El Salvador. La nueva realidad política

El Sal­va­dor. La nue­va reali­dad política

Por Rober­to Pine­da. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de mar­zo de 2021.

Los logros del pre­si­den­te Buke­le y su par­ti­do NI han sido posi­bles a par­tir de dos ele­men­tos: un indis­cu­ti­ble res­pal­do popu­lar y un pro­fun­do des­gas­te del sis­te­ma de par­ti­dos polí­ti­cos sur­gi­dos de los Acuer­dos de Paz de 1992.

Los resul­ta­dos de las elec­cio­nes legis­la­ti­vas y muni­ci­pa­les de este 28 de febre­ro, cons­ti­tu­yen un gol­pe a la yugu­lar del actual cuer­po polí­ti­co y el quie­bre de su colum­na ver­te­bral, los par­ti­dos ARENA y el FMLN.

Los resul­ta­dos para la Asam­blea Legis­la­ti­va son los siguien­tes: Nue­vas Ideas: 56 dipu­tados, ARENA: 14, GANA: 5, FMLN: 4, PCN: 2, PDC: 1, Nues­tro Tiem­po: 1 y Vamos: 1. Ade­más NI gana 13 de las 14 cabe­ce­ras depar­ta­men­ta­les, inclu­yen­do la capi­tal, San Salvador.

La derro­ta elec­to­ral de ARENA y el FMLN ya era una deci­sión toma­da por los sec­to­res popu­la­res, pero pos­ter­ga­da por el calen­da­rio elec­to­ral del orden oligárquico.

Tan­to ARENA como el FMLN son bar­cos que fue­ron gol­pea­dos por la furia hura­ca­na­da del recha­zo popu­lar elec­to­ral, y lo iró­ni­co del caso es que cum­plie­ron el tris­te y difí­cil papel de ‑vía con­trol del TSE- orga­ni­zar unas elec­cio­nes “lim­pias y trans­pa­ren­tes” sabien­do de ante­mano que orga­ni­za­ban su pro­pia derrota.

En el caso de ARENA, como dere­cha polí­ti­ca, debe deci­dir si dar la bata­lla por la sobre­vi­ven­cia luchan­do o pen­sar que solo pue­de sal­var su vida, logran­do pre­vi­si­bles arre­glos con el nue­vo poder.

Lo segun­do es más ren­ta­ble eco­nó­mi­ca­men­te que lo pri­me­ro y pro­ba­ble­men­te pre­va­le­ce­rá como cri­te­rio, inclu­so si es nece­sa­rio sacri­fi­car uno que otro chi­vo expiatorio.

En el caso del FMLN, como izquier­da polí­ti­ca, enfren­ta la dis­yun­ti­va de per­mi­tir –como en el pasa­do recien­te- que la iner­cia le resuel­va su gol­pea­da iden­ti­dad o de eva­luar que úni­ca­men­te pue­de sobre­vi­vir a este nau­fra­gio, afe­rrán­do­se ‑rápi­da y auto­crí­ti­ca­men­te- al tro­zo de made­ra del deba­te y la orga­ni­za­ción y lucha popular.

Lo pri­me­ro es más cono­ci­do que lo segun­do y pro­ba­ble­men­te pre­va­le­ce­rá, afec­tan­do aún más la cre­di­bi­li­dad de este suje­to polí­ti­co. Y oja­la pue­da rom­per­se a futu­ro el víncu­lo polí­ti­co con ARENA que fue una de las prin­ci­pa­les razo­nes del recha­zo popular.

En sín­te­sis, en el plano polí­ti­co, la con­tra­dic­ción prin­ci­pal es entre el orden bur­gués emer­gen­te de Buke­le, repre­sen­ta­do por NI, y el orden oli­gár­qui­co ven­ci­do pero no derro­ta­do, sim­bo­li­za­do por ARENA, que con 14 dipu­tados tra­ta­rá de enca­be­zar la opo­si­ción polí­ti­ca al régi­men auto­ri­ta­rio y popu­lis­ta del pre­si­den­te Bukele.

