Por Andrey Manchuk. Resumen Latinoamericano, 27 de marzo de 2021.
Mijaíl Saltykov-Shchedrín una vez escribió “El cuento del jefe entusiasta”, que presentaba a un burócrata que pretendía cerrar América con una circular. Este escenario satírico se está implementando de alguna manera en la Ucrania post-Maidan. El presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Alexey Danilov, ha apelado públicamente a rechazar el incorrecto término “Donbass”, afirmando que es una narrativa del enemigo que están imponiendo en Ucrania agentes del Estado agresor. Es más, según el oficial, Donbass ni siquiera existe, hasta el punto de que simplemente es peligroso pronunciar la prohibida palabra.
“La palabra Donbass no se encuentra en ningún documento legal de nuestro Estado. Se trata de una definición impuesta a nosotros por la Federación Rusa: el pueblo de Donbass, la elección de Donbass, Donbass no va a ponerse de rodillas. Hay términos claros para el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk, no es Donbass, es muy peligroso cuando empezamos a decir esas cosas”, afirmó durante el foro “Reforma electoral: análisis desde el punto de vista de los valores, derechos políticos, calidad y procedimientos”.
Esta afirmación no tiene nada de nuevo. La memoria de la sociedad moderna es corta, pero no es la primera vez que Danilov se expresa de esta forma. “Realmente no me gusta la palabra Donbass. Es uno de los elementos de la guerra híbrida. Lanzan ese tipo de cosas lingüísticas y nosotros las usamos. Personalmente, creo que, en este caso, la lengua debe ser clara”, afirmó el año pasado en una entrevista.
El presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania nació en el territorio de la región de Lugansk y es perfectamente consciente de que sus palabras son un insulto a los residentes de la región, que, al margen de sus opiniones políticas, siempre han sabido que viven en Donbass. Sin embargo, Danilov no se preocupa por las consecuencias de sus palabras, aunque es evidente que no van a contribuir positivamente en las negociaciones para resolver en conflicto en el este del país. Puede que simplemente no comprenda que tendrán un efecto destructivo.
“Las palabras del señor Danilov no son ningún lapsus. Es difícil imaginar un golpe más fuerte en el ambiente de las ya podridas negociaciones del proceso de Minsk. Si era un plan para darle la vuelta a la situación y echar leña al fuego, ahí lo tienen. Y no hace falta siquiera disparos, con las palabras vale. La ya decaída seguridad nacional ha recibido un golpe en el estómago. En la retaguardia. Del presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, que, en mi opinión, no sabe lo que ha hecho. Los residentes de los territorios fuera de control en Donetsk y Lugansk han vuelto a sentir la verdadera actitud de los políticos de Kiev hacia su destino, su identidad regional y su futuro”, escribió el politólogo Andrey Ermolaev.
El problema es que la opinión de esas personas es lo último de lo que se preocupan los oficiales de Kiev. Alexey Danilov ya ha afirmado que, tras la liberación de los territorios fuera de control, las autoridades ucranianas tendrán que establecer un “régimen totalitario” sobre ellos: con ley marcial y sin elecciones. Y en el actual foro, se ha hablado de la reforma electoral, no tanto sobre los “procedimientos de calidad”, sino sobre por qué los residentes de algunas zonas de Donbass, por algún motivo, no tuvieron derecho a participar en las elecciones locales, aunque no hubo problema en que lo hicieran en tiempos de Petro Poroshenko.
El presidente del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional ha engañado a los participantes de este foro. Las declaraciones sobre la inexistencia de Donbass contradicen la práctica de registro oficial de las instituciones nacionales de Ucrania, donde el término se utiliza constantemente, no menos que en tiempos soviéticos.
“Una simple búsqueda en las páginas web de las autoridades estatales de Ucrania y aparecen los datos. La palabra Donbass se menciona 2533 veces en el web del Consejo de Ministros de Ucrania. También aparece mencionada en 112 actos regulatorios. Así que la frase la paz en Donbass no se encuentra en ningún documento legal de nuestro país es pura mentira. En la web del Parlamento de Ucrania, se han registrado ocho leyes en las que aparece la palabra Donbass. Y esto es solo una búsqueda básica en la web. Pero lo principal es la web oficial del presidente de Ucrania, donde la palabra Donbass aparece en 30 artículos, entre ellos en los discursos de Volodymyr Zelensky. Sugiero al Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania y personalmente a Danilov que busquen enemigos de Ucrania y promotores de la narrativa rusa en todas las ramas del poder ejecutivo y legislativo de nuestro país. Les pido que presten especial atención al ciudadano Zelensky, Volodymyr Alexandrovich, que, entre otras cosas, ha dicho: «La paz en Donbass y la desocupación de Crimea son mis principales prioridades». Menuda traición”, ironizó el conocido voluntario de Donetsk Enrique Menéndez.
Nada de esto es sorprendente teniendo en cuenta que la palabra Donbass fue introducida en el lenguaje del día a día por Evhraf Kovalevsky, con un apellido tradicional ucraniano y un hombre de versátil conocimiento y un gran carácter gestor del que carecen sus epígonos ucranianos actuales.
En 1827, el ingeniero de minas fue el primero en calificar la región de la estepa como cuenca del Don (Donbass) y habló de los depósitos de carbón, sal y hierro que se habían descubierto allí. “El rango montañoso de Donetsk, en términos geognósticos, representa una gran cuenca llena de sedimentos”, escribió en su investigación, que jugó un papel importante en el futuro desarrollo industrial de las regiones de Donetsk y Lugansk. Las palabras “cuenca de Donbass” se convirtieron después en Donbass, término que gradualmente se generalizó al igual que lo hicieron otros conceptos históricos y geográficos como Galichina, Volinia, Podolia, Slobojanschina, Bukovina, Polesia, Pokutia y Transcarpatia.
Todo esto no tiene nada que ver con ninguna narrativa rusa. Es más, el ingeniero Kovalevsky, nacido en los alrededores de Járkov, nunca olvidó a sus antepasados, entre los que estaba el general Esaul del ejército de Zaporozhie, que se extendió al este por el territorio de la actual región de Kiev. Conocía bien la historia y la cultura ucraniana y personalmente permitió la publicación del Kobzar de Shevchenko cuando era ministro de Educación Pública del Imperio Ruso, algo de lo que los patriotas modernos prefieren no hablar.
Es más, el concepto de “Donbass” fue más activamente introducido en el día a día en los años veinte del siglo pasado, en pleno auge de la ucranización, como nos recuerdan numerosos carteles comunistas. Jamás tuvo implicación antiucraniana alguna.
El problema es otro: a la clase política ucraniana le repugna el espíritu proletario de esta región industrial y ve a sus habitantes desde el punto de vista del odio de clase. Hace tiempo que son la norma las muestras activas de odio a Donbass, uno de los motivos más importantes del estallido del conflicto. Sin embargo, a los nacionalistas no les basta con declararle la guerra al concepto geográfico de la narrativa “soviética”. Y esa alocada política solo puede derivar en tragedias futuras.
Fuente: Slavyangrad