Vene­zue­la. San­cio­nes, elec­cio­nes y balcanizaciones

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 11 de abril de 2021

Pla­to lleno de nove­da­des, sobre todo por­que el 11 de abril es día de elec­cio­nes en Ecua­dor, Perú y Boli­via. Y lue­go está la situa­ción en Vene­zue­la, que se ha calen­ta­do en el esta­do Apu­re, en la fron­te­ra con Colom­bia. Una fron­te­ra de más de 2.200 km de lon­gi­tud, que deli­mi­ta una zona de comer­cio y trá­fi­co e inten­tos de infil­tra­ción por par­te del nar­co­go­bierno colom­biano, don­de los ase­si­na­tos de excom­ba­tien­tes y líde­res socia­les son lamen­ta­ble­men­te casi a dia­rio, y don­de va en aumen­to, a pesar de la pan­de­mia, el núme­ro de per­so­nas des­pla­za­das por la vio­len­cia para­mi­li­tar cubier­ta por el estado.

En Colom­bia, este 9 de abril, la izquier­da colom­bia­na recor­dó el ase­si­na­to del líder libe­ral Jor­ge Elie­cer Gai­tán, en 1948. Un ase­si­na­to que cerró el paso a la posi­bi­li­dad de cons­truir un cam­bio real a tra­vés del camino ins­ti­tu­cio­nal en un país que es el prin­ci­pal laca­yo de Esta­dos Uni­dos en la región. Colom­bia no solo alber­ga 9 bases mili­ta­res, sino tam­bién la CIA y cuer­pos de éli­te que acom­pa­ñan al ejér­ci­to colom­biano en las cons­tan­tes pro­vo­ca­cio­nes que rea­li­za en la fron­te­ra, en un inten­to de des­en­ca­de­nar un con­flic­to arma­do con Vene­zue­la y brin­dar el pre­tex­to para que Esta­dos Uni­dos inter­ven­ga en nivel militar.

Una soli­ci­tud, no olvi­de­mos, que los repre­sen­tan­tes de los gol­pis­tas vene­zo­la­nos en el exte­rior, inclu­so en Ita­lia, don­de reci­ben pre­mios en nom­bre de la «demo­cra­cia», han diri­gi­do a Trump y que aho­ra diri­gen a Biden. El esque­ma es el de la bal­ca­ni­za­ción: se infil­tra y se ocu­pa ile­gal­men­te un corre­dor fron­te­ri­zo, gene­ral­men­te rico en recur­sos, y se hace con el con­trol del mis­mo: para des­pren­der­lo del terri­to­rio nacio­nal, uti­li­zar­lo como gan­zúa des­es­ta­bi­li­za­do­ra y pedir a la lla­ma­da comu­ni­dad inter­na­cio­nal que envíe tro­pas con el pre­tex­to de evi­tar que la zona se con­vier­ta en un peli­gro para toda la región. Un mode­lo que se ha inten­ta­do, por ejem­plo, apli­car en Boli­via en la lla­ma­da media luna fér­til, des­de cuyas zonas la oli­gar­quía san­ta­cru­ce­ña lan­zó el gol­pe de Esta­do con­tra Mora­les en 2019.

En el esta­do Apu­re, un gru­po de nar­co­tra­fi­can­tes, que en el pasa­do se había hecho pasar por un sec­tor disi­den­te de la gue­rri­lla de las Farc, se ha con­ver­ti­do en el peón de la CIA y del gobierno colom­biano para lle­var a cabo este nue­vo aten­ta­do con­tra el gobierno boli­va­riano. Mien­tras tan­to, otras ban­das del cri­men orga­ni­za­do han difun­di­do un show mediá­ti­co en las cer­ca­nías de Cara­cas, que ha ser­vi­do a la opo­si­ción gol­pis­ta para gri­tar que Vene­zue­la es un nar­co­es­ta­do, un esta­do falli­do, gober­na­do por el “cas­tro-madu­ris­mo”, y que apo­ya el «terro­ris­mo».

