Puer­to Rico. Deu­da y sumisión

Por Ricar­do Cobián Fige­roux*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 12 de abril de 2021.

«Una deu­da no es más que la per­ver­sión de una pro­me­sa.
Es una pro­me­sa corrom­pi­da por las mate­má­ti­cas y la vio­len­cia
«
–David Grae­ber

«La deu­da o la vida«
–Mirian Muñiz Varela

1. La memo­ria colec­ti­va es cor­ta y opor­tu­nis­ta. La de los deu­do­res lar­ga y dolo­ro­sa. La repe­ti­ción de pro­me­sas y solu­cio­nes dra­co­nia­nas a la deu­da con­fir­ma “los dis­po­si­ti­vos de poder, some­ti­mien­to y ser­vi­dum­bre”[2]. No sabe­mos con exac­ti­tud de cuán­to es la deu­da nues­tra de cada día. Nadie lo sabe. No lo saben por­que la deu­da se esti­ra y se con­trae a la vez, cre­ce y decre­ce según quien infor­ma: la Jun­ta, el gobierno, los bonis­tas, la Reser­va, la ban­ca, los abo­ga­dos, los eco­no­mis­tas, los pres­ta­mis­tas o los prestatarios.

Que­da, sin embar­go, la pala­bre­ría del argot finan­cie­ro, la retó­ri­ca del mie­do, la polí­ti­ca del cálcu­lo. El avi­so omi­no­so de las con­se­cuen­cias ‘catas­tró­fi­cas’ de caer en la quie­bra, acom­pa­ña­da por la inmi­nen­te vio­len­cia de la aus­te­ri­dad. No sabe­mos cuál es la hebra pre­ci­sa para des­hi­lar la mara­ña de una deu­da des­co­mu­nal. Deu­da que engor­dó por déca­das con la tóxi­ca leva­du­ra de la usu­ra y del lucro. 

2. “La deu­da es impa­ga­ble” afir­ma­ción lapi­da­ria pro­nun­cia­da por Fidel Cas­tro en un dis­cur­so his­tó­ri­co en el Encuen­tro Sobre la Deu­da Exter­na de Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be, el 5 de agos­to de 1985, en La Haba­na[3]. Fra­se que mar­có el derro­te­ro de la polí­ti­ca fis­cal de la revo­lu­ción cuba­na. Las con­se­cuen­cias de esa sen­ten­cia, con­lle­va­ba vivir embar­ga­do por una deu­da impa­ga­ble y, por con­si­guien­te, per­der el cré­di­to en el mer­ca­do finan­cie­ro. En otras pala­bras, supo­nía nada menos que desa­fiar las exi­gen­cias del capi­tal finan­cie­roPero, el hecho es que el Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal, el Ban­co Mun­dial, la Bol­sa de Valo­res y las Casas Acre­di­ta­do­ras, los Fon­dos de Inver­sión son las que impo­nen el con­trol del flu­jo mone­ta­rio en el mun­do, lo que en estric­tu sen­sus sig­ni­fi­ca la renun­cia al cré­di­to. Y en tér­mi­nos prác­ti­cos a no tener acce­so al dine­ro[4].

Aun­que los hechos fue­ron dis­tin­tos en tem­ple, tiem­po, lugar y acción, el ex gober­na­dor Ale­jan­dro Gar­cía Padi­lla, ante el inevi­ta­ble nau­fra­gio fis­cal del gobierno puer­to­rri­que­ño repi­tió ‑aun­que nada épi­co, ni pro­vo­ca­dor, sino más bien tími­da­men­te- la mis­ma fra­se lapi­da­ria[5], qui­zá sin adver­tir las con­se­cuen­cias polí­ti­cas al traer a la pales­tra públi­ca el inmi­nen­te hun­di­mien­to fis­cal, alar­man­do a medio mun­do finan­cie­ro. Afir­ma­ción que supu­so un mano­ta­zo al avis­pe­ro de las casas acre­di­ta­do­ras, a los bonis­tas y a los inver­sio­nis­tas que tie­nen pilla­do miles de millo­nes de dóla­res[6]. Mano­ta­zo que bien pudo des­ta­par la made­ja de inver­sio­nes de alto ries­go, de con­tu­ber­nios finan­cie­ros y de posi­bles tran­sac­cio­nes nebu­lo­sas que por déca­das se hicie­ron a espal­das del pueblo.