A con­ti­nua­ción repa­sa­mos la actual corre­la­ción de fuer­zas, los diver­sos men­sa­jes deri­va­dos del even­to elec­to­ral y con­clui­mos con algu­nas refle­xio­nes sobre los desa­fíos para enfren­tar el nau­fra­gio de la izquier­da salvadoreña.

La actual corre­la­ción de fuer­zas socia­les y políticas

A par­tir de la des­afor­tu­na­da expul­sión de Nayib Buke­le del FMLN en 2017, este comien­za a ensam­blar un pro­yec­to polí­ti­co que de mane­ra ascen­den­te ha veni­do acu­mu­lan­do fuer­za social y polí­ti­ca, y que se expre­sa en 2019 en la con­quis­ta de la pre­si­den­cia y hoy en esta arro­lla­do­ra vic­to­ria electoral.

La cual fue tam­bién logra­da ponien­do los recur­sos del Esta­do al ser­vi­cio de NI y desa­fian­do abier­ta­men­te la lega­li­dad elec­to­ral vigen­te, y que aho­ra le per­mi­ti­rá el con­trol de Asam­blea Legis­la­ti­va y la mitad de alcal­días del país. Buke­le de mane­ra sub­ver­si­va se bur­ló de la lega­li­dad oli­gár­qui­ca y garan­ti­zó su triunfo.

Por otra par­te, ini­cia a par­tir de 2019 un enfren­ta­mien­to social encar­ni­za­do entre Nue­vas Ideas, NI y su blo­que de poder emer­gen­te y la vie­ja oli­gar­quía, que ve desa­fia­da su domi­na­ción ances­tral y reac­cio­na aira­da­men­te median­te sus ins­tru­men­tos polí­ti­cos (ARENA) , mediá­ti­cos (TCS, LPG, DDH) aca­dé­mi­cos (FUSADES,ESEN) y gre­mia­les (ANEP, CCIES). Pro­ba­ble­men­te en esta gue­rra social, la siguien­te bata­lla será con­tra la ANEP y su emble­má­ti­co pre­si­den­te, Javier Simán.

Los logros del pre­si­den­te Buke­le y su par­ti­do NI han sido posi­bles a par­tir de dos ele­men­tos: un indis­cu­ti­ble res­pal­do popu­lar y un pro­fun­do des­gas­te del sis­te­ma de par­ti­dos polí­ti­cos sur­gi­dos de los Acuer­dos de Paz de 1992. Hoy Nayib Buke­le y su pro­yec­to polí­ti­co Nue­vas Ideas, con­tro­lan una par­te sus­tan­cial del Esta­do: la pre­si­den­cia y con esto la Fuer­za Arma­da y la Poli­cía Nacio­nal Civil, la Asam­blea Legis­la­ti­va, y la mitad de gobier­nos municipales.

A par­tir de esta vic­to­ria legis­la­ti­va y muni­ci­pal, NI se colo­ca en una situa­ción de ven­ta­ja estra­té­gi­ca que difí­cil­men­te podrá ser rever­ti­da, y que segu­ra­men­te le per­mi­ti­rá con­ti­nuar el pro­ce­so de des­mon­ta­je del vie­jo sis­te­ma polí­ti­co y cons­truc­ción de su pro­pio mode­lo, de natu­ra­le­za popu­lis­ta y autoritario.

Inclu­so si el gobierno esta­dou­ni­den­se de Biden adop­ta­ra una posi­ción de beli­ge­ran­cia fren­te al pre­si­den­te Buke­le, como sue­ñan las fuer­zas de la oli­gar­quía opo­si­to­ra ‑debi­li­ta­das pero no total­men­te ven­ci­das- esto ven­dría a for­ta­le­cer­lo. Es más, has­ta una acti­tud reser­va­da de USA fren­te a Buke­le, ven­drá a con­so­li­dar­lo más que afec­tar­lo, ya que le dará inter­na­cio­nal­men­te un aire de inde­pen­den­cia fren­te al imperio.

