Ecología Social. Minería de uranio, la otra parte de la energía nuclear que también amenaza al Planeta

Eco­lo­gía Social. Mine­ría de ura­nio, la otra par­te de la ener­gía nuclear que tam­bién ame­na­za al Planeta

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Por Mar­tintxo Mantxo, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de mar­zo de 2021.

Con la emer­gen­cia cli­má­ti­ca (enton­ces “cam­bio cli­má­ti­co”) copan­do el cen­tro del deba­te ambien­tal, algu­nos, sobre todo algu­nos con intere­ses en esa indus­tria obvia­men­te, plan­tea­ron a la nuclear como la alter­na­ti­va a la ener­gía fósil, a la elec­tri­ci­dad gene­ra­da a par­tir de car­bón y petró­leo (el gas tie­ne un gran impac­to cli­má­ti­co pero no esta­ba tan intro­du­ci­do y no se veía como el res­pon­sa­ble que es). Enton­ces ya no pesa­ban tan­to en la opi­nión los suce­sos de Three Island o de Cher­nobyl. Pero enton­ces ocu­rrió el desas­tre de Fukushi­ma Daii­chi (2011) y modi­fi­có la tendencia.

¿Des­nu­clea­ri­zán­do­nos o no?

Enton­ces Ale­ma­nia anun­ció un plan de des­nu­clea­ri­za­ción para 2022; Ita­lia reali­zó un refe­rén­dum en el que el 94% votó en con­tra de cons­truir nue­vas cen­tra­les, e inclu­so Fran­cia, extre­ma­da­men­te depen­dien­te de esta ener­gía, deci­dió redu­cir esta ener­gía en un ter­cio. Pero en este últi­mo caso esto no está ocu­rrien­do, y lo mis­mo ha ocu­rri­do con otros paí­ses como Chi­na, que sus­pen­dió por un tiem­po su plan nuclear, para reini­ciar­lo aho­ra, plan­tean­do aumen­tar su capa­ci­dad nuclear 100 veces más que lo que tie­ne para 2050 (has­ta 400 o 500 Gw).

Ade­más de Chi­na, en muchos otros paí­ses asiá­ti­cos como Mala­sia, Fili­pi­nas, Kuwait, Bah­rein, India, Corea del Sur o Tai­wán no se aban­do­na­ron los pla­nes de ener­gía nuclear. O inclu­so en Japón, don­de se sufrió una gran con­mo­ción, ocho años des­pués, en 2019, se recu­pe­ra­ba la ener­gía nuclear y el gobierno apro­ba­ba que el reac­tor de Ona­ga­wa vol­vie­ra a fun­cio­nar, pla­nean­do de nue­vo gene­rar el 20% de su ener­gía a par­tir de nuclear para 20301 (mien­tras, la ame­na­za sís­mi­ca no se ale­ja, obvia­men­te: la últi­ma y más fuer­te acti­vi­dad sís­mi­ca ocu­rría el 13 de Febre­ro de 2021, un sis­mo de 7,1 gra­dos en la esca­la de Rich­ter a unos 54 kiló­me­tros de Fukushi­ma). La India tie­ne tam­bién inten­ción de cons­truir 10 reac­to­res (en cola­bo­ra­ción con Rusia).

Igual­men­te en el Rei­no Uni­do, don­de ya se cons­tru­yen 2 nue­vos reac­to­res en Hin­kley2, en el sur­oes­te, que suma­rán 3.260 MW, y hay pro­pues­tos otras 4 plan­tas3. En total, se están cons­tru­yen­do 50 reac­to­res más en el mun­do, aun­que, en reali­dad, según infor­ma la empre­sa de ges­tión KPMG, exis­ten pro­yec­tos para 653 nue­vas ins­ta­la­cio­nes nuclea­res para 2030.

¿Inclu­so en el estado?

Aquí tam­bién, ya exis­tía una mora­to­ria para no cons­truir más reac­to­res, pero se man­te­nían los exis­ten­tes. Estos lle­ga­ban al fin de su ciclo de vida esti­ma­do, y en el caso de la de Garo­ña, con reac­tor idén­ti­co al de Fukushi­ma, de Gene­ral Elec­tric, era ese año, 2011. Enton­ces des­cu­bri­mos, que pese a ello, y pese a acci­den­tes y alar­mas, a las empre­sas pro­pie­ta­rias (Iber­dro­la y Ende­sa), una vez cons­trui­da la cen­tral y en mar­cha, pre­fe­rían con­ti­nuar operando.

Así, ese año, se apro­bó la Ley de Eco­no­mía Sos­te­ni­ble por la que, para­dó­ji­ca­men­te, se per­mi­te la amplia­ción del perio­do de vida útil de las cen­tra­les nuclea­res más allá de los 40 años si lo auto­ri­za el Con­se­jo de Segu­ri­dad Nuclear (CSN). Por eso, vol­vie­ron a plan­tear su reaper­tu­ra des­pués de cerra­da, pero en 2017 ésta no fruc­ti­fi­có. Como en Fukushi­ma que­dó cla­ro, una vez ocu­rri­do un desas­tre, la socie­dad y el medio ambien­te es el que lo sufre, y los gas­tos van a cuen­ta del esta­do, de nues­tras con­tri­bu­cio­nes. La con­ti­nua­ción de Garo­ña reac­ti­vó la lucha anti-nuclear sobre todo en Eus­kal Herria (País Vas­co) por su cer­ca­nía, y alta den­si­dad pobla­cio­nal. Final­men­te se cerró en 2013.

Aho­ra sigue tocan­do a las demás que se apro­xi­man tam­bién a su fin. Así, la siguien­te sería Con­frents cuyo con­tra­to fina­li­za el 20 de mar­zo de este año, 2021. Esta cen­tral ha encen­di­do las alar­mas en muchos momen­tos, por lo que la cam­pa­ña local Tan­quem Con­frents exi­ge su cie­rre inme­dia­to y que no pro­lon­guen su acti­vi­dad. Pero si se apli­ca lo que dic­ta la Ley de Eco­no­mía Sos­te­ni­ble, su con­ti­nui­dad esta­ría ya deci­di­da, pues ayer (18 de febre­ro 2021) el CSN ya se posi­cio­nó a favor de su continuidad.