Las casas acre­di­ta­do­ras son las que esta­ble­cen las cla­si­fi­ca­cio­nes según el valor de la com­pra y ven­ta de bonos de inver­sión de capi­tal. Es deu­da para emi­tir más deu­da para pagar –que en el caso de Puer­to Rico– se cal­cu­la el ser­vi­cio a la deu­da en unos $4,000 millo­nes anua­les (a 30 años) con un mar­gen muy fino de fuen­te de repa­go. “La máqui­na de la deu­da –afir­ma Muñiz Vare­la (siguien­do al con­cep­to de “máqui­na de gue­rra” de Delleuze/​Guattari)– no deja de expre­sar­se como una fór­mu­la per­ver­sa: pri­me­ro como goce y des­pués como expia­ción, cul­pa y sacri­fi­cio”.[7]

Si el gobierno alte­ra los núme­ros y si las casas acre­di­ta­do­ras no corro­bo­ran la infor­ma­ción finan­cie­ra, los inver­sio­nis­tas esta­rían com­pran­do deu­da bajo con­di­cio­nes enga­ño­sas y el gobierno, con la com­pra de bonos se esta­ría endeu­dan­do aún más. La com­pra-ven­ta de bonos nutre el fon­do de inver­sión de la ban­ca finan­cie­ra pues nece­si­ta cada vez más capi­tal de inver­sión para sos­te­ner la cri­sis “…el capi­ta­lis­mo habría hecho de la deu­da su motor, y de la cri­sis per­ma­nen­te su “modus ope­ran­di”[8] gene­rar más deu­da para obte­ner más ganan­cia. La deu­da es impa­ga­ble y sem­pi­ter­na[9].

3. Los tec­nó­cra­tas finan­cie­ros, inver­sio­nis­tas y espe­cu­la­do­res acu­den a un reper­to­rio de ter­mi­no­lo­gías téc­ni­cas como infla­ción, con­trac­ción, rece­sión, depre­sión, defla­ción, etc., fór­mu­las y estra­te­gias para man­te­ner la jerar­quía de sus intere­ses y el con­trol de ries­go del “esta­do de emer­gen­cia”. El insó­li­to endeu­da­mien­to de los mono­po­lios de cor­po­ra­cio­nes de ser­vi­cios esen­cia­les con pre­su­pues­tos mul­ti­mi­llo­na­rios no se expli­ca y mucho menos, que hayan caí­do en la ban­ca­rro­ta, si no es por la corrup­ción, la negli­gen­cia y la impunidad.

Para una mues­tra un botón: la Auto­ri­dad de Ener­gía Eléc­tri­ca, un mono­po­lio esta­tal, que arras­tra la incon­ce­bi­ble deu­da de $10 mil millo­nes de dóla­res y, sin embar­go, las casas acre­di­ta­do­ras le otor­ga­ron cla­si­fi­ca­ción de bonos de inver­sión, posi­ble­men­te a sabien­das de la insol­ven­cia que venía arras­tran­do des­de antes del 2010. Más aún, las fir­mas de inver­sión pres­ta­ron can­ti­da­des cuan­tio­sas para mejo­ras capi­ta­les y man­te­ni­mien­to que no solo, no se lle­va­ron a cabo, sino que año tras año se le estu­vo pres­tan­do para las supues­tas mis­mas mejo­ras.[10]

La situa­ción de la AEE ilus­tra, el fes­tín de la dan­za de los millo­nes que por déca­das bai­la­ron y que en este estric­to pre­sen­te en el que escri­bo siguen bai­lan­do. El con­tra­to del con­sor­cio LUMA abri­rá una caja de pan­do­ra de corrup­ción y de negli­gen­cia en la ges­tión públi­ca. No deja de levan­tar ban­de­ras de aler­ta las posi­bles cla­si­fi­ca­cio­nes “frau­du­len­tas” de las casas acre­di­ta­do­ras en con­tu­ber­nio con eje­cu­ti­vos de las gran­des fir­mas de inver­sión y con la com­pli­ci­dad de altos fun­cio­na­rios de la AEE y de otras cor­po­ra­cio­nes públi­cas. Lo que tene­mos en reali­dad es una apro­pia­ción del fis­co para “cua­drar” pre­su­pues­to y regre­sar al mer­ca­do de bonos y de paso, aco­mo­dar los intere­ses de los inver­sio­nis­tas[11].

