Chi­le. El pozo cons­ti­tu­cio­nal y el pén­du­lo ideológico

Por Cris­tián Villa­nue­va Ace­ve­do* ‚Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 2 de abril de 2021.

«El hom­bre supe­rior orga­ni­za la socie­dad huma­na para que fun­cio­ne como el orga­nis­mo de una plan­ta, y los indi­vi­duos se ayu­den mutua­men­te en bene­fi­cio de la comunidad».

«A un pozo tan vie­jo ni los pája­ros se acer­can«

YI KING

  • Pino­chet: El rol de las Fuer­zas Arma­das es cau­te­lar la segu­ri­dad exter­na. Y la segu­ri­dad inter­na, cuan­do es nece­sa­rio. Y res­guar­dar la institucionalidad.
  • Raquel Correa: ¿Qué situa­cio­nes aten­ta­rían con­tra la ins­ti­tu­cio­na­li­dad? ¿Cam­bios en la constitución?
  • Pino­chet: ¡Salir­se de la constitución!
  • Raquel Correa: Como se salió usted.
  • Pino­chet: ¿Cuán­do me salí?
  • Raquel Correa: el 11 de sep­tiem­bre de 1973. ‑RAQUEL CORREA. Ego Sum.

«Pene­tra­da la opción pre­fe­ren­cial [de los “curas comu­nis­tas”] por los pobres de una fuer­te seme­jan­za con las tesis mar­xis­tas sobre la lucha de cla­ses, esos enfo­ques con­de­nan la rique­za como algo casi intrín­se­ca­men­te nega­ti­vo y opues­to a los valo­res del evan­ge­lio cristianos».

JAIME GUZMÁN

«Las luchas por la liber­tad fue­ron sos­te­ni­das por los opri­mi­dos, por aque­llos que bus­ca­ban nue­vas liber­ta­des, en opo­si­ción a los que tenían pri­vi­le­gios que defender».

ERICH FROMM

En la cul­tu­ra geo­po­lí­ti­ca de la anti­gua Chi­na, el núme­ro die­cio­cho tie­ne un sig­ni­fi­ca­do espe­cial: es el núme­ro del orden de todo lo que cubre el cie­lo impe­rial. Es el orde­na­mien­to espa­cial que gira en torno al pozo; como ins­ta­la­ción bási­ca para pro­veer agua, es un dis­po­si­ti­vo vital. Es por eso que el orde­na­mien­to espa­cial del terri­to­rio gire en torno a él.

En el Yi King (el tex­to clá­si­co más anti­guo de la cul­tu­ra Chi­na, orácu­lo y fuen­te de sabi­du­ría y cono­ci­mien­to para gober­nan­tes y estra­te­gas del impe­rio) el pozo corres­pon­de al Hexa­gra­ma 48. Richard Wilhelm, uno de sus tra­duc­to­res y más afa­ma­do comen­ta­ris­ta de occi­den­te, dice sobre el pozo que es un sím­bo­lo de la orga­ni­za­ción social que ha sido desa­rro­lla­da por la huma­ni­dad para enfren­tar las nece­si­da­des vita­les más pri­mi­ti­vas; esta orga­ni­za­ción es inde­pen­dien­te de todas las for­mas polí­ti­cas. Las for­mas polí­ti­cas, las nacio­nes, cam­bian, pero la vida huma­na, con sus exi­gen­cias, per­ma­ne­cen igua­les, inal­te­ra­bles. (…) una orga­ni­za­ción polí­ti­ca y social con una sóli­da gober­nan­za sobre la huma­ni­dad, requie­re una doble con­di­ción. Se debe aten­der la raíz de los fun­da­men­tos de la vida. Por­que toda super­fi­cia­li­dad en el orde­na­mien­to de las reglas de vida que deja insa­tis­fe­chas las nece­si­da­des vita­les, es equi­va­len­te a deci­dir no hacer nada; asi­mis­mo, una acti­tud des­de­ño­sa que rom­pe el cán­ta­ro para extraer agua del pozo, es igual­men­te desastrosa.

El núme­ro die­cio­cho en este orden polí­ti­co y social es deter­mi­nan­te en la con­fi­gu­ra­ción de los espa­cios; en la chi­na anti­gua, los cam­pos de cul­ti­vo se dis­tri­buían alre­de­dor de un terreno cen­tral don­de se ins­ta­la­ba el Pozo. El con­jun­to de todos los cam­pos tenía la estruc­tu­ra de un “cua­dra­do mági­co”, en el cual la suma de los núme­ros en cruz (tan­to en el sen­ti­do dia­go­nal como ver­ti­cal- hori­zon­tal) era dieciocho.

De esta for­ma, el arte­fac­to vital per­día su sen­ti­do si el pozo se seca­ba, no se man­te­nía o ser­vía a intere­ses per­so­na­les de la auto­ri­dad que des­pre­cia­ba la impor­tan­cia tan­to del ele­men­to, como del arte­fac­to. Fun­da­men­tal­men­te, una estruc­tu­ra social anti­cua­da, que fabri­ca anqui­lo­sa­da­men­te esta­dos de deca­den­cia, no cum­ple el sen­ti­do de la dia­léc­ti­ca entre el pozo y la vida huma­na. Esta dia­léc­ti­ca impli­ca movi­mien­to, es decir, al pozo se va y vie­ne por el ele­men­to vital y con­fi­gu­ra el orde­na­mien­to y trans­for­ma­ción del terri­to­rio. Fue ese hexa­gra­ma, el 48, El Pozo, el que arro­jó el orácu­lo cuan­do con­sul­té el libro por el momen­to crí­ti­co por el cual pasa­ban los terri­to­rios en rebel­día la pri­me­ra sema­na des­de el 18 – 0.

