Cuba. Reme­mo­ra San­tia­go de Cuba bom­bar­deo a su aero­puer­to hace 60 años

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 15 de abril de 2021. 

Esta ciu­dad reme­mo­ra hoy el bom­bar­deo hace 60 años de su aero­puer­to como pre­lu­dio de la inva­sión mer­ce­na­ria con­tra Cuba, acon­te­ci­da dos días des­pués por bahía de Cochi­nos, en la occi­den­tal pro­vin­cia de Matanzas.

El perio­dis­ta Orlan­do Gue­va­ra, acu­cio­so inves­ti­ga­dor de asun­tos his­tó­ri­cos, evo­ca en un artícu­lo aquel ama­ne­cer estre­pi­to­so, sacu­di­do por el rui­do ensor­de­ce­dor de las bom­bas, las explo­sio­nes y el table­teo de ametralladoras.

Eran las 5:15 de la madru­ga­da, hora local, cuan­do dos apa­ra­tos B26 pro­ce­den­tes de Puer­to Cabe­zas, en Nica­ra­gua, comen­za­ron a lan­zar su car­ga mor­tí­fe­ra sobre la ter­mi­nal aérea en una ope­ra­ción enga­ño­sa que con­fun­dió, por­que por­ta­ban la insig­nia de la avia­ción revo­lu­cio­na­ria, apun­ta Guevara.

Con la inten­ción de des­truir en tie­rra la exigua flo­ta e inu­ti­li­zar la pis­ta del aero­puer­to Anto­nio Maceo, pun­tua­li­za el inves­ti­ga­dor, fue­ron lan­za­dos arte­fac­tos explo­si­vos de 100 libras, de fabri­ca­ción esta­dou­ni­den­se, y ame­tra­lla­do­ras cali­bre 50 impac­ta­ban las instalaciones.

Cua­tro heri­dos fue­ron el lamen­ta­ble sal­do del ata­que, al que se sumó la des­truc­ción de igual núme­ro de naves, entre ellas un DC3 comer­cial de Cuba­na de Avia­ción, car­bo­ni­za­do, del cual solo que­dó intac­ta el área que mos­tra­ba la ban­de­ra cuba­na, indi­ca el periodista.

Otro de los sím­bo­los enal­te­ci­dos en el artícu­lo es la heri­da que sufrió, 65 años des­pués de su caí­da en com­ba­te, el Mayor Gene­ral del Ejér­ci­to Liber­ta­dor Anto­nio Maceo, al reci­bir un pro­yec­til en el pecho del bus­to de bron­ce eri­gi­do a su eter­na memo­ria en el lugar.

Reme­mo­ra que, repues­tos rápi­da­men­te de la sor­pre­sa y el enga­ño ini­cial, los com­ba­tien­tes reac­cio­na­ron enar­de­ci­dos al calor de gri­tos patrió­ti­cos y abrie­ron fue­go con­tra los agre­so­res, uno de cuyos avio­nes empren­dió la hui­da envuel­to en lla­mas, segui­do por otro alcan­za­do por el fue­go defensivo.

Como la pér­di­da más lamen­ta­ble de la jor­na­da evo­ca Gue­va­ra la muer­te del capi­tán de la avia­ción Ores­tes Acos­ta, quien horas antes del ata­que había des­pe­ga­do del aero­puer­to, en un caza, en misión de reco­no­ci­mien­to rum­bo a Bara­coa y cayó al mar cuan­do regresaba.

Fuen­te: Pren­sa Latina

Itu­rria /​Fuen­te

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