Argen­ti­na. ¿Dón­de está Tehuel? Retra­to de una socie­dad transodiante

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de abril de 2021. 

La vio­len­cia cis sexis­ta que arre­me­te con­tra las iden­ti­da­des y exis­ten­cias trans no cesa. Hoy, Tehuel sigue des­apa­re­ci­do des­de el 11 de mar­zo. Iba rum­bo a tra­ba­jar de mozo, una chan­ga, en tiem­pos de pre­ca­rie­dad labo­ral e ilu­sio­nes de inclu­sión labo­ral trans.

¿Te ima­gi­nás salir de tu casa, con la ilu­sión de hacer­te una mone­da en un labu­ro, y no vol­ver? ¿Pos­ta, te lo ima­gi­nás? Hay esce­na­rios que no se quie­ren ver, no solo por­que se invi­si­bi­li­zan, sino tam­bién por hipo­cre­sía, por los ges­tos coti­dia­nos y estruc­tu­ra­les de transodio, por fal­ta de empa­tía. Sí, y el dolor por la ausen­cia de Tehuel nos pone de fren­te a la com­ple­ji­dad de lo que nos está pasan­do como sociedad. 

El 31 de mar­zo fue el día inter­na­cio­nal de la visi­bi­li­dad de las per­so­nas trans, no bina­rias y de géne­ro no con­for­me. Poner una fecha se vuel­ve nece­sa­rio para insis­tir y vol­ver sobre refle­xio­nes nece­sa­rias, para rei­vin­di­car las exis­ten­cias trans, las expre­sio­nes diver­sas del géne­ro, las cor­po­ra­li­da­des y la deman­da de dere­chos. Esta con­me­mo­ra­ción sur­gió en 2009 en Esta­dos Uni­dos por la acti­vis­ta Rachel Cran­dall, cen­tra­da en la cele­bra­ción de la vida, para des­an­clar la vida trans de las noti­cias por sus muer­tes. Este año, el día estu­vo teñi­do del dolor por­que fal­ta Tehuel. En dis­tin­tos pun­tos del país, hubo con­vo­ca­to­rias por su apa­ri­ción y para denun­ciar las vio­len­cias que viven coti­dia­na­men­te las per­so­nas trans. 

Tehuel De la Torre salió el 11 de mar­zo de su casa de San Vicen­te hacia el barrio La Espe­ran­za, en Ale­jan­dro Korn, Bue­nos Aires. El joven de 22 años se diri­gía a la casa de Luis Alber­to Ramos, quien le había con­vo­ca­do para un tra­ba­jo, según la denun­cia que reali­zó su pareja. 

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(Ima­gen: Iván Brai­lovsky para La tinta)

Días des­pués, en un ope­ra­ti­vo en la casa de Ramos, la poli­cía encon­tró el telé­fono de Tehuel incen­dia­do y pren­das que le per­te­ne­cían, reco­no­ci­das por su fami­lia. El acu­sa­do ‑con­de­na­do en 2009 por una cau­sa por homi­ci­dio y denun­cia­do por abu­so sexual en 2020- fue dete­ni­do. A tra­vés del aná­li­sis de la ante­na de ras­treo, se ubi­có el celu­lar de Tehuel en la zona de la casa de Ramos, el mis­mo 11 de mar­zo, entre las 19:30 y las 00:30 horas. Des­de el 28 de mar­zo, tam­bién está dete­ni­do Oscar Mon­tes, ami­go de Ramos, quien se negó a decla­rar y está acu­sa­do de “encu­bri­mien­to en con­cur­so real con fal­so tes­ti­mo­nio”. Su deten­ción se des­pren­de de haber encon­tra­do, en el celu­lar de Ramos, una foto en la que apa­re­cen los dos hom­bres y el joven trans en la casa de Mon­tes. Veró­ni­ca, la her­ma­na de Tehuel, con­tó en varios medios que era un chi­co muy fami­lie­ro, que se encar­ga­ba de los man­da­dos y algu­nas tareas de la casa, y que se encon­tra­ba en la bús­que­da de tra­ba­jo. “Cuan­do yo lle­ga­ba, le pedía que me haga algún man­da­do, tomá­ba­mos mates, com­par­tía­mos muchas cosas, es muy diver­ti­do”, agre­gó. A Tehuel le fal­ta un año para ter­mi­nar la escue­la secun­da­ria. Aban­do­nó para poder “aga­rrar más chan­gas”, tales como cor­tar el pas­to o ven­der cosas de pana­de­ría. “Vivían el día a día, era nece­sa­rio su apor­te en la casa”, dijo su hermana.