Como sabe­mos, estos dos estri­bi­llos son los que sir­ven para impo­ner cada vez más medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les ile­ga­les: jun­to a la retó­ri­ca de los dere­chos huma­nos uti­li­za­dos como arma. Y, de hecho, bajo el pre­tex­to de la segu­ri­dad y de esa lega­li­dad bur­gue­sa tan feti­chi­za­da en los paí­ses capi­ta­lis­tas, el socia­lis­mo boli­va­riano está siem­pre aco­rra­la­do: si no inter­vie­ne con­tra las ban­das arma­das y los nar­co­tra­fi­can­tes, es con­ni­ven­cia, si lo hace es represión.

Y así está suce­dien­do en la fron­te­ra, don­de la Fuer­za Arma­da Nacio­nal Boli­va­ria­na inter­vino para expul­sar a esta ban­da a suel­do de la CIA jun­to con las orga­ni­za­cio­nes del poder popu­lar, sufrien­do la per­ta de algu­nos sol­da­dos, muer­tos por las minas anti­per­so­nal que estas pan­di­llas sue­len plan­tar en Colom­bia. Una prác­ti­ca has­ta aho­ra des­co­no­ci­da en Vene­zue­la. Tan­to es así que el gobierno boli­va­riano ha pedi­do a la ofi­ci­na de la ONU un con­se­jo específico.

En cam­bio, la vice­pre­si­den­ta colom­bia­na Mar­ta Lucía Ramí­rez pidió la inter­ven­ción de la OEA para «res­tau­rar la demo­cra­cia» en Vene­zue­la, acu­san­do al gobierno boli­va­riano de ser «una ame­na­za para la región». Sin embar­go, su homó­lo­ga vene­zo­la­na, Delcy Rodrí­guez, le res­pon­dió de mane­ra apro­pia­da y con­tun­den­te. Estos días, de hecho, la opo­si­ción colom­bia­na está exi­gien­do la renun­cia de Ramí­rez, quien siem­pre habría guar­da­do silen­cio sobre la con­de­na por nar­co­trá­fi­co impues­ta a uno de sus her­ma­nos hace 23 años.

No es la pri­me­ra vez que se inten­ta bal­ca­ni­zar a Vene­zue­la infil­trán­do­se en la fron­te­ra con para­mi­li­ta­res. En 2004, la opo­si­ción gol­pis­ta con­tra­tó a más de 300 mer­ce­na­rios que se entre­na­ron en una fin­ca, que lue­go se des­cu­brió, y que debían hacer­se pasar por sol­da­dos del ejér­ci­to boli­va­riano. Fue uno de los nume­ro­sos inten­tos de derro­ca­mien­to del gobierno socia­lis­ta, que tuvo lugar tras el gol­pe de Esta­do con­tra Chá­vez el 11 de abril de 2002.

Ese gol­pe que duró solo dos días por­que el pue­blo tra­jo a su pre­si­den­te de regre­so a Mira­flo­res, es un pun­to de infle­xión y de refle­xió, por varios moti­vos: pri­me­ro para los suje­tos que lo orga­ni­za­ron, siem­pre con el viá­ti­co de Esta­dos Uni­dos y la par­ti­ci­pa­ción de la CIA. Se die­ron la mano, los diri­gen­tes de las buro­cra­cias sin­di­ca­les y los del gre­mio patro­nal, las jerar­quías ecle­siás­ti­cas y los medios pri­va­dos. ¿Por qué?

Por evi­tar la nacio­na­li­za­ción, la refor­ma agra­ria, la reanu­da­ción de la sobe­ra­nía sobre los recur­sos pes­que­ros a tra­vés de una ley que evi­te el robo de las mul­ti­na­cio­na­les, y por blo­quear el desa­rro­llo de la demo­cra­cia direc­ta pre­vis­ta en la cons­ti­tu­ción. Un ejem­plo de lo que podría pasar aquí, en los pai­ses de Euro­pa, si fue­ra posi­ble cons­truir un blo­que social anti­ca­pi­ta­lis­ta capaz de ven­cer y de lle­var a cabo refor­mas estruc­tu­ra­les, y que lue­go no qui­sie­ra capi­tu­lar como Grecia.

