Ridícu­lo de la mari­na mili­tar española

Se ha ave­ria­do el buque anfi­bio “Cas­ti­lla”, uno de los más impor­tan­tes de la arma­da espa­ño­la, cuan­do esta­ba lide­ran­do la ope­ra­ción inter­na­cio­nal “Ata­lan­ta” en las cos­tas del Índi­co. Como pue­den com­pro­bar en el artícu­lo que enla­za­mos aba­jo, el ejér­ci­to espa­ñol del mar y la pro­pia pren­sa apro­ve­chan la oca­sión para hablar de “deca­den­cia” en bus­ca de más gas­to mili­tar y, con­cre­ta­men­te, carí­si­mas inver­sio­nes en nue­vos buques de gue­rra. Según afir­ma, de for­ma tor­ti­ce­ra y delez­na­ble, el artícu­lo de aba­jo, el buque se encuen­tra en aque­llas aguas “para garan­ti­zar la lle­ga­da de sumi­nis­tros huma­ni­ta­rios a la zona”. Lo cier­to es que la par­ti­ci­pa­ción espa­ño­la en la misión Ata­lan­ta, des­de un prin­ci­pio y has­ta hoy, tuvo el ine­quí­vo­co obje­ti­vo de garan­ti­zar la pes­ca a gran esca­la de gran­des arma­do­res vas­cos, acti­vi­dad que está esquil­man­do aque­llos cala­de­ros y obli­gan­do a la pobla­ción de las cos­tas del Cuerno de Áfri­ca a bus­car sali­das a su situa­ción de pobre­za, entre ellas la pira­te­ría. No hay tal misión huma­ni­ta­ria, sino apo­yo mili­tar a las ope­ra­cio­nes depre­da­do­ras y no menos pira­tas de las gran­des cor­po­ra­cio­nes euro­peas y nor­te­ame­ri­ca­nas en la zona. Ese tipo de misio­nes es, hoy por hoy, la razón de ser de la flo­ta mili­tar espa­ño­la, por lo que, huel­ga decir, cuan­tos menos buques mili­ta­res ten­ga­mos, el mun­do será un lugar más jus­to y pací­fi­co. Nota de Tortuga.

La deca­den­cia de la Arma­da espa­ño­la: el Cas­ti­lla se rom­pe cuan­do diri­gía la misión Atalanta

El buque anfi­bio Cas­ti­lla que­dó inu­ti­li­za­do este jue­ves por la tar­de tras una ave­ría en un eje de pro­pul­sión cuan­do lide­ra­ba la misión Ata­lan­ta de la UE en aguas del Índi­co con­tra la piratería.

José María Olmo

La Arma­da Espa­ño­la está en una situa­ción crí­ti­ca y este jue­ves por la tar­de agran­dó aún más su deca­den­cia. El buque de asal­to anfi­bio Cas­ti­lla (L‑52), uno de los más des­ta­ca­dos de la flo­ta nacio­nal, par­tió el pasa­do 30 de enero del puer­to de Rota (Cádiz) para lide­rar la ope­ra­ción Ata­lan­ta de la Unión Euro­pea con­tra la pira­te­ría en el Cuerno de Áfri­ca. Esta­ba pre­vis­to que per­ma­ne­cie­ra des­ple­ga­do en la zona diri­gien­do el dis­po­si­ti­vo has­ta fina­les de junio, pero ha que­da­do inu­ti­li­za­do en las últi­mas horas por la rotu­ra de uno de sus sis­te­mas de pro­pul­sión, según ha con­fir­ma­do a El Con­fi­den­cial un por­ta­voz de Defensa.

La ave­ría se ha pro­du­ci­do por la des­via­ción de uno de los dos ejes moto­res del navío, un des­per­fec­to que varios espe­cia­lis­tas con­sul­ta­dos vin­cu­lan con la fal­ta de gas­to en man­te­ni­mien­to, un pro­ble­ma que pade­ce el con­jun­to de la fuer­za naval des­de la últi­ma cri­sis eco­nó­mi­ca. El Cas­ti­lla, de 160 metros de eslo­ra —quin­to más gran­de de la Arma­da — , fue bota­do en el año 1999 y entró en ser­vi­cio un año des­pués, por lo que ya acu­mu­la 21 años de his­to­rial. Se encuen­tra en la segun­da mitad de sus 35 años de vida útil. No es uno de los navíos más vie­jos, pero en los últi­mos años se ha expri­mi­do su capa­ci­dad para com­pen­sar la caí­da en el núme­ro de uni­da­des de la flo­ta. En 2010, había 77 bar­cos en acti­vo. Once años des­pués, que­dan 61, y su edad media supera los 27 años.