La Jun­ta de Super­vi­sión Fis­cal, en cua­tro len­tos años, le ha cos­ta­do a los con­tri­bu­yen­tes cien­tos de millo­nes de dóla­res: los con­tra­tos a lujo­sos bufe­tes (adic­tos a los $ liti­gios), alqui­le­res y sala­rios nun­ca vis­tos; cho­fe­res, via­jes y otros viá­ti­cos[12]. Las Leyes 20 y 22 del 2012, de exen­ción de con­tri­bu­cio­nes (con­si­de­ra­da un paraí­so fis­cal) del ex gober­na­dor Luis For­tu­ño,[13] hecha a la medi­da de los millo­na­rios, bajo el supues­to de esti­mu­lar la inver­sión, nos ha cos­ta­do $20,614 millo­nes[14]. No se tra­ta de que haya­mos retro­ce­di­do al 1900, es que en reali­dad nun­ca nos movi­mos más allá de la Ley Fora­ker. Como seña­la Karen Entrial­go: “solo cuen­ta la sobre­vi­ven­cia del aquí y aho­ra” (Entrial­go: 2019,32).

4. Des­de antes de Muñoz Marín, de gobierno en gobierno, la eco­no­mía puer­to­rri­que­ña ha sido some­ti­da a la depen­den­cia del cré­di­to y al man­ten­go fede­ral. Mien­tras más aho­rra el gobierno más se gas­ta; mien­tras más emplea­dos des­pi­den, más aumen­tan los con­tra­tos exter­nos; mien­tras más aumen­tan los impues­tos, menos se recau­da; mien­tras más leyes anti­co­rrup­ción, más escán­da­los de corrup­ción; mien­tras más reduc­ción en ase­so­res, más con­tra­tos a con­sul­to­res; mien­tras más impues­tos, menos dine­ro en la caja chi­na de Hacien­da; mien­tras más fon­dos fede­ra­les, más seco sigue el Fon­do Gene­ral; mien­tras mayor es el cré­di­to, mayor es la deu­da; mien­tras mayor es la deu­da, mayor la sumi­sión, a mayor sumi­sión, mayor capi­tal mone­ta­rio y, por con­si­guien­te, mayor sumi­sión a la deu­da[15].

5. La cri­sis se ha secu­la­ri­za­do[16]. Es orgá­ni­ca y per­ma­nen­te. El esta­do natu­ral del capi­ta­lis­mo finan­cie­ro es la sos­te­ni­bi­li­dad de la cri­sis. Nece­si­ta de la cri­sis para reno­var­se. Su pro­pó­si­to es el lucro sin fin: cre­cer ad infi­ni­tum. “[…] el suje­to logra expiar la deuda…siempre hay una cul­pa, una deu­da infi­ni­ta” (Duprey: 2019, 48). Ahí resi­de su fun­da­men­to ideo­ló­gi­co, su onto­lo­gía, si se quie­re[17]. El capi­tal finan­cie­ro “vive del cul­to extre­mo al cré­di­to […] el capi­ta­lis­mo es una reli­gión cuya fe (el cré­di­to) ha sus­ti­tui­do a Dios […] una reli­gión cuyo dios es el dine­ro” (Agam­ben: 2018, 4). De ahí la nece­si­dad de man­te­ner deu­do­res “con­de­na­dos a vivir a cré­di­to” (Agam­ben: 5) so pena de caer en el des-cré­di­to; los des­acre­di­ta­dos se vuel­ven des­cas­ta­dos socia­les. No exis­ten para fines prác­ti­cos de la ban­ca finan­cie­ra –aun­que el mer­ca­do del “sen­ti­men­tal poli­tics” le rin­de bue­nos bene­fi­cios. Los deu­do­res en cam­bio están some­ti­dos a pagar “con una onza de car­ne de su cuer­po”.[18] Esos son –en el decir de Wal­ter Ben­ja­min– “los que car­gan la cul­pa (sin peca­do) de una deu­da “impa­ga­ble”[19].