Tam­po­co pude encon­trar mejor metá­fo­ra para enten­der el orde­na­mien­to jurí­di­co cons­ti­tu­cio­nal en deca­den­cia, pues­to en crisis.

Fue­ra de las con­sig­nas, la estruc­tu­ra polí­ti­co-eco­nó­mi­ca cons­ti­tui­da de mane­ra ile­gi­ti­ma, no resis­tió más. Se ha cons­ta­ta­do que una mino­ría muy mino­ri­ta­ria, el 20% más rico, con­cen­tra el 70% de la rique­za; curio­sa­men­te, esa des­igual­dad en la dis­tri­bu­ción pudo ver­se corre­la­cio­na­da con los resul­ta­dos del ple­bis­ci­to, ya que un 21% votó recha­zo a la ela­bo­ra­ción de una nue­va cons­ti­tu­ción. Esto ya resul­ta maja­de­ría, por eso resul­ta muchí­si­mo más intere­san­te aden­trar­se en los limi­tes ideo­ló­gi­cos del pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te pre­ci­sa­men­te por­que el momen­to crí­ti­co reve­la ha expues­to a aquellos/​as que con­fi­gu­ra­rán el nue­vo orden polí­ti­co económico.

De este modo, el pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te apa­re­ce como una fór­mu­la de la cla­se polí­ti­ca para encon­trar una sali­da que no con­lle­ve a cam­bios dra­má­ti­cos en la osten­ta­ción del poder de dis­tri­bu­ción de los nichos de nego­cios repar­ti­dos en dic­ta­du­ra y for­ti­fi­ca­dos en un pro­ce­so de tran­si­ción demo­crá­ti­ca que, des­pués del ple­bis­ci­to de octu­bre del 2020, aún no ter­mi­na. Has­ta aquí, pode­mos decir que la post­dic­ta­du­ra no ha lle­ga­do (en mi opi­nión ya una tesis dese­cha­da) pues­to que los pila­res que fun­da­men­tan el orden eco­nó­mi­co neo­li­be­ral, están sal­va­guar­da­dos cons­ti­tu­cio­nal­men­te y fue­ron muy bien aten­di­dos por la comi­sión de exper­tos y exper­tas que ela­bo­ra­ron (en nom­bre de los par­ti­dos polí­ti­cos con repre­sen­ta­ción en el con­gre­so) la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal nece­sa­ria para con­vo­car el ple­bis­ci­to del 25 de octu­bre. En este con­tex­to, ocu­rre lo que se ha lla­ma­do muy aser­ti­va­men­te, una reac­ción agó­ni­ca de un orden de cosas que toca su fin; otra for­ma de decir que el pozo cons­ti­tu­cio­nal no cum­ple su fun­ción vital y la cri­sis ya se ha des­ata­do. Y esto continua.

A estas atu­ras, ya se han radi­ca­li­za­do las posi­cio­nes y pode­mos iden­ti­fi­car cla­ra­men­te a quie­nes res­pon­den a la sali­da ins­ti­tu­cio­nal ple­bis­ci­ta­da y aque­llos que des­con­fían de la cla­se polí­ti­ca que ha pac­ta­do cuo­tas de poder en un orden de cosas ya evi­den­te­men­te agó­ni­co; esto lo pode­mos cons­ta­tar aho­ra mis­mo en las pobla­cio­nes que se enfren­tan a la vio­len­cia de Esta­do por no aca­tar los dog­mas de la ideo­lo­gía neo­li­be­ral. Pero esto no sale en la TV, aun­que ocu­rra de mane­ra ince­san­te des­de el 18‑O. Cier­ta­men­te, para las eli­tes polí­ti­cas y cul­tu­ra­les, estos son per­can­ces his­tó­ri­cos y glo­ba­les, por eso es pre­fe­ri­ble aco­tar­los a ins­tan­cias loca­les para fines comu­ni­ca­cio­na­les pro­pa­gan­dís­ti­cos y así sal­var la apa­rien­cia de gober­na­bi­li­dad y racio­na­li­dad mien­tras se pue­da (y de mane­ra trans­ver­sal por la cla­se política).

Impo­si­bi­li­ta­dos de reac­ción por lo que Nao­mi Klein lla­ma doc­tri­na del shock, en una noche (que los ideó­lo­gos del giro inter­pre­ta­ti­vo defi­nen como his­tó­ri­ca) nos impu­sie­ron un ple­bis­ci­to que, sor­pre­si­va y supues­ta­men­te, era lo que pedían millo­nes de mani­fes­tan­tes a lo lar­go del país.

