De nuevo llega el 8M y con él, la hipocresía y la manipulación de quienes quieren convertir el día de la mujer trabajadora, la mujer proletaria, en un día festivo que intenta invisibilizar a la verdadera protagonista de ese día: LA MUJER DE CLASE OBRERA.
Fue durante el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas de 1910, celebrado en Copenhague, cuando la militante comunista Clara Zetkin presentó la propuesta de conmemorar un Día Internacional de la Mujer, aprobándose por unanimidad. Desde entonces, la celebración de este día ha pasado de ser una herramienta de lucha a limitarse a eslóganes y a declaraciones de buenas intenciones, incluso se ha llegado a borrar la palabra trabajadora, para incluir a burguesas, reinas y demás señoronas de bien, y en los últimos años, en algunos comunicados ni siquiera aparece la palabra MUJER.
Este día queremos volver a reivindicar a las mujeres revolucionarias que nos abrieron el camino, las mujeres bolcheviques, gracias a las cuales, tras la revolución de Octubre, las mujeres rusas conquistaron sus derechos económicos, sociales, sexuales y reproductivos, derechos que todavía hoy se siguen luchando en muchos países capitalistas, incluso en algunos se ha producido una involución, como en algunos países del Este, donde se ha vuelto a prohibir el derecho al aborto, y las mujeres, en especial las jóvenes, han acabado siendo utilizadas, como diría Engels, como “fábricas de producción de esclavos” (vientres de alquiler), o como carne fresca para redes de prostitución y proxenetas sin escrúpulos.
La pandemia del coronavirus y la consiguiente crisis económica y social ha colocado sobre los hombros de la mujer trabajadora una carga adicional a la que ya cargaba. La situación de desigualdad que sufrimos las mujeres, desde que en las sociedades neolíticas aparece la propiedad privada, no mejora con nuestra entrada al mercado laboral, porque el sistema capitalista no representa una solución a nuestros problemas: La mujer obrera pasa a soportar una doble opresión, en el trabajo y en el hogar, y esta situación se ha agravado durante el confinamiento.
Las tareas del hogar, la crianza y los cuidados son trabajos no pagados que desempeñmos principalmente las mujeres trabajadoras, sirven para la producción y reproducción de la fuerza de trabajo en beneficio y sustento del capital, de la clase capitalista que explota ese trabajo. Y enpuestos de trabajo con horarios irregulares, salarios de miseria y en muchas ocasiones, sufriendo acoso laboral y sexual.
En nuestro caso, la situación de la mujer trabajadora andaluza sigue siendo mucho peor, fruto de nuestra triple opresión como mujeres, como obreras y como andaluzas. Pues nuestro país es emprobrecido al ser usado como colonia interior del Estado español, con una economía extractiva de materias primas, dependiente y periférica. Suministradora de mano de obra barata y en un entorno social con los más altos índices de pobreza y paro de todo el Estado.
Desde el Sindicato Unitario de Andalucía, y bajo los principios antipatriarcales, anticapitalistas, antirracistas e internacionalistas de nuestra organización, reivindicamos el 8 de Marzo como el día internacional de la mujer trabajadora y revolucionaria. No es el día de las explotadoras, es el día de TODAS LAS MUJERES PROLETARIAS ANDALUZAS, de todas las mujeres que vivimos y trabajamos en Andalucía, nacieran donde nacieran, pues nuestra tierra siempre fue la patria de todo aquel que viene, también es la matria para todas nuestras hermanas de clase que, año tras año, vienen a trabajar bajo los plásticos recalentados, bajo el sol de nuestra tierra. Ese es su “techo de cristal”, y también el nuestro: el techo de plástico de invernadero o de uralita de una fábrica, el techo que la mujer proletaria revolucionaria aspira a derribar.
Porque la lucha por la igualdad de la mujer proletaria, la lucha contra el capitalismo y la lucha por la libertad de los pueblos oprimidos es toda una, principio básico para romper nuestras cadenas, porque lo revolucionario no es foto de portada ni likes en una pantalla, sino lucha cotidiana, reivindiquemos un 8 de Marzo andaluz, combativo y de clase.
Secretaría Federal Colegiada.
Sindicato Unitario de Andalucía.
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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