Resumen Latinoamericano, 27 de marzo de 2021.
Excombatientes de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y sus familias, asentados en la Cooperativa Integral Nuevo Horizonte R. L., Santa Ana, Petén, desarrollaron este viernes 26 de marzo una serie de actos políticos y culturales, para celebrar la certeza jurídica de la tierra, la que lograron luego de 23 años.
Juan Carlos Pirir, socio fundador de la cooperativa, indicó que fue un proceso largo, cansado, lleno de obstáculos, pero se logró, gracias al empeño de hombres, mujeres y niños, que creyeron en la posiblidad de seguir haciendo la lucha y vencer cada uno de los obstáculos que se presentaran.
Zolia Hernández Miranda, actual vicepresidenta de la cooperativa, recordó que el valor de la propiedad, con una extensión de 20 caballerías e integrada por las fincas El Horizonte y Esquipulas, era de 3 millones 300 mil quetzales, cantidad que debían pagar a travéz de un fideicomiso, en un plazo de 12 años.
El Estado nos otorgó un subsidio inicial, del cual restó 10 mil quetzales a cada uno, para el pago inicial, que fue de 1 millón 15 mil quetzales; el resto debía utilizarse para el impulso de proyectos de largo plazo, fueron sembradas 145 hectáres con cultivos que darían resultados en 20 o 25 años y solo habían dado 2 años de gracia para continuar con los pagos, indicó.
Pirir, conocido en la lucha armada como Capitán Mélvin, destacó que cuando vieron que el plan de pagos era irrealizable, pues las cuotas más altas eran las primeras que debían amortizar, se tomó la decisión de priorizar a los niños y niñas. Asumimos que debíamos pagar la deuda, pero que primero serían nuestros hijos, a quienes debíamos dar de comer, vestir y educar”, dijo.
Por su parte, Petrona Figueroa Santos, socia fundadora, hizo énfasis en el papel de las mujeres. En Guatemala las mujeres tienen poco o ningún acceso a la tierra, en Nuevo Horizonte eso no es así, también nosotras tenemos derecho a cultivar la tierra y a construir nuestras casas, por eso incentivamos a las jóvenes a seguir luchando, indicó.
Petrona, conocida como Beatriz, con una amplia trayectoria de lucha, tanto antes como después del conflicto, subrayó que, como mujeres se ganaron el derecho a la tierra; integraron la junta directiva, los comités de vigilancia y de educación; “trabajamos la tierra junto a los hombres, de 7 de la mañana a 4 de la tarde; algunas compañeras embarazadas tuvieron pérdidas”, recordó.
Juan Carlos Pirir, anotó que, luego de 23 años de estar en el lugar, la experiencia fue exitosa, como resultado de la voluntad abnegada de hombres, mujeres y niños por demostrar con hechos concretos que si habían firmado la paz y se incorporaban a un nuevo proceso, lo harían de manera propositiva.
“No íbamos a dejar de lado los anhelos, los deseos de todos nuestros compañeros y compañeras que en un momento soñaron con una Guatemala diferente”; ese es el mejor reconocimiento que podemos hacer a quienes cayeron en la lucha y que hoy lamentablmente no están con nosotros, pero está su memoria, su compromiso, está todo su ejemplo, concluyó.
Fuente: Prensa Comunitaria