Pero ya el sen­ti­do de este sal­va­vi­das demo­crá­ti­co que sig­ni­fi­có el ple­bis­ci­to, está vacia­do y eso pudi­mos apre­ciar, diga­mos, con la fal­ta de den­si­dad demo­grá­fi­ca y míti­ca del pri­mer ani­ver­sa­rio del esta­lli­do social. Tam­bién en la enga­ño­sa y difun­di­da idea de que el ple­bis­ci­to sig­ni­fi­có, según el SERVEL, la mayor vota­ción de la his­to­ria de Chi­le. Sin embar­go, en tér­mi­nos pro­por­cio­na­les, solo votó la mitad del padrón elec­to­ral, es decir, con­vo­có a la mis­ma can­ti­dad de votan­tes que una elec­ción cual­quie­ra de los últi­mos 10 años, sien­do en cam­bio, la abs­ten­ción el fenó­meno polí­ti­co-demo­crá­ti­co más elo­cuen­te de la lla­ma­da cri­sis de repre­sen­ta­ti­vi­dad. De este modo, el giro inter­pre­ta­ti­vo del sen­ti­do popu­lar del esta­lli­do fue rápi­da­men­te fago­ci­ta­do por la cla­se polí­ti­co-eco­nó­mi­ca uti­li­zan­do estra­te­gias pro­pa­gan­dís­ti­cas culturales.

Como medio pro­pa­gan­dís­ti­co cul­tu­ral, la pri­me­ra fran­ja elec­to­ral (la del aprue­bo y recha­zo) ape­ló a la ima­gen del recuer­do de esa épo­ca de oro de la TV, y en espe­cí­fi­co las tele­se­ries, enten­di­das como nicho comer­cial. Es un retro­ce­so en el ima­gi­na­rio popu­lar de más de 30 años, lo que nos loca­li­za his­tó­ri­ca­men­te en el ante­rior ple­bis­ci­to, el de 1988. La fran­ja se per­mi­tió recrear la míti­ca del triun­fo del NO, la del jaguar en ascen­so y el recuer­do de las jugo­sas ganan­cias del implan­ta­do neo­li­be­ra­lis­mo; tiem­po feliz que remi­te a otro giro inter­pre­ta­ti­vo, el de la otra revo­lu­ción que el Joa­quín Lavín de los 90’ lla­mó silen­cio­sa. Es curio­so cómo somos tes­ti­gos de la mani­pu­la­ción maquia­vé­li­ca del tiem­po his­tó­ri­co para pro­gra­mar ciu­da­da­nos reac­cio­na­rios; des­pués de todo y en pers­pec­ti­va, al pare­cer la está­ba­mos pasan­do muy bien. Pero es impo­si­ble qui­tar­se de la cabe­za la ima­gen de dino­sau­rios polí­ti­cos con­si­guien­do pre­rro­ga­ti­vas demo­crá­ti­cas por sobre la masa joven y viva; la mani­pu­la­ción de esa chis­pa encen­di­da por esco­la­res median­te redes de comu­ni­ca­ción subal­ter­nas a la odio­sa are­na polí­ti­ca de mati­nal de TV.

Aho­ra, esa mani­pu­la­ción del tiem­po his­tó­ri­co, vie­ne apa­re­ja­da de una mani­pu­la­ción del ima­gi­na­rio social basa­da en la tesis de la revo­lu­ción silen­cio­sa, y de que Chi­le era un ejem­plo para toda lati­noa­mé­ri­ca. Inclu­so las posi­bi­li­da­des de los jóve­nes y niños de mi pobla­ción veci­na, La Pin­co­ya, eran bas­tan­te aus­pi­cio­sas según Joa­quín Lavín en ese mis­mo libro, La Revo­lu­ción Silen­cio­sa. Si no fue­ra sufi­cien­te, decía Lavín, los pin­co­ya­nos eran bas­tan­te más crea­ti­vos si de edu­ca­ción se tra­ta ¿por qué?, se pre­gun­ta, por­que com­pa­ra­do con los de La Pin­co­ya, un niño del Barrio Alto de 6 años de edad, es una “gua­gua” a la que sus padres o emplea­das cui­dan, vis­ten, le dan ali­men­ta­ción y le orga­ni­zan o com­pran jue­gos. Un niño de 6 años de La Pin­co­ya, en cam­bio, en la mayo­ría de los casos, debe bus­car fór­mu­las para pro­cu­rar­se su pro­pio ali­men­to, ade­más de ves­tir­se solo y resol­ver sus pro­ble­mas dia­rios. Esto lo hace varias veces más crea­ti­vo. La Pin­co­ya, mejor que el Barrio Alto, se atre­vió a titu­lar ese capítulo.

Esta vio­len­cia sim­bó­li­ca se repro­du­ce en cade­na nacio­nal duran­te las fran­jas elec­to­ra­les del ple­bis­ci­to y cons­ti­tu­yen­te: esta­mos pasan­do una mera cri­sis de repre­sen­ta­ti­vi­dad que debe solu­cio­nar­se con la ofer­ta de nue­vos ros­tros ante la deman­da ciu­da­da­na, como si de pro­duc­tos de super­mer­ca­do se tra­ta­ra. El pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te se ha trans­for­ma­do en el cata­li­za­dor de esta polí­ti­ca neo­li­be­ral de alto ries­go para las eli­tes del poder.