No se tra­ta de pér­di­da o de ganan­cia, sino de acu­mu­la­ción, de aca­pa­ra­ción de acu­mu­la­ción. Por eso, la ban­ca finan­cie­ra per­fec­cio­nó un ins­tru­men­to lla­ma­do ‘cré­di­to’ del latín (cre­de­recre­di­tum) que sig­ni­fi­ca creer, con­fiar, tener fe. Es la fe del deu­dor, la ‘razón’ del cré­di­to que cum­ple con el deber de deber. Sin el cre­di­tum no hay cre­di­bi­li­dad, no eres fiel de fiar: te fal­ta la fide-l-idad, la fides;[20] que es la pro­me­sa de pagar lo debi­do. Para Agam­ben el capi­ta­lis­mo “no tie­ne nin­gún obje­to. Cree en el puro hecho de creer, en el puro cré­di­to, esto es en el dine­ro” (4)

El dine­ro es un peda­zo de papel impre­so con una fir­ma ‘auto­ri­za­da’, una cara o ima­gen y un núme­ro que cer­ti­fi­ca su valor. La repre­sen­ta­ción del valor de ese papel fir­ma­do, ha que­da­do eli­mi­na­do de su refe­ren­te sim­bó­li­co. En el decir de Agam­ben “el medio que vuel­ve posi­ble el inter­cam­bio no pue­de él mis­mo ser inter­cam­bia­do […] la natu­ra­le­za mis­ma del dine­ro se trans­for­ma […] todo valor de uso des­apa­re­ce”[21]. (Agam­ben: 6)

La deu­da no ocu­pa tiem­po y espa­cio. Exis­te en un pre­sen­te cate­gó­ri­co. Las accio­nes de la bol­sa de valo­res (le lla­man ‘accio­nes’ a núme­ros con valo­res de cam­bio que miden la com­pe­ten­cia del mer­ca­do de valo­res) están en un imper­té­rri­to con­ti­num. Son millo­nes de clics en las miles de pan­ta­llas digi­ta­les como un sube y baja de valor. Un valor abs­trac­to, vacia­do de repre­sen­ta­ción efec­ti­va; media­ti­za­do por prác­ti­cas auto regu­la­to­rias del capi­tal finan­cie­ro. Son núme­ros, cifras, algo­rit­mos sin víncu­lo real con el valor de uso. Para Guy Debord “El espec­tácu­lo es el dine­ro por­que […] en él la tota­li­dad del uso se ha inter­cam­bia­do por la tota­li­dad de la repre­sen­ta­ción abs­trac­ta”[22].

El valor de uso pier­de el nexo que vali­da su repre­sen­ta­ción, se vuel­ve alea­to­rio, auto­rre­fe­ren­cial. Las accio­nes, los bonos y otras for­mas de espe­cu­la­ción finan­cie­ra son abs­trac­cio­nes (aun­que con con­se­cuen­cias con­cre­tas) a bene­fi­cio de la ban­ca cor­po­ra­ti­va. Trans­fe­ren­cias de miles de tri­llo­nes de núme­ros y cifras que salen y lle­gan alre­de­dor del mun­do a la velo­ci­dad de nano­se­gun­dos, pasan­do de cien­tos de miles de manos a otras manos[23]. Cifras y núme­ros digi­ta­les movién­do­se en los miles de moni­to­res en las bol­sas de valo­res que pro­mue­ven a nivel glo­bal rique­zas y mise­rias por igual.

6. El Capi­tal se lo tra­ga todo, se ha comi­do la polí­ti­ca, se ha engu­lli­do el ambien­te, la ener­gía, la comi­da, los inmi­gran­tes. Y, tar­de o tem­prano se come­rá tam­bién a la eco­no­mía. Todo es deu­da y dine­ro en el tiempo.

La deu­da es un espe­jis­mo digi­tal, “apa­rien­cias de apa­rien­cias” –como diría Scho­penhauer[24]– una abs­trac­ción mate­má­ti­ca de la con­ta­bi­li­dad líqui­da, dise­ña­da para man­te­ner la cri­sis y la simu­la­ción de la cri­sis. La expe­rien­cia de las deci­sio­nes sobre ajus­tes a la deu­da exter­na lla­ma­da “ser­vi­cio a la deu­da”, usual­men­te son malas noti­cias para los paí­ses. La deu­da es, has­ta cier­to pun­to, una cons­truc­ción doxás­ti­ca con la que apren­de­mos a vivir resignados.

7. Los acto­res del mer­ca­do hacen extra­po­la­cio­nes espu­rias de pro­yec­cio­nes eco­nó­mi­cas a 40, 70, y has­ta de 100 años para deter­mi­nar el sal­do de una deu­da. En esos con­tra­tos, no hace fal­ta la razón, son autos de fe. El futu­ro está hipo­te­ca­do des­de el pasa­do en un peren­ne pre­sen­te de endeu­da­mien­to a lar­go pla­zo. Impo­si­ble esca­par de esa muta­ción meta­fí­si­ca que es el capi­tal mone­ta­rio. Las cri­sis eco­nó­mi­cas han pre­ci­pi­ta­do en cas­ca­da otras cri­sis de legi­ti­mi­dad y de gober­na­bi­li­dad. Aquí la entro­pía tie­ne su dia­léc­ti­ca en el tiem­po: “[…] la deu­da neu­tra­li­za el tiem­po […] cons­ti­tu­ye una vio­len­cia sobre el tiem­po” (Entrial­go: 2019, 27).

