Por Edgar Romero, Resumen Latinoamericano, 30 de marzo de 2021.
Lo que pasa con la carta magna actual «es que todas las responsabilidades que el Estado debería tener, no las tiene, el Estado se desliga», reduciendo su rol a una cuestión «minúscula», dice Marlene Duarte.
El 25 de octubre de 2020, con una mayoría aplastante, los chilenos votaron a favor de que se redacte una nueva Constitución en el país.
A este plebiscito, en el que el ‘Apruebo’ ganó con 78,28 % y el ‘Rechazo’ alcanzó el 21,72 %, se llegó gracias al estallido social que se generó en octubre de 2019, en el que, entre las principales demandas estaba la redacción de una nueva carta magna.
En el plebiscito, además, eligieron que el nuevo texto sea redactado por una Convención Constitucional, integrada por 155 ciudadanos electos para ello; esta opción ganó sobre la Convención Mixta Constitucional, que proponía que el texto fuera escrito por 86 miembros del Parlamento y 86 ciudadanos fuera del órgano legislativo.
Si los comicios no son cancelados por el aumento de contagios de covid-19 en Chile, el próximo 11 de abril será la elección de esos 155 ciudadanos que conformarán la Convención Constitucional, que se instalará a partir de mayo o junio en el Palacio de Pereira, en la comuna de Santiago, donde llevarán a cabo su labor, durante los próximos 9 o 12 meses.
¿Por qué es necesario una nueva Constitución?
La actual Constitución «es ilegítima, porque fue hecha bajo un gobierno dictatorial», dice, en entrevista con RT, Marlene Duarte, candidata a integrar la Convención Constitucional por el Distrito 16, que aglutina 20 comunas, en la región de O’higgins, al centro del país.
La Constitución que está vigente en Chile data de 1980, cuando estaba la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973−1990).
De acuerdo con Duarte, además de considerarse ese texto como ilegítimo, se creó «con cimientos neoliberales puros».
La candidata cuenta que uno de sus principales impulsores y personaje clave en la redacción de esa Constitución de la dictadura fue el profesor y exsenador de extrema derecha Jaime Guzmán, quien formaba parte del conocido grupo ‘Chicago Boys’, término para referirse a un puñado de economistas chilenos que estudiaron en la Universidad de Chicago, en EE.UU., siguiendo las ideas de Milton Friedman y Arnold Harberger, y luego fueron piezas importantes en el gobierno dictatorial.
«Nuestra Constitución, realmente, no es una Constitución garante de derechos; es una Constitución que, si bien habla de derechos, es cosa de uno leerla y analizarla», añade Duarte.
Explica, por ejemplo, que si bien el texto señala que «las personas tienen derecho al acceso a la educación», el mismo texto «le pone un apellido: la cual puede ser pública o privada». Con ello, puntualiza Duarte, «garantiza el derecho al acceso, pero no garantiza el derecho como tal», porque no lo vincula al Estado. Lo mismo sucede con otros, como la salud.
Entonces, dice, lo que pasa con la carta magna actual «es que todas las responsabilidades que el Estado debería tener, no las tiene, el Estado se desliga», reduciendo su rol a una cuestión «minúscula».
¿Por qué se mantuvo el texto de 1980?
Duarte recuerda que esta Constitución se perpetuó hasta la actualidad porque está protegida por un candado de «supramayoría» (altos quorum), que evitó dar paso a hacer grandes reformas al texto en el órgano legislativo chileno.
La Constitución se debía redactar de tal manera que, en palabras del propio Guzmán –también fundador de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) – , «si llegan a gobernar nuestros adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría».
Con ese «amarre», sostiene Duarte, «se perpetúa el modelo (neoliberal)», que con los años «se va consolidando»: «El Estado chileno se vuelve cada vez más débil y las empresas en Chile se vuelven cada vez más fuertes», afirma. Todo esto, en la sociedad chilena se evidencia en una desigualdad creciente.
«La empresa hace lo que quiere, explota los recursos naturales, deja la contaminación, genera zonas de sacrificio, arrasa con el agua y otros recursos naturales y después se va y deja a los pueblos empobrecidos», enfatiza.
Duarte menciona que, además, «la clase política, que es la elegida por la ciudadanía, no defiende a los ciudadanos, se dedica a proteger a las empresas y a perpetuar este modelo».