La rotu­ra ases­ta un duro gol­pe a la ima­gen de Espa­ña y ha obli­ga­do a Defen­sa a impro­vi­sar un plan B. Otra embar­ca­ción, pre­vi­si­ble­men­te una fra­ga­ta, zar­pa­rá en las pró­xi­mas horas de Cádiz para sus­ti­tuir al Cas­ti­lla. La Arma­da ha movi­li­za­do de urgen­cia a la dota­ción del nue­vo buque para com­ple­tar el rele­vo en el menor tiem­po posi­ble. Con todo, el desa­rro­llo de Ata­lan­ta ya se ha vis­to alte­ra­do. El Cas­ti­lla alber­ga­ba el man­do de ope­ra­cio­nes de la misión mul­ti­la­te­ral de Bru­se­las en aguas de Áfri­ca y del océano Índi­co para garan­ti­zar la lle­ga­da de sumi­nis­tros huma­ni­ta­rios a la zona. Los ofi­cia­les de la misión ten­drán que bus­car aco­mo­do en otro buque has­ta que lle­gue la fra­ga­ta española.

Según infor­mó el minis­te­rio que diri­ge Mar­ga­ri­ta Robles en enero, el Cas­ti­lla par­tió de Rota con 256 efec­ti­vos, a los que pos­te­rior­men­te se sumó dota­ción del res­to de paí­ses que par­ti­ci­pan en Ata­lan­ta. La rotu­ra del eje obli­ga a anti­ci­par la vuel­ta del buque a Espa­ña. Aún dis­po­ne de una línea de pro­pul­sión, pero, en esas cir­cuns­tan­cias, ten­drá que nave­gar bajan­do al míni­mo su régi­men de revo­lu­cio­nes y se arries­ga a que­dar a la deri­va. Ade­más, en el camino de vuel­ta, nece­si­ta cru­zar el canal de Suez, para lo que debe­rá obte­ner el vis­to bueno de las auto­ri­da­des que ges­tio­nan la infra­es­truc­tu­ra. Con el epi­so­dio del blo­queo por cul­pa del mer­can­te Ever Given aún recien­te, el Cas­ti­lla no tie­ne garan­ti­za­do el per­mi­so para entrar en el canal con úni­ca­men­te la mitad de sus moto­res en funcionamiento.

El inci­den­te se pro­du­ce en un con­tex­to de pro­fun­dos ajus­tes pre­su­pues­ta­rios que han deja­do a las Fuer­zas Arma­das al bor­de del colap­so. A fal­ta de un aná­li­sis más exhaus­ti­vo del eje estro­pea­do, el pasa­do 24 de mar­zo, el almi­ran­te Car­los Mar­tí­nez-Mere­llo, segun­do jefe del Esta­do Mayor de la Arma­da, advir­tió en una mesa redon­da orga­ni­za­da por la Aso­cia­ción de Diplo­ma­dos en Altos Estu­dios de la Defen­sa Nacio­nal (Ada­le­de) de que la situa­ción es crí­ti­ca y reco­no­ció que se han mul­ti­pli­ca­do las averías.

“No digo nada nue­vo al afir­mar que los recur­sos reci­bi­dos por la Arma­da han evo­lu­cio­na­do nega­ti­va­men­te des­de 2008. Así, mien­tras en el capí­tu­lo 2, es decir, los cré­di­tos que ase­gu­ran la for­ma­ción y la uti­li­za­ción, se han redu­ci­do apro­xi­ma­da­men­te un 13%, la caí­da en el capí­tu­lo 6, es decir, los cré­di­tos que per­mi­ten el sos­te­ni­mien­to y las infra­es­truc­tu­ras, alcan­zan el 35% de reduc­ción en ese mis­mo perio­do”, expu­so Martínez-Mellero.

“La con­se­cuen­cia es un aumen­to de horas de fun­cio­na­mien­to de los equi­pos y sis­te­mas entre los ciclos de man­te­ni­mien­to, una dis­mi­nu­ción del ’stock’ de repues­tos dis­po­ni­bles y un incre­men­to de las ave­rías”, con­ti­nuó el almi­ran­te. “Los recor­tes tam­bién han afec­ta­do a la cons­truc­ción de nue­vas uni­da­des, es decir, a la obten­ción y reno­va­ción (…) A este enve­je­ci­mien­to, se unen otros pro­ble­mas deri­va­dos de la fal­ta de finan­cia­ción: la difi­cul­tad para repo­ner o res­tau­rar sis­te­mas obso­le­tos y la des­ca­pi­ta­li­za­ción en repues­tos y per­tre­chos. Todo ello es muy gra­ve, ya que podría lle­var a per­der capa­ci­da­des que a la lar­ga cos­ta­ría mucho esfuer­zo, y no solo eco­nó­mi­co, recu­pe­rar”, aler­tó. Una situa­ción idén­ti­ca se vive en los ejér­ci­tos de Tie­rra y del Aire.

Toma­do de gru​po​tor​tu​ga​.com

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