Chi­le. Hote­les de Trán­si­to para Via­je­ros: Nego­cia­do Garan­ti­za­do para Vie­jos Cono­ci­dos de Piñera

Por Fran­cis­co Herre­ros, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de abril de 2021.

El colap­so del aero­puer­to, el pasa­do 31 de mar­zo, cau­sa­do por polí­ti­cas des­orien­ta­das, intem­pes­ti­vas y mal eje­cu­ta­das, como los hote­les de trán­si­to para via­je­ros, repre­sen­ta una meta­fó­ri­ca cap­su­la de tiem­po, que englo­ba en un ins­tan­te, la incan­sa­ble capa­ci­dad de error por uni­dad de tiem­po de este gobierno, y jus­ti­fi­ca su pres­ti­gio del peor de la his­to­ria; al menos des­de que se lle­va estadística.

Para empe­zar, los hote­les de trán­si­to para via­je­ros cons­ti­tu­yen un error con­cep­tual, para corre­gir un error ante­rior, de supe­rior mag­ni­tud: no cerrar fron­te­ras, aero­puer­tos y rodo­via­rios, pres­cri­to tenaz­men­te por el gre­mio médi­co y los espe­cia­lis­tas sectoriales.

A la arro­gan­cia, se suma el auto­ri­ta­ris­mo, del que a su vez se des­pren­de la improvisación.

De un día a otro, se intro­du­jo una nor­ma­ti­va con­fu­sa, mal dise­ña­da y peor infor­ma­da, e inclu­so retro­ac­ti­va, para aque­llos que tuvie­ron la des­ven­tu­ra de lle­gar al país el 31 de mar­zo, sin saber lo que les espe­ra­ba, al momen­to de abordar.

Apa­ren­te­men­te, el minis­te­rio de Salud con­si­de­ra que con libe­rar un díp­ti­co en la pági­na web ins­ti­tu­cio­nal con una pro­fu­sión de ins­truc­cio­nes, letra chi­ca y requi­si­tos ‑tema que ame­ri­ta otro aná­li­sis- bas­ta para con­si­de­rar que la ciu­da­da­nía se encuen­tra infor­ma­da de la polí­ti­ca públi­ca en cuestión.

Cla­ro, se dirá que tam­bién salió en el repor­te tele­vi­si­vo del covid 19 del 1 de abril , don­de el minis­tro se limi­ta a agra­de­cer las pre­gun­tas de los perio­dis­tas, pero nadie tie­ne la capa­ci­dad de rete­ner esa intrin­ca­da masa de datos.

Ganan­cias a todo evento

El resul­ta­do de la impro­vi­sa­ción con­sis­tió en que no habían pasa­do cua­tro horas de entra­da en régi­men, cuan­do el sis­te­ma de hote­les de trán­si­to colap­só, y el aero­puer­to Nue­vo Pudahuel ‑así se lla­ma aho­ra- expe­ri­men­tó una aglo­me­ra­ción que con­tra­vino los fines per­se­gui­dos por la dis­po­si­ción sani­ta­ria de los hote­les de esta­día obli­ga­da; sin per­jui­cio de que fue el comi­di­llo de medios de comu­ni­ca­ción inter­na­cio­na­les, y el haz­me­rreir en redes sociales.

El ter­cer ras­go de la cáp­su­la de tiem­po es la mer­can­ti­li­za­ción de las rela­cio­nes socia­les, y la capa­ci­dad de lucrar con la pan­de­mia. Nao­mi Klein la deno­mi­na capi­ta­lis­mo del desas­tre, con­sis­ten­te en la carro­ñe­ra habi­li­dad de lucrar con la des­gra­cia. En su libro La Doc­tri­na del Schok, docu­men­ta los sufi­cien­tes ejem­plos para demos­trar que se tra­ta de la nor­ma y no una excepción.

¡Es el libre mer­ca­do, estúpido!…solo que al revés.

Si alguien ‑por ven­tu­ra- pen­só ‑por un segun­do- que los hote­les de trán­si­to para via­je­ros, corres­pon­den a una polí­ti­ca estra­té­gi­ca y mul­ti­dis­ci­pli­nar, coor­di­na­da des­de el Esta­do, para enfren­tar a un enemi­go pode­ro­so e impla­ca­ble, don­de los cos­tos for­man par­te de una pla­ni­fi­ca­ción que, entre otros fac­to­res, con­si­de­ra tri­bu­ta­ción pro­gre­si­va e inver­sión públi­ca, se equi­vo­có medio a medio.

La polí­ti­ca sani­ta­ria de los hote­les de trán­si­to para via­je­ros, con­sis­te, bási­ca­men­te, en un nego­cio garan­ti­za­do, don­de el via­je­ro; o mejor dicho, el clien­te cau­ti­vo, debe finan­ciar una medi­da que el Esta­do tomó por él; a un pre­cio no pre­ci­sa­men­te módi­co: $450 mil dia­rios por per­so­na, duran­te cin­co días.