Este hecho nos demues­tra que pese a lo que pode­mos creer, pese a lo ocu­rri­do, pese a su impac­tos y pese a los ries­gos tan altos y tan demos­tra­bles que supo­ne, la ener­gía nuclear con­ti­núa plan­teán­do­se como una for­ma de pro­duc­ción eléc­tri­ca, y que en muchos casos, ade­más como alter­na­ti­va (aun­que no se plan­tee así) a la fósil que se cie­rra por cues­tio­nes cli­má­ti­cas (a ello sumar el enca­re­ci­mien­to y la dis­mi­nu­ción de recursos).

La ame­na­za pocas veces aso­cia­da a la ener­gía nuclear: la minería

Pero no es el úni­co signo de que la nuclear con­ti­núa. En el esta­do con­ta­mos con la ame­na­za de un pro­yec­to demi­na de ura­nio a cie­lo abier­to por par­te de la empre­sa Ber­ke­ley en Retor­ti­llo (Sala­man­ca). Esta mina sería la úni­ca a cie­lo abier­to de Europa.

En octu­bre, el gobierno pro­pu­so el incluir una prohi­bi­ción de las minas de ura­nio den­tro de la Ley de Cam­bio Cli­má­ti­co que se dis­cu­ti­rá en abril 2021, pero le reno­vó su auto­ri­za­ción en diciem­bre. Aho­ra, nue­va­men­te, la pobla­ción local se opo­ne, y tam­bién, enten­de­mos, ins­ti­tu­cio­nes como la dipu­tación que se ha opues­to al des­do­ble de la carre­te­ra pre­ci­sa para aco­me­ter la actividad.

Este resur­gir nuclear tie­ne su expre­sión en la mine­ría de ura­nio, una acti­vi­dad impres­cin­di­ble para esta ener­gía, que muchas veces pasa des­aper­ci­bi­da y cuyos impac­tos son tam­bién tre­men­dos. El tema de la mine­ría que­da nor­mal­men­te fue­ra de la ecua­ción nuclear, tam­bién des­de la pers­pec­ti­va ambien­tal, y es la pri­me­ra fase y tam­bién de gran impac­to. En ella se unen los gran­des impac­tos ambien­ta­les y socia­les de cual­quier mine­ría, mayo­res cuan­do se tra­ta de la mine­ría a cie­lo abier­to. Al extraer ura­nio y tri­tu­rar y lavar la roca que lo con­tie­ne se des­pren­de radio­ac­ti­vi­dad y ésta per­du­ra en rela­ves (dese­chos). Esa radio­ac­ti­vi­dad así como otros ele­men­tos tóxi­cos se fil­tran en el sis­te­ma hídri­co, se expan­den en el aire, y lo con­ta­mi­nan todo. Por eso, como bien nos demues­tra la pobla­ción afec­ta­da por este pro­yec­to pro­pues­to, nadie quie­re este tipo de explo­ta­cio­nes cer­ca de su casa.

Ura­nium Atlas 2020, de Beyond Nuclear International

La deu­da del uranio

Pero esta cla­ro que si que­re­mos nuclea­res, habrá que ali­men­tar­las, y de algún lugar ven­drá el ura­nio. El del esta­do, pro­ce­sa­do en la fábri­ca de ENUSA, tam­bién en Sala­man­ca pro­ce­de de los mayo­res pro­duc­to­res mun­dia­les: Rusia, Aus­tra­lia, Kaza­jis­tán, Cana­dá y Níger, don­de ésta posee el 10% de la mine­ra COMINAK. De ENUSA a su vez, tam­bién se expor­ta más de la mitad de lo pro­ce­sa­do a los gran­des con­su­mi­do­res: Ale­ma­nia, Bél­gi­ca, Fran­cia y Esta­dos Uni­dos. (ver el Ura­nium Atlas  2020, de Beyond Nuclear International)

La ener­gía nuclear pro­por­cio­na alre­de­dor del 10% de la elec­tri­ci­dad mun­dial a par­tir de unos 440 reac­to­res de poten­cia. Sin embar­go, ésta está dis­tri­bui­da de muy des­igual for­ma en el mun­do. Pri­me­ro por su alto cos­te, pero tam­bién por la pro­pie­dad de la tec­no­lo­gía y los medios, y por­que su segu­ri­dad es tan míni­ma, que hace que no se per­mi­ta su total expan­sión. Por ello, se apre­cia que su implan­ta­ción corres­pon­de sobre todo a los paí­ses enri­que­ci­dos, uti­li­zán­do­se en unos 50 paí­ses. De ellos, doce paí­ses pro­du­je­ron en 2019 una cuar­ta par­te de esta elec­tri­ci­dad.4

Mina de ura­nio en Namibia

Pero cuan­do habla­mos de la mine­ría, si que la encon­tra­mos más difun­di­da. Sobre todo por­que muchos de los prin­ci­pa­les pro­duc­to­res la extraen tam­bién en su terri­to­rio (o no: ya hemos vis­to el caso espa­ñol que es tam­bién para­dig­má­ti­co), pero muchos pre­fie­ren impor­tar­lo, y, que en ese caso, sean otros los que sufran sus efec­tos. En muchos casos, muchos de los pro­duc­to­res no cuen­tan con cen­tra­les nuclea­res, como es el caso de Níger, nami­bia o Tan­za­nia y Con­go (RDC) (en estas tres últi­mas no se extrae en la actua­li­dad). Por lo tan­to, el sumi­nis­trar­se de su ura­nio supo­ne con­traer una fuer­te deu­da eco­ló­gi­ca (por no aña­dir otros aspec­tos como el sani­ta­rio, social) por la socie­dad que lo consuma.

La deu­da del ura­nio tie­ne su máxi­ma expre­sión, como es habi­tual, en Áfri­ca. Allá Fran­cia se ha abas­te­ci­do por años en Níger del ura­nio nece­sa­rio para ali­men­tar su mega-pro­gra­ma nuclear. La colo­nia bel­ga de Zaire/​Congo (actual RDC) tam­bién se sumi­nis­tra­ba de ahí, de Shin­ko­lob­we, en Katan­ga (se cerra­ron en 2004 y no se vol­vie­ron a abrir debi­do a la ines­ta­bi­li­dad e inse­gu­ri­dad del país); y tam­bién los EEUU que uti­li­za­ron su ura­nio para su pro­gra­ma nuclear mili­tar, el Pro­yec­to Manhat­tan y para sus bom­bas de Hiroshi­ma y Naga­sa­ki. En Nami­bia, don­de se sitúan tres de las mayo­res minas de ura­nio a cie­lo abier­to del mun­do, se pro­vee Chi­na. Las tres per­te­ne­cen a fir­mas chi­nas. En Tan­za­nia Rusia que­ría ope­rar otra mina.