Una vez obte­ni­do el triun­fo del aprue­bo en el ple­bis­ci­to, debe­mos con­for­mar­nos y estar agra­de­ci­dos de poder ele­gir a aque­llos que recons­trui­rán el anti­cua­do pozo cons­ti­tu­cio­nal. Pero los limi­tes ideo­ló­gi­cos, esta­ble­ci­dos ex ante, ya fue­ron tra­za­dos por un puña­do de polí­ti­cos lob­bis­tas, y exac­ta­men­te igual que en el ple­bis­ci­to de 1981: con las FAAA en las calles, cóm­pli­ces del des­pre­cio sis­te­má­ti­co a la anhe­la­da dig­ni­dad y vida huma­nas. Así, la vio­len­cia físi­ca se com­ple­men­ta con la vio­len­cia sim­bó­li­ca del pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te vicia­do y que, de segu­ro, las gene­ra­cio­nes futu­ras tacha­ran de ilegítimo.

Pero, iró­ni­ca­men­te y ante los ojos del glo­bo, apa­re­ce­mos como ciu­da­da­nos moder­nos ejem­pla­res: muy bue­nos con­su­mi­do­res de inno­va­cio­nes polí­ti­cas. Ele­gi­mos lo que qui­si­mos y bas­ta aho­ra dejar en nom­bre de la repre­sen­ta­ti­vi­dad, el deba­te más impor­tan­te de los últi­mos trein­ta años de his­to­ria política.

EL PENDULO IDEOLÓGICO

Esta­ble­ci­dos los meca­nis­mos de selec­ción de con­ven­cio­na­les, por la cons­ti­tu­yen­te cir­cu­la­rán, no los idea­les efec­ti­va­men­te demo­crá­ti­cos, ni la nece­si­dad de con­sa­grar cons­ti­tu­cio­nal­men­te dere­chos socia­les, cir­cu­la­rá la ideo­lo­gía nece­sa­ria para reto­car un orden eco­nó­mi­co (supues­ta­men­te) ya sin las “odio­sas” crí­ti­cas de legi­ti­mi­dad de ori­gen de la cons­ti­tu­ción de Jai­me Guz­mán. Pero la ideo­lo­gía nece­sa­ria para el “nue­vo orden” cir­cu­la flui­da y exclu­si­va­men­te por las tien­das de los par­ti­dos polí­ti­cos del pac­to de noviem­bre de 2019, tami­za­da por la mesa de exper­tos que redac­tó la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal para con­vo­car el ple­bis­ci­to que da ini­cio al pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te. Bási­ca­men­te, lo que fra­guó esa mesa de exper­tos, fue la arti­cu­la­ción de los sub­ter­fu­gios lega­les nece­sa­rios para la pro­tec­ción del mode­lo eco­nó­mi­co del sta­tu quo, y así lo expre­só Clau­dia Heiss (una de las cator­ce per­so­nas que la inte­gra­ron). En entre­vis­ta a La Ter­ce­ra decla­ró: «Hay mucho de la Cons­ti­tu­ción del ’80 que se va a man­te­ner (…) es poco pro­ba­ble que pase algo que cam­bie radi­cal­men­te el sis­te­ma polí­ti­co chi­leno por­que la Cons­ti­tu­ción va a seguir dia­lo­gan­do con las nor­mas que están vigen­tes (…) cuan­do asu­mi­mos la mesa téc­ni­ca, pen­sa­mos que iba a haber un acuer­do polí­ti­co sobre la com­po­si­ción de la con­ven­ción para dar­le más inclu­sión y repre­sen­ta­ción a la socie­dad civil. (…) en el fon­do, el pro­ble­ma es que esta­mos tra­tan­do de hacer una sali­da ins­ti­tu­cio­nal lide­ra­da por los par­ti­dos en un con­tex­to de mucho des­cré­di­to de los partidos.»

En este sen­ti­do, el osci­la­mien­to del pén­du­lo ideo­ló­gi­co de la cons­ti­tu­yen­te no será muy dra­má­ti­co, lo que se tra­du­ce en malas noti­cias para las varia­das deman­das socia­les pro­ve­nien­tes del esta­lli­do social y que las pobla­cio­nes ale­ja­das del cen­tro del poder, aun defien­den a pun­ta de barri­ca­das y enfren­ta­mien­tos con cara­bi­ne­ros. Lo que esta­mos pre­sen­cian­do, es más bien una super­flua refor­ma cons­ti­tu­cio­nal dis­fra­za­da de inno­va­ción demo­crá­ti­ca. De esta for­ma, entra­mos de lleno en lo que debe­ría con­si­de­rar­se un deba­te fun­da­men­tal: el ideológico.

Los con­cep­tos cla­ve para tra­zar el hilo con­duc­ti­vo del deba­te ideo­ló­gi­co, son auto­ri­dad, lucro y muy des­ta­ca­da­men­te, la noción de liber­tad. Esto requie­re espe­cial deten­ción en el rol impor­tan­tí­si­mo de las ideas de Jai­me Guz­mán para esta­ble­cer los már­ge­nes y posi­bi­li­da­des de la cons­ti­tu­yen­te por venir. Estos con­cep­tos fun­da­men­ta­les sos­tie­nen el deba­te que, por lo vis­to, debe limi­tar­se a dejar incó­lu­me el mode­lo polí­ti­co-eco­nó­mi­co ergui­do por los así lla­ma­dos civi­les de Pino­chet y refor­za­do por los gobier­nos tran­si­cio­na­les de la con­cer­ta­ción, inclu­yen­do los de Ricar­do Lagos y Miche­lle Bachelet.