En redes socia­les exis­te abun­dan­te evi­den­cia acer­ca de la des­pro­por­ción entre el mon­to a pagar y lo módi­co del ser­vi­cio, empe­zan­do por el menú.

Si se lo mul­ti­pli­ca por miles de per­so­nas, el nego­cio es redon­do por sus cua­tro cos­ta­dos; lo cual, por vir­tud de la para­do­ja, pero en fun­ción de la ofer­ta y la deman­da, satu­ró el seu­do mer­ca­do de la hote­le­ría de esta­día obli­ga­da, con la con­si­guien­te veja­ción de miles de clien­tes vara­dos en el cue­llo de bote­lla del aeropuerto.

Des­de el pun­to de vis­ta doc­tri­na­rio, nada más ale­ja­do del Esta­do sub­si­dia­rio; des­de la pers­pec­ti­va del mer­ca­do, una abe­rra­ción; des­de el ángu­lo sani­ta­rio, un nue­vo error.

La cuar­ta capa arqueo­ló­gi­ca atra­pa­da en la cáp­su­la de tiem­po, con­sus­tan­cial al mode­lo, es la corrupción.

Los pasa­dos días 25 y 26 de mar­zo, el minis­te­rio de Salud con­tra­tó por tra­to direc­to, a Cocha y Tra­vel Secu­rity como agen­cias de via­je exclu­si­vas para asig­nar y ven­der los hote­les de trán­si­to, a pre­tex­to de que tie­nen sucur­sa­les en el aeropuerto.

Evi­den­te­men­te, la razón es otra.

Con una ayu­da de los amigos

Pri­me­ro, apa­re­cen los «ros­tros» de vie­jos cono­ci­dos. Ser­gio Pur­cell, geren­te gene­ral de Cocha y Gui­ller­mo Correa, pre­si­den­te de Tra­vel Secu­rity, son pre­si­den­te y vice­pre­si­den­te de la Aso­cia­ción chi­le­na de Empre­sas de Turis­mo, ACHET.

O sea, el Esta­do, a tra­vés del minis­te­rio de Salud, le entre­gó en ban­de­ja el mer­ca­do cau­ti­vo de los hote­les de esta­día obli­ga­da a dos agen­cias de via­je, de dimen­sión oli­go­pó­li­ca, que tie­nen víncu­los direc­tos o intere­ses cru­za­dos con Piñera.

Con Pur­cell, son rela­cio­nes de lar­ga data. Tan­ta, que cono­ció a Piñe­ra como pro­fe­sor, en la Facul­tad de Eco­no­mía y Admi­nis­tra­ción de la Uni­ver­si­dad Cató­li­ca, a prin­ci­pios de los ochen­ta del siglo vein­te. Se ha des­pla­za­do por car­gos eje­cu­ti­vos en empre­sas de los prin­ci­pa­les gru­pos económicos.

Al egre­sar, en 1983, entró al gru­po de empre­sas de Jür­gen Paul­mann, espe­cí­fi­ca­men­te a Abas­te­ce­do­ra del Comer­cio, Adel­co, y Super­mer­ca­dos Las Bri­sas. Tres años más tar­de lle­gó a la geren­cia comer­cial de Ban­card, con­vo­ca­do por Piñera.

Tras cua­tro años, pasó a la geren­cia comer­cial de Mega­vi­sión, del gru­po Cla­ro, cuan­do el recién se lan­za­ba al mercado.

Dos años des­pués, de nue­vo por ini­cia­ti­va de Piñe­ra, emi­gró a Inters­port (Puma Chi­le), como geren­te general.

En 1996 ate­rri­zó en Lan Chi­le, cuan­do Piñe­ra pre­si­día la com­pa­ñía. En ella ejer­ció como geren­te gene­ral de las filia­les Lade­co y LanPerú.

Entre agos­to de 2003 y octu­bre de 2008 desem­pe­ñó la geren­cia gene­ral de Far­ma­cias Ahu­ma­da. Entre diciem­bre de 2007 y mar­zo de 2008, tuvo lugar la colu­sión de pre­cios de 222 fár­ma­cos entre las tres cade­nas oli­go­pó­li­cas del mer­ca­do far­ma­céu­ti­co del país andino, por lo que fue acu­sa­do jun­to a otros diez eje­cu­ti­vos (1​).

Sin embar­go los eje­cu­ti­vos de las empre­sas de la eli­te finan­cie­ra y empre­sa­rial son insu­mer­gi­bles. Igual que los monos por­fia­dos, no hay cómo dar­les, por­que siem­pre salen para­dos. De esa gui­sa, en noviem­bre de 2008 cayó en la geren­cia gene­ral de la agen­cia de via­jes Turis­mo Cocha, de la fami­lia Fuen­za­li­da Besa, car­go que desem­pe­ña has­ta hoy.