Como en la deu­da eco­ló­gi­ca, en este caso no es sólo apro­piar­se de los recur­sos de otro país, pagan­do menos por ellos de for­ma que con­tri­bu­ye toda­vía más al desa­rro­llo eco­nó­mi­co de ese país, sino que ade­más se deja en el país de extrac­ción todo un lega­do de con­ta­mi­na­ción y des­truc­ción. En el caso del ura­nio, debe­mos aña­dir, el lega­do de radio­ac­ti­vi­dad, con unos efec­tos en la salud y en el medio ambien­te muy espe­cí­fi­cos y de difí­cil solu­ción. Estos efec­tos afec­tan tan­to a tra­ba­ja­do­res como a las comu­ni­da­des pró­xi­mas, con el agra­van­te que la radio­ac­ti­vi­dad se pue­de exten­der gran­des dis­tan­cias por lo que la con­ta­mi­na­ción pue­de ser muy exten­sa y difí­cil de contener.

Pro­tes­ta con­tra el pro­yec­to de mina de ura­nio de Ber­ke­ley en Retor­ti­llo (Sala­man­ca)

La deu­da del ura­nio no debe­ría­mos res­trin­gir­la a paí­ses o esta­dos, sino que como vamos a ver, y como ocu­rre con la deu­da eco­ló­gi­ca y ener­gé­ti­ca, hay afec­cio­nes espe­cí­fi­cas y sis­te­má­ti­cas a comu­ni­da­des y en espe­cial a los pue­blos indí­ge­nas tan­to en Abya Yala (caso de lako­tas, dinés,denes, metis, crees), Asia (caso de chen­chus) y Aus­tra­lia (caso de abo­rí­ge­nes: wilu­na, ngad­ju­ri, wil­ya­ka­li, mirarr, tji­warl y otros), por lo cual, pode­mos con­cluir tam­bién que el supues­to bien­es­tar que gene­ra­ría la elec­tri­ci­dad pro­du­ci­da por la nuclear, con­lle­va impac­tos en estos pue­blos y sus terri­to­rios, y que ade­mas en muchos casos inci­de en su con­ti­nua­ción como pue­blos y en el geno­ci­dio (cul­tu­ral, físi­co) del que han sido víc­ti­mas por siglos.

Y como en otros casos de impac­to ambien­tal y de deu­da eco­ló­gi­ca y ener­gé­ti­ca, ten­dría­mos a las muje­res como a las per­so­nas más dam­ni­fi­ca­das den­tro de cada uno de esos sec­to­res afectados.

Cho­ca que en Euro­pa, uno de los luga­res que prin­ci­pal­men­te uti­li­zan esta ener­gía, no exis­ta ni una sola mina de ura­nio a cie­lo abier­to. En Euro­pa cho­ca tam­bién el que la extrac­ción de ura­nio se rea­li­za­ra en muchos paí­ses, pero que se aban­do­na­ra por su toxi­ci­dad e inse­gu­ri­dad, o por su ago­ta­mien­to. El ago­ta­mien­to del ura­nio nos ten­drá que dar mucho que pen­sar pues es un resul­ta­do del con­su­mo y extrac­ción obce­ca­do que no para en impac­tos y que nos lle­va al colap­so. No exis­te una fecha exac­ta para pre­de­cir el pico del ura­nio como tal, aun­que si apro­xi­ma­da, algu­nas sos­pe­cho­sas por per­te­ne­cer a la pro­pia indus­tria. Lo que esta cla­ro, como recur­so no reno­va­ble, es que tam­bién tie­ne un fin, y que éste (en dis­tin­to gra­dos de rique­za, etc) se ha alcan­za­do ya en muchos sitios.

Nue­vos pro­yec­tos ame­na­zan al Planeta:

– Groen­lan­dia: ame­na­za a un Patri­mo­nio Mun­dial5

Uno de los pro­yec­tos recien­tes que más preo­cu­pan son los de Groen­lan­dia, por tra­tar­se de una zona de gran inte­rés ambien­tal, y tam­bién muy vul­ne­ra­ble. Recien­te­men­te A Pla­ne­ta infor­ma­ba sobre los pla­nes dane­ses de expol­tar ura­nio en Groen­lan­dia, en el artícu­lo de Niels Hen­rik Hoo­ge “El saqueo de Groen­lan­dia. El ura­nio y otros recur­sos son la últi­ma ame­na­za”. En él nos infor­ma­ba de dos per­mi­sos de explo­ra­ción de ura­nio con­ce­di­dos al gigan­te nuclear fran­cés Orano (antes Are­va) de 1.042 km² y 2.485 km² . Sería la segun­da mayor mina de ura­nio a cie­lo abier­to del mundo.

Con­si­de­ran­do que es Patri­mo­nio Mun­dial de la UNESCO (WHS) loca­les y orga­ni­za­cio­nes piden que se deten­gan estos pro­yec­tos. El pro­yec­to ori­gi­nal de mina de Kva­nef­jeld corres­pon­dían hace 70 años a Dina­mar­ca, y no en Groen­lan­dia. Pero en 1988 se des­es­ti­mó por el recha­zo nuclear y la deci­sión guber­na­ti­va de no con­ce­der per­mi­sos. Aho­ra se plan­tea como una for­ma que garan­ti­za­rá la inde­pen­den­cia eco­nó­mi­ca de Dina­mar­ca, pero es un acto más de colonialismo.

Al ser un pro­yec­to de mina a cie­lo abier­to, ésta supon­dría has­ta mil tone­la­das de pol­vo radiac­ti­vo al año debi­do a la mani­pu­la­ción de mate­ria­les, el aca­rreo y las vola­du­ras, así como a los rela­ves, o dese­chos de su sepa­ra­ción. Este pol­vo será fácil­men­te trans­por­ta­do al res­to de la isla afec­tan­do eco­sis­te­mas y acti­vi­da­des huma­nas, y como con­se­cuen­cia, la salud. Igual­men­te, se afec­ta­ría el agua por fil­tra­cio­nes y ver­ti­dos. Aun­que las auto­ri­da­des reco­no­cen que el lugar es vul­ne­ra­ble, no exis­ten medi­das de protección.