Los polí­ti­cos endeu­dan el gobierno para mover la eco­no­mía y la eco­no­mía per­pe­túa a su vez a la cla­se polí­ti­ca en el poder. Pero cuan­do ese poder polí­ti­co –como es el caso de Puer­to Rico– no tie­ne con­trol de su polí­ti­ca eco­nó­mi­ca, para manio­brar con las exi­gen­cias tota­li­ta­rias del capi­tal, enton­ces tene­mos la fór­mu­la per­fec­ta para la sumi­sión y para el aban­dono del esta­do de bien­es­tar social

Mien­tras la hege­mo­nía de la deu­da deci­da la vida, la vida enton­ces depre­cia como un valor mue­ble. Las medi­das del pago al ‘ser­vi­cio de la deu­da’, son impues­tas por los mono­po­lios finan­cie­ros inter­na­cio­na­les y con­de­nan a las eco­no­mías en desa­rro­llo a la miseria.

El Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal, el Ban­co Mun­dial y las tres celes­ti­nas de las Casas Acre­di­ta­do­res impo­nen el mode­lo capi­ta­lis­ta de cre­ci­mien­to basa­do en la adic­ción de coger prés­ta­mos con más prés­ta­mos. La deu­da con más deu­da se paga. La vio­len­cia de la aus­te­ri­dad es el cas­ti­go cíni­co de la peni­ten­cia por la quie­bra: la “cul­pa” de in-cum­plir el “deber” de pagar por lo que se debe; de per­der la con-fian­za que es per­der la fian­za con el “fia-dor” el “dador” de con­fian­za. Pues sin con­fian­za no es posi­ble el mer­ca­do de valores.

8. El desa­fío polí­ti­co que enfren­ta nues­tro tiem­po es la angus­tia pos­tre­ma; la apa­tía o el odio hacia el otro; el ago­ta­mien­to filo­só­fi­co; la ausen­cia de sí, el tedio, la nuda vida. Supo­ne rei­vin­di­car la len­ti­tud; la bio­lo­gía de las cosas: su com­po­si­ción y des­com­po­si­ción; la huma­ni­dad (no el huma­nis­mo) en cada sin­gu­lar; el deve­nir crea­ti­vo. Los retos polí­ti­cos nos lle­van a avan­zar pro­yec­tos de fuer­za crí­ti­ca, de jus­ti­cia social, cli­má­ti­ca, ali­men­ta­ria y de inmi­gra­ción. Pero el reto más apre­mian­te es res­tau­rar la con­fian­za entre las per­so­nas y entre las nacio­nes. De lo con­tra­rio esta­re­mos con­de­na­dos a car­gar, no solo con una deu­da impa­ga­ble, sino con un omi­no­so ‘nue­vo mundo’.

Ahí está incó­lu­me la som­bra alar­ga­da de la silue­ta del inci­vil fusil que nos ace­cha des­de el lado frí­vo­lo de las cosas y ame­na­za con secues­trar lo que nos que­da de espe­ran­za radi­cal. La vio­len­cia polí­ti­ca vacia­da de con­te­ni­do es terror y vér­ti­go que mata la ilu­sión[25]. La vio­len­cia polí­ti­ca con con­te­ni­do banal es el mayor peli­gro para la vida en la urbe.

