Por Reynaldo Morales. Resumen Latinoamericano, 29 de abril de 2021.
El verdadero dilema del pueblo norteamericano es escoger, no entre dos proyectos coloniales, sino entre dos posibles lugares donde Puerto Rico puede llegar a tener asiento.
Ya sea en el pleno de Naciones Unidas o en el Congreso de Estados Unidos. No es entre el proyecto de la Comisionada Jennifer González o de la Congresista Niuyorkina de ascendencia puertorriqueña Nydia Velázquez, ya que ambos proyectos conducen a más de lo mismo y con la amenaza de caer en otra forma limbo colonial. A través de su Congreso, el pueblo norteamericano debe decidir, si seguir el engañando a los puertorriqueños y añadir dos senadores demócratas para mejorar su balance político frente a los republicanos, o si, por el contrario, deciden verdaderamente descolonizar a Puerto Rico para que ocupe una sola silla en la ONU. Con todo lo que esa pretensión de anexarnos entraña debemos ver que oportunidades tenemos los que creemos en la descolonización y la independencia.
El partido demócrata a logrado tender una hermosa trampa a los republicanos para forzarlos a ser mas condescendientes con sus objetivos políticos y que de ninguna manera son favorables a ninguna facción política en Puerto Rico. Soy de esa opinión y me explico. Creer que esa iniciativa de la congresista Velázquez no está atada a una estrategia de conveniencia política para los demócratas es inconcebible. Si no hay capital político que ganar para una de esas dos facciones no hay proyecto, punto.
El Partido Independentista lo debe saber. Es de sospechar que, si no hay la conveniencia al mover el asunto para obtener ventaja sobre adversario político, no sería posible mover el aparato legislativo. La ponencia de la Senadora María De Lourdes Santiago nos deja entrever en su ponencia que el proyecto de Velázquez les da una salida a los republicanos (y a algunos demócratas) de escoger entre dos asuntos muy malos, y que el menos malo para muchos Congresistas sería el de Velázquez y Ocasio Cortés. Ya lo había adelantado en Radio Independencia el vicepresidente del PIP el Lic. Fernando Martin. Ahora bien, el PIP no debe perderse en vericuetos de planes de transición a la independencia que solo estarían manejados como anzuelo para que le den legitimidad al proceso. Lo de que ese proyecto sirve de caja de resonancia para el asunto de nuestro problema colonial, se la doy.
¿Por qué van a poder mover dos congresistas, que al menos una de ellas ya ha desistido de muchas de sus promesas de campaña y me refiero a Ocasio Cortés (tiene 14 millones de seguidores en twitter), un asunto político con el aval del partido demócrata? Allí en el Congreso saben que no pueden ni bostezar sin el consentimiento de Pelossi o Schummer. Entonces la pregunta es; ¿porque les conviene a los demócratas? Si uno mira la estrategia de los demócratas, con su emblemática política de identidades, se da cuenta que esos dos proyectos les dan un instrumento que se convierte en un “catch 22” o dicho en boricua con optimismo, un capicú para el burro azul.
Aquí está el juego político. Para que no baje a votación un proyecto que incluya la estadidad, la portavoz Pelossi, que tiene ese poder, puede usar el asunto para empujar sus objetivos importantes frente a sus opositores republicanos que no quisieran enfrentar un asunto como ese salvo de forma hipotética. También tienen un asunto que es atractivo y les sirve para ganar votos del sector hispano en los estados como Florida, Texas, California y otros donde hay ciudades importantes que concentran hispanos y donde sembrar la idea de adelantar las causas de unos latinos les sirve para obtener la aprobación de la mayoría votante en comunidades latinas en toda la Nación. Claro, si uno lee la ponencia de Acevedo Vila vera que su buena descripción del proceso le deja el sartén por el mango y el mango también al congreso para que quede en un limbo político la colonia. Lo peor que les pude suceder es que terminen con un estado, pero que sería demócrata, aunque en el corto plazo solo sirva esa idea para darle seriedad a la amenaza de aprobar el proyecto.