– Kaza­jis­tán: una lar­ga his­to­ria de extrac­ción e… impactos

Kaza­jis­tán, uno de aque­llos esta­dos inde­pen­di­za­dos de la anti­gua URSS, es un terri­to­rio este­pa­rio, con­ti­nua­ción de las de Mon­go­lia y Sibe­ria. Posee el 12% del ura­nio mun­dial y pro­du­jo el 43% del ura­nio mun­dial. Ade­más de los efec­tos radiac­ti­vos de la mine­ría, en Kaza­jis­tán tam­bién exis­ten afec­cio­nes a cau­sa de las muchas prue­bas nuclea­res que se rea­li­za­ron. Allá, en las zonas del nor­te y este, se obser­van altos nive­les de radón aso­cia­dos a la extrac­ción de ura­nio, superan­do la media de la región en 2,9 veces. La expo­si­ción a radón inci­de en enfer­me­da­des res­pi­ra­to­rias, del sis­te­ma ner­vio­so y del sis­te­ma car­dio­vas­cu­lar. Los resul­ta­dos de los estu­dios epi­de­mio­ló­gi­cos y médi­cos en mine­ros del ura­nio en el nor­te de Kaza­jis­tán. ponen de mani­fies­to la alta tasa de enfer­me­da­des res­pi­ra­to­rias (61%) y tras­tor­nos dege­ne­ra­ti­vos en for­ma de rino­fa­rin­gi­tis atró­fi­ca6.

– Níger: colo­nia­lis­mo radioactivo

Pero sin duda, uno de los paí­ses más afec­ta­dos, es Níger, el cuar­to pro­duc­tor mun­dial de ura­nio (7,5%). Ésta es una anti­gua colo­nia fran­ce­sa, y Fran­cia, con 59 reac­to­res, es el mayor pro­duc­tor de elec­tri­ci­dad por medio de la nuclear. De Níger pro­ce­de un ter­cio del ura­nio que uti­li­za Fran­cia, des­de hace 40 años por medio de Are­va (aho­ra Orano)7. Por eso, en la inter­ven­ción mili­tar que Fran­cia reali­zó en Malí en 2012 – 13 tam­bién des­ti­nó 1100 mili­ta­res en la fron­te­ra con Níger para pro­te­ger las minas de ura­nio.8

Sin embar­go, las comu­ni­da­des loca­les no se han bene­fi­cia­do, sino al revés, y viven en la mise­ria. E inclu­so no tie­nen acce­so a elec­tri­ci­dad. Are­va (Orano) no paga dere­chos de expor­ta­ción, ni impues­tos sobre los mate­ria­les y equi­pos uti­li­za­dos en las ope­ra­cio­nes de extrac­ción, y un canon de sólo el 5,5% sobre el ura­nio que pro­du­cen. Neo­co­lo­nia­lis­mo energético.

En Arlit y Ako­kan la con­cen­tra­ción de radio­ac­ti­vi­dad es casi 500 veces supe­rior a los nive­les nor­ma­les y tam­bién las tasas de cán­cer son supe­rio­res, como con­se­cuen­cia de los resi­duos y el pol­vo radiac­ti­vos. Duran­te todos estos años se han acu­mu­la­do cer­ca de 45 millo­nes de tone­la­das de resi­duos radiactivos.

En Arlit exis­ten dos minas: la de SOMAIR, ini­cia­da en 1971, y la de COMINAK. El mine­ral de ambas es pro­ce­sa­do y trans­por­ta­do por Are­va (Orano). Pero en la de COMINAK, des­de 1975 posee el 10% la espa­ño­la ENUSA.

La radio­ac­ti­vi­dad es can­ce­rí­ge­na, y es acu­mu­la­ti­va. Eso quie­re decir que los efec­tos se per­ci­ben a los años. En Níger sólo los mine­ros en acti­vo tie­nen dere­cho a aten­ción sani­ta­ria públi­ca.9 En el caso de los tra­ba­ja­do­res de Are­va (Orano) (y ENUSA, cla­ro) no tuvie­ron segui­mien­to una vez jubi­la­dos. La mayo­ría de los que tra­ba­ja­ron en los años 70 y 80 ya no viven. Murie­ron de cán­ce­res de híga­do, riñón o pul­món. Los que sobre­vi­ven sufren para­li­za­cio­nes par­cia­les o tota­les del cuer­po. La mine­ra no les brin­dó pro­tec­ción, y aho­ra tam­po­co aten­ción. La otra carac­te­rís­ti­ca de la radia­ción es que no se pue­de rela­cio­nar las afec­cio­nes cla­ra­men­te, por lo que las com­pa­ñías nie­gan res­pon­sa­bi­li­dad. La no aten­ción que no die­ron, el daño que gene­ra­ron, posi­bi­li­ta que haya ura­nio que usar, y que éste no sea tan caro.

Sudá­fri­ca: fue­ra mine­ría del Karoo

Sudá­fri­ca es otro de los gran­des pro­duc­to­res (en 12ª posi­ción – la veci­na Nami­bia en cam­bio es 4ª). Uno de los yaci­mien­tos es Karoo, don­de tam­bién se pro­pu­so la extrac­ción por frac­king. Allá, sólo los inten­tos de pros­pec­ción ya deja­ron un lega­do mor­tal de con­ta­mi­na­ción radiac­ti­va en pozos sin pro­tec­ción. Este hecho fue amplia­men­te difun­di­do, por lo que exis­te una opi­nión bas­tan­te con­tra­ria a esta acti­vi­dad. Aho­ra una com­pa­ñía aus­tra­lia­na qui­so abrir una mina a cie­lo abier­to, encon­trán­do­se con gran oposición.

Aus­tra­lia: deter­ner al Toro

Otro foco de acti­vis­mo es Aus­tra­lia por ser una de las prin­ci­pa­les pro­duc­to­ras. Este se remon­ta a prin­ci­pios del siglo XX, la mina de radio de Radium Hill, que dañó las tie­rras de los pue­blos ngad­ju­ri y wil­ya­ka­li. Aún exis­ten unas 100.000 tone­la­das de resi­duos mine­ros tóxi­cos. Como en el caso de Esta­dos Uni­dos y los pue­blos ori­gi­na­rios, los de Aus­tra­lia tam­bién tie­nen una his­to­ria lar­ga de sufrir los efec­tos de la mine­ría de ura­nio, a aña­dir al res­to de opre­sión y mar­gi­na­ción intrín­se­cas al colo­nia­lis­mo y racis­mo. La per­cep­ción de los colo­nos de que esas tie­rras esta­ban “des­ha­bi­ta­das” con­du­jo a una degra­da­ción medioam­bien­tal gene­ra­li­za­da a manos de la indus­tria nuclear: pros­pec­ción de ura­nio, mine­ría, ver­ti­do de resi­duos y prue­bas de armas nucleares.