La anar­quía, la incer­ti­dum­bre del ries­go, el futu­ro apo­ca­líp­ti­co, el fin de los tiem­pos, el fin de la his­to­ria, orbi­tan alre­de­dor del con­cep­to de “catas­tro­fis­mo” como algo caó­ti­co, anár­qui­co del fin de un prin­ci­pio, en tan­to prin­ci­pio del fin… que vuel­ve “El capi­ta­lis­mo no cono­ce un prin­ci­pio, es an-árqui­co, está siem­pre en acto de vol­ver a comen­zar… coin­ci­de con su nece­si­dad ince­san­te de inno­va­ción”[26]. (Agamben:8). La retó­ri­ca de las narra­ti­vas “catas­tro­fis­tas” sacu­de la moli­cie polí­ti­ca. La movi­li­za­ción supo­ne el reto de supe­rar la movi­li­za­ción. Se tra­ta, qui­zá, de rein­ven­tar la dis­cu­sión polí­ti­ca; de recu­pe­rar el silen­cio del pen­sa­mien­to; de asu­mir la con­tin­gen­cia como estra­te­gia polí­ti­ca para via­bi­li­zar las rup­tu­ras con­tra el esta­do de emer­gen­cia gober­na­do por decre­tos, y abrir­nos a los pro­ble­mas del país-mun­do des­de una posi­ción “des­ideo­lo­gi­za­da”. Se tra­ta, qui­zá, de radi­ca­li­zar la demo­cra­cia, no a las dere­chas, ni a las izquierdas.

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[1] *La Deu­da a la que me refie­ro está enfo­ca­da en la deu­da públi­ca, en espe­cial la de Puer­to Rico. Ver fuen­tes pri­ma­rias sobre el tema de la deu­da en: Archi­vo Biblio­grá­fi­co: sobre la cri­sis fis­cal y eco­nó­mi­ca de Puer­to Rico, 2012 – 2017. (3,000 fichas de noti­cias de la pren­sa escri­ta, orga­ni­za­da por año y mes) en: gali​leo​.uprrp​.edu y en umbral​.uprrp​.edu

[2] Duprey, Mar­le­ne, “La deu­da y la qui­me­ra: comen­ta­rio sobre el per­for­man­ce “Cha­ta­rra”: una poé­ti­ca de la cri­sis” de Ricar­do Cobián, Revis­ta Cru­ce, Vio­len­cia y deu­da, 11 nov., 2019, p.41 – 50. https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com

[3] En su dis­cur­so Fidel advir­tió que la deu­da exter­na con­traí­da con el capi­tal finan­cie­ro se con­ver­ti­ría en una hipo­te­ca eter­na, impa­ga­ble e inco­bra­ble. “Noso­tros deci­mos es impa­ga­ble por razo­nes mate­má­ti­cas, eco­nó­mi­cas […] Pero noso­tros deci­mos tam­bién: es un impo­si­ble polí­ti­co […] Los gobier­nos no están en con­di­cio­nes, en nin­gún país de Amé­ri­ca Lati­na de apli­car esas medi­das (de alto cos­to social) del FMI, en nin­guno; ni a san­gre y fue­go pue­den hacerlo […]”

[4] En últi­mo aná­li­sis, pode­mos decir que la tec­no­lo­gía, los bie­nes mue­bles, inmue­bles, de ser­vi­cio y natu­ra­les, las cose­chas, las tie­rras y las mate­rias pri­mas en tie­rra, mar y aire en reali­dad son pro­pie­dad el Mercado.

[5] Entre­vis­ta al NYT el 28 de junio de 2015. CNN­Mo­ney (2015) “Gober­na­dor de Puer­to Rico: la deu­da es impa­ga­ble”, 29 junio, www.cnnespañol.cnn.com

[6] Sobre la impre­ci­sión de la cuan­tía, unos seña­lan que la deu­da exter­na es de $70 mil millo­nes, para otros son $76 mil sin los intere­ses. Hay quie­nes afir­man que son $150 mil con las pen­sio­nes. Están los que advier­ten que la deu­da es más alta de lo que ima­gi­na­mos. Que­dan los que exi­gen una audi­to­ria foren­se cer­ti­fi­ca­da. Los de línea dura denun­cian que la mitad es ile­gal, y los que pro­cla­man que hay que res­tar­le la deu­da extra constitucional.

Muñiz Vare­la, Mirian “La deu­da: axio­má­ti­ca de la pro­pie­dad y apa­ra­to de cap­tu­ra de las vidas” en Vio­len­cia y deu­da, Revis­ta Cru­ce, Crí­ti­ca socio cul­tu­ral con­tem­po­rá­nea, 11, nov. 2019, (p.5 – 14) https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com. La “máqui­na de gue­rra” de los paí­ses indus­tria­li­za­dos ¡es la máqui­na de impri­mir billetes!

[8] Entrial­go, Karen, “Deu­da y tiem­po”, Revis­ta Cru­ce, Crí­ti­ca socio cul­tu­ral con­tem­po­rá­nea, 11, nov. 2019, (p.25 – 33) https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com.

