María José Pinto /Resumen Latinoamericano, 8 de marzo de 2021
Este 11 de abril, un voto informado importa más de lo que crees.
Los “Feliz día mujer” en redes denotan, al menos en Lima, el gran desconocimiento del bagaje histórico que esta fecha trae consigo, y por qué este día no se celebra. Hoy, 8 de marzo, se conmemora la lucha de todas aquellas que lo arriesgaron todo para visibilizar la noción que con tanto fervor defiende y ha defendido históricamente el feminismo: el fin de la opresión sexual hacia las mujeres, por el hecho de ser mujeres, en todos los sentidos. Y este año es particularmente importante porque nos recuerda que en estas elecciones es nuestro deber votar por aquellos candidatos y candidatas que representan ese avance que históricamente se ha buscado, para acortar una brecha y reducir una violencia estructuralmente normalizada en nuestra sociedad.
Estas elecciones 2021 marcan un hito para las mujeres en política en el Perú y es que serán nuestras primeras elecciones con los requisitos de paridad y alternancia en las listas partidarias. Después de alrededor de 24 años con el requerimiento mínimo del 30% de cuota de mujeres en estas listas, el cual la mayoría de partidos entendió como un techo límite (fueron muy pocos los partidos desde 1997, año en el que se instauró esta cuota que sobrepasaron el mínimo del 30%), y donde las mujeres fueron empujadas hasta el final de las listas congresales, la paridad y alternancia entran para tratar de emparejar el terreno tan desigual al que se enfrentan las mujeres en política. Sin embargo, y debido al sistema de voto preferencial, cuya eliminación, recordemos, no fue incluida en la Ley de Paridad y Alternancia, si bien las listas están conformadas paritariamente, la decisión final es del elector. Pensemos en las mujeres en estas elecciones: la visión de más de la mitad de la población peruana merece estar representada en el hemiciclo, porque como decía la gran Ruth Bader Ginsburg: “las mujeres pertenecen en todos los lugares donde se toman decisiones”, y nuestro Congreso, el de un país catalogado como uno de los más peligrosos a nivel mundial para las mujeres, es el lugar más relevante.
Estas elecciones también son las primeras, hasta donde yo recuerdo en mis cortos, cortísimos 28 años de vida, en las cuales un candidato a la presidencia es abiertamente sexista, machista, y homofóbico, y lo que es peor: va acumulando el apoyo de un sector que le teme, según ellos, a los extremos, pero que pasa por agua tibia el extremo de la derecha ultra conservadora y fanática religiosa. La semana pasada fue sumamente dura para todas aquellas mujeres ansiosas, como yo, que entraban a redes tan sólo para toparse con las declaraciones de la Vice Presidenta de este candidato, en nada más y nada menos que una charla escolar.
En un país con una de las tasas más altas de deserción escolar por embarazo adolescente en América del Sur, las declaraciones de esta señora clavan una estaca todo el trabajo arduo que se viene realizando no sólo desde el gobierno, sino desde la sociedad civil, sobre educación sexual. Decir que “las mujeres que toman anticonceptivos son literalmente violadas por los esposos” y que “el 89% de violencia familiar se da en mujeres que consumen anticonceptivos” directamente insta a mujeres y mujeres adolescentes a no usar ni tomar anticonceptivos, un derecho fundamental al cual ni siquiera todas tienen acceso hoy en día, y sobre el cual ya existe un suficiente tabú en el país. Pensemos en las mujeres en estas elecciones: suficiente sangre, sudor y lágrimas han sido derramados en la lucha feminista como para elegir a un candidato y plancha presidencial con un pensamiento tan retrógrada como falaz en este siglo (o en cualquier otro).
Pero no todas las noticias son malas. Dentro de las luchas que batalla el feminismo, el enfoque de interseccionalidad no puede ni debe pasar desapercibido. Cuando se abre un espacio para las mujeres, debe abrirse para todas las mujeres, independientemente de su sexualidad, orientación sexual, raza, entre otras características que definen la diversidad de la mujer peruana. Este 11 de Abril se celebrará otro hito, y es que serán las primeras elecciones donde tendremos la oportunidad de votar por la primera candidata trans e indígena en nuestro país: Gahela Cari Contreras, de Juntos por el Perú, cuya fortaleza hizo que se convirtiera en las protagonistas de una de las fotos más emblemáticas de las marchas del 14N. Estas elecciones también se han puesto un foco especial a las candidatas de la comunidad LGTBIQ+: Susel Paredes y Gabriela Salvador del Partido Morado nos brindan una oportunidad de elegir por una representación real de esta comunidad en el hemiciclo durante los próximos cinco años. Pensemos en las mujeres en estas elecciones; pero pensemos en todas las mujeres, porque la lucha no es igual para ellas.
La lucha este 8 de marzo se conmemora teniendo en cuenta todo el largo camino que nos falta por recorrer, sabiendo que no todas nos enfrentamos a los mismos obstáculos. Por eso les pido, querido lector y querida lectora, que en este Día Internacional de la Mujer no feliciten ni celebren, sino que piensen en las mujeres al momento de votar en las próximas elecciones.
FUENTE: La Mula.pe