Muchos piensan que hay mucho capital político para los demócratas en conceder la estadidad a Puerto Rico. Si uno pensara como banquero (los muchachos de Wall Street) diría que sí, que es atractiva para ellos esa idea de que Estados Unidos sea un estado plurinacional porque después de todo ellos ven el mundo desde un ventanal de cristal como quien mira en una pecera. El sector financiero, ya lo advertía Lenin sobre los grandes capitales, es quizás el mas transnacional de todos los capitales así que los estados (aparatos de gobierno) son un poco anatema para ellos y mientras menos barreras existan mejor para la globalización de su poder. Por eso el sector financiero no tiene grandes reparos con lo étnico, lo racial, ambiental y lo de género como la alternativa política al nacionalismo republicano blanco. De hecho, Biden quiso establecer esa como su etiqueta, pero solo como etiqueta. Es la manera de distraer a los norteamericanos de los asuntos que verdaderamente apremian a los sectores desposeídos y oprimidos. Ahí encaja perfectamente la diversión con la colonia y le dieron luz verde para presentar el proyecto en Comisión. La amenaza creíble del estado demócrata y latino les parece una buena idea para lograr mayor balance en la representación senatorial a ese Partido.
Frente a esa intentona de poner a los servicios de su política interna nuestra situación colonial sería bueno recordarles lo que Don Pedro ya había advertido en el 1936 ante las pretensiones de aquel primer plebiscito. Los norteamericanos deberían pensar muy bien si ellos, en verdad, estarían dispuestos a conceder que representantes y senadores puertorriqueños decidan los destinos de los más delicados asuntos de política interior o exterior de su nación. Estoy seguro de que, tanto ayer como hoy, esas palabras resuenan como alarmas de fuego en sus conciencias nacionalistas norteamericanas y más aún cuando recuerdan porque a esas posesiones, como Puerto Rico, apenas las dejan votar de forma decorativa. O sea, cuando no deciden nada y hablan cuando las gallinas mean. Si yo fuera ese comisionado solo la levantaría la mano para protestar por el insulto.
Es en este momento que debemos denunciar la colonia y exigirles que ese sea un proceso a la luz del derecho internacional. Dejarle ver a los republicanos norteamericanos que deben apoyar la descolonización completa y radical de los puertorriqueños si de verdad quieren quitarse el asunto de la estadidad para Puerto Rico de encima de una vez por todas. Quitarles ese acostumbrado chantaje a los demócratas. Quizás fuese la mejor manera de ellos ayudarse con esos sectores latinos en Estados Unidos y con los blancos norteamericanos y además tendría repercusiones positivas en toda América Latina. Un proceso que debe comenzar con respaldar el que se le devuelva a Puerto Rico la silla que ostentaba en las Naciones Unidas. Si quieren quitarse ese asunto manido de los demócratas solo tienen que enmendar el proyecto de Velázquez y que diga que Puerto Rico es un pueblo y que le reconocen el derecho para que se Constituyan en Asamblea para declarar la República. Esa enmienda sería cónsona con el derecho internacional.
Ya lo he dicho antes y es que solo desde la independencia se puede plebiscitar para solicitar la integración o, mediante tratado y no ley, llegar a una libre asociación. Ahí, el rechazo o la aceptación de Estados Unidos seria sincero y expedito. Esta es la verdadera posibilidad de negociar cualquier alternativa y solamente se puede desde la independencia. Noten, que no es reconocido como legal, por la Corte Internacional de Justicia, desde el caso Namibia (ICJ 1971), que la potencia colonizadora maneje o controle de ninguna forma un proceso descolonizador.