El movi­mien­to anti­nu­clear de la déca­da de 1980, al poseer Aus­tra­lia las mayo­res reser­vas del mun­do de ura­nio, inclu­yó en su cam­pa­ña la mine­ría. En 1986, el gobierno fir­mó un tra­ta­do de des­nu­clea­ri­za­ción por el que Aus­tra­lia se com­pro­me­tía a no tener armas, cen­tra­les ni buques nuclea­res, pero la extrac­ción de ura­nio siguió avanzando.

Toro Energy tie­ne un pro­yec­to para extraer ura­nio en Wilu­na.10La comu­ni­dad abo­ri­gen de Wilu­na ha denun­cia­do el pro­ce­so de con­sul­ta a la comu­ni­dad lle­va­do a cabo por Toro. La jor­na­da infor­ma­ti­va orga­ni­za­da por Toro se cele­bró el mis­mo día que el fune­ral de un des­ta­ca­do anciano indí­ge­na, por lo que no asis­tió ape­nas gen­te. Ade­más, para jus­ti­fi­car su acti­vi­dad, Toro Energy está pro­mo­vien­do cien­tí­fi­cos que afir­man que la radia­ción de bajo nivel es ino­fen­si­va, lo que fue repli­ca­do por 45 médi­cos en protesta.

Actual­men­te hay tres minas de ura­nio fun­cio­nan­do en Aus­tra­lia: Ran­ger, Olym­pic Dam y Bever­ley /​Four Mile. Ran­ger se sitúa en el Par­que nacio­nal de Kaka­du. Cer­ca se situa­ba tam­bién la mina de Jabi­lu­ka. Allá viven unos 670 abo­rí­ge­nes mirarr11que han esta­do déca­das opo­nién­do­se a esta acti­vi­dad. En 36 años, la mina Ran­ger sufrió más de 200 acci­den­tes. A pesar del acce­so a impor­tan­tes can­ti­da­des de dine­ro de acuer­dos mine­ros y de pagos equi­va­len­tes a los cáno­nes, no se ha pro­du­ci­do nin­gu­na mejo­ra apre­cia­ble en el nivel de vida de las comu­ni­da­des aborígenes.

En 2019 el gobierno aus­tra­liano apro­bó una nue­va mina de ura­nio, Yee­li­rrie, pese a las pro­tes­tas de las comu­ni­da­des tji­warl.12Pero los pro­pie­ta­rios no ini­cia­ron su explo­ta­ción debi­do a su supues­ta baja ren­ta­bi­li­dad actual.

India: los tigres no quie­ren uranio

En 2019 el Minis­te­rio de Medio Ambien­te, Bos­ques y Cam­bio Cli­má­ti­co de la India con­ce­dió per­mi­so para explo­rar ura­nio en la Reser­va Fores­tal de Nalla­ma­la. Para ello se rea­li­za­rían 4.000 per­fo­ra­cio­nes pro­fun­das que afec­ta­rá la Reser­va de Tigres de Amra­bad (la mayor de India) y el res­to de eco­sis­te­ma. La extrac­ción de ura­nio tam­bién ame­na­za la super­vi­ven­cia del pue­blo indí­ge­na chen­chu. Exis­te un embal­se cer­ca, el de Nagar­ju­na­sa­gar, cuyas aguas pue­den con­ta­mi­nar­se. Orga­ni­za­cio­nes, par­ti­dos polí­ti­cos y acti­vis­tas medioam­bien­ta­les loca­les for­ma­ron el Comi­té de Lucha con­tra la Explo­ta­ción de Ura­nio, y la pro­pia Asam­blea Legis­la­ti­va del Esta­do de Telan­ga­na se opu­so a la decisión.

Jharkhand (Jadu­gu­da) es el lugar más anti­guo de extrac­ción de ura­nio en India, des­de 196713. En un radio de 25 km exis­ten otras minas. Allá los efec­tos de esta acti­vi­dad es paten­te des­pués de afec­tar a dis­tin­tas gene­ra­cio­nes: enfer­me­da­des con­gé­ni­tas, defor­ma­cio­nes, des­ca­pa­ci­da­des, etc. Nume­ro­sas bal­sas alma­ce­nan los dese­chos que se fil­tran al acuí­fe­ro o reba­san, con­ta­mi­nan­do el agua de la que se abas­te­cen. Aho­ra India, con una capa­ci­dad de ener­gía nuclear ins­ta­la­da de 6.780 MW quie­re pro­du­cir 40.000 MW para 2030.

Tan­za­nia: pla­nes extrac­ti­vos en otra zona protegida.

Tan­za­nia lle­va años con una gran acti­vi­dad mine­ra. En 2013, el gobierno anun­ció la exis­ten­cia de reser­vas de ura­nio de 17,8 millo­nes de tone­la­das . Pero éstas se encuen­tran en el río Mku­ju, de gran valor eco­ló­gi­co por lo que las comu­ni­da­des, la socie­dad civil y exper­tos se opo­nen a la extrac­ción de ura­nio.16 La mine­ra Man­tra Tan­za­nia Limi­ted (Man­tra) per­te­ne­cien­te a la rusa Rosa­tom, está que­dán­do­se sin tiem­po, ya que su licen­cia se otor­gó en 2013 para casi 200 km². La reser­va de fau­na de Selous es una de las mayo­res zonas pro­te­gi­das de Áfri­ca con una super­fi­cie de 50.000 kiló­me­tros cua­dra­dos, y está rela­ti­va­men­te poco afec­ta­da por el impac­to humano.