Su lar­ga rela­ción con Piñe­ra cla­ra­men­te pesó, a la hora de asig­nar el mono­po­lio de los hote­les de esta­día obligatoria.

En su pági­na web, Cocha ofre­ce el pago de la esta­día en los hote­les de trán­si­to para via­je­ros, en doce cuo­tas sin intere­ses. Era que no.

La otra agen­cia favo­re­ci­da, Tra­vel Secu­rity, es filial del gru­po Secu­rity, el cuar­to o quin­to gru­po eco­nó­mi­co del país, y uno de los que más dine­ro mue­ve, con pre­sen­cia en el sec­tor finan­cie­ro, Ban­co Secu­rity y Fac­to­ring Secu­rity; admi­nis­tra­ción de acti­vos y corre­do­ra de bol­sa, Inver­sio­nes Secu­rity; via­jes Cor­po­ra­ti­vos y vaca­cio­na­les, Tra­vel Secu­rity y Tra­vex Secu­rity, Perú; Pro­yec­tos Inmo­bi­lia­rios, Inmo­bi­lia­ria Secu­rity y Segu­ros, Vida Secu­rity, Corre­do­ra de Segu­ros Secu­rity y Pro­tec­ta Security.

En lo prin­ci­pal, el gru­po Secu­rity tie­ne rela­cio­nes de lar­ga data con el presidente.

A tra­vés de Inver­sio­nes San­ta Ceci­lia S.A., Sebas­tián Piñe­ra poseía alre­de­dor del 1% de las accio­nes de la socie­dad, a mar­zo de 2009. Según datos del SERVEL, a mayo de 2017, Ban­card tenía $5.185 millo­nes inver­ti­dos en accio­nes del gru­po. El his­tó­ri­co y pode­ro­so pre­si­den­te del gru­po, Fran­cis­co Sil­va, fue uno de los sie­te empre­sa­rios invi­ta­dos por Piñe­ra, en su gira a Asia, en abril de 2019.

Acá, el tema no radi­ca en el núme­ro de accio­nes, ni que sea ajus­ta­do a la ley, habi­tua­les expli­ca­cio­nes de Piñe­ra a sus recu­rren­tes con­flic­tos de inte­rés. Aun­que ten­ga una sola acción en el gru­po Secu­rity, haber­le asig­na­do una ven­ta­ja mono­pó­li­ca en el mer­ca­do ad hoc de los hote­les de esta­día obli­ga­das, ya es un con­flic­to de inte­rés; y una infrac­ción a la pro­bi­dad admi­nis­tra­ti­va, que en paí­ses de éti­ca escru­pu­lo­sa, o en otro tiem­po, le hubie­ra cos­ta­do el car­go al autor, así fue­ra el presidente.

Pero en Chi­le, esa corrup­ción de alto coturno pasa de refi­lón, como un sote­rra­do dato de la cau­sa, al ampa­ro del estruen­do­so silen­cio del sis­te­ma mediá­ti­co, en el asu­mi­do y acep­ta­do com­por­ta­mien­to pre­da­dor de Piñera.

Igual que con Lan Chi­le; las trian­gu­la­cio­nes entre AFP Habi­tat, Mone­da Asset e ILC; y Enjoy, por men­cio­nar los casos más recientes.

Para­le­la­men­te, lo que el gobierno de Piñe­ra le con­ce­de a esos gru­pos eco­nó­mi­cos, ple­tó­ri­cos de com­pin­ches, cóm­pli­ces y aso­cia­dos de oca­sión, se los nie­ga a sec­to­res medios y popu­la­res devas­ta­dos por la pan­de­mia, la cesan­tía y la indi­fe­ren­cia del Estado.

El gobierno de Piñe­ra cons­ti­tu­ye una expre­sión arque­tí­pi­ca de direc­ción de una cla­se, que gobier­na para sí. Lo extra­va­gan­te es que ha lle­ga­do dos veces a La Mone­da por sufra­gio popular. 

Ele­gir un gobierno de dere­cha es, sobre­to­do, una inge­nui­dad, que no debie­ra repe­tir­se, al menos no en el plano polí­ti­co, si en ver­dad Chi­le despertó.

Nota:

(1) Rober­to Bello­ni, de Sal­co­brand; Ramón Ávi­la, de Sal­co­brand; Mehi­lin Velás­quez, de Sal­co­brand; Ricar­do Ewertz, de Far­ma­cias Ahu­ma­da; Mario Zemel­man, de Medipharm; Ricar­do Val­di­via, de Far­ma­cias Cruz Ver­de; Clau­dia Car­mo­na, de Sal­co­brand; Cris­tián Cata­lán, de Farmacias

Fuen­te: Red Digi­tal

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