Por Elio Henríquez. Resumen Latinoamericano, 1 de marzo de 2021
La Caravana de Solidaridad y Documentación presentó este lunes su segundo informe de las visitas realizadas a la comunidad chiapaneca de Nuevo San Gregorio. Foto Cuatoscuro
San Cristóbal de Las Casas, Chis. Las “agresiones y hostigamientos” en contra de los habitantes del poblado Nuevo San Gregorio, perteneciente al municipio autónomo Lucio Cabañas, por “40 invasores de territorio recuperado en 1994”, son “una evidente acción de atacar y golpear la autonomía zapatista y su estructura organizativa”, afirmaron los integrantes de la Caravana de Solidaridad y Documentación en esa localidad.
“Este tipo de acciones se reactivan durante este gobierno como patrón de contrainsurgencia enfocado en desfragmentar la resistencia y permanencia de la autonomía zapatista”, reiteraron, al presentar este lunes su segundo informe de las visitas realizadas del 29 de octubre pasado a febrero de este año.
“El dispositivo de violencia está en provocar de manera permanente, angustia, llanto, miedo, dolor y rabia, sentimientos que se vuelven cotidianos. Los invasores del territorio recuperado desde 1994 violentan el derecho de las familias de nuevo San Gregorio a una vida libre de violencia y ejecutan actos lesivos contra la integridad física, mental, social y económica. Exponer dichos mecanismos de violencia muestra cómo funciona la maquinaria del crimen, muerte y destrucción contra un proyecto de vida que construye autonomía”, agregaron.
Diana Itzú Gutiérrez, del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, una de las agrupaciones que integran la Caravana, dijo que “los 40 invasores son propietarios de más de 40 o 50 hectáreas; son expolicías o han tenido cargos públicos en el municipio oficial de Huixtán”.
Añadió que en ese grupo también participan “catequistas” de la diócesis de San Cristóbal, “es decir, tienen puestos de poder”, mientras que en el caso de la región de Moisés Gandhi, “son miembros de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO) los que actúan de manera armada en contra de cinco comunidades autónomas zapatistas”.
Añadió que de octubre a febrero, la Caravana recibió “testimonios de familias zapatistas que nos están permitiendo visibilizar la guerra integral de desgaste en épocas de la cuarta transformación. En estos cuatro meses, organizaciones defensoras de derechos humanos y de la madre tierra, colectivos y redes, hemos sido testigo de la impunidad y complicidad de este régimen, ejecutadas por los tres niveles de gobierno”.
Agregó: “La guerra integral de desgaste que estamos viendo claramente en estos cuatro meses, y puntualmente en San Gregorio, nos está mostrando acciones criminales contra los derechos humanos; violación de derechos con lo que los más vulnerables son las niñas, niños y mujeres. Una acción criminal contra la madre tierra en cuanto a destrucción y saqueo de los bienes comunes de los pueblos originarios que habitan esos territorios. Acciones criminales contra la autonomía de los pueblos de zapatistas”.
En su informe, la Caravana, conformada por más de una decena de organizaciones, colectivos y redes, entre ellos el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas, Desarrollo Económico y Social de los Mexicanos Indígenas, (DESMI), Enlace Civil, Red de Resistencia y Rebeldía Ajmaq, Salud y Desarrollo Comunitario, (Sadec) y Promedios de Comunicación Comunitaria, adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, sostuvo que “la falta de intervención o acción concertada de la ‘Cuarta Transformación’ con los distintos grupos de agresores en el territorio zapatista ha provocado, en estas y otras familias bases de apoyo, diversos daños que atentan contra su salud física y mental; contra su derecho a la alimentación”. Añadió que además, ha provocado “la destrucción de bienes tanto individuales como colectivos, de la naturaleza y robo de tierras recuperadas y en posesión legítima” del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) desde 1994.
El actual régimen, manifestó, “se ha dedicado a imponer a los pueblos originarios proyectos que van contra la propia naturaleza y por consiguiente contra la vida misma, dando así continuidad a las políticas de despojo territorial que datan de tiempo atrás. Durante estos más de dos años de gobierno lopezobradorista hemos presenciado una constante embestida hacia el proyecto autónomo zapatista y de otras resistencias como a lo largo y ancho del territorio nacional”.
FUENTE: La Jornada