Miremos ejemplos de autodeterminación de los pueblos en casos recientes. El caso Kosovo es importante porque es un precedente de secesión unilateral en el 2009 y fue reconocido por los Estados Unidos y otros 111 países. El mas interesante es Crimea en el 2014, porque también es una secesión unilateral que proclamó su independencia y en menos de un mes realizó un plebiscito con una sola opción, estadidad si o no a Rusia. Los rusos ni tontos ni perezosos aceptaron la solicitud en la Duma (parlamento ruso) y fue aprobada sin dilación. Veamos esta cita del parte de prensa de RTVE.es; El parlamento de Crimea aprueba una declaración de independencia de Ucrania
“Al aprobar la declaración, nos hemos declarado una república, y como tal entraremos a formar parte de Rusia”, ha comentado a los periodistas el presidente del Parlamento crimeo, Vladímir Konstantínov, según Efe. La declaración de independencia, aprobada por el Parlamento regional de la península, “es un documento necesario” para la formalización jurídica de la integración de Crimea en Rusia y “para que el proceso de ingreso se reconozca como legítimo”, ha precisado.”
También podemos notar que ellos han tomado el derecho internacional como la base jurídica para proceder y actuar de conformidad y así evitar ataques por el flanco legal. De ese mismo parte de prensa se ve la en la siguiente cita su calculado proceder. “El documento aprobado alude al precedente de Kosovo para justificar su decisión unilateral. La decisión ha tomado “en consideración la confirmación del tribunal internacional de la ONU en relación con Kosovo, del 22 de julio de 2010, acerca de que la declaración unilateral de la independencia de una parte de un Estado no viola las normas del derecho internacional”.” RTVE.es de 03/11/2014
Como ven, ellos estaban conscientes que primero es necesario la independencia y luego se puede pedir en referéndum la integración a otro país. Los que no aprueban esta decisión de Crimea no pueden menos que reconocer que no se ha acudido al foro del tribunal internacional de la ONU, a protestar. Claro, la razón es obvia, y es que esa acción está dada dentro del marco legal reconocido y anticipan un resultado adverso. Si continúan mirando el conflicto verán que hay otros dos territorios que siguen el mismo proceso y que han declarado la república mediante secesión unilateral en el Donbás de Ucrania.
En nuestro caso no es necesaria la secesión unilateral porque los norteamericanos reconocen que no somos parte de la nación sino una pertenencia territorial. Además, reconocen que quienes habitan esa pertenencia son puertorriqueños, un pueblo distinto independientemente que les hayan dado la ciudadanía norteamericana. Aquí es donde se pierden los estadistas en acciones fútiles de derecho civiles. Los israelíes tienen que reciprocidad de ciudadanía. Son ciudadanos americanos y la conservan cuando se hacen ciudadanos israelíes y por eso tienen derecho a votar en las elecciones norteamericanas como ciudadanos residentes ausentes de algún estado como Florida, por ejemplo. Es la cualidad de residente y no la de ciudadanía la que permite votar por los candidatos presidenciales o congresionales. Pero si de verdad los estadistas quieren saber si los quieren prueben desde la independencia. Lo mismo deben exigir los que promueven la libre asociación o facsímiles razonables.
Por eso deben los muchachos del PNP, el MVC y Acevedo Vila unirse al PIP para exigir que ese proyecto solo reconozca nuestro derecho a la libre determinación o sea a nuestra independencia y desde ahí hacer lo que la mayoría de los puertorriqueños decidan libre y soberanamente. Claro está, será desde esa posición que se puede negociar con poder y en igualdad de condiciones. ¿Cómo vamos a dejar al arbitrio del Congreso norteamericano que ellos aprueben leyes que mañana no respetan ni las interpreten de forma alguna contraria a sus intereses? ¿Quién piensa que ellos no van en el mañana a derogar esa ley y aprobar otra?
Los puertorriqueños todos debemos exigirles a nuestros líderes que luchen por la completa descolonización de Puerto Rico y eso requiere el mayor apego al derecho internacional y la más devota dedicación al ideario Hostosiano y Albizuista. Hay que tener clavada la mirada en la libertad.