[9] Según Agam­ben, “La reli­gión capi­ta­lis­ta pro­cla­ma un esta­do de cri­sis per­ma­nen­te […] está siem­pre en acto de vol­ver a comen­zar […]” (8) https://artilleriainmanente.noblogs.orgs/2018/agamben

[10] La his­to­ria se repi­te –a pesar de los serios infor­mes nega­ti­vos de eco­no­mis­tas y espe­cia­lis­tas en ener­gía. La legis­la­tu­ra de mayo­ría PNP apro­bó a la carre­ra en su últi­ma sesión del cua­trie­nio –y pos­te­rior­men­te apro­ba­do por la J.S.F., el con­tra­to de la com­pa­ñía LUMA Energy y sus matri­ces ATCO y Quan­ta para admi­nis­trar la trans­mi­sión y dis­tri­bu­ción de la AEE. En ape­nas ocho meses han fac­tu­ra­do $88millones -¡$11 millo­nes al mes! Y ni siquie­ra han empe­za­do a ejecutar.

[11] La audi­to­ría de la deu­da –que pro­me­tió el gober­na­dor en su cam­pa­ña 2020- pare­ce más simu­la­cro para estar en record, pues no sería una audi­to­ría inde­pen­dien­te, sino una con­tra­ta­da, por varios millo­nes de dóla­res, por la Jun­ta y el Eje­cu­ti­vo, lo que resul­ta­ría ganan­cio­sa para sus clien­tes e inofi­cio­sa para el pueblo.

[12] Por ejem­plo a Nata­lie Yares­ko, direc­to­ra eje­cu­ti­va de la JSF, le esta­mos pagan­do $650, mil al año, más bene­fi­cios marginales.

[13] La legis­la­tu­ra actual está revi­san­do estas leyes para enmen­dar­las y con­so­li­dar­las en un nue­vo pro­yec­to de ley.

[14] El nue­vo Moni­tor del DE nos cos­ta­rá $79 millo­nes al año. La Jun­ta de Super­vi­sión Fis­cal aca­ba de crear la ofi­ci­na de Ofi­cial Finan­cie­ro de Puer­to Rico con más gas­tos y un con­tra­to de $102 mil más gas­tos mar­gi­na­les a un tal John, W. Hill. “La ofi­ci­na del CFO”, El nue­vo día, 27 de febre­ro, 2021,p.30.

[15] Wal­ter Ben­ja­min (1920) plan­tea que “el capi­ta­lis­mo es el cul­to más extre­mo que haya exis­ti­do” en “Capi­ta­lis­mo como reli­gión”, Lla­ma, Madrid, 2014. Mar­le­ne Duprey siguien­do a Ben­ja­min, afir­ma que “ el capi­ta­lis­mo es […]algo que en nues­tra épo­ca ha alcan­za­do sus mayo­res cuo­tas de some­ti­mien­to” (Duprey, 48)

[16] Reto­mo el con­cep­to de Gior­gio Agam­ben: “El capi­ta­lis­mo here­da y secu­la­ri­za al extre­mo su carác­ter anár­qui­co…” Op cit. 9.

[17] “[…] en Occi­den­te moderno, len­gua­je, pra­xis, y eco­no­mía no tie­nen fun­da­men­to en el ser…” Op cit 8.

[18] Me remi­to aquí a una fra­se en la come­dia El mer­ca­der de Vene­cia de William Shakespeare.

[19] Wal­ter Ben­ja­min, El Capi­ta­lis­mo como reli­gión, La Lla­ma, Madrid, 2014.

[20]Fides “fide­li­dad per­so­nal. Impli­ca reci­pro­ci­dad. Poner la fides pro­pia en alguien” (5).

[21] Según Agam­ben la ´des­ma­te­ria­li­za­ción´ del dólar ocu­rrió “El 15 de agos­to de 1971, Richard Nixon cuan­do decla­ró que la con­ver­ti­bi­li­dad del dólar en oro que­da­ba sus­pen­di­da” (2)

[22] La socie­dad del espec­tácu­lo, “La mer­can­cía como espec­tácu­lo”, 46, Pre-tex­tos, Valen­cia, 2008.

[23] Sobre la fatal codi­cia en las manio­bras de la bol­sa de valo­res ver The Hum­ming­bird Pro­yect, diri­gi­da por Kim Ngu­yen, 2018.