Jun­to a Cuba, Vene­zue­la ha esta­do y está en el cen­tro de un mode­lo de inte­gra­ción regio­nal que mira hacia el sur y no al con­sen­so de Washing­ton, es un país muy rico en recur­sos y por eso está en la mira de todos tipos de ata­ques. Ata­ques que vio­lan el dere­cho inter­na­cio­nal, como se ve con las deno­mi­na­das san­cio­nes impues­tas por EE. UU. y Euro­pa de for­ma extra­te­rri­to­rial y sin el con­sen­ti­mien­to de la ONU, úni­co orga­nis­mo res­pon­sa­ble de esta­ble­cer­las en caso de vio­la­ción com­pro­ba­da de dere­chos humanos.

En cam­bio, empre­sas, per­so­nas e ins­ti­tu­cio­nes son per­se­gui­das en todos los paí­ses por el gen­dar­me del mun­do si se atre­ven a enta­blar rela­cio­nes con Vene­zue­la. Toda­vía recor­da­mos el caso emble­má­ti­co del due­ño de un res­tau­ran­te ita­liano, a quien el Teso­ro de Esta­dos Uni­dos ha blo­quea­do cuen­tas y tar­je­tas de cré­di­to ita­lia­nas: por un caso de homo­ni­mia con un empren­de­dor sui­zo quien, escu­che, escu­che, esta­ba tra­tan­do de comer­ciar con una sucur­sal de la petro­le­ra esta­tal venezolana.

La víc­ti­ma dijo que ha teni­do que arre­glár­se­las solo por­que las ins­ti­tu­cio­nes ita­lia­nas, como sabe­mos, no son com­pe­ten­tes en tér­mi­nos de sobe­ra­nía nacio­nal. Que el mis­mo des­afor­tu­na­do haya extraí­do de todo esto el deseo de reci­bir una tar­je­ta ver­de de Esta­dos Uni­dos a cam­bio, nos hace refle­xio­nar más.

Mien­tras tan­to, Vene­zue­la sigue estan­do cen­su­ra­da tam­bién con res­pec­to a la efec­ti­vi­dad de los tra­ta­mien­tos por coro­na­vi­rus. A pesar de la «varian­te Bol­so­na­ro» de Bra­sil, que está pro­vo­can­do un aumen­to de con­ta­gios, Vene­zue­la tie­ne un núme­ro de muer­tos rela­ti­va­men­te bajo de poco más de 1.700 y una tasa de recu­pe­ra­ción supe­rior al 90%, gra­cias a una polí­ti­ca de salud aná­lo­ga a la cuba­na. Y, de hecho, jun­to con Cuba, tam­bién está pro­du­cien­do su pro­pia vacu­na, Abda­la, que ha lle­ga­do a la fase final de prue­ba. Pero el gobierno boli­va­riano no pue­de hablar de eso, por­que Face­book blo­quea las cuen­tas del pre­si­den­te y de cual­quie­ra que se atre­va a poner un me gusta.

La demo­ni­za­ción de Vene­zue­la y el tema del posi­cio­na­mien­to de los dis­tin­tos paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos en el mar­co inter­na­cio­nal está en el cen­tro del deba­te elec­to­ral tam­bién en Perú, Ecua­dor y Boli­via. Y no es casua­li­dad que la diplo­ma­cia mili­tar esta­dou­ni­den­se, des­pués de pasar por Méxi­co, pase aho­ra por Argen­ti­na, dos paí­ses gober­na­dos por pre­si­den­tes pro­gre­sis­tas, y Uru­guay, que ha vuel­to a la dere­cha en las últi­mas elecciones.