Con este panorama, la candidata señala que el estallido social de 2019 «era una bomba de tiempo» que «en cualquier momento iba a estallar», puesto que «las diferencias sociales en Chile son realmente abismales».
Propuestas
Justamente del estallido social nacieron muchos líderes y lideresas en Chile, como Duarte, porque se generó una mayor organización social, que luego propicio las candidaturas a la Convención Constitucional. Ella se presenta en una lista de candidatos independientes, que por primera vez pueden participar de esta manera en una elección en el país suramericano —puesto que en comicios legislativos solo se permiten partidos — .
Con el trabajo territorial que ha hecho, que incluye asambleas y encuestas; y con base en su experiencia de 10 años trabajando en la realización de planes de desarrollo comunal a nivel nacional, ha elaborado un programa, que incluye cinco ejes temático para la consecución de «un Estado garante de los derechos de las personas y de los seres vivientes, que promueva el bienestar social y medioambiental», dice.
- Desarrollo sostenible y regeneración
El primero de estos ejes, priorizados por Duarte, es el de «Desarrollo sostenible y regeneración». Explica que lo ubica como el más relevante porque considera la importancia de «la protección de los recursos naturales».
La entrevistada sostiene que esta nueva Constitución debe garantizar la protección de la flora y fauna nativa, como derecho a la vida; la protección de los recursos naturales, en especial el agua como derecho humano; los derechos de los animales como seres sintientes; la soberanía alimentaria y la protección de las semillas, como un derecho humano (fin a los transgénicos y agrotóxicos, que han generado muchos problemas a la salud de las personas y los terrenos); la madre tierra como un sujeto de derecho; y la promoción del reciclaje, la reducción y la reutilización.
- Derechos humanos y seguridad social
El segundo eje está orientado a los «Derechos humanos y la seguridad social». Tiene que ver con la garantía de derechos en cuanto a la equidad, la paridad y la diversidad de género; una educación y salud de calidad, universal y gratuita; y el acceso a la vivienda.
También, que se garantice una previsión social estatal, eliminando las controvertidas privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), cuyo creador, dice Duarte, es José Piñera Echenique, hermano del presidente Sebastián Piñera, y considera otro de los ‘Chicago Boys’, aunque en realidad estudió en la Universidad de Harvard.
- Desarrollo económico y equidad
El tercer eje tiene que ver con el «Desarrollo económico y equidad». Indica que el Estado debe fomentar y generar «nuevos modelos económicos», porque no se puede «seguir teniendo el mismo modelo neoliberal».
El objetivo es procurar la reducción de la desigualdad, mediante un nuevo mecanismo de la distribución del ingreso. También se debe orientar a la promoción y fomento de las ciencias y la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la producción de energías renovables.
- Estado e innovación en la gestión pública
El cuarto eje es «Estado e innovación en la gestión pública». Al respecto, señala que es necesario «cambiar el paradigma actual que tiene el Estado» y, partiendo de eso, se debe definir a Chile como «plurinacional», reconociendo que dentro conviven diferentes tipos de naciones.
En este eje presenta una propuesta que hasta el momento no ha hecho ningún otro candidato, que es la «creación de un cuarto poder estatal», además del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que sería «fiscalizador» y estaría radicado en la «ciudadanía», es decir, un «poder ciudadano»; también abogará por la instauración de un congreso unicameral —el actual tiene dos cámaras — ; y trabajará porque se haga una reforma a las fuerzas de seguridad, tan criticadas por las constantes violaciones a los derechos humanos. «Ya no estamos en dictadura y en Chile se siguen aplicando las mismas prácticas que se aplicaban en esa época», comenta la candidata.
- Participación y soberanía ciudadana
El quinto eje del programa de Duarte es «Participación y soberanía ciudadana». Sobre esto, señala que el Estado debe garantizar la promoción de la participación ciudadana en todos los niveles, el desarrollo de las organizaciones de la sociedad civil, el establecimiento de iniciativas de ley popular y la instauración de plebiscitos vinculantes a nivel municipal, regional y nacional.
También, propondrá la instauración de referendos revocatorios para que se realicen a las autoridades que ejerzan cargos de elección popular.
Una vez que se instale la Convención Constitucional, tiene nueves meses para redactar la Constitución, tiempo que se puede prorrogar tres meses más. Posterior a ello, los chilenos irán nuevamente a las urnas para el «plebiscito de salida», donde aprobarán o rechazarán el nuevo texto.
Fuente: RT