El rol de Jai­me Guz­mán toma rele­van­cia, su vida estu­vo vol­ca­da a arti­cu­lar y cohe­sio­nar el lega­do de la dic­ta­du­ra, inte­gran­do sus creen­cias reli­gio­sas y con­vic­cio­nes polí­ti­cas, ideas que toma­rían for­ma en la cons­ti­tu­ción de 1980; preám­bu­lo de esa tarea, fue su tesis sobre la Uni­ver­si­dad, escri­ta con­jun­ta­men­te con Jovino Novoa en su épo­ca de uni­ver­si­ta­rio. Pode­mos con­si­de­rar las ideas ahí plas­ma­das como el pri­mer borra­dor de un pro­yec­to más ambi­cio­so que solo vio luces gra­cias a la dic­ta­du­ra de Augus­to Pinochet.

En el con­tex­to de refor­mas uni­ver­si­ta­rias, Guz­mán pro­cla­ma­ba el ideal aris­to­crá­ti­co para el gobierno uni­ver­si­ta­rio, don­de con­si­de­ra­ba que “el alma de las comu­ni­da­des uni­ver­si­ta­rias” resi­día en el claus­tro aca­dé­mi­co; solo inte­gra­do por “pro­fe­so­res e inves­ti­ga­do­res” que repre­sen­ta­ban a la auto­ri­dad. En esa espe­cie de ensa­yo cons­ti­tu­cio­nal, Guz­mán, con­si­de­ra­ba la monar­quía como el sis­te­ma polí­ti­co per­fec­to y la demo­cra­cia más bien algo ins­tru­men­tal. De esta for­ma fue con­fi­gu­ran­do el ideal de un gobierno auto­ri­ta­rio que vuel­ca a modo de mani­fies­to en la decla­ra­ción de los prin­ci­pios del gobierno de Chi­le, don­de se plas­man sus ideas prin­ci­pa­les y que ins­pi­ran a los inte­gran­tes de la jun­ta de gobierno de Pino­chet. De mane­ra sin­té­ti­ca, en ese docu­men­to se pue­den dis­tin­guir los ele­men­tos con­ser­va­do­res y libe­ra­les de la cons­ti­tu­ción, fun­da­men­ta­dos en su noción per­so­nal de auto­ri­dad y libertad.

Diez días des­pués del gol­pe, en reu­nión secre­ta, la jun­ta mili­tar dic­tó un decre­to ley desig­nan­do una comi­sión para rea­li­zar el estu­dio para una nue­va cons­ti­tu­ción polí­ti­ca. Sería cono­ci­da como la comi­sión Ortú­zar y en ella par­ti­ci­pa­ra Jai­me Guz­mán. En esta comi­sión Jamie Guz­mán des­plie­ga los idea­les fun­da­men­ta­les de su pen­sa­mien­to: auto­ri­ta­ris­mo y liber­tad económica.

La idea fija de Guz­mán era dero­gar la cons­ti­tu­ción de 1925 y dar ini­cio a un pro­fun­do pro­ce­so de “desar­me demo­crá­ti­co” (como le lla­ma Rena­to Cris­ti en su libro “el pen­sa­mien­to polí­ti­co de Jai­me Guz­mán”) para dar paso al libe­ra­lis­mo eco­nó­mi­co. Para Guz­mán, la ins­ti­tu­cio­na­li­dad vigen­te al momen­to del gol­pe esta­ba muer­ta, y era cul­pa de Allen­de; de esta for­ma era jus­ti­fi­ca­ble no solo la ile­ga­li­dad come­ti­da por los mili­ta­res y los ase­si­na­tos (exce­sos nece­sa­rios) de los enemi­gos del orden, sino mucho más impor­tan­te, la nece­si­dad de un nue­vo orden social, polí­ti­co y económico.

La figu­ra pre­pon­de­ran­te­men­te influ­yen­te en este nue­vo ima­gi­na­rio ins­ti­tu­cio­nal era Die­go Por­ta­les, su úni­co paran­gón en la his­to­ria; de ahí el carác­ter revo­lu­cio­na­rio del que habla­ba el Joa­quín Lavín de los 90’, refi­rién­do­se al mode­lo eco­nó­mi­co cris­ta­li­za­do en la nue­va cons­ti­tu­ción. Pero aquí pode­mos des­mi­ti­fi­car esa pre­ten­sio­sa idea de revo­lu­ción, que, en pala­bras de Gabriel Sala­zar, más bien sería una con­tra­rre­vo­lu­ción mili­tar, anti-pro­le­ta­ria, hila­ran­te­men­te entu­sias­ta y sim­pa­ti­zan­te con el capi­ta­lis­mo internacional.