En Nue­vas Ideas y en la cabe­za de Buke­le pare­ce pre­do­mi­nar la idea que la mejor defen­sa es el ata­que –ese es su esti­lo per­so­nal- así que la pró­xi­ma pla­za a ser con­quis­ta­da –median­te ya sea su neu­tra­li­za­ción o inclu­so apo­yo- será la Cor­te Supre­ma de Jus­ti­cia y la Fiscalía.

Al lograr este pro­pó­si­to todas las pie­zas del aje­drez del nue­vo sis­te­ma polí­ti­co de natu­ra­le­za popu­lis­ta y auto­ri­ta­ria esta­rán en su lugar. Enton­ces su pro­ble­ma va ser la de la ausen­cia de un enemi­go a quien enfren­tar y segu­ra­men­te el enemi­go se vol­ve­rá interno.

A par­tir del 1 de mayo de 2021 el pro­yec­to de Nue­vas Ideas debe­rá garan­ti­zar para man­te­ner su via­bi­li­dad, prin­ci­pal­men­te el res­pal­do popu­lar median­te ini­cia­ti­vas que cola­bo­ren en un mejo­ra­mien­to de la cali­dad de vida de los sec­to­res popu­la­res, que son su prin­ci­pal base de apo­yo. Asi­mis­mo nece­si­ta­ra en el mar­co de la cri­sis pro­vo­ca­da por la pan­de­mia del coro­na­vi­rus, incen­ti­var la economía.

Y garan­ti­zar que la delin­cuen­cia pan­di­lle­ril con­ti­núe férrea­men­te con­tro­la­da. Y si a esto le agre­ga­mos una dosis de tea­tra­li­dad ‑de espec­tácu­lo en que es espe­cia­lis­ta- pue­de con­fiar en el avan­ce seam­less de su proyecto.

Pero ade­más debe­rá resol­ver el crí­ti­co pro­ble­ma de su con­ti­nui­dad en el tiem­po, ya que en la actual legis­la­ción no exis­te la figu­ra de la reelec­ción, y Buke­le lle­ga has­ta el 2024. ¿Quién le suce­de­rá en el trono?

Los men­sa­jes deri­va­dos del even­to electoral

Este 28 de febre­ro deja muchos men­sa­jes tan­to para las fuer­zas socia­les como polí­ti­cas. Ense­ña que la pobla­ción ha rea­li­za­do un apren­di­za­je del uso inde­pen­dien­te de su fuer­za elec­to­ral, lo cual refle­ja un alto nivel de cri­te­rio polí­ti­co. Vea­mos los men­sa­jes principales.

Para la dere­cha oli­gár­qui­ca, los resul­ta­dos le seña­lan que su des­pla­za­mien­to del poder polí­ti­co ini­cia­do en 2009 con la vic­to­ria del perio­dis­ta Mau­ri­cio Funes, se pro­lon­ga en el tiem­po. Están fue­ra del apa­ra­to de esta­do y lo segui­rán estando.

Para la izquier­da aglu­ti­na­da en el FMLN, que como suje­to polí­ti­co debe enten­der que no es pro­pie­ta­rio de la volun­tad popu­lar, y que los sec­to­res popu­la­res, la gen­te, son un ente crí­ti­co. Son has­ta tris­tes las expre­sio­nes de algu­nos que cali­fi­can estos resul­ta­dos elec­to­ra­les como expre­sión de la “estu­pi­dez de la gen­te.” Así como de otros que lo ven como un revés tem­po­ral, coyun­tu­ral, “una moda.”

Y más preo­cu­pan­te que otros con­fíen que sea el gobierno de Biden el que se encar­gue de enfren­tar la “dic­ta­du­ra” de Buke­le y “res­ta­ble­cer” la demo­cra­cia en el país. Y peor aun los que hoy asu­men y divul­gan por redes las opi­nio­nes de los inte­lec­tua­les de la dere­cha oligárquica.

