Resumen Latinoamericano, 16 de marzo de 2021.
Mediante esta nota nos gustaría dar algunas especificaciones sobre la situación de Valentina Morisoli, ya que la dirección de la cárcel Madrid I (Alcala-Meco) le está negando los derechos fundamentales para chantajearla.
Valentina fue llevada a la cárcel de Zaballa al principio, luego la llevaron a la prisión de Soto del Real y pocos días después a Alcalá-Meco. En esta última cárcel, terminada la cuarentena, la metieron en un módulo de aislamiento. Quisieron obligarle a firmar un «acuerdo» que dice que para estar allí:
Antes del recuento de las 8 de la mañana, deben estar duchadas ′′ bien vestidas «, y ya realizada la limpieza de la celda y la cama hecha.
Durante el día no pueden estar acostadas en la cama, ni siquiera para dormir, excepto las que reciben el certificado médico.
Otras reglas: estar siempre ′′bien vestidas», limpiar zonas comunes (tomar lo que se llama destino), no se puede sacar comida del comedor (ni un trozo de pan), hay que tratar a los carceleros con respeto, la necesidad de participar en tres cursos, no recibir parte penal, aceptar la realización de análisis tóxicológico, participar en las reuniones del módulo (los problemas generados en el módulo deben solucionarse entre las presas, asumir la tarea de los carceleros, reforzando el papel de la soplóna) etc.
Valentina se negó desde el principio a aceptar la normativa de un módulo así y la trasladaron a otro módulo más conflictivo. Desde entonces, la cárcel intenta chantajear a Valentina.
Estando clasificada como FIES (Archivo de Presos de Especial Seguimiento) tiene todas sus comunicaciones intervenidas. Según la normativa pueden tomarse 15 días para analizar su contenido, pero en la práctica se están tomando mucho más tiempo. Algunas cartas nunca se las dieron. Asimismo, la normativa dice que cada vez que le secuestran una carta deben avisarle a la prisionera por escrito, pero ni siquiera cumplen esto.
Las cartas que llevan consejos jurídicos de sus abogados han sido devueltas a los remitentes argumentandos que perjudican el orden interno de prisión. Usando el mismo argumento han rechazado las revistas disponibles en la calle, aunque estas tengan depósito legal.
En cuanto a participar en los cursos, la cárcel le niega esa oportunidad, si no aceptan las normas del módulo de respeto no podrá participar. La cárcel solo le puso esa condición a Valentina, ya que el resto de presos de su módulo pueden acceder a diferentes cursos.
Por lo expuesto, sus allegados y familiares queremos denunciar públicamente el chantaje al que someten a Valentina y exigimos que se respeten sus derechos más básicos.
Accidente de familiares
Por otro lado, la pareja de Valentina y un amigo sufrieron un accidente este jueves, 11 de marzo, recien iniciado el viaje a la visita. Todavía estando en Bizkaia, una rueda de coche explotó y se golpeó contra la mitad de la carretera. Sin embargo pudieron cambiar la rueda y viajar hasta Alcalá-Meco, ya que el coche sufrió daños leves. La cárcel de Alcalá-Meco está a 412 kilómetros de la residencia de Valentina.