Resumen Medio Oriente, 05 de marzo de 2021 – Canciller iraní dice que el nuevo Gobierno de EE.UU. sigue con la fallida política de “máxima presión” de Donald Trump contra Irán, en pleno brote de la COVID-19.
A través de un mensaje publicado en la red social Twitter, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, ha compartido imágenes de una niña de 6 años y medio, llamada Yasna, que se vio afectada por las sanciones impuestas por Washington contra Irán, denunciando que ella pagó el precio de las “decisiones crueles e inhumanas de los políticos lejanos”.
Zarif ha afirmado que “incluso en medio de la COVID-19, Estados Unidos continúa ejerciendo la fallida ‘máxima presión’ de Trump sobre los iraníes”. “¿No es la hora de probar algo que realmente funcione?”, ha cuestionado.
El diplomático persa ha adjuntado a su tuit una carta escrita con palabras de la niña, titulada “El Gobierno de Estados Unidos procesó a una niña de 6 años”, que examina el impacto de las sanciones estadounidenses en la vida de los iraníes.
En una parte del texto se señala que, a la edad de 6 meses, Yasna fue inyectada con una vacuna obsoleta, por lo que tuvo una convulsión y ha estado tomando medicamentos desde entonces.
Entretanto, agrega, solo cuatro drogas han funcionado en su cuerpo, de las cuales dos son estadounidenses. Sin embargo, su familia no pudo proporcionar estos medicamentos, después de que “los políticos ignorantes de EE.UU. tomaran una decisión equivocada e inhumana”.
Ante tal situación, se empeoró la enfermedad de la niña y perdió el 99 % de su capacidad de hablar, mientras que su capacidad de decisión también disminuyó en un 90 %. “Tengo que pagar los errores de los políticos estadounidenses”, se lee en el texto.
En mayo de 2018, el entonces presidente de EE.UU., Donald Trump retiró a su país del acuerdo nuclear firmado en 2015 —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)— y reimpuso varias tandas de sanciones contra el pueblo iraní.
Estos embargos estadounidenses, que constituyeron parte de la política que el Gobierno de Trump denominaba como la “máxima presión” contra el país persa, impiden a Irán importar medicamentos y equipos médicos, mientras experimenta también la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Las autoridades iraníes han denunciado una y otra vez el impacto negativo del “terrorismo económico y médico” de Washington, calificándolas de “crímenes de lesa humanidad”.