Según relata la querella presentada en los juzgados de Jaén, el agente le introdujo el arma reglamentaria en la vagina a pesar de la negativa de la menor, esposada y aterrorizada.
Uno de los policías nacionales que agredieron a un padre y a su hija de 14 años en la terraza de un bar de Linares (Jaén) el pasado febrero ha sido denunciado por un joven por haber supuestamente abusado sexualmente de él cuando era menor de edad.
El denunciante vio en redes sociales las imágenes de los dos agentes que protagonizaron el incidente, que provocó una oleada de indignación y protestas que derivaron en disturbios en el municipio. Uno de esos agentes era M. F. N., a quien el denunciante conoció siendo menor de edad, y antes de iniciar su cambio de sexo. Al ver de nuevo a M.F.N., revivió lo sucedido ocho años atrás.
En el momento de los hechos denunciados tenía 16 años. Conoció a M.F.N. a través de la red social Facebook. Según su versión, se citó una primera vez con el agente en una casa familiar, donde mantuvieron relaciones sexuales consentidas. Poco tiempo después, volvieron a citarse en el mismo lugar, y [el denunciado] llegó con su uniforme de policía.
Aquel día, siempre según la versión del querellante, el agente decidió, sin su consentimiento, esposarla y abusar sexualmente de ella. Según consta en la querella, de la cual ha tenido conocimiento lamarea.com, el agente esposó a la menor por la espalda y usó la porra reglamentaria para introducírsela por el ano, a pesar de las súplicas de la entonces menor de edad.
En ese momento, según relata la querella, la menor manifestó al policía que se estaba pasando en su actuación y que no le gustaba lo que estaba haciendo pero él desoyó sus quejas y continuó. La denuncia añade que el agente, lejos de desistir, “sacó su pistola y se la puso [a la menor] en el pecho y la fue subiendo poco a poco hasta introducírsela en la boca, lo que provocó que en [en la menor] aumentara su intenso miedo, que se acrecentó aún más si cabe cuando el presunto agresor le dijo que no se asustara, pues el arma, aunque cargada, tenía el seguro puesto”.
El agente, según relata la querella, le pidió al denunciante que se relajara y le introdujo el arma reglamentaria en la vagina a pesar de la negativa de la menor, que seguía esposada y completamente aterrorizada.
La querella recoge que la menor no volvió a quedar con M.F.N., a pesar de las insistencias de este. Ni se atrevió a contárselo a nadie hasta pasado un tiempo, cuando tuvo fuerzas para explicárselo a tres amigas dos años después.
Ahora, tras la difusión de las identidades y las fotografías de los dos agentes que protagonizaron la agresión a un padre y a su hija en Linares el pasado febrero, el joven transexual, que ahora tiene 24 años, decidió no solo hablar, sino denunciar al agente que, según él, le sometió a los abusos relatados.
¿Por qué no denunció en su momento? La querella argumenta que la menor tuvo miedo de denunciar a un policía nacional, además de sentir vergüenza por lo sucedido. ¿Por qué lo hace ahora? “[Para el querellante] no existe otra motivación para el inicio de cualquier acción de carácter judicial que el hecho mismo de que pueda hacerse justicia y de que su caso evite de algún modo que se repitan hechos similares y anime a las víctimas de los mismos a denunciar. Ese extremo junto con el reconocimiento a lo largo de las entrevistas de otras cuestiones como por ejemplo el consentimiento pleno en la primera relación sexual con el presunto agresor o la no huida o escape de la situación de presuntos abusos dan credibilidad a su testimonio”, indica la querella.
El hoy denunciante presenta junto a su querella un informe psicológico que contempla presuntas secuelas de aquellos hechos, concretamente, sintomatología ansioso-depresiva, las repercusiones a nivel afectivo-sexual de los presuntos abusos sexuales y la posible presencia de un Trastorno Obsesivo Compulsivo derivado también de tal circunstancia.
El joven asegura que tiene desde entonces problemas para conciliar el sueño y para tener relaciones sexuales, diagnosticados ya anteriormente por otros profesionales de la salud a quienes no se atrevió a relatar los hechos que hoy denuncia.
M. F. N., el policía al que acusa de esta agresión sexual, se encuentra en libertad provisional desde el 18 de marzo, tras pasar tres semanas en prisión preventiva por los sucesos de Linares.
Fuente: lamarea.com
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