Por Luis Alfonso Mena S. Resumen Latinoamericano, 5 de abril de 2021.
Circula un comunicado pidiendo más intervención extranjera, en este caso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), disfrazada de “asistencia humanitaria urgente”, supuestamente para solucionar los problemas que se presentan actualmente en la frontera colombo-venezolana, a propósito de lo que ocurre coyunturalmente en los límites entre el departamento de Arauca y el estado Apure.
El comunicado, firmado por personas venezolanas y colombianas, pide “un enviado especial” de las Naciones Unidas y un “mecanismo internacional de vigilancia y monitoreo”..
En suma, un nuevo escenario para horadar la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela. En eso no hay que llamarse a engaños.
De entrada, resulta sintomática la coincidencia de la solicitud de los firmantes del comunicado con el pronunciamiento de la procuradora general del régimen de Iván Duque, Margarita Cabello, quien expresó recientemente que en el caso de la frontera es necesaria la intervención de organismos internacionales para una atención “profunda e inmediata”.
Es decir, Duque, comprometido hasta la médula en la conspiración contra las instituciones legítimas de Venezuela, avizora ahora un nuevo campo de acción para sus fines, en medio de los fracasos estruendosos que su política injerencista ha venido teniendo año tras año.
Las intenciones del régimen de Duque, que obedecen a las estrategias de vieja data del imperio gringo contra la soberanía venezolana y que, en el momento actual, buscan ganar indulgencias con el nuevo capataz de la Casa Blanca, son evidentes.
En el caso de la frontera, emerge sin ninguna duda el interés de Duque en la agresión al país hermano.
Resulta sintomático también que el comunicado que comentamos sea firmado del lado venezolano por ONG y personas vinculadas todas a la derecha opositora venezolana. Del lado colombiano figura, entre otras entidades, el Polo Democrático Alternativo Internacional.
(Además, es un comunicado descuidado en el que, en el espacio de las firmas escriben tres veces el nombre del senador de Alianza Verde Antonio Sanguino y repiten también otros firmantes. Y en el colmo del descuido, aparece firmando alguien a quien curiosamente presentan como “Bla bla López”. Así que la seriedad del documento, desde el punto de vista incluso formal, ya deja enormes dudas).
Todo lo que callan
Desde la óptica de su contenido, todo se resume en la misma prédica de otras veces, disfrazada de interés humanitario por la situación en la frontera, que ya sabemos cómo termina.
No es sino recordar el show de los conciertos y las caravanas sobre los puentes, en la frontera de Norte de Santander con Venezuela, en febrero de 2019.
O los pronunciamientos de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, absolutamente sesgados y al servicio de los intereses proditorios de la derecha y la extrema derecha venezolanas.
Los firmantes del comunicado no dicen nada, por ejemplo, sobre los desplazamientos forzados masivos que se vienen presentando en Colombia, como el que ocurre hoy mismo en Alto Tapaje, municipio de El Charco, departamento de Nariño.
O sobre crisis similares en Tumaco, Catatumbo, Chocó o el departamento del Cauca y otras regiones del país, donde los desplazamientos, la violencia, los asesinatos de líderes sociales, defensores de derechos humanos y firmantes del Acuerdo de Paz de La Habana son noticia de todos los días en Colombia.
Asimismo, sería muy importante que los firmantes se pronunciaran reclamando que el gobierno de EE.UU. y el régimen de Duque cesaran el injerencismo y la criminal agresión económica, militar, política, diplomática y de toda índole contra el pueblo venezolano y el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro.
Sería muy importante que se pronunciaran frente al robo de los recursos del pueblo y del Estado venezolanos en el exterior por parte de potencias imperialistas a través de lacayos corruptos y apátridas patrocinados por ellas como Guaidó, protegido de Duque y demás mandaderos de EE.UU.
Sería muy importante que se hubieran pronunciado contra los intentos de invasión de la nación venezolana por parte de terroristas y mercenarios gringos y paramilitares criollos entrenados en suelo colombiano.
Los firmantes no dicen ni mu sobre esta realidad. Ni sobre los verdaderos responsables de la crisis: la política imperialista de EE.UU., la CIA, el Pentágono y sus adláteres sumisos en Colombia y otros países del continente.
En vez de más agresión disfrazada de “ayuda humanitaria” de la ONU, deberían pedir, ante todo, el cese de la agresión imperialista contra el hermano pueblo.
La CIA, el gobierno de Joe Biden y el régimen de Duque desarrollan una estrategia usando paramilitares y demás actores armados irregulares en territorio venezolano para tratar de crear un nuevo teatro de intervención extranjera.
El operativo de cada año
No hay que olvidar que la guerra conjunta de EE.UU., los gobiernos abyectos al Pentágono en el continente y los grupos de la extrema derecha violenta en Venezuela contra la República Bolivariana no cesa. Esa guerra cada año tiene una estrategia:
1.- En agosto de 2018, el atentado contra el presidente Nicolás Maduro y todo su equipo de Gobierno en Caracas.
2.- En febrero de 2019, el “concierto” en la frontera, cuando Los Rastrojos trajeron al títere Guaidó, y el show de la “ayuda humanitaria” en los puentes.
3.- En mayo de 2020, el intento de invasión fraguado desde Colombia en la llamada Operación Gedeón (liderada por Cliver Alcalá, quien confesó abiertamente la preparación del ataque mercenario en el departamento de La Guajira. Hasta un Premio ‘Rey de España’ de Periodismo le otorgaron en Madrid a W Radio por la entrevista que la emisora le hizo, en vivo y en directo en territorio colombiano, al desertor exoficial venezolano al servicio del imperio en la que reveló todo lo planificado contra su propia patria. Al día siguiente, un avión de el Departamento de Lucha Antidroga de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) vino, lo recogió y lo trasladó a EE.UU. Se les había caído esa máscara).
Todas esas operaciones fracasaron. Por eso ahora intentan una nueva, usando lo que ocurre en Apure-Arauca.
Y ya sabemos cómo terminan las “soluciones” de la ONU manejadas con sus cascos “azules” y sus “fuerzas humanitarias” por EE.UU.
Luis Almagro, el oscuro secretario general de la Organización de Estados Americanos, debe estar ansioso de meter sus narices en esta nueva coyuntura y de sumarse al coro interventor.
Entonces, como siempre, la derecha desata su ofensiva mediática. Y encuentra eco en algunos…
Hoy hablan de nueva “ayuda humanitaria”, mañana otros dirán que se requiere aplicar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, Tiar, aparato anacrónico de la Guerra Fría… Y otros más, llamarán luego a la incursión directa de las tropas del imperio.
De todas formas, siete bases militares gringas, sobre las que tampoco se pronuncian los firmantes del comunicado, ya deben estar alertas en el territorio colombiano sobre la nueva fase de la agresión contra el país hermano.
Como hemos dicho muchas veces, Venezuela no necesita más estigmatización, urge verdadera solidaridad de los pueblos contra los agresores extranjeros y que se respete su soberanía, el derecho a defender su territorio y su libre determinación.
Fuente: TeleSUR