El con­trol de las bases mili­ta­res nor­te­ame­ri­ca­nas, de las que pulu­lan paí­ses como Colom­bia o Hon­du­ras, y el con­trol geo­po­lí­ti­co del terri­to­rio para con­tra­rres­tar la pre­sen­cia chi­na, están en el cen­tro de las preo­cu­pa­cio­nes de Washing­ton y de la OTAN, que no en vano ya se ha reu­ni­do con los miem­bros de la Unión Euro­pea para reno­var sus vasallajes.

La situa­ción en Perú, que va a las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les y par­la­men­ta­rias del día 11, es a su mane­ra un ejem­plo con­den­sa­do del fra­ca­so de los esta­dos capi­ta­lis­tas a suel­do de Washing­ton, y de la cri­sis de la demo­cra­cia bur­gue­sa, des­en­mas­ca­ra­da por la gue­rra de cla­se en los años ochen­ta y noven­ta del siglo pasado.

El 6 de abril de 1992, dos años des­pués de su elec­ción, el enton­ces pre­si­den­te Alber­to Fuji­mo­ri sus­pen­dió la Cons­ti­tu­ción y disol­vió el Par­la­men­to, dan­do lugar a un gobierno lla­ma­do de emer­gen­cia y recons­truc­ción nacio­nal. El «gol­pe blan­do» de Fuji­mo­ri con­tó con el apo­yo de las Fuer­zas Arma­das que ocu­pa­ron el Par­la­men­to (don­de el par­ti­do del pre­si­den­te era mino­ri­ta­rio), la magis­tra­tu­ra, los minis­te­rios y la sede de radio y tele­vi­sión. Fuji­mo­ri acu­só al Par­la­men­to de haber obs­ta­cu­li­za­do la polí­ti­ca de refor­mas ultra­li­be­ra­les que impulsaba.

La cam­pa­ña de este­ri­li­za­ción for­za­da fue solo la pun­ta del ice­berg de una invo­lu­ción auto­ri­ta­ria que dejó una fuer­te hue­lla en las ins­ti­tu­cio­nes perua­nas. Entre 1995 y 2001, 346.219 muje­res, en su mayo­ría indí­ge­nas y cam­pe­si­nas, fue­ron este­ri­li­za­das por la fuer­za en el mar­co del Pro­gra­ma Nacio­nal de Pla­ni­fi­ca­ción Fami­liar de Fujimori.

Cifras pro­por­cio­na­das por el infor­me ela­bo­ra­do en 2002 por una comi­sión par­la­men­ta­ria inde­pen­dien­te. Aho­ra Fuji­mo­ri está bajo arres­to domi­ci­lia­rio por moti­vos de salud y su hija Kei­ko, que se pre­sen­ta por ter­ce­ra vez, aho­ra como can­di­da­ta del par­ti­do de dere­cha Fuer­za Popu­lar, pla­nea dejar­lo en liber­tad defi­ni­ti­va­men­te. Por el con­tra­rio, la per­ma­nen­cia del deno­mi­na­do Dere­cho Penal del enemi­go, aná­lo­ga a la legis­la­ción de emer­gen­cia en Ita­lia, per­mi­te la cri­mi­na­li­za­ción de la pro­tes­ta y man­tie­ne en pri­sión a los comu­nis­tas com­ba­tien­tes del pasa­do con­flic­to, aun­que ya ten­gan casi noven­ta años.

En pri­sión por la lla­ma­da Ope­ra­ción Olim­po hay artis­tas, mili­tan­tes de orga­ni­za­cio­nes popu­la­res y abo­ga­dos. Nin­guno de los 5 can­di­da­tos, ni de dere­cha ni de cen­troiz­quier­da, que pue­den pasar a segun­da vuel­ta, ya que no hay aspi­ran­te a pre­si­den­te que ten­ga chan­ce de ganar en la pri­me­ra vuel­ta, pone en su pro­gra­ma el fin de la emer­gen­cia y la amnis­tía para los pre­sos políticos.