En 2012, el Comi­té del Patri­mo­nio Mun­dial acep­tó un cam­bio de lími­tes de esta reser­va para per­mi­tir la explo­ta­ción de ura­nio. En 2014, el Comi­té del Patri­mo­nio Mun­dial inclu­yó la Reser­va de Selous en la lis­ta de sitios del Patri­mo­nio Mun­dial en peli­gro. Tam­bién cuen­ta con un pro­yec­to hidro­eléc­tri­co.17

Perú: yaci­mien­tos sin explotar

Perú es un país con yaci­mien­tos de ura­nio, que has­ta la fecha está sin explo­tar, por­que care­ce de nor­ma­ti­va que ase­gu­re su buen mane­jo (algo har­to difí­cil tra­tán­do­se de ura­nio), aun­que lo mis­mo debe­ría afec­tar a la explo­ra­ción y ésta está tenien­do lugar sin nin­gún pro­ce­so de con­sul­ta pre­via. La empre­sa res­pon­sa­ble es Macu­sa­ni Yellow­ca­ke, que ya ha reci­bi­do mul­tas por infrac­cio­nes. El ura­nio se encuen­tra jun­to a litio, otro mate­rial actual­men­te de gran deman­da, y la zona don­de se con­cen­tra es en Puno, y más en con­cre­to en la cabe­ce­ra de cuen­ca de los ríos Mar­ca­pa­ta, Macu­sa­ni, Inam­ba­ri y Phi­na­ya, que son afluen­tes del Madre de Dios, a su vez del río Madei­ra, el prin­ci­pal afluen­te del Ama­zo­nas. Por ello, el con­ta­mi­nar sus aguas, ade­más de algo tan dañino como la radio­ac­ti­vi­dad, ten­dría impac­tos que se expan­di­rían por miles de kiló­me­tros afec­tan­do muchos eco­sis­te­mas y pue­blos. El litio tam­bién pro­du­ce efec­tos en la salud. Pese a ser la extrac­ción rea­li­za­da de ura­nio míni­ma , tan solo para inves­ti­ga­ción, ésta gene­ró impac­tos a la salud, según infor­ma­ción del pro­pio Gobierno Regio­nal de Puno. Eco­lo­gis­tas loca­les agru­pa­das en la Red Muqui18, se opo­nen al proyecto.

Bra­sil reanu­da la extrac­ción de ura­nio tras cin­co años

Este diciem­bre 2020, Bra­sil reanu­dó tam­bién la explo­ta­ción de ura­nio en una nue­va mina a cie­lo abier­to Euge­nio de Cae­ti­té, en el esta­do de Bahía. Bra­sil, pese a con­tar con la nove­na mayor reser­va de ura­nio del mun­do, había cesa­do su explo­ta­ción por que­dar el yaci­mien­to ago­ta­do en 2015, has­ta que halla­ron éste. Bra­sil limi­ta su pro­duc­ción eléc­tri­ca nuclear a su cen­tral de Angra, de dos reac­to­res. Por ello, duran­te estos cin­co años se ha sumi­nis­tra­do de ura­nio pro­ce­den­te de Cana­dá, Japón y Kazajs­tán. Lo explo­ta­rá la empre­sa esta­tal INB, y pre­vé extraer 260t de con­cen­tra­do de ura­nio por año.

Isla Tor­tu­ga (EEUU): ura­nio ver­sus lako­tas y dinés

Si bien en los últi­mos años la aten­ción se ha enfo­ca­do en el oleo­duc­to DAPL y en la lucha de Stan­ding Rock con­tra éste, ésta no es la úni­ca lucha con­tra pro­yec­tos de impac­to ambien­tal que ha enfren­ta­do el pue­blo Sioux en Dako­ta. Tam­bién se enfren­ta­ron a embal­ses, y a lo que nos tra­ta: minas de ura­nio19. Éstas, en con­cre­to, se sitúan en Paha Sapa (“El Cora­zón de Todo lo que es”) , o Black Hills, las Coli­nas Negras20, mon­ta­ñas que en su cos­mo­vi­sión son sagradas.

El gobierno esta­dou­ni­den­se vio­ló muy pron­to el tra­ta­do que fir­mó 1868 con la Nación Sioux com­pro­me­tién­do­se a no per­mi­tir el asen­ta­mien­to de blan­cos en Paha Sapa, el Tra­ta­do de Fort Lara­mie. Ense­gui­da per­mi­tió que entra­rán colo­nos a extraer oro, en 1874, con la infa­me inva­sión del gene­ral Cus­ter. Así, en los años 1950 con­ti­nua­ron extra­yen­do ura­nio. De 1951 a 1964,se extra­je­ron 680.000 kg de pas­ta ama­ri­lla de ura­nio. En los 1980 gru­pos eco­lo­gis­tas con­si­guie­ron dete­ner la extrac­ción. Pero no se clau­su­ra­ron pro­pia­men­te, y las 150 minas que se abrie­ron han con­ti­nua­do fil­tran­do ura­nio en el ambien­te y en los cer­ca­nos ríos Mis­sou­ri, afluen­te del Mis­sis­si­pi, y Che­yen­ne, afluen­te a su vez del Missouri.

Estu­dios rea­li­za­dos en los años 1999 – 2000 des­cu­brie­ron radia­ción de 40 mSv/​h (mili­Sier­vet por hora), entre 200 y 400 veces la radia­ción natu­ral21. Tam­bién exis­te radia­ción en el acuí­fe­ro Ari­ka­ree, deba­jo de otra reser­va lako­ta, Pine Rid­ge (20.000 habi­tan­tes). Den­tro de la reser­va, un núme­ro muy ele­va­do de per­so­nas pade­ce cán­cer, dia­be­tes e insu­fi­cien­cia renal, y se regis­tran ade­más altas inci­den­cias de naci­mien­tos de abor­tos y defor­mi­da­des. Cua­tro déca­das des­pués, y con toda esa evi­den­cia, nun­ca se ha rea­li­za­do un estu­dio cien­tí­fi­co sobre la situa­ción sani­ta­ria del pue­blo lako­ta. Pine Rid­ge tie­ne la espe­ran­za de vida más baja de Esta­dos Uni­dos, acu­cia­da aho­ra con el coronavirus.

En los años 90 se pusie­ron en mar­cha nue­vas minas y en 2011, la empre­sa cana­dien­se Power­tech anun­ció pla­nes de reanu­dar la explo­ta­ción. Aho­ra exis­te un nue­vo pro­yec­to de mine­ría de ura­nio en Paha Sapa, de la empre­sa Dewey-Bur­dock. Ten­dría 4.300 Has y absor­be­ría has­ta 32.000 litros de agua sub­te­rrá­nea por minu­to del acuí­fe­ro Inyan Kara. Ésta mina vio­la­ría de nue­vo el Tra­ta­do de Fort Lara­mie así como leyes medioam­bien­ta­les fede­ra­les. Ame­na­za ade­más cemen­te­rios indí­ge­nas. La comu­ni­dad lako­ta está orga­ni­za­da con­tra el enési­mo ata­que e inten­to de geno­ci­dio. Las muje­res se han orga­ni­za­do en Mag­pie Buf­fa­lo Orga­ni­zing (Urra­ca Búfa­lo Organizando).