Revo­lu­ción o no, esa arti­cu­la­ción sis­te­má­ti­ca de la nue­va ins­ti­tu­cio­na­li­dad engen­dra­da en la men­te de Jai­me Guz­mán, cons­ta de dos impe­di­men­tas que la hacen bas­tan­te sui gene­ris, por decir lo menos, con­si­de­ran­do que son deter­mi­nan­tes si se pre­ten­de cam­biar la cons­ti­tu­ción. La pri­me­ra, es la fun­da­ción de un par­ti­do polí­ti­co cua­si inmor­tal (la UDI) sobre­rre­pre­sen­ta­do (a tra­vés de un sis­te­ma bino­mi­nal de elec­ción par­la­men­ta­ria); que deci­di­ría todo por siem­pre jamás (aun­que fue­ran mino­ría mino­ri­ta­ria), que, a su vez, res­guar­da­ra los cerro­jos cons­ti­tu­cio­na­les. La segun­da, y la más impor­tan­te, la esti­pu­la­ción de quo­rums que le otor­ga­ra a su sec­tor, un ino­cen­te poder de veto en caso que ocu­rrie­ra lo peor: refor­mas cons­ti­tu­cio­na­les que pusie­ran en peli­gro el ins­tru­men­to de acu­mu­la­ción eco­nó­mi­ca ins­ta­la­do en dic­ta­du­ra. Impli­ca­das en ambas impe­di­men­tas, están, pri­me­ro, su noción de auto­ri­dad a tra­vés de la demo­cra­cia repre­sen­ta­ti­va (mono­po­li­za­da por los par­ti­dos polí­ti­cos, por lo tan­to y en la prác­ti­ca, una demo­cra­cia cen­si­ta­ria) y la de liber­tad (eco­nó­mi­ca) a tra­vés de la sacra­li­za­ción del lucro en la cons­ti­tu­ción, tami­za­da por un Esta­do subsidiario.

Aquí habría que recu­rrir a la demo­no­lo­gía par­ti­cu­lar­men­te expre­sa­da por Marx en El Capi­tal para ima­gi­nar a un engen­dro (fru­to del inces­to entre polí­ti­cos-lob­bis­tas y empre­sa­rios de estir­pe vam­pi­res­ca) con­fa­bu­lan­do bajo las som­bras del poder. Así mis­mo, e iró­ni­ca­men­te, es prac­ti­ca recu­rren­te de los defen­so­res del dog­ma­tis­mo de mer­ca­do, recu­rrir a la demo­no­lo­gía para refe­rir­se a aque­llos que se opo­nen a las sagra­das leyes del de le liber­tad eco­nó­mi­ca. Sobre este aspec­to, Franz Hin­ke­lam­mert apun­ta que la sacra­li­za­ción de la ins­ti­tu­ción de mer­ca­do se ele­va a un sta­tus divino, un tem­plo de la per­fec­ción, un excel­sis dei inal­can­za­ble a cau­sa de la resis­ten­cia de los mal­va­dos que impi­den su per­fec­cio­na­mien­to; sin embar­go, esa per­fec­ción debe ser alcan­za­da sin pie­dad. “apa­re­ce el pen­sa­mien­to: o ellos o noso­tros, caos u orden, el dia­blo o Dios” De esta for­ma, la ideo­lo­gía del mer­ca­do se trans­for­ma en teo­lo­gía polí­ti­ca que par­te de esa demo­ni­za­ción. Según Rena­to Cris­ti, los idea­les fun­da­men­ta­les de Jai­me Guz­mán para edi­fi­car la nue­va ins­ti­tu­cio­na­li­dad se sos­tie­nen sobre la fami­lia tra­di­cio­nal; en vir­tu­des como la rec­ti­tud, la sobrie­dad, la aus­te­ri­dad y en ulti­mo ter­mino, reve­la­das en ideas abso­lu­tas ema­na­das de la Ley Natu­ral. Al mis­mo tiem­po, al gobierno auto­ri­ta­rio, vie­ne apa­re­ja­do el ideal de un gobierno nacio­na­lis­ta, y en prin­ci­pios como la moral del méri­to y el esfuer­zo per­so­nal. Pero esto era váli­do sólo para gober­nan­tes, no para gober­na­dos, con­clu­ye Cristi.

Esto resul­ta en una abul­ta­da made­ja ideo­ló­gi­ca lle­na de con­tra­dic­cio­nes y dico­to­mías sien­do la más impor­tan­te la dife­ren­cia­ción entre la volun­tad indi­vi­dual y colec­ti­va; entre indi­vi­duo y Esta­do; entre el ciu­da­dano públi­co y el indi­vi­duo pri­va­do. entre ánge­les y demo­nios. En pala­bras de Cris­ti, es esta doc­tri­na esco­lás­ti­ca la que uti­li­za Jai­me Guz­mán para dar­le “sopor­te meta­fí­si­co” a su con­cep­ción de liber­tad. Pero como apun­ta Hin­ke­lam­mert, esa noción de liber­tad es un como­dín que sir­ve para negar­lo todo, por lo tan­to, esta vacia­da de con­te­ni­do; esa arti­cu­la­ción del con­cep­to de liber­tad neo­li­be­ral se opo­ne a enemi­gos ima­gi­na­rios, a fuer­zas del mal que impi­den la actua­li­za­ción de la per­fec­ción del mer­ca­do, la entra­da triun­fan­te al excel­sis dei. Así, esta ideo­lo­gía de mer­ca­do nece­si­ta de los medios que sean nece­sa­rios para alcan­zar su per­fec­ción; se vuel­ve dico­tó­mi­ca: es anti-inter­ven­cio­nis­ta (anti-esta­tal), anti-utó­pi­ca (impo­si­ble de soli­da­ri­dad), anti-terro­ris­ta (enemi­go de todos quie­nes se opon­gan a la liber­tad eco­nó­mi­ca) y en ulti­mo ter­mino, anti­co­mu­nis­ta; todas las ante­rio­res anti­pos­tu­ras nece­sa­rias para exter­mi­nar el cán­cer comu­nis­ta. Sobre este pun­to es elo­cuen­te una colum­na de Guz­mán don­de cues­tio­na la mala fe de los lla­ma­dos “curas comu­nis­tas” demo­ni­zan­do en este caso al padre Pie­rre Dubois:

