Esta­dos Uni­dos. Prohi­bir las armas de asal­to en Esta­dos Uni­dos es urgen­te y necesario

Por Amy Good­man, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 28 de mar­zo de 2021.

Las masa­cres ocu­rri­das recien­te­men­te en la ciu­dad de Boul­der, en Colo­ra­do, y en el área metro­po­li­ta­na de la ciu­dad de Atlan­ta, en Geor­gia, con un sal­do de diez y ocho muer­tos, res­pec­ti­va­men­te, son solo dos casos más de la vio­len­cia sin sen­ti­do con armas de fue­go faci­li­ta­da por la Aso­cia­ción Nacio­nal del Rifle, los fabri­can­tes de armas y los polí­ti­cos corrup­tos a quie­nes ellos controlan.

A con­ti­nua­ción brin­da­mos un bre­ve recor­da­to­rio de otras matan­zas recien­tes ocu­rri­das en Esta­dos Uni­dos, por si alguien lo necesita:

Escue­la secun­da­ria de Colum­bi­ne, Colo­ra­do, 1999: 15 muer­tos, 24 heridos.

Ins­ti­tu­to Poli­téc­ni­co y Uni­ver­si­dad Esta­tal de Vir­gi­nia (Vir­gi­nia Tech), 2007: 33 muer­tos, 17 heridos.

Cine Auro­ra, Colo­ra­do, 2012: 12 muer­tos, 70 heridos.

Tem­plo sij de la ciu­dad de Oak Creek, Wis­con­sin, 2012: 7 muer­tos, 4 heridos.

Escue­la Pri­ma­ria Sandy Hook, Con­nec­ti­cut, 2012: 28 muer­tos, 2 heridos.

Igle­sia Afri­ca­na Meto­dis­ta Epis­co­pal (AME) Emma­nuel, ciu­dad de Char­les­ton, Caro­li­na del Sur, 2015: 9 muer­tos, 1 herido.

Dis­co­te­ca Pul­se de la ciu­dad de Orlan­do, Flo­ri­da, 2016: 50 muer­tos, 53 heridos.

Ciu­dad de Las Vegas, esta­do de Neva­da, 2017: 61 muer­tos, 411 heridos.

Escue­la secun­da­ria Mar­jory Sto­ne­man Dou­glas en la ciu­dad de Par­kland, Flo­ri­da, 2018: 17 muer­tos, 17 heridos.

Wal-Mart de la ciu­dad de El Paso, Texas, 2019: 23 muer­tos, 23 heridos.

Ciu­dad de Day­ton, Ohio, 2019: 10 muer­tos, 27 heridos.

Estas son solo algu­nas de las masa­cres más noto­rias, cada una de ellas rodea­das en su tiem­po por un núme­ro incon­ta­ble de otros tiro­teos, con sal­dos de tres, cua­tro o cin­co muer­tos. Tam­bién vidas per­di­das en actos de vio­len­cia, pero que no deja­ron la can­ti­dad de cadá­ve­res sufi­cien­tes para inte­grar la lis­ta de los tiro­teos masi­vos ocu­rri­dos en Esta­dos Uni­dos. Todas estas matan­zas se per­pe­tra­ron con pode­ro­sas armas de fue­go semi­au­to­má­ti­cas, casi todas ellas armas de asal­to. Es por eso que nece­si­ta­mos con urgen­cia una prohi­bi­ción fede­ral de este tipo de armas en Esta­dos Unidos.

Poco des­pués de la matan­za en el super­mer­ca­do de Boul­der, el repre­sen­tan­te esta­tal de Colo­ra­do Tom Sulli­van expre­só en una entre­vis­ta con Demo­cracy Now!: “Lo que hacen los rifles de asal­to es con­ver­tir en “masi­vos” a estos tiro­teos. Aquí, en Colo­ra­do, en 2013, se apro­ba­ron cin­co pro­yec­tos de ley para pre­ve­nir la vio­len­cia con armas de fue­go. Se apro­bó la ley que requie­re la veri­fi­ca­ción de ante­ce­den­tes de los com­pra­do­res de armas de fue­go. Se apro­ba­ron tam­bién pro­yec­tos de ley para limi­tar los car­ga­do­res de alta capa­ci­dad, para que la per­so­na que quie­ra com­prar un arma pague el trá­mi­te de veri­fi­ca­ción de ante­ce­den­tes; se hicie­ron cosas para abor­dar la vio­len­cia domés­ti­ca, se esta­ble­ció que el trá­mi­te para obte­ner el per­mi­so de por­ta­ción ocul­ta de un arma debe rea­li­zar­se en per­so­na… Pero cual­quie­ra pue­de hacer un via­je de 20 minu­tos, cru­zar al esta­do de Wyo­ming, com­prar lo que quie­ra sin pro­ble­mas y vol­ver aquí. Por eso es impe­ra­ti­vo lograr que el Gobierno fede­ral tra­ba­je con noso­tros en este tema”.

El camino de Tom Sulli­van para lograr un con­trol de armas más estric­to y ser elec­to en un car­go públi­co fue difí­cil. Su hijo Alex fue ase­si­na­do en la masa­cre del cine Auro­ra el día que cele­bra­ba su cum­plea­ños núme­ro 27. Lue­go de can­sar­se de que los polí­ti­cos igno­ra­ran una y otra vez sus pedi­dos para apro­bar leyes que regu­len la com­pra y tenen­cia de armas, Sulli­van se pos­tu­ló él mis­mo como can­di­da­to. Pri­me­ro per­dió las elec­cio­nes, pero lue­go ter­mi­nó ganan­do en un dis­tri­to que había esta­do en manos de los repu­bli­ca­nos duran­te décadas.