A fina­les de 2018, todas las minas de ura­nio de Esta­dos Uni­dos, excep­to cin­co, habían sido cerra­das debi­do a la caí­da de los pre­cios, y se impor­ta­ba el ura­nio de Aus­tra­lia y Cana­dá. En julio de 2019, Donald Trump creó un Gru­po de Tra­ba­jo sobre Com­bus­ti­ble Nuclear para pro­mo­ver esta ener­gía y des­ti­nó nue­vas inver­sio­nes, con 150 millo­nes de dóla­res para nue­vas extrac­cio­nes. Esto revi­ta­li­zó la indus­tria y tam­bién la coti­za­ción de esas empre­sas. Tam­bién prio­ri­zó los pro­yec­tos que, supues­ta­men­te, con­tri­bu­ye­ran a la sobe­ra­nía ener­gé­ti­ca eli­mi­nan­do pro­tec­cio­nes y res­pon­sa­bi­li­da­des para las empre­sas, y redu­cien­do capa­ci­dad a la Ley de Polí­ti­ca Ambien­tal Nacio­nal (NEPA)

– Nación Diné (Nava­jo)

La explo­ta­ción de ura­nio tam­bién afec­ta la otra gran con­cen­tra­ción indí­ge­na se isla tor­tu­ga super­vi­vien­te del geno­ci­dio: el pue­blo diné de Ari­zo­na, Utah y Nue­vo Méxi­co. De 1944 a 1986, se abrie­ron unas 500 minas de ura­nio y se extra­je­ron casi 30 millo­nes de tone­la­das en terri­to­rio diné. Muchos de ellos tam­bién tra­ba­ja­ron en las minas o vivie­ron cer­ca de ellas. Actual­men­te, como en el caso lako­ta, la con­ta­mi­na­ción per­sis­te. Sus efec­tos son cán­cer de pul­món, cán­cer de hue­sos y el dete­rio­ro de sis­te­ma renal.

El pue­blo diné sufrió ade­más uno de los peo­res acci­den­tes de una mina de ura­nio ocu­rri­do en el mun­do, el del molino de Church Rock que ocu­rrió en Nue­vo Méxi­co el 16 de Julio de 1979. Enton­ces el embal­se que con­te­nía los rela­ves, los dese­chos de tri­tu­rar la roca y sepa­rar el ura­nio de ella, se sobró al río Puer­co. La radia­ción via­jó así 129 kms río aba­jo. Ese agua fue usa­da por los diné en cul­ti­vos y para el gana­do. El nivel de radia­ción emi­ti­da fue com­pa­ra­ble al del acci­den­te de Three Mile Island, con­si­de­ra­do el más gran­de en la his­to­ria de Esta­dos Uni­dos y uno d ellos mayo­res a nivel mun­dial (ambos ade­más ocu­rrie­ron el mis­mo año).

En octu­bre de 2007 se ini­ció un pro­gra­ma inter-ins­ti­tu­cio­nal para la lim­pie­za y asis­ten­cia al pue­blo diné en esta mate­ria, que se revi­só en 2014. Exis­ten fon­dos dis­po­ni­bles para el pro­ce­so de eva­lua­ción y lim­pie­za en 219 de las 523 minas de ura­nio aban­do­na­das, prio­ri­zan­do 46 de ellas. Segu­ro que no habías oído de todos estos gas­tos aso­cia­dos a la ener­gía nuclear para paliar sus con­se­cuen­cias, cuan­do ala­ban su supues­ta ren­ta­bi­li­dad y seguridad.

Cana­dá: Sas­kat­che­wan, des­truc­ción a la carta

Cana­dá es tras Kaza­jis­tán el mayor pro­duc­tor de ura­nio mun­dial. Sin embar­go, pro­vin­cias como Colum­bia Bri­tá­ni­ca y Nue­va Esco­cia prohi­bie­ron esta acti­vi­dad por los impac­tos que supo­ne. Aho­ra tam­bién Que­bec la podría prohi­bir defi­ni­ti­va­men­te: cien­tos de ayun­ta­mien­tos de la pro­vin­cia se han uni­do a orga­ni­za­cio­nes indí­ge­nas para lograr este hito.14 Actual­men­te, la úni­ca pro­vin­cia pro­duc­to­ra de ura­nio es Sas­kat­che­wan, don­de se vie­ne rea­li­zan­do des­de los 1950 con serios impac­tos. Los mine­ros, por ejem­plo, tie­nen más del 30% de posi­bi­li­da­des de cán­cer de pulmón.

Estos impac­tos pro­vie­nen sobre todo de los rela­ves o dese­chos de mine­ría, ya que por tone­la­da de pas­ta de ura­nio (“pas­tel ama­ri­llo”) se pro­du­cen 1.000 de rela­ves.15 Por lo que los volú­me­nes de masa radiac­ti­va son colo­sa­les, con efec­to en el río Atha­bas­ca. Los pue­blos Dene, Metis, Cree y otros asen­ta­dos se orga­ni­za­ron en Guar­dia­nes del Atha­bas­ca y 7000 Gene­ra­cio­nes. La pro­vin­cia de Sas­kat­che­wan está muy cas­ti­ga­da tam­bién por la explo­ta­ción de petró­leo a par­tir de are­nas bitu­mi­no­sas y fracking.