Ellos [los “curas comu­nis­tas”] recha­zan la rique­za en sí mis­ma, como algo casi esen­cial­men­te nega­ti­vo o anti­evan­gé­li­co. El padre Dubois insi­núa que sólo pue­de ser un buen cris­tiano el rico que se dis­pon­ga a «dejar de ser­lo», des­pren­dién­do­se mate­rial­men­te de sus bie­nes. (…) Si todos los ricos debie­sen repar­tir sus bie­nes, des­tru­yen­do los capi­ta­les que tie­nen, ¿cómo se logra­ría crear la rique­za y los empleos que per­mi­tan a los más pobres dig­ni­fi­car­se con el tra­ba­jo y ven­cer su actual pobre­za? Sien­do el capi­tal un ele­men­to indis­pen­sa­ble para ello, ¿pro­pi­cian enton­ces esos ecle­siás­ti­cos que, des­apa­re­ci­dos los capi­ta­lis­tas pri­va­dos que ellos repu­dian, la tarea bási­ca de pro­du­cir se colec­ti­vi­ce a tra­vés de la pro­pie­dad esta­tal de los medios de pro­duc­ción, o bien de uto­pías como un esque­ma gene­ra­li­za­do de empre­sas auto­ges­tio­na­das impues­to por la ley? ¿O es que aspi­ran a que los ricos dejen de ser ricos, pero que los pobres sigan sien­do pobres, por­que supues­ta­men­te sólo la pobre­za de todos posi­bi­li­ta­ría una vida cris­tia­na y una con­vi­ven­cia fraterna?

De esta for­ma, Guz­mán logra cohe­sio­nar su pro­pia fe con los idea­les de la eco­no­mía de mer­ca­do y la liber­tad indi­vi­dual, pero en este pun­to, al inte­grar ele­men­tos ema­na­dos del dere­cho natu­ral con­gruen­tes con la ideo­lo­gía de mer­ca­do, se sepa­ra de la reali­dad sin poder decir ya nada sobre la reali­dad con­cre­ta y, según Hin­ke­lam­mert, para todos los pro­ble­mas urgen­tes solo se pre­di­ca el dog­ma de más mer­ca­do: ya no pue­de decir lo que es ni refe­rir­se a lo con­cre­to. Ante esta nada se uti­li­za la pala­bra liber­tad como una suma de “antis” y, en defi­ni­ti­va, liber­tad solo es posi­ble ahí don­de el comu­nis­mo no está.

Este sor­ti­le­gio ideo­ló­gi­co de Guz­mán, ya con­ver­ti­do en man­da­to divino o dog­ma, ha teni­do un efec­to per­sis­ten­te has­ta hoy y de eso se encar­ga­ron los inte­gran­tes ofi­cia­lis­tas de la mesa de exper­tos que redac­tó la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal en diciem­bre de 2019 para ini­ciar el pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te; comi­sión que fue enca­be­za­da por el ex pre­si­den­te de la UDI Ernes­to Sil­va. Si había algo que defen­der en ese deba­te ideo­ló­gi­co (de muchí­si­ma más rele­van­cia que la cons­ti­tu­yen­te mis­ma) era ese man­da­to cua­si divino de Jai­me Guz­mán: defen­der a toda cos­ta la pre­rro­ga­ti­va de los par­ti­dos polí­ti­cos (enten­dien­do que se refie­re a la UDI) en perio­dos elec­to­ra­les y por sobre todo, la san­tí­si­ma liber­tad (eco­nó­mi­ca). Esto últi­mo que­dó plas­ma­do en la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal para con­vo­car el ple­bis­ci­to a tra­vés de las dis­po­si­cio­nes espe­cia­les, en tan­to que la defen­sa de los quó­rums solo sería posi­ble median­te el ase­gu­ra­mien­to del meca­nis­mo de elec­ción de con­ven­cio­na­les, esta­ble­ci­dos en el pac­to de los par­ti­dos polí­ti­cos en noviem­bre de 2019.