Dere­cho al Tra­va­jo

En sep­tiem­bre del año pasa­do, por Decre­to pre­si­den­cial, el Cupo Labo­ral para per­so­nas tra­ves­tis, tran­se­xua­les y trans­gé­ne­ro en el sec­tor públi­co nacio­nal se con­vir­tió en nor­ma­ti­va, para garan­ti­zar un míni­mo del 1% de la tota­li­dad de car­gos y con­tra­tos para elles. Si bien varias pro­vin­cias, muni­ci­pios y uni­ver­si­da­des adhi­rie­ron e imple­men­ta­ron medi­das en res­pues­ta a la deman­da his­tó­ri­ca de los acti­vis­mos disi­den­tes, hay una difi­cul­tad en avan­zar en la real imple­men­ta­ción de la nor­ma­ti­va. Cór­do­ba es un caso don­de no hay un régi­men jurí­di­co, esta­tal ni pri­va­do que obli­gue a cum­plir con los cupos labo­ra­les y sí pro­yec­tos legis­la­ti­vos pen­dien­tes de tratamiento.

Ivan­na Agui­le­ra, pri­me­ra mujer trans que ocu­pa un car­go den­tro de la Uni­ver­si­dad Nacio­nal de Cór­do­ba (UNC), refe­ren­te del Área Trans – Tra­ves­ti y Géne­ro No Bina­rio de la Facul­tad de Filo­so­fía y Huma­ni­da­des, afir­mó a La tin­ta: “La polí­ti­ca de inclu­sión trans tra­ves­ti de Cór­do­ba es solo dis­cur­sos y una esce­no­gra­fía. Hacen uso y abu­so de las nece­si­da­des de las com­pa­ñe­ras y sos­tie­nen sola­men­te una esce­no­gra­fía. No hay polí­ti­cas para la ver­da­de­ra inclu­sión trans. Siguen ponién­do­nos pla­nes socia­les que man­tie­nen un círcu­lo de pre­ca­rie­dad. Nos inclu­ye­ron en los ser­vi­do­res urba­nos que es muy poca plata”.

En tiem­pos de pre­ca­rie­dad labo­ral y ube­ri­za­ción de los tra­ba­jos a los que acce­den las juven­tu­des, el empleo digno es una urgen­cia y, para el colec­ti­vo tra­ves­ti trans, una deu­da de la demo­cra­cia. Está cla­ro que el cupo no resuel­ve el pro­ble­ma, pero “no adhe­rir a la ley de cupo labo­ral sig­ni­fi­ca seguir estan­do por fue­ra del dere­cho; en la mar­gi­na­li­dad; en las esqui­nas pros­ti­tu­yén­do­nos, con lo que eso con­lle­va; que se agra­ve la pro­ble­má­ti­ca de las per­so­nas trans y tra­ves­tis”, expre­só Agui­le­ra a La tinta.

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(Ima­gen: Iván Brai­lovsky para La tinta)

Un infor­me de la Aso­cia­ción de Tra­ves­tis, Tran­se­xua­les y Trans­gé­ne­ros de Argen­ti­na (ATTTA), y la Fun­da­ción Hués­ped, rea­li­za­do en el año 2014 ‑la fal­ta de datos ofi­cia­les tam­bién habla de la invi­si­bi­li­za­ción del colec­ti­vo trans y travesti‑, da cuen­ta de la esca­sa ter­mi­na­li­dad edu­ca­ti­va. Aun­que la mayo­ría ingre­só al sis­te­ma de edu­ca­ción for­mal, es muy fre­cuen­te la deser­ción: entre los mayo­res de 18 años, 6 de cada 10 muje­res y 7 de cada 10 hom­bres trans aban­do­na­ron el secun­da­rio, y la gran mayo­ría de muje­res trans dicen haber sido dis­cri­mi­na­das en las escue­las: 7 de cada 10, por sus com­pa­ñe­ros de cla­se y 4 de cada 10, por sus direc­to­res y pro­fe­so­res. El estu­dio reve­la que, des­pués de la Ley de Iden­ti­dad de Géne­ro, san­cio­na­da en el 2012, 1 de cada 10 muje­res y 3 de cada 10 hom­bres trans retor­na­ron al sis­te­ma edu­ca­ti­vo. La expe­rien­cia del Bachi­lle­ra­to Popu­lar Trans Mocha Celis en la Ciu­dad de Bue­nos Aires, una de las úni­cas secun­da­rias públi­cas y gra­tui­tas para per­so­nas trans y tra­ves­tis del mun­do, debe ser un faro para pen­sar y mul­ti­pli­car for­mas edu­ca­ti­vas con acre­di­ta­ción, pero crea­das des­de la pers­pec­ti­va de géne­ros y diversidades.