El úni­co par­ti­do de izquier­da radi­cal, que se decla­ra mar­xis­ta-leni­nis­ta y que tie­ne una cla­ra posi­ción inter­na­cio­na­lis­ta, es Perú Libre, repre­sen­ta­do por Pedro Cas­ti­llo. El par­ti­do exis­te des­de 2012 y, según las encues­tas, no es com­pe­ti­ti­vo. Sin embar­go, el muy popu­lar acto de cam­pa­ña final de Cas­ti­llo podría carac­te­ri­zar­lo como el extra­ño ines­pe­ra­do y reser­var algu­nas sorpresas.

La otra can­di­da­ta que pro­po­ne un pro­gra­ma de cen­tro izquier­da, pero con muchas ambi­güe­da­des en cuan­to a, por ejem­plo, la posi­ción sobre el socia­lis­mo boli­va­riano, es Veró­ni­ka Men­do­za, can­di­da­ta de Jun­tos Perú. Duran­te una con­fe­ren­cia de pren­sa vir­tual con medios argen­ti­nos, afir­mó mirar el pro­gre­sis­mo de Argen­ti­na, estar en des­acuer­do con el blo­queo en Cuba y que­rer apo­yar­se en las rela­cio­nes sur-sur mar­ca­das por el pro­gre­sis­mo mode­ra­do. Será una cues­tión de cómo se com­por­ta­rá a continuación.

Otro tema fuer­te de la cam­pa­ña elec­to­ral fue el de una asam­blea nacio­nal cons­ti­tu­yen­te, decli­na­da tan­to por la dere­cha como por la izquier­da, y muy pre­sen­te en las recien­tes pro­tes­tas popu­la­res. Perú cam­bió 12 cons­ti­tu­cio­nes en su vida repu­bli­ca­na. Hace 200 años, Bolí­var qui­so con­ver­tir­lo en uno de los pila­res de la Patria Gran­de, un pro­yec­to fede­ra­ti­vo avan­za­do que no tuvo suerte.

Con ese espí­ri­tu, sin embar­go, se puso en mar­cha la Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te que, en Vene­zue­la, con­du­jo a la demo­cra­cia par­ti­ci­pa­ti­va y pro­ta­gó­ni­ca que bus­can los movi­mien­tos popu­la­res en toda Amé­ri­ca Lati­na. Un pro­yec­to al que se opo­nen en cam­bio los mode­ra­dos al esti­lo euro­peo, o los reac­cio­na­rios afi­cio­na­dos a la demo­cra­cia bur­gue­sa de las elites.

Men­do­za pro­po­ne un nue­vo pac­to social que pri­vi­le­gia el bien común y no el lucro, que garan­ti­za ple­nos dere­chos y otor­ga al Esta­do un rol regu­la­dor. Cas­ti­llo defi­ni­ti­va­men­te lo ha con­ver­ti­do en uno de los temas de su cam­pa­ña elec­to­ral, con una cla­ra refe­ren­cia a Bolí­var y al socia­lis­mo bolivariano.

Otro tema cru­cial es el de géne­ro, rela­cio­na­do tan­to con la vio­len­cia con­tra la mujer como con el acce­so a los dere­chos socia­les y polí­ti­cos. Men­do­za cuen­ta con el apo­yo de movi­mien­tos femi­nis­tas y LGBTQ. El últi­mo cen­so rea­li­za­do por el ins­ti­tu­to de esta­dís­ti­ca, en 2017, dice que las muje­res perua­nas con­for­man el 50,8% de la pobla­ción, pero según el Índi­ce de Des­igual­da­des de Géne­ro, rea­li­za­do por el Foro Eco­nó­mi­co Mun­dial en 2020, Perú se ubi­ca en el pues­to 66 en una lis­ta de 153 países.