Esto que­dó sella­do y arti­cu­la­do en la impo­si­bi­li­dad de los even­tua­les con­ven­cio­na­les de des­co­no­cer tra­ta­dos de libre comer­cio ni de poner en tabla de dis­cu­sión aque­llos temas que estén deli­be­rán­do­se para­le­la­men­te el con­gre­so (debe­mos recor­dar que habrán tres cáma­ras fun­cio­nan­do: la de dipu­tados, la cáma­ra alta y la cons­ti­tu­yen­te), pues de lo con­tra­rio, se esta­ría aten­tan­do, dice la dis­po­si­ción espe­cial, con­tra la soberanía.

De esta for­ma, el pén­du­lo ideo­ló­gi­co osci­la tran­qui­la­men­te entre estas dos dimen­sio­nes: liber­tad eco­nó­mi­ca (lucro) y legi­ti­mi­dad (auto­ri­dad); esto se tra­du­ce en que las posi­cio­nes más cer­ca­nas a ter­mi­nar con el lucro y rees­truc­tu­rar el sis­te­ma eco­nó­mi­co adic­to a la acu­mu­la­ción, que­dan fue­ra de deba­te (por eso las can­di­da­tu­ras inde­pen­dien­tes, prác­ti­ca­men­te no exis­ten ni en tiem­po ni espa­cio; es la pre­rro­ga­ti­va del pac­to par­ti­dis­ta de noviem­bre de 2019), Sin embar­go, en el len­gua­je de las pre­can­di­da­tu­ras diga­mos, domi­nan­tes, pode­mos per­ca­tar­nos que aun así, ofre­cen todo lo que se pue­da ima­gi­nar, inclu­so apro­piar­se de con­sig­nas, obje­ti­vos, emble­mas, dis­cur­sos; atri­buir­se con­vo­ca­to­rias, movi­mien­tos, hori­zon­tes, accio­nes, y un infi­ni­to etc.; por­que al final y como ha ocu­rri­do has­ta aho­ra, todas las deman­das socia­les pue­den obje­tar­se median­te el arma defi­ni­ti­va de la dere­cha, la incons­ti­tu­cio­na­li­dad. Así la izquier­da cul­pa­rá a la dere­cha de obtu­sa y la dere­cha ape­la­rá al impe­rio de la ley. De esta for­ma, la mayo­ría de las pro­pues­tas pro­gra­má­ti­cas de las y los candidatos/​as a cons­ti­tu­yen­tes son, en la prác­ti­ca, inac­ce­si­bles por el cerro­jo ideo­ló­gi­co pac­ta­do por los par­ti­dos polí­ti­cos. Sin embar­go, somos tes­ti­gos de una ofer­ta infi­ni­ta de can­di­da­tu­ras que ofre­cen, como mer­can­cías, una can­ti­dad igual de infi­ni­ta de pro­pues­tas pro­gra­má­ti­cas que no caben en la dimi­nu­ta piña­ta cons­ti­tu­yen­te que osci­la, ideo­ló­gi­ca­men­te, sin mayo­res sobresaltos.

Fren­te a este pano­ra­ma, es nece­sa­rio pres­tar aten­ción, no sola­men­te al pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te, sino tam­bién a las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias de noviem­bre de este año, ya que el cerro­jo con­sis­te en no dejar entrar en el deba­te cons­ti­tu­yen­te aque­llos temas que el even­tual par­la­men­to ten­ga en tabla de dis­cu­sión. Ahí enton­ces entra­rán en con­flic­to las dis­tin­tas posi­cio­nes ideo­ló­gi­cas sobre liber­tad, lucro y auto­ri­dad, esta últi­ma enten­di­da como el tipo de gobierno demo­crá­ti­co que se dis­cu­ta. Ade­más, debe­mos exi­gir, como un acto genuino de sobe­ra­nía, que ese nue­vo par­la­men­to des­co­noz­ca pac­tos y abra los cerro­jos. De lo con­tra­rio, es posi­ble (se ha mur­mu­ra­do mar­gi­nal­men­te en el deba­te pro­fun­do) que las men­cio­na­das impe­di­men­tas pro­vo­ca­rían un segun­do esta­lli­do social que ter­mi­na­ría súbi­ta­men­te con la recién naci­da cons­ti­tu­ción, pues­to que una vez des­cu­bier­to el ardid (que legi­ti­ma­ría el mode­lo eco­nó­mi­co del sta­tu quo como efec­to no desea­do en el ple­bis­ci­to de sali­da) le otor­ga­ría a los movi­mien­tos socia­les la chis­pa nece­sa­ria para encen­der­se y ensom­bre­cer la des­pres­ti­gia­da polí­ti­ca par­ti­dis­ta, que, como lec­ción his­tó­ri­ca, no ha hecho más que prac­ti­car exce­si­va­men­te y has­ta el últi­mo de sus días, la ago­ni­zan­te demo­cra­cia cen­si­ta­ria, pilar fun­da­men­tal del mar­co ideo­ló­gi­co con­ce­bi­do en la men­te de Jai­me Guz­mán Erra­zu­riz, un muer­to con ideas y pre­rro­ga­ti­vas por sobre los vivos…

• Egre­sa­do de Socio­lo­gía UNAP | Temas: Moder­ni­dad • Eco­lo­gía Polí­ti­ca • Con­flic­tos Ambien­ta­les • Desas­tres Socio-Natu­ra­les • Movi­mien­tos Sociales 

fuen­te: OPAL Prensa

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