[24] Ver ensa­yo “La ideo­cra­cia” de Miguel de Una­muno, en El caba­lle­ro de la tris­te figu­ra, Bue­nos Aires: Espa­sa calpe,1944.

[25] El sis­te­ma eco­nó­mi­co-polí­ti­co está estruc­tu­ra­do para man­te­ner la cri­sis de la nece­si­dad y el deseo. Se agu­di­za la cris­pa­ción socio-eco­nó­mi­ca en los con­ti­nuos lin­cha­mien­tos de negros en EEUU por par­te de la poli­cía y de los supre­ma­cis­tas a ple­na luz del día y con impu­ni­dad jurí­di­ca. En los desahu­cios masi­vos y el aumen­to sig­ni­fi­ca­ti­vo de la pobla­ción sin techos. (En Puer­to Rico se cal­cu­lan alre­de­dor de más de 500 mil deam­bu­lan­tes). En la bre­cha que se abis­ma entre pobres y ricos al pun­to de redu­cir sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te la cla­se media tra­ba­ja­do­ra al tiem­po que aumen­tan los “tri­llo­na­rios” del capi­ta­lis­mo catastrófico.

[26] La eti­mo­lo­gía del voca­blo “catás­tro­fe” deri­va del grie­go Katas­tépho (subvierto/​destruyo) y de strépho (doy vuel­tas) es decir “vol­ver a sub­ver­tir”, Joan Coro­mi­nas, Bre­ve Dic­cio­na­rio Eti­mo­ló­gi­co de la Len­gua Cas­te­lla­na, Edit. Gre­dos, Madrid, 1973. Hay cier­tas corres­pon­den­cias semán­ti­cas entre ambos voca­blos que invi­ta a más elaboración.

REFERENCIAS

  1. Agam­ben, Gior­gio, “el capi­ta­lis­mo como reli­gión” https://artilleriainmanente.noblogs.orgs/2018/agamben.
  2. Ben­ja­min, Wal­ter, El Capi­ta­lis­mo como reli­gión, La Lla­ma, Madrid, 2014.
  3. Cobián, Fige­roux, Ricar­do, El país de cua­tro sóta­nos: sobre la cri­sis fis­cal y eco­nó­mi­ca de Puer­to Rico, Diá­lo­go Digi­tal, octu­bre 2014.La demo­cra­cia bes­tial: Trump con­tra Trump y el fin de los medios, 80grados, octu­bre 2020.
  4. Sobre la cri­sis fis­cal y eco­nó­mi­ca de Puer­to Rico, 2012 – 2017, Umbral, Facul­tad de Estu­dios Gene­ra­les, Uni­ver­si­dad de Puer­to Rico.
  5. Coro­mi­nas, Joan, Bre­ve Dic­cio­na­rio Eti­mo­ló­gi­co de la Len­gua Cas­te­lla­na, Edit. Gre­dos, Madrid, 1973.
  6. Debord, Guy, La socie­dad del espec­tácu­lo, “La mer­can­cía como espec­tácu­lo”, 46, Pre-tex­tos, Valencia.
  7. Duprey, Mar­le­ne, “La deu­da y la qui­me­ra: comen­ta­rio sobre el per­for­man­ce “Cha­ta­rra”: una poé­ti­ca de la cri­sis” de Ricar­do Cobián, Revis­ta Cru­ce, Vio­len­cia y deu­da, 11 nov, 2019, 41 – 50. https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com
  8. Entrial­go, Karen, “Deu­da y tiem­po”, Revis­ta Cru­ce, Crí­ti­ca socio cul­tu­ral contemporánea,11, nov. 2019, (p.25 – 33) https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com.
  9. The Hum­ming­bird Pro­yect, direc­ción: Kim Ngu­yen, Net­flix, 2018.
  10. Muñiz Vare­la, Mirian “La deu­da: axio­má­ti­ca de la pro­pie­dad y apa­ra­to de cap­tu­ra de las vidas” en Vio­len­cia y deu­da, Revis­ta Cru­ce, Crí­ti­ca socio culturalcontemporánea,11,nov.2019 https://​issuu​.com/​r​e​v​i​s​t​a​c​r​u​c​e​.​com.
  11. Una­muno de Miguel, “La Ideo­cra­cia”, en El caba­lle­ro de la tris­te figu­ra, Bue­nos Aires: Espa­sa Cal­pe, 1944.
  12. Sha­kes­pea­re, William, El mer­ca­der de Vene­cia.

*Fuen­te: 80grados

Itu­rria /​Fuen­te

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