Por Susy Maresca, Resumen Latinoamericano, 6 de abril de 2021.
Mientras escribo esta historia, muchas de las personas con las que hablé y me recibieron en sus vidas, siguen en el corte de ruta selectivo e informativo al proyecto MARA de la empresa YAMANA GOLD. Cortan la ruta hace 15 días para que no saqueen la tierra, el agua, los sueños y el futuro. Lo hacen por todos. No hay buenas noticias, van a avanzar con las excavadoras y las máquinas que faltan para profundizar el ecocidio por Santa María, o por Capillitas o por algún lugar esquivando el bloqueo, a unos kilómetros de los caminos de Choya y El Potrero. Las mineras quieren avanzar ya. Impunemente.
“No existe un solo ejemplo a lo largo y ancho del mundo en el que, luego de la explotación minera de las transnacionales, las poblaciones tengan el ansiado progreso, hayan elevado su calidad de vida, exista la remediación ambiental prometida; todo lo contrario, lo único que queda son las migajas de pequeñas donaciones, mayor empobrecimiento ambiental y humano”.
Declaración del Encuentro de Pueblos por la Vida, Ecuador, enero de 2007
Mientras escribo esta crónica el corrector del Word me marca en rojo la palabra ecocidio, no entiende y yo tampoco. Hace una semana el diario La Nación anunciaba con bombos y platillos el acuerdo de Livent, otra empresa estadounidense extractora de metales que opera principalmente en la provincia de Catamarca, con la empresa BMW, diciendo que en el 2022 la Argentina será el segundo exportador más importante de Litio en el mundo. Porque en EEUU, Europa y Australia quieren utilizar energías renovables para no contaminar la atmósfera, mientras nos dejan toda su basura con cianuro y sus extracciones “sustentables” de litio en salmuera, plagas de químicos, cráteres y contaminación que en diez años ‑como mucho- acabarán con biosferas enteras y con la poca agua dulce de las zonas de la puna.
Mientras escribo este relato la ONG EcoConciencia, una organización que defiende la megaminería a través de diversas actividades desde 1996 en Catamarca y que según su página web es financiada por las Naciones Unidas, planifica una reunión online llamando a la “paz social”, básicamente para obtener una licencia social que no existe, desconociendo que en la zona la gran mayoría de las personas no cuenta con internet. Regalando pollitos y sponsoreando partidos de rugby y charlas donde para participar tenés que enviar las preguntas con antelación ya que, Rodolfo Tarraubella, su presidente, las necesita previamente y las elige porque tiene que explicar, de un modo creíble, lo inexplicable.
Mientras escribo esto, Andalgalá LUCHA, mis amigos resisten y le dicen a las mineras que NO TIENEN LICENCIA SOCIAL y que el AGUA es para el pueblo.
De camino a la ciudad de la resistencia.
A 247 km. De La Ciudad de San Fernando del Valle hay personas que enaltecen la vida. Me esperaban 5 horas de viaje en bondi hasta allá, pero yo no lo sabía. Mi compañero de asiento era Fernando y pese a que llevaba muletas tuvo que subir al piso de arriba porque ya no quedaban lugares. Desde que comenzó la pandemia la frecuencia de los colectivos es más escasa y esporádica que antes, y para quienes viajan a la ciudad por razones de fuerza mayor, como es el caso de Fernando, por estar haciéndose un tratamiento oncológico por un cáncer de colón, esto es un problema. Llegué a Andalgalá antes de llegar porque en su relato podía comenzar a sentir esa mezcla de belleza e injusticia, de resistencia y despojo que luego me iría acompañando por el resto de los días. En ese viaje, mientras una tormenta nos acompañaba de fondo, Fernando comenzó a contarme la crecida de casos de cáncer de los últimos años, el avance minero en la provincia y las historias de organización de las personas por la defensa de la tierra y los recursos naturales. La radio el Algarrobo, las mujeres del silencio, la asamblea, las caminatas y los vecinos auto convocados. Podríamos haber hablado de cualquier otra cosa, como pasa en un viaje de micro. Pero él quiso contarme que además de estar contento por esa lluvia y mostrarme fotos con las primeras nevadas del cerro nevado, que toda esa belleza estaba en peligro junto con la salud del pueblo a causa de la corrupción y la derogación de una ordenanza que protegía a Andalgalá de ser saqueada por las empresas multinacionales con el aval de los gobiernos provinciales y nacionales en diciembre del 2020.
“Pese a mi cáncer yo me siento afortunado de vivir en un lugar como este, pero quiero que mis hijos y mis nietos también tengan ese derecho», me decía. «Los casos de cáncer crecieron en los últimos años por la minera Alumbrera y ahora quieren contaminar el cauce que abastece a todos los pueblos de alrededor, ¿de qué vamos a vivir nosotros si el agua se contamina? Por una plata que nunca vamos a ver. El agua no tiene precio”.
