En el proceso de producción y distribución de vacunas contra Covid-19 se ha conocido diversa información sobre los contratos celebrados entre la Comisión Europea y las multinacionales farmacéuticas, concretamente el caso de incumplimiento más significativo, el de AstraZeneca.
Ante una fuerte presión pública, la Comisión Europea dio a conocer aspectos del contrato firmado con esta empresa, truncando cuestiones esenciales por supuestos motivos de confidencialidad y competencia. Como resultado, se han omitido párrafos enteros sobre costes, fechas de entrega, compras de cada Estado miembro y propiedad intelectual.
Al inicio del proceso, se informó que las vacunas se venderían a los Estados al costo. Mientras tanto, nos enteramos que esta venta a precio de costo solo estará vigente hasta julio, y le corresponde a AstraZeneca, dependiendo de su “buena fe” (sic), mantener estas condiciones a través de la valoración que realiza la farmacéutica. sobre si ya ha terminado la pandemia o no. De hecho, todavía es posible que AstraZeneca sume un 20% a los 870 millones de euros pactados, alegando el cambio en los costes de producción de las vacunas y sin necesidad de acreditarlo.
El contrato no incluye cláusulas de penalización de la empresa en caso de incumplimiento del contrato, lo que permite indemnizar los daños ocasionados por el incumplimiento del contrato, como los que ya se han producido.
Los documentos ahora conocidos también prueban que las acusaciones de AstraZeneca en el momento de la primera violación no eran ciertas. Es decir, el argumento de que estaban obligados contractualmente a que las fábricas ubicadas en el Reino Unido solo abastezcan a este país, mientras que las ubicadas en Europa continental solo abastecen a la Unión Europea (UE), no tiene base contractual.
Sin embargo, en una audiencia conjunta de los comités de Industria, Medio Ambiente y Salud Pública del Parlamento Europeo, el representante de AstraZeneca declaró que la producción en la fábrica de los Países Bajos abastece a la UE y al Reino Unido, mientras que la fábrica del Reino Unido abastece solo a este país. También existe una cláusula, de muy amplio alcance, que exime a las empresas farmacéuticas de cualquier responsabilidad por los daños que pueda ocasionar la vacuna, dejando a los Estados la responsabilidad de indemnizar a quienes eventualmente las sufran.
Fuente: Abril Abril
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