Ade­más, con la pro­pa­ga­ción de la pan­de­mia – que puso de mani­fies­to las defi­cien­cias del sis­te­ma de salud, las fallas de la ges­tión polí­ti­ca neo­li­be­ral y la corrup­ción desen­fre­na­da, que lle­vó a la renun­cia o des­ti­tu­ción de varios pre­si­den­tes – la vio­len­cia con­tra muje­res y niñas ha aumen­ta­do. A pesar de la cua­ren­te­na, duran­te 2020 se repor­ta­ron 5.500 des­apa­ri­cio­nes de muje­res, niñas y adolescentes.

Tam­bién sobre este tema, el úni­co que hace un dis­cur­so estruc­tu­ral sobre la vio­len­cia patriar­cal y el machis­mo es el peque­ño par­ti­do Perú Libre, pero Men­do­za tam­bién pro­po­ne refor­mas que van en el sen­ti­do de igual­dad como la de la jubi­la­ción para las amas de casa, con­tan­do los años de cui­da­do lle­va­do a cabo.

Y tam­bién en este tema medi­mos la dis­tan­cia que exis­te entre la situa­ción de las muje­res en Vene­zue­la alcan­za­da en estos 22 años de revo­lu­ción boli­va­ria­na y el res­to de Amé­ri­ca Lati­na, con la excep­ción de Cuba. Nume­ro­sas orga­ni­za­cio­nes popu­la­res, como la de los fami­lia­res de los pre­sos poli­ti­cos invi­tan al boi­cot de las elec­cio­nes en Perú. Según las encues­tas, el voto nulo repre­sen­ta el 30% de los inte­rro­ga­dos, de un total de 25 millo­nes de elec­to­res habilitados.

Sin embar­go, a pesar de la pan­de­mia y la dra­má­ti­ca cri­sis de salud, las encues­tas tam­bién dicen que a la mayo­ría le gus­ta­ría ir a las urnas. La inde­ci­sión sobre las inten­cio­nes de voto, en cam­bio, es muy evi­den­te, tan­to es así que nin­guno de los cin­co can­di­da­tos que serían más vota­dos, de las 18 for­ma­cio­nes de la lis­ta, obten­dría, en las urnas, mucho más del 10%. La segun­da ron­da ten­drá lugar el 6 de junio y la toma de pose­sión será el 28 de julio.

En Ecua­dor, en cam­bio, ten­drá lugar la segun­da vuel­ta de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les. La pri­me­ra vuel­ta fue el 7 de febre­ro. En los dos pri­me­ros luga­res resul­ta­ron el eco­no­mis­ta de izquier­da, Andrés Arauz, apo­ya­do por la coa­li­ción UNES, con el 32,72% de los votos, y el ban­que­ro con­ser­va­dor Gui­ller­mo Las­so, de Creo, con el 19,74% de los votos.

Arauz, de 38 años y pro­pues­to por el expre­si­den­te Rafael Correa, ase­gu­ra que quie­re cam­biar el mode­lo neo­li­be­ral intro­du­ci­do por Moreno para vol­ver a un esta­do de bien­es­tar que ante­pon­ga la salud, la edu­ca­ción y el relan­za­mien­to del sec­tor pro­duc­ti­vo. Tam­bién en este caso, las alian­zas Sur-Sur, que Arauz quie­re vol­ver a poner en el cen­tro mien­tras Las­so pre­ten­de con­ti­nuar con la subor­di­na­ción a Esta­dos Uni­dos, estu­vie­ron en el cora­zón de la cam­pa­ña electoral.

En ter­cer lugar, con una dife­ren­cia de 300.000 votos de Las­so, que­dó el polé­mi­co can­di­da­to de la orga­ni­za­ción indí­ge­na Pacha­ku­tik, Yaku Pérez, que aho­ra pide a sus segui­do­res el voto en blan­co. En las elec­cio­nes ante­rio­res, sin embar­go, sus votos fue­ron a la dere­cha. Mien­tras tan­to, en las orga­ni­za­cio­nes indí­ge­nas, hay un fuer­te deba­te entre quie­nes pre­ten­den cana­li­zar el voto a la dere­cha, como ha suce­di­do muchas veces, y quie­nes, como la direc­ti­va de la CONAIE, invi­tan a votar a Arauz. Este últi­mo reno­vó su inten­ción de for­mar un gran blo­que de alia­dos que tam­bién se hicie­ra car­go de las deman­das de los par­ti­dos social­de­mó­cra­tas y las soli­ci­tu­des de las orga­ni­za­cio­nes indígenas.