Su tratamiento oncológico le cuesta lo mismo que gana y como tiene obra social por ser empleado municipal, el Estado no se hace cargo de esos gastos. Esas trampas del sistema. «La clínica donde me atiendo es del mismo gobernador ¿lo podés creer? pero tengo que venir a la ciudad porque el hospital de Andalgalá apenas tiene insumos básicos. Dijeron que Agua Rica iba a mejorarlo, dijeron tantas cosas”. Fernando no es un miembro activo de la asamblea, es un ciudadano común que como tantos y tantas quiere vivir en paz y disfrutar de su pueblo sin minería.
Llegamos a la terminal, nos despedimos, la lluvia había parado. Ají, uno de los integrantes de la asamblea El Algarrobo, me esperaba con una sonrisa y diez días por delate.
La cosecha del membrillo
El día que llegué habían comenzado las jornadas a 11 años de la represión que la minera y el poder político y judicial habían desatado. La crónica que escribimos con Ají contando las jornadas está en este link.
En la jornada siguiente, la caminata 575 comenzaba a las 7 de la tarde, así que me llevaron a recorrer el sendero al Potrero y el río para aprovechar el día, hacía calor. En nuestro camino hablamos de los casos de amenazas que vienen sufriendo desde hace años todos los que defienden el territorio. Relatos tremendos que no pudieron amedrentarlos. Son muchas las historias de persecución, pérdidas de empleos y aprietes. No hay tibiezas. O estás a favor de la naturaleza y la vida o estás a favor de las mineras y su proyecto ecocida.
El río está revuelto y huele mal. “En los cerros están removiendo ya las capas y cuando llueve el agua se tiñe de tierra espesa y hay malos olores. Es que depende de donde venga la lluvia”, me dicen. Si lo hace de aquel cerro, señalan, el agua sale con tierra porque las excavaciones ya comenzaron y ese sedimento viaja por los causes.
En los caminos hay tractores y obreros subiendo bolsas a unos camiones, pregunto de qué se trata y me cuentan que es la cosecha del membrillo. Esta zona es una de las principales productoras. Pasamos por una casa donde estaban cocinándolo y preguntamos si podíamos entrar. La familia Álvarez Rodríguez nos recibió de brazos abiertos, son unas 10 personas pelando y asando lo que luego serán panes de membrillo y jalea. Hay una gran cantidad, pero lo hacen para el consumo propio y trabajan allí tanto chicos como grandes durante 3 o 4 días. Una de las actividades que corre peligro a causa de la megaminería es esta, junto con la vid y los nogales, porque las plantas y los animales de la zona se abastecen del agua del río Andalgalá, uno de los ríos afectados, que pasa a poquitos metros del lugar.
El Paso Las Juntas
Luego de las tres jornadas de memoria en todo el pueblo, averiguo cómo hacer para ir a ver el proyecto minero. El paso a la exploración de Agua Rica está inhabilitado, no podré visitarlo, no me dejarán pasar. Sin ese registro es difícil contar el desastre. Ají me muestra el google maps, me explica minuciosamente muchas cosas que intento retener, dónde está ubicado, a que zonas afecta, por dónde ingresan, etc. También me muestra que la imagen satelital está dividida justo en esa zona, se ve una imagen vieja pegada sobre la otra que tiene otro color, un collage burdo. Nadie sabe en qué estado se encuentra el suelo del cerro actualmente, porque lo esconden hasta en internet.
Al día siguiente uno de los integrantes de la asamblea, me propone visitar el camino a Las Juntas, un lugar donde se juntan dos causes del río que llega al pueblo. Es una caminata larga a través de los cerros, de una belleza imponente, y nos quedaremos a dormir allí para poder descansar y volver a bajar. Todos me ayudan a recolectar lo necesario para la travesía, la carpa de Martín, la bolsa de José, los arreglos de Ají, la compañía de su hija Dana. “No podés irte de Andalgalá sin conocer eso” y no me voy.
Partimos a las 6 de la mañana y somos 7 personas, entre ellos un geólogo que intentará llegar más arriba para medir los niveles de PH del agua y ver si se modificaron. Es una manera de saber si ya comenzaron a desplegar máquinas, a remover los metales duros, a verter sus químicos en el suelo para la extracción y medir los daños directos.
Después de 3 horas entre los cerros llegamos al puesto y con José nos quedamos a descansar y a esperar al resto del grupo que pensaba caminar unas 5 horas más hasta llegar a las cascadas.
Allí nomás visitamos el lugar donde se juntan los dos ríos que suministran de agua a toda la zona, un rio que viene del noreste y otro que viene del norte. Cada uno tiene un color distinto. Pongo la cámara en color y no puedo creer lo que ven mis ojos.
José me explica “Esta es la junta del Río Blanco y el Río Candado –Minas. El río Minas con PH ácido, es el que pasa por todo el Proyecto Agua Rica, por lo tanto será intervenido, llevado en caños por detrás de las montañas para confluir en las juntas del río Andalgalá. El primer cuerpo de agua nombrado perderá la acidez. Lo que nos explicaban es que el cobre que se encuentra en superficie y que es removido a causa de la explotación del suelo vuelve al agua ácida, con un PH muy ácido, y ese PH se junta con el Río Candado donde aumenta el caudal y El Río Blanco que tiene un PH alcalino. En las juntas comienza un proceso donde, dos ríos de PH muy distintos (alcalino y ácido) generan un PH neutro para el consumo humano. Si ese PH se modifica corremos riesgo de que crezcan los casos de cáncer en la población. Es un proceso que le llevó millones de años a la naturaleza equilibrar para que la vida de los seres vivos pueda perpetuarse en el Valle de Andalgalá” Un proceso ancestral que corre un riesgo inminente.
¿Y Los estudios del impacto ambiental actuales? Brillan por su ausencia.
Andalgalá en senderos
José es de Andalgalá y milita en la Asamblea del Algarrobo aproximadamente hace 11 años. Tiene años y estuvo en la represión del 2010. Este año comenzó, junto a otros integrantes, un proyecto llamado Andalgalá en senderos. Se trata de otro frente de lucha, me cuenta, que consiste en “aprender a respetar lo que es el ambiente, la naturaleza. Saber qué estamos defendiendo es fundamental, qué es el bosque autóctono, las especies que habitan, las características que tienen las plantas, las aves, un poco de historia, porque lo que están haciendo es tratar de borrar nuestra historia, nuestra cultura con este discurso del progreso. Nos quieren imponer que Andalgalá fue un lugar minero y nunca lo fue. Andalgalá siempre fue productivo. Si bien la historia dice que tuvo uno de los mejores vinos del país y una gran cantidad de bodegas, con el menemismo comenzaron a cerrar todas las oportunidades que podía ofrecer la agricultura y tal vez la ganadería y eso es lo que tratamos de volver a reactivar nosotros. Revalorizar la naturaleza y el respeto que nosotros le debemos tener a ella. No hay planeta B”
Ya tuvieron varias jornadas de senderismo tanto de día como de noche y en ellas participaron entre 60 y 70 personas cada vez. En su gran mayoría andalgalenses que no conocían esos lugares o que se encontraban con esa información por primera vez.
Me cuenta José, que tuvieron varios impedimentos por parte del municipio y de la Fundación EcoConciencia. Esta fundación está dirigida por Rodolfo Tarraubella (autonombrado como el embajador de la paz) y opera en la provincia desde el 1996 junto a las fuerzas vivas, que son los líderes que están a favor de la megamiería desde la explotación de La Alumbrera. Según varios vecinos, ya venían trabajando en Tucumán y las asambleas de esa zona los habían denunciado. Básicamente, intentan lavarle la cara a los daños ambientales que produce el extractivismo, a través de unas falsas mesas de diálogo que apuntan a revalorizar el progreso económico, sin atender a los daños ambientales o aduciendo que la tecnología podría subsanar estos daños. Esta ONG está apoyada y tiene el aval del gobierno local y provincial. Además, según aparece en sus redes sociales, cuentan también con el apoyo de Las Naciones Unidas. Rodolfo Tarraubella aparece con una foto de Nelson Mandela, hablando de paz, de naturaleza y de diversidad pero no explica qué pasó con todas las migraciones que sufren los pueblos a causa del terricidio que provocan las empresas multinacionales hace más de 25 años.
Ayer, a través de un posteo en las redes, la Asamblea El Algarrobo decía:
“Hoy, domingo 04 de abril, en Andalgalá cumplimos 14 días de bloqueo informativo y selectivo, en los caminos hacia Choya y El Potrero.
Llevamos adelante esta medida para reclamar la inmediata y total paralización de las actividades de exploración avanzada que se están desarrollando en el emprendimiento Agua Rica.
Estos trabajos fueron autorizados irresponsablemente por el Ejecutivo provincial que encabeza Raúl Jalil, en un contexto de emergencia hídrica (declarada por el propio Gobierno de la provincia), poniendo en riesgo nuestra fuente de agua y vida.
Estas acciones demuestran que Andalgalá está de pie y que aquí no hay ni habrá paz ni licencia social mientras nuestro ambiente esté amenazado”
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El 19 de diciembre del 2020 la firma canadiense Yamana Gold anunció formalmente la integración del proyecto Agua Rica con la Minera Alumbrera, lo que le permitirá utilizar la infraestructura en desuso del proyecto anterior. El día 22 de Diciembre de 2020, tres días después, la corrupta Justicia Provincial catamarqueña deroga la Ordenanza municipal N°029/16 que en su Artículo 1° dice Prohíbe la actividad minera metalífera.
El proyecto MARA (Minera Agua Rica-Alumbrera), tiene una participación mixta: privada y del Estado nacional y provincial a través de Ymad (Yacimientos Mineros Agua de Dionisio).
Fuente: ANRed