Resumen Latinoamericano, 11 de abril de 2021.
La Asociación de Ayuda a Presos Políticos (AAPP) estimó cerca de 700 muertes y 3.012 encarcelamientos desde la toma del poder por la Junta Militar de Myanmar | Foto: @MexicoPost
La matanza de Bago recibió el calificativo de «crimen de lesa humanidad» por la AAPP.
La Asociación de Ayuda a Presos Políticos (AAPP) de Myanmar estima – en su reporte más reciente sobre la situación en el país asiático – que más de 80 personas murieron a causa de la represión de las fuerzas de seguridad en el marco de una operación desarrollada en la ciudad de Bago, situada a 60 kilómetros al este de Rangún.
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Esta cifra la dieron a conocer en la última actualización de su balance de víctimas en las protestas contra la instauración de la junta militar el 1 de febrero pasado, con un saldo total de al menos 700 personas fallecidas.
En Bago hubo 82 decesos este viernes, y una persona el sábado en la región de Tamu, de acuerdo con lo reflejado por los medios locales.
La matanza ocurrida en Bago, en la que fuerzas de seguridad atacaron desde el amanecer a un campamento de manifestantes, fue calificada por la AAPP como “crimen de lesa humanidad”.
Indicaron que esta masacre se encuentra entre los días más sangrientos desde el comienzo de las manifestaciones contra el golpe militar que inició con la detención del presidente Win Mynt y la consejera de Estado y lideresa “de facto” del país, Aung San Suu Kyi, luego de que el Ejército alegara fraude electoral en las elecciones de noviembre pasado.
Los oficiales usaron explosivos, como los que se utilizan en conflictos bélicos y dispararon con armas de gran calibre contra los manifestantes, mientras que algunos de ellos solo tenían armas rudimentarias como tirachinas.
Los civiles también han pasado de manifestaciones pacíficas a acciones violentas como el asalto de un grupo de civiles contra un convoy de fuerzas de seguridad que actuaría contra manifestantes en la región noroccidental birmana de Sagain.
“Es como un genocidio. Están disparando hasta a las sombras. Esta situación es como los incidentes (contra la minoría étnica rohinyá) de Rajine».
«Simpatizamos con la situación en las áreas étnicas. Siento que están cometiendo genocidio contra su propia gente”, expresó en su momento Ye Htut, uno de los organizadores de las protestas en la localidad a medios nacionales.
«Algunas personas resultaron heridas y solicitaron asistencia médica, pero los militares no la permitieron y murieron desangrados. Los cuerpos de fallecidos y heridos eran apilados juntos”, expuso la asociación.
Hasta el sábado 10 de abril, 701 personas han sido confirmadas como muertas, aunque se presume que la cifra sea superior. En cambio, los detenidos suman 3.012, entre ellos 63 que ya fueron sentenciados, de acuerdo con la organización.
Más de 250.000 habitantes de la urbe terminaron desplazados por temor de un nuevo ataque de los uniformados, quienes, de acuerdo con medios locales, han establecidos perímetros de control de salidas en las afueras de la ciudad.
Aunque la represión se ha vuelto brutal, miles de manifestantes prosiguen en sus protestas en las calles en rechazo al mando militar. Este sábado, pese a la masacre del día anterior, centenares de personas volvieron a salir a las calles de Bago como muestra de desacuerdo ante los militares.