Una vota­ción mar­ca­da tan­to por la cri­sis sani­ta­ria que ya ha pro­vo­ca­do la sus­ti­tu­ción de 5 minis­tros, como por denun­cias de frau­de que se pre­pa­ran con­tra la izquier­da, y por la som­bra ame­na­zan­te de Esta­dos Uni­dos. Para Esta­dos Uni­dos es de fun­da­men­tal impor­tan­cia que el país sea devuel­to defi­ni­ti­va­men­te a su órbi­ta, a la que vol­vió con la trai­ción de Lenin Moreno, pre­si­den­te elec­to con los votos del Movi­mien­to de la Revo­lu­ción Ciu­da­da­na de Rafael Correa.

Lue­go de lo ocu­rri­do en Boli­via y en los dos gran­des paí­ses, Méxi­co y Argen­ti­na, que han vuel­to al pro­gre­sis­mo, un cam­bio polí­ti­co en Ecua­dor modi­fi­ca­ría el equi­li­brio regio­nal, ponien­do en mar­cha un ciclo vir­tuo­so para las cla­ses popu­la­res de todo el con­ti­nen­te en este Bicen­te­na­rio de inde­pen­den­cia. Con Moreno, el FMI ya ha vuel­to en Ecua­dor, pero Arauz ha mani­fes­ta­do que pre­ten­de rene­go­ciar los prés­ta­mos en otras con­di­cio­nes, o rom­per los acuerdos.

Una deci­sión que ya tomó el gobierno de Luis Arce en Boli­via, dene­gan­do el prés­ta­mo soli­ci­ta­do al Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal por el ante­rior gobierno gol­pis­ta. Un tema en el cen­tro del con­flic­to con la oli­gar­quía boli­via­na, que ya vio como los recur­sos nacio­na­les, comen­zan­do con el litio, regre­sa­ban bajo el con­trol de Esta­dos Uni­dos y, por lo tan­to, tam­bién en sus pro­pios bolsillos.

Un tema que, jun­to al de las vacu­nas, reper­cu­te en la vota­ción que se lle­va­rá a cabo el día 11 en 4 depar­ta­men­tos de Boli­via. Boli­via ha pre­sen­ta­do una denun­cia ante la Comu­ni­dad de Esta­dos Lati­no­ame­ri­ca­nos y Cari­be­ños (Celac) y otros foros inter­na­cio­na­les con­tra el aca­pa­ra­mien­to del 96% de las vacu­nas por tan solo 10 paí­ses. Jun­to a Vene­zue­la y Cuba, el gobierno boli­viano libra una bata­lla por la dis­tri­bu­ción de vacu­nas gra­tui­tas para todos, cre­yen­do, con razón, que la lucha con­tra la pan­de­mia es un pro­ble­ma glo­bal y no de esta­dos indi­vi­dua­les, y como tal debe ser abordado.

La segun­da vez en las lla­ma­das elec­cio­nes sub­na­cio­na­les de Boli­via, se deter­mi­na para aque­llos can­di­da­tos que no han alcan­za­do el 51% de los votos o al menos el 40% y una ven­ta­ja de 10 pun­tos por­cen­tua­les sobre el segun­do. Una elec­ción mar­ca­da por las ten­sio­nes por la deten­ción de la ex auto­pro­cla­ma­da Jani­ne Añez, defen­di­da por ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les subor­di­na­das en Washing­ton como la Orga­ni­za­ción de Esta­dos Ame­ri­ca­nos. El pasa­do 7 de mar­zo, de las elec­cio­nes en los 9 depar­ta­men­tos que