REFERENCIAS

1www​.wefo​rum​.org/​a​g​e​n​d​a​/​2​0​1​9​/​1​2​/​j​a​p​a​n​-​n​u​c​l​e​a​r​-​p​o​w​e​r​-​r​e​a​c​t​o​r​-​f​u​k​u​s​h​ima

2 Ver más en http://​stophin​kley​.org y https://​south​wes​ta​gainst​nu​clear​.word​press​.com

3 www.world-nuclear.org/information-library/country-profiles/countries-t‑z/united-kingdom.aspx

4 Fran­cia tres cuar­tas par­tes de su elec­tri­ci­dad; Eslo­va­quia y Ucra­nia más de la mitad; Hun­gría, Bél­gi­ca, Sue­cia, Eslo­ve­nia, Bul­ga­ria, Sui­za, Fin­lan­dia y la Repú­bli­ca Che­ca un ter­cio o más. Corea del Sur más del 30%; Esta­dos Uni­dos, Rei­no Uni­do, Espa­ña, Ruma­nía y Rusia alre­de­dor de una quin­ta par­te. Japón tenía más de una cuar­ta par­te de su elec­tri­ci­dad y se espe­ra que vuel­va a acer­car­se a ese nivel. https://​saf​cei​.org/​?​s​=​u​r​a​n​ium

5 Ver tra­duc­ción de artícu­lo com­ple­to en A Pla­ne­ta: “El saqueo de Groen­lan­dia – El ura­nio y otros recur­sos son la últi­ma ame­na­za” – https://​apla​ne​ta​.org/​2​0​2​1​/​0​2​/​1​2​/​e​l​-​s​a​q​u​e​o​-​d​e​-​g​r​o​e​n​l​a​n​d​i​a​-​e​l​-​u​r​a​n​i​o​-​y​-​o​t​r​o​s​-​r​e​c​u​r​s​o​s​-​s​o​n​-​l​a​-​u​l​t​i​m​a​-​a​m​e​n​aza

6 Ver más en Rak­met­kazhy I. Ber­sim­baev & Olga Bul­ga­ko­va, The health effects of radon and ura­nium on the popu­la­tion of Kazakhs­tan. genesenvironment.biomedcentral.com/articles/10.1186/s41021-015‑0019‑3

www​.down​toearth​.org​.in/​b​l​o​g​/​h​e​a​l​t​h​-​i​n​-​a​f​r​i​c​a​/​e​x​t​r​a​c​t​i​n​g​-​a​-​r​a​d​i​o​a​c​t​i​v​e​-​d​i​s​a​s​t​e​r​-​i​n​-​n​i​g​e​r​-​6​3​451

https://​elpais​.com/​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​l​/​2​0​1​3​/​0​1​/​2​4​/​a​c​t​u​a​l​i​d​a​d​/​1​3​5​9​0​3​9​1​0​1​_​9​8​3​0​2​0​.​h​tml

https://​mul​ti​na​tio​na​les​.org/​H​o​w​-​A​r​e​v​a​-​l​e​t​s​-​i​t​s​-​w​o​r​k​e​r​s​-​d​i​e​-in

Ver ‘oro Watch del WA Con­ser­va­tion Council: 

10 www​.toro​.org​.au y www​.foe​.org​.au/​s​t​o​p​-​t​o​r​o​-​e​n​e​r​g​y​s​-​p​l​a​n​-​m​i​n​e​-​u​r​a​n​i​u​m​-​w​i​l​u​n​a​-wa

11Wilson, Ire­ne. 1997. Impac­to de la extrac­ción de ura­nio en las comu­ni­da­des abo­rí­ge­nes del terri­to­rio del norte

12 Urwin, Jes­si­ca. Las minas de ura­nio per­ju­di­can a los indí­ge­nas, ¿por qué hemos apro­ba­do una nueva?

13https://​scroll​.in/​a​r​t​i​c​l​e​/​9​7​2​3​8​3​/​i​n​-​p​h​o​t​o​s​-​i​n​d​i​a​s​-​n​u​c​l​e​a​r​-​d​r​e​a​m​s​-​a​r​e​-​a​-​n​i​g​h​t​m​a​r​e​-​f​o​r​-​r​e​s​i​d​e​n​t​s​-​o​f​-​a​-​u​r​a​n​i​u​m​-​r​i​c​h​-​j​h​a​r​k​h​a​n​d​-​are y www​.wise​-ura​nium​.org/​u​p​i​n​a​p​.​h​tml

14 www​.mining​glo​bal​.com/​d​i​g​i​t​a​l​-​m​i​n​i​n​g​/​m​a​j​o​r​-​c​o​n​c​e​r​n​s​-​m​o​u​n​t​i​n​g​-​o​v​e​r​-​u​r​a​n​i​u​m​-​m​i​n​i​n​g​-​q​u​e​bec

15 www​.nuclear​-risks​.org/​e​n​/​h​i​b​a​k​u​s​h​a​-​w​o​r​l​d​w​i​d​e​/​s​a​s​k​a​t​c​h​e​w​a​n​.​h​tml

16 Ura­nium Mining Impact on Health & Envi­ron­ment, 2014 Legal and Human Rights Centre

17 https://​ura​nium​-net​work​.org/​w​p​-​c​o​n​t​e​n​t​/​u​p​l​o​a​d​s​/​2​0​2​0​/​0​2​/​w​h​b​2​0​1​9​.​pdf

Tan­za­nia: Selous Game Reser­ve on Endan­ge­red List for four years by 2018 … and coun­ting. Gun­ter Wip­pel (Ura­nium Net­work) 2019

18 https://​muqui​.org/​t​a​g​/​p​uno

19 Ver infor­me exclu­si­vo sobre todo ello: “Tran­si­ción demo­crá­ti­ca ener­gé­ti­ca – Una visión inter­na­cio­nal y local: caso lako­ta (Isla Tor­tu­ga)”, Por Mar­tin Mantxo www​.tra​de​ner​.org/​w​p​-​c​o​n​t​e​n​t​/​u​p​l​o​a​d​s​/​2​0​2​0​/​0​1​/​C​a​s​o​-​L​a​k​o​t​a​-​T​R​A​D​E​N​E​R​.​pdf

20 www​.nuclear​-risks​.org ver tam­bién www​.defend​blackhills​.org

21 Ver el exten­so artícu­lo ‘Get the hell off’: The indi­ge­nous fight to stop a ura­nium mine in the Black Hills

By Deli­lah Fried­ler (10−05− 2020)

https://​grist​.org/​j​u​s​t​i​c​e​/​g​e​t​-​t​h​e​-​h​e​l​l​-​o​f​f​-​t​h​e​-​i​n​d​i​g​e​n​o​u​s​-​f​i​g​h​t​-​t​o​-​s​t​o​p​-​a​-​u​r​a​n​i​u​m​-​m​i​n​e​-​i​n​-​the black-hills

Fuen­te: https://​apla​ne​ta​.org/​2​0​2​1​/​0​3​/​0​2​/​p​l​a​n​e​t​a​-​u​r​a​n​io/, Rebe­lión.

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