Bra­sil. Es nece­sa­rio dis­cu­tir la «Nue­va Ley de Segu­ri­dad Nacional»

Por Ana Peni­do, Lívia Mila­ni, Rodri­go Lentz y Jor­ge Oli­vei­ra. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de abril de 2021.

Este tex­to trae bre­ves comen­ta­rios sobre la ley de pro­tec­ción del Esta­do Demo­crá­ti­co de Dere­cho, que extin­gue la Ley de Segu­ri­dad Nacio­nal. El nue­vo tex­to pro­po­ne una enmien­da al Códi­go Penal, inclu­yen­do un Títu­lo espe­cí­fi­co para tra­tar los deli­tos con­tra el Esta­do de Dere­cho Demo­crá­ti­co tipi­fi­ca­do en seis capí­tu­los. El tema es impor­tan­te en un momen­to en que se amplía el uso de la ley para la cri­mi­na­li­za­ción de Bou­los y Feli­pe Neto.

La enmien­da no es solo una cues­tión de téc­ni­ca legis­la­ti­va, pero expre­sa un men­sa­je polí­ti­co del par­la­men­to: extin­guir el bien jurí­di­co de la segu­ri­dad nacio­nal ampa­ra­do en las cons­ti­tu­cio­nes bra­si­le­ñas de 1934, 1937, 1946 y 1967; El fin de la obra se ini­ció con la cons­ti­tu­ción de 1988. La actual Ley de Segu­ri­dad Nacio­nal (Ley 7.170, de 14 de diciem­bre de 1983) fue aún adop­ta­da duran­te la dic­ta­du­ra mili­tar y refle­ja las con­cep­cio­nes doc­tri­na­les impe­ran­tes en el perío­do de 1964 a 1985. La Cons­ti­tu­ción de 1988 inau­gu­ró una nue­va era en la his­to­ria bra­si­le­ña, con­fi­gu­ran­do la Repú­bli­ca Fede­ra­ti­va de Bra­sil como un Esta­do demo­crá­ti­co de dere­cho, fun­da­do, entre otros prin­ci­pios, en la pro­mo­ción de los dere­chos huma­nos. En con­so­nan­cia con este enten­di­mien­to, la dero­ga­ción de la Ley de Segu­ri­dad Nacio­nal fue una reco­men­da­ción expre­sa del infor­me final de la Comi­sión Nacio­nal de la Verdad.

La nue­va ley, sin embar­go, sigue sien­do una Ley de Segu­ri­dad Nacio­nal, cen­tra­da en la figu­ra defen­si­va del Estado.O. De hecho, es nece­sa­rio pro­te­ger al Esta­do, fren­te, por ejem­plo, a la ven­ta de infor­ma­ción secre­ta por par­te de fun­cio­na­rios públi­cos a otros Esta­dos. Sin embar­go, las refle­xio­nes son nece­sa­rias para no repe­tir erro­res y vicios ante­rio­res. El PL se pro­po­ne abor­dar los deli­tos con­tra el Esta­do de Dere­cho Demo­crá­ti­co. Los deba­tes rele­van­tes sobre segu­ri­dad cues­tio­nan la cen­tra­li­dad de la figu­ra del Esta­do, pro­po­nien­do la idea de segu­ri­dad huma­na. En suma, se tra­ta de situar la segu­ri­dad de la per­so­na huma­na (acce­so a la escue­la, agua, ali­men­ta­ción, infor­ma­ción) en el cen­tro de las refle­xio­nes sobre segu­ri­dad inter­na­cio­nal, amplian­do la pers­pec­ti­va más tra­di­cio­nal (fre­cuen­te duran­te la Gue­rra Fría) que es basa­do en la cues­tión terri­to­rial y la dispu­ta de poder. Bajo la mis­ma lógi­ca ¿Qué es pro­te­ger el Esta­do de Dere­cho Demo­crá­ti­co? El pri­mer artícu­lo de la Cons­ti­tu­ción 88 tie­ne una visión amplia del esta­do de dere­cho demo­crá­ti­co, más cer­ca­na a la dis­cu­sión sobre la segu­ri­dad huma­na, a saber, la defen­sa de: sobe­ra­nía, ciu­da­da­nía, dig­ni­dad huma­na, valo­res socia­les del tra­ba­jo y la libre empre­sa, plu­ra­lis­mo político.