Los silen­cios mediá­ti­cos y la expre­sión mediá­ti­ca de la discriminación

La Ley 26.743 de Dere­cho a la Iden­ti­dad de géne­ro ‑san­cio­na­da en mayo del 2012- es cla­ra: toda per­so­na tie­ne dere­cho a ser tra­ta­da de acuer­do con su iden­ti­dad de géne­ro y, en par­ti­cu­lar, a ser iden­ti­fi­ca­da de ese modo en los ins­tru­men­tos que acre­di­tan su iden­ti­dad res­pec­to de el/​los nombre/​s de pila, ima­gen y sexo-géne­ro con los que allí es registrada.

En rela­ción a los medios, la Ley 26.522 de Ser­vi­cios de Comu­ni­ca­ción Audio­vi­sual ‑san­cio­na­da en octu­bre del 2009‑, y que regu­la los ser­vi­cios pri­va­dos y esta­ta­les de comu­ni­ca­ción en la Argen­ti­na, esta­ble­ce entre sus obje­ti­vos: “Pro­mo­ver la pro­tec­ción y sal­va­guar­da de la igual­dad entre hom­bres y muje­res, y el tra­ta­mien­to plu­ral, igua­li­ta­rio y no este­reo­ti­pa­do, evi­tan­do toda dis­cri­mi­na­ción por géne­ro u orien­ta­ción sexual”.


La bate­ría de nor­ma­ti­vas que amplia­ron dere­chos en estos últi­mos años son muchas y de las más avan­za­das en la región. Sin embar­go ‑y no vamos a decir nin­gu­na novedad‑, los medios de comu­ni­ca­ción en Argen­ti­na siguen sin cum­plir y siguen refor­zan­do dis­cri­mi­na­cio­nes, este­reo­ti­pos transodian­tes y legi­ti­man­do prác­ti­cas de odio


El abor­da­je de la des­apa­ri­ción de Tehuel demues­tra, una vez más, que no alcan­za lo que tene­mos. En nume­ro­sos medios de comu­ni­ca­ción (y no sólo los clá­si­cos del perio­dis­mo anti dere­chos y medie­va­les, esos a los que noso­tres les deci­mos que #noson­co­le­gas), hubo muchas difi­cul­ta­des para nom­brar a Tehuel, con­fu­sio­nes sobre su iden­ti­dad de géne­ro. Su fami­lia se mos­tró “ofus­ca­da” por algo tan bási­co como su dere­cho a la iden­ti­dad de géne­ro como varón trans. 

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(Ima­gen: Iván Brai­lovsky para La tinta)

Según los últi­mos datos reco­lec­ta­dos por el Obser­va­to­rio Nacio­nal de Crí­me­nes de Odio LGTB ‑coor­di­na­do por ATTTA, la Fede­ra­ción Argen­ti­na LGTB y la Defen­so­ría del Pue­blo de la Ciu­dad de Bue­nos Aires‑, en nues­tro país, la expec­ta­ti­va de vida pro­me­dio para per­so­nas trans tra­ves­tis es de 35 a 40 años. Nos due­le repe­tir estos datos: las cau­sas son los trans­fe­mi­ci­dios ‑crí­me­nes de odio- o por enfer­me­da­des pre­ve­ni­bles que se agra­van por fal­ta de tra­ta­mien­to médi­co y la inte­gra­li­dad de la salud que se ve afec­ta­da por la mar­gi­na­li­dad de que­dar fue­ra de sus fami­lias, escue­la, tra­ba­jo, afectos. 


La visi­bi­li­dad es un camino de rei­vin­di­ca­ción de las exis­ten­cias trans, de lucha y de resis­ten­cia, pero que hoy tam­bién asu­me ries­gos, en una región de avan­ce de los con­ser­va­du­ris­mos y las vio­len­cias transodian­tes pre­sen­tes en dis­tin­tos nive­les: en lo más fami­liar y cer­cano, y en lo macro del Esta­do, la poli­cía, el poder judi­cial, el sis­te­ma sani­ta­rio, las escue­las, etc.  


Hoy, nos fal­ta Tehuel. Y vos: ¿qué vas hacer para que este tiem­po sea un poco más jus­to y ama­ble para las vidas trans? ¿Has­ta cuán­do vamos a sopor­tar esto?

Fuen­te: La Tinta

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