Poco des­pués del tiro­teo masi­vo ocu­rri­do en 2018 en la escue­la secun­da­ria Mar­jory Sto­ne­man Dou­glas de Par­kland, Flo­ri­da, y dada la ausen­cia de una legis­la­ción nacio­nal para abor­dar los tiro­teos masi­vos recu­rren­tes, el Con­ce­jo Muni­ci­pal de Boul­der apro­bó orde­nan­zas que prohi­bían la ven­ta y pose­sión de armas de asal­to y los car­ga­do­res de muni­cio­nes de alta capa­ci­dad. Ape­nas unos días antes de la matan­za ocu­rri­da esta sema­na en Boul­der, un juez esta­tal había blo­quea­do esas orde­nan­zas, lega­li­zan­do así jus­ta­men­te el arma que se uti­li­zó en la masacre.

Aho­ra, la legis­la­tu­ra esta­tal de Colo­ra­do —con­tro­la­da por los demó­cra­tas— está con­si­de­ran­do prohi­bir las armas de asal­to en todo el esta­do. La ini­cia­ti­va cuen­ta con el apo­yo del gober­na­dor demó­cra­ta Jared Polis, quien ha resi­di­do en Boul­der duran­te mucho tiem­po y con­tó que solía hacer com­pras en el super­mer­ca­do King Soo­pers don­de ocu­rrie­ron los hechos.

A las pocas horas de la masa­cre de Boul­der, mien­tras los cuer­pos de las víc­ti­mas aún per­ma­ne­cían en el piso del super­mer­ca­do, la con­gre­sis­ta repu­bli­ca­na de Colo­ra­do Lau­ren Boe­bert, cuya defen­sa del dere­cho ili­mi­ta­do a poseer armas roza lo manía­co, envió a sus segui­do­res un polé­mi­co correo elec­tró­ni­co de recau­da­ción de fon­dos en el que uti­li­zó la enér­gi­ca expre­sión “¡Cla­ro que NO!” para refe­rir­se a las pro­pues­tas de con­trol de armas. Boe­bert es due­ña de un res­tau­ran­te en la ciu­dad de Rifle, en Colo­ra­do, lla­ma­do “Shoo­ters Grill” (“Parri­lla de los tira­do­res”, en espa­ñol), en el que alien­ta a sus emplea­das a lle­var armas col­ga­das de la cin­tu­ra mien­tras atien­den a los clien­tes. Tam­bién como res­pues­ta a la masa­cre, la Aso­cia­ción Nacio­nal del Rifle publi­có en Twit­ter el tex­to de la Segun­da Enmien­da de la Cons­ti­tu­ción de Esta­dos Uni­dos, que esta­ble­ce el dere­cho a poseer y por­tar armas.

Mien­tras tan­to, el Tri­bu­nal Fede­ral de Ape­la­cio­nes del Noveno Dis­tri­to dic­ta­mi­nó el mar­tes que las leyes esta­ta­les que prohí­ben la “por­ta­ción visi­ble” de armas de fue­go son cons­ti­tu­cio­na­les. El fallo, que en sus 215 pági­nas hace un rac­con­to por­me­no­ri­za­do de la his­to­ria de la regu­la­ción de las armas en la épo­ca de la colo­nia y lle­ga has­ta el desa­rro­llo de la Segun­da Enmien­da, debe­ría ser de lec­tu­ra obli­ga­to­ria. “La Segun­da Enmien­da no garan­ti­za un dere­cho gene­ral sin res­tric­cio­nes a por­tar armas en públi­co de mane­ra visi­ble para la auto­de­fen­sa indi­vi­dual”, con­clu­yó el tribunal.

En Washing­ton D.C., el pre­si­den­te Joe Biden ha expre­sa­do su apo­yo a una prohi­bi­ción nacio­nal de las armas de asal­to. Sin embar­go, con la estre­cha mayo­ría demó­cra­ta en el Sena­do, la apro­ba­ción de un pro­yec­to de ley de con­trol de armas nece­si­ta­ría el apo­yo del sena­dor demó­cra­ta de Vir­gi­nia Occi­den­tal Joe Man­chin, que está a favor de la pose­sión de armas, así como una deci­sión uná­ni­me de todo el blo­que demó­cra­ta del Con­gre­so, inclui­dos el sena­dor Man­chin y la sena­do­ra demó­cra­ta con­ser­va­do­ra de Ari­zo­na Kirs­ten Sine­ma, para eli­mi­nar o modi­fi­car las reglas de pro­ce­di­mien­to que per­mi­ten las manio­bras obs­truc­cio­nis­tas por par­te del blo­que opo­si­tor. Así las cosas, la legis­la­ción para regu­lar la tenen­cia de armas tie­ne un difí­cil camino por delan­te para con­ver­tir­se en ley.

En el cie­rre de la entre­vis­ta con Demo­cracy Now!, Tom Sulli­van con­clu­yó: “Unas 100 per­so­nas mue­ren cada día en Esta­dos Uni­dos a cau­sa de la vio­len­cia con armas de fue­go. De esas per­so­nas, 22 son muer­tes por sui­ci­dio de vete­ra­nos de gue­rra. Pero, tam­bién, más de 200 per­so­nas resul­tan heri­das a dia­rio por dis­pa­ros acci­den­ta­les, y muchos de ellos son menores”. 

A Sulli­van nin­gu­na legis­la­ción le trae­rá de regre­so a su hijo Alex. Eso tam­po­co podrá pasar con los millo­nes de muer­tos que la vio­len­cia con armas de fue­go ha pro­vo­ca­do en Esta­dos Uni­dos duran­te déca­das. Sin embar­go, una prohi­bi­ción nacio­nal de las armas de asal­to de apli­ca­ción efec­ti­va podría pre­ve­nir hechos de vio­len­cia como esos en el futuro.


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