la crisis socioeconómica en las mujeres en un escenario en el que siguen sin llegar las respuestas de los poderes públicos y de las empresas. Después de todas las promesas lanzadas ayer, el movimiento feminista recordó que hoy no puede volver a olvidarse todo. Ni la tasa de paro, ni la brecha salarial, ni todas las violencias machistas.
La jornada empezó en Barcelona con algunas acciones de los sindicatos convocantes de la huelga, que tuvo un escaso seguimiento, y al mediodía medio millar de estudiantes caminaron desde plaza Universitat hasta el Parlament para vindicar una educación feminista.
La calle, las redes, los balcones mostraron que las reinvindicaciones feministas van más allá de los disensos en cuestiones concretas y reclaman de una mirada conjunta y larga. Así se puso de manifiesto por la mañana en un acto organizado por el Fòrum Hipàtia (que reúne a asociaciones de empresarias, directivas y profesionales). Un acto en el
que se recordó la situación de muchas mujeres que han pasado de la economía sumergida al desamparo.Lee también
Desde este foro se alzó la voz sobre lo que siempre sucede. En abril, tras un mes y medio de pandemia, se lanzó un manifiesto y se envió un paquete de medidas al Govern para hacer frente al difícil escenario que empezaba ya a cuajar sobre las mujeres, pero no hubo respuesta. Un diagnóstico hace once meses en el que se advertía de la “crisis profunda, econó-mica, social y ambiental que tiene su raíz en una sociedad patriarcal y caduca. Una sociedad que lidera en masculino con una autosuficiencia que no valora lo suficiente la vida, ni los trabajos de cuidado, ni el planeta”.
Quinientas personas se concentraron en Tarragona, miles en las diversas convocatorias en Andalucía, centenares en Bilbao. En Oviedo cientos de personas salieron a la calle para reivindicar “un nuevo modelo económico corresponsable desde el Estado, las empresas y los hombres, que proteja nuestras vidas y la dignidad de las personas cuidadas”. En Lleida se organizaron dos actos con una asistencia de 500 personas cada uno. En Las Palmas una cadena humana recorrió la avenida Marítima.
En toda la geografía
Los actos, la agitación en las redes, las cadenas humanas fueron generales en todo el país
No fueron las movilizaciones de estos tres años anteriores, evidentemente. Tras doce meses de encierro se podía inquirir si el feminismo conservaba su fuerza. Con otros formatos e ideas, ayer se evidenció que mantiene su pulso, que es un movimiento amplio y activo. Y que en el difícil escenario poscovid para las mujeres que ya se está asomando va a aumentar el clamor y la lucha. Como siempre, mucho más allá de este 8‑M.