El you­tu­ber Feli­pe Neto fue denun­cia­do con base en la Ley de Segu­ri­dad Nacional 

Los siguien­tes comen­ta­rios se refie­ren a aspec­tos de defen­sa y segu­ri­dad, no sien­do exhaus­ti­vos, sino refle­xi­vos y dedi­ca­dos solo a tipos cri­mi­na­les. En com­pa­ra­ción con el tex­to de 1983, hay avan­ces, y abor­dar el tema es par­ti­cu­lar­men­te impor­tan­te en un momen­to en que se amplía el uso de la ley exis­ten­te para cri­mi­na­li­zar la liber­tad de expre­sión, como suce­dió con Feli­pe Neto, o la per­se­cu­ción de opo­si­to­res polí­ti­cos, como ocu­rrió con Feli­pe Neto. en el caso de Guilher­me Boulos.

Pasa­mos aho­ra al aná­li­sis del texto:

  1. El tex­to uti­li­za tér­mi­nos con­tro­ver­ti­dos en el ámbi­to de la defen­sa y la segu­ri­dad, como el con­cep­to de ame­na­za, aña­dién­do­le en oca­sio­nes un “gra­ve”. No hay ame­na­zas ine­quí­vo­cas y uná­ni­mes. Las ame­na­zas son rela­cio­na­les, o en otras pala­bras, algo que hace que un indi­vi­duo o un esta­do se sien­ta ame­na­za­do no pro­vo­ca­rá nece­sa­ria­men­te el mis­mo sen­ti­mien­to en otro. Con­si­de­ran­do que las ame­na­zas tie­nen, al menos par­cial­men­te, un sig­ni­fi­ca­do sub­je­ti­vo, sig­ni­fi­ca que el ámbi­to de apli­ca­ción pue­de vol­ver­se dema­sia­do amplio, pudien­do con­du­cir a la cri­mi­na­li­za­ción de dis­cur­sos, actos o sig­nos que supues­ta­men­te ame­na­zan al Esta­do. En resu­men, la cla­si­fi­ca­ción de algo como ame­na­za es emi­nen­te­men­te polí­ti­ca. Por lo tan­to, es nece­sa­rio con­fron­tar esta dis­cu­sión teó­ri­ca sobre segu­ri­dad y defen­sa inter­na­cio­nal /​domés­ti­ca con la defi­ni­ción de ame­na­zas exis­ten­te en el códi­go penal. En el códi­go penal, no exis­te un deli­to de «ame­na­za gra­ve». La ame­na­za del deli­to con­sis­te en «ame­na­zar a alguien con pala­bras, escri­tos o ges­tos, o cual­quier otro medio sim­bó­li­co, para cau­sar­le un daño injus­to y gra­ve». Por ello, es un tipo penal en el que hay un amplio mar­gen de inter­pre­ta­ción y, por tan­to, está muy expues­to a la situa­ción polí­ti­ca del Poder Judi­cial, el úni­co que no está suje­to a la sobe­ra­nía popular. 
  2. En cuan­to al alcan­ce de la fil­tra­ción de docu­men­tos de carác­ter secre­to o ultra­se­cre­to, o la cons­truc­ción de res­tric­cio­nes al uso de medios tele­má­ti­cos y digi­ta­les, cree­mos que es nece­sa­rio pen­sar en algo que no for­ma par­te del PL, pero tie­ne impli­ca­cio­nes para ello. Se han rea­li­za­do ata­ques con­tra el impor­tan­te logro ciu­da­dano que es la Ley de Acce­so a la Infor­ma­ción. Asi­mis­mo, la Ley Gene­ral de Pro­tec­ción de Datos no ha ter­mi­na­do, y hoy esta área está ínte­gra­men­te con­tro­la­da por mili­ta­res. Uno de los efec­tos de la mili­ta­ri­za­ción del gobierno es el cre­ci­mien­to de la cul­tu­ra del secre­to, del secre­to, den­tro de la admi­nis­tra­ción públi­ca. Es nece­sa­rio que, como en el caso de las acti­vi­da­des de inte­li­gen­cia, la legis­la­tu­ra con­si­de­re la nece­si­dad de cons­truir un con­trol externo sobre lo que pue­de o no ser cla­si­fi­ca­do como secre­to de esta­do ultrasecreto.