Lo que exis­te la nece­si­dad de reasu­mir la lucha social por la eman­ci­pa­ción y rede­fi­nir el papel de lo elec­to­ral en la cons­truc­ción de poder popular.

Para Nue­vas Ideas y Nayib Buke­le, oja­la que no crean que este sea un che­que en blan­co, por­que muy pron­to se van a decep­cio­nar. Lo que la gen­te les dice es lo siguien­te: les entre­ga­mos esta cuo­ta, nues­tra con­fian­za y res­pal­do para que lo usen a nues­tro favor. No nos vayan a defrau­dar, please.

El men­sa­je para el movi­mien­to popu­lar: la ausen­cia o pre­sen­cia de un movi­mien­to popu­lar que cons­tru­ya poder popu­lar, defi­ni­rá el per­fil de gobierno que rea­li­za­rá Nayib de aquí al 2024. Ante la ausen­cia de un movi­mien­to popu­lar pri­vi­le­gia­ra su alian­za con sec­to­res de la oli­gar­quía y afec­ta­rá a sec­to­res popu­la­res para enfren­tar cri­sis, ante la pre­sen­cia de movi­mien­to popu­lar pri­vi­le­gia­ra su alian­za con este, y des­car­ga­ra con­jun­ta­men­te sus gol­pes con­tra la oligarquía.

Si no hay quien le pase la fac­tu­ra a Buke­le por la cena, este se irá segu­ra­men­te sin pagar. Si no enfren­ta un movi­mien­to popu­lar que le haga deman­das, se verá libre para gol­pear sabien­do de ante­mano que no habrá res­pues­ta. Debe Buke­le saber que habrá res­pues­ta y que será contundente.

Asi­mis­mo debe­mos cui­dar­nos de una visión sec­ta­ria que des­ca­li­fi­que a ese millón y medio de per­so­nas que hoy res­pal­dan a Nue­vas Ideas, cui­dar­nos del len­gua­je inju­rio­so que nos ais­la, y saber que nues­tra tarea como izquier­da es la de garan­ti­zar que reali­cen en la escue­la de la lucha su apren­di­za­je político.

El nau­fra­gio elec­to­ral, polí­ti­co, ideo­ló­gi­co y éti­co de la izquier­da sal­va­do­re­ña. Quo vadis FMLN?

El FMLN como par­ti­do de izquier­da, atra­vie­sa una cri­sis múl­ti­ple y agu­da, con cua­tro com­po­nen­tes prin­ci­pa­les: elec­to­ral, polí­ti­co, ideo­ló­gi­co y éti­co. Una com­pren­sión uni­la­te­ral de esta cri­sis le oca­sio­na­ra más pro­ble­mas que solu­cio­nes. Por otro lado, debe­mos de sacar lec­cio­nes de esta gran derro­ta. Repa­sa­mos cada uno de los com­po­nen­tes de esta crisis.

A nivel elec­to­ral el FMLN per­dió su voto duro, el que le per­mi­tía enfren­tar cual­quier even­to elec­to­ral con la con­fian­za que repre­sen­ta­ba un seg­men­to sig­ni­fi­ca­ti­vo del elec­to­ra­do. Pero des­de 2012 exis­te una ten­den­cia a la baja y hoy con estos resul­ta­dos, la vía elec­to­ral como opción de futu­ro pare­ce agotada.

Hoy elec­to­ral­men­te el FMLN ocu­pa un humi­llan­te cuar­to lugar, des­pués de NI, ARENA y GANA. Y oja­la que la redu­ci­da frac­ción legis­la­ti­va elec­ta no se con­vier­ta en fuer­za de apo­yo de ARENA sino que sepa con posi­cio­nes fir­mes e inde­pen­dien­tes, ganar­se el res­pal­do popular.

A nivel polí­ti­co per­dió su cuo­ta legis­la­ti­va y muni­ci­pal. Y esto hace que en el mar­co del sis­te­ma polí­ti­co vigen­te, o sea en la lucha par­la­men­ta­ria, se vuel­va una fuer­za mar­gi­nal e irre­le­van­te. Por otra par­te, a lo interno, hay voces que piden la renun­cia de esta direc­ción, lo cual creo que sería un gra­ve error. Lo mis­mo pre­ten­der des­de una visión lega­lis­ta que una refor­ma de esta­tu­tos solu­cio­na­ra un pro­ble­ma que es político.

Pero si hay que pau­tar un calen­da­rio para defi­nir deba­te sobre rum­bo estra­té­gi­co, que podría con­cluir a nivel FMLN, en un nue­vo con­gre­so y a nivel amplio, en un gran encuen­tro de la izquierda.

A nivel ideo­ló­gi­co, no hay un rum­bo cla­ro y duran­te este últi­mo perio­do se ha suma­do a la tesis de ARENA de ‑como cri­te­rio prin­ci­pal- la defen­sa de esta demo­cra­cia libe­ral. Pero para la gen­te esta demo­cra­cia libe­ral capi­ta­lis­ta le resul­ta irre­le­van­te, no le resuel­ve sus problemas.

Lo que la gen­te bus­ca es la espe­ran­za de un empleo decen­te para man­te­ner a su fami­lia. Si solo hace deba­te sin lucha popu­lar, ter­mi­na­ra ais­lán­do­se mien­tras que si solo hace lucha popu­lar sin defi­nir rum­bo, ter­mi­na­ra en el reformismo.

A nivel éti­co, la actua­ción de su diri­gen­cia al adap­tar­se al sis­te­ma vigen­te y negar­se a impul­sar los cam­bios pro­me­ti­dos, pro­vo­có la pér­di­da de la con­fian­za popu­lar y esta es de difí­cil recuperación.

Con­clu­sio­nes

Al cru­zar este río elec­to­ral de febre­ro de 2021 la izquier­da sal­va­do­re­ña ha entra­do en terri­to­rios peli­gro­sos y des­co­no­ci­dos. Y la úni­ca brú­ju­la que le per­mi­ti­rá reagru­par sus fuer­zas y recu­pe­rar la con­fian­za popu­lar per­di­da, es el com­pro­mi­so real-no de pala­bra-con la orga­ni­za­ción y la lucha popular.

Y para esto nece­si­ta recu­pe­rar el espí­ri­tu auto­crí­ti­co. No solo bas­ta el par­cial rele­vo gene­ra­cio­nal ocu­rri­do en 2019. De no hacer­lo y de con­ti­nuar con el mis­mo dis­cur­so de con­fron­ta­ción, los resul­ta­dos de mayor ais­la­mien­to polí­ti­co son pre­vi­si­bles, como lo fue­ron des­de el 2018.

Hay que escu­dri­ñar lo que la gen­te quie­re, sus más pro­fun­dos anhe­los, y en estos momen­tos no es la con­fron­ta­ción con el gobierno, sino la bús­que­da de solu­cio­nes a sus problemas.

Y saber que Buke­le va inten­tar man­te­ner a la izquier­da ais­la­da de la lucha popu­lar, y pue­de lograr­lo en la medi­da que lo elec­to­ral siga sien­do el eje prin­ci­pal sobre el que gire la con­duc­ta del FMLN.

Han pasa­do tres años des­de el 2018 y pare­ce ser que el men­sa­je popu­lar de la nece­si­dad de reno­va­ción –de ros­tros, de dis­cur­so y de prác­ti­ca polí­ti­ca- sigue sin escu­char­se. El peli­gro es el de con­ver­tir­se en una sec­ta, sim­bó­li­ca pero polí­ti­ca­men­te irre­le­van­te. El desa­fío es el de reno­var­se, cre­cer y avanzar.

Fuen­tes: Alai­net /​/​Rebe­lión

Itu­rria /​Fuen­te

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