  3. El tex­to tra­ta de mane­ra con­jun­ta y com­pa­ra­ble los crí­me­nes come­ti­dos por Esta­dos extran­je­ros y por gru­pos extran­je­ros, dos enti­da­des jurí­di­cas y polí­ti­cas abso­lu­ta­men­te dis­tin­tas, inclu­so por el impe­rio del dere­cho inter­na­cio­nal. En este sen­ti­do, cri­mi­na­li­zar las arti­cu­la­cio­nes con «gru­pos extran­je­ros» para pro­vo­car «actos de gue­rra», espe­cial­men­te si estos últi­mos no están bien defi­ni­dos, pue­de con­du­cir a un exce­si­vo engran­de­ci­mien­to del poder puni­ti­vo del Esta­do. Bas­ta pen­sar que la pro­pa­gan­da o el uso mani­pu­la­dor de infor­ma­ción, en algu­nas pers­pec­ti­vas, pue­de enten­der­se como un acto de gue­rra. Por tan­to, no hay espa­cio para una sola pesa para dos medi­das. Es nece­sa­rio tra­tar­los de mane­ra dife­ren­te, con énfa­sis en los deli­tos come­ti­dos por los esta­dos nacionales.
  4. Las con­fu­sio­nes tam­bién están pre­sen­tes entre los deli­tos que pue­den ser come­ti­dos por par­ti­cu­la­res, orga­ni­za­cio­nes pri­va­das o ser­vi­do­res públi­cos, como en los pasa­jes que tra­tan sobre el espio­na­je y sobre el gol­pe de Esta­do. En el tex­to pre­sen­ta­do, hay un área gris en cuan­to a la pena­li­za­ción de acti­vi­da­des como el espio­na­je, y no es exa­ge­ra­do decir que el indi­vi­duo a veces se super­po­ne al Esta­do como equivalente.
  5. El tex­to uti­li­za reite­ra­da­men­te la expre­sión “pode­res legí­ti­ma­men­te cons­ti­tui­dos”, tri­bu­ta­ria de la Cons­ti­tu­ción de 1967, de la dic­ta­du­ra mili­tar, en lugar de defen­der la Cons­ti­tu­ción. En la his­to­ria polí­ti­ca nacio­nal, exis­ten dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre un poder cons­ti­tui­do “legí­ti­ma­men­te” y los pode­res cons­ti­tu­cio­na­les. Por lo tan­to, es impor­tan­te pro­te­ger los pode­res cons­ti­tu­cio­na­les, ya que estos son los pode­res legí­ti­mos del Esta­do de dere­cho democrático.
  6. En el capí­tu­lo sobre insu­rrec­ción, muchos tér­mi­nos son vagos, como «obs­ta­cu­li­zar el ejer­ci­cio del poder» o «pro­du­cir ines­ta­bi­li­dad». Aquí, que­dan dudas sobre la cali­fi­ca­ción de estas acti­vi­da­des, abrien­do espa­cio para inter­pre­ta­cio­nes muy amplias. ¿La cla­si­fi­ca­ción se hará en fun­ción de si se tie­ne o no ins­tru­men­tos de fuer­za, como es el caso de las mili­cias o los garro­tes? ¿Cómo se cla­si­fi­ca­rá la acción de los gru­pos arma­dos que piden una inter­ven­ción militar?
  7. El artícu­lo de cons­pi­ra­ción debe reti­rar­se en su tota­li­dad. No es posi­ble cri­mi­na­li­zar una inten­ción, no es posi­ble pre­de­cir un com­por­ta­mien­to o con­de­nar accio­nes antes de que suce­da. En ana­lo­gía, equi­val­dría a jus­ti­fi­car las ini­cia­ti­vas uni­la­te­ra­les de Esta­dos Uni­dos pro­po­nien­do gue­rras pre­ven­ti­vas. Lo mis­mo ocu­rre con el artícu­lo que tra­ta del sabo­ta­je, que abre múl­ti­ples puer­tas a la cri­mi­na­li­za­ción de las denuncias.
  8. En el artícu­lo que tra­ta del aten­ta­do a las auto­ri­da­des, la indi­vi­dua­li­za­ción del deli­to que se come­te con­tra las per­so­nas y no con­tra las ins­ti­tu­cio­nes es posi­ti­va. Por otro lado, ata­car la vida o la inte­gri­dad físi­ca son expre­sio­nes bien cor­ta­das, pero ¿qué sig­ni­fi­ca ata­car la liber­tad? Las accio­nes irían des­de el secues­tro has­ta la crí­ti­ca de las auto­ri­da­des a tra­vés de Inter­net, amplian­do peli­gro­sa­men­te su espec­tro. Aún así, en este pun­to, una vez inclui­do el Pro­cu­ra­dor Gene­ral de la Repú­bli­ca, ¿no sería el caso de incluir a las máxi­mas auto­ri­da­des de las demás fun­cio­nes esen­cia­les para la jus­ti­cia pre­vis­tas en la cons­ti­tu­ción – inci­den­cia, inci­den­cia públi­ca y defen­sa públi­ca? ¿Por qué los excluiríamos?
  9. En el capí­tu­lo que tra­ta de las elec­cio­nes, la inten­ción del artícu­lo sobre la vio­len­cia polí­ti­ca es rele­van­te: pro­te­ger el dere­cho de las mino­rías polí­ti­cas a par­ti­ci­par en las elec­cio­nes, que inclu­ye el dere­cho a votar, a ser vota­do e inclu­so a orga­ni­zar lis­tas de can­di­da­tos. y finan­cia­ción de cam­pa­ñas. Sin embar­go, el tex­to es super­fi­cial y pue­de dar lugar a múl­ti­ples inter­pre­ta­cio­nes. La gene­ra­li­dad tam­bién está pre­sen­te en el artícu­lo sobre comu­ni­ca­ción masi­va enga­ño­sa, aun­que la inten­ción, como la ante­rior, es enco­mia­ble. ¿Qué es infor­ma­ción fal­sa? ¿Quién deter­mi­na? ¿Hay ins­tan­cias para ape­lar la deci­sión? ¿Cri­mi­na­li­za la posi­bi­li­dad de inter­fe­rir en el pro­ce­so elec­to­ral? ¿Cómo dife­ren­ciar la difu­sión indi­vi­dual de men­sa­jes fal­sos de la pro­duc­ción y difu­sión masi­va patro­ci­na­da por empre­sas, inclui­das las extran­je­ras? En el texto,
  10. En el capí­tu­lo que tra­ta de los deli­tos con­tra auto­ri­da­des extran­je­ras o inter­na­cio­na­les, suge­ri­mos la inclu­sión exac­ta de los tér­mi­nos pre­vis­tos en la nor­ma­ti­va inter­na­cio­nal, de la que Bra­sil es signatario.

La extin­ción del LSN es una con­clu­sión tar­día, pero más vale tar­de que tar­de, como diría el barón de Ita­ra­ré, de la exclu­sión de la segu­ri­dad nacio­nal de la segu­ri­dad nacio­nal del orden cons­ti­tu­cio­nal de 1988. Es este espí­ri­tu el que debe ser aco­gi­do y pre­ser­va­do en la sujeto.

Fuen­te: Bra­sil de Fato

Itu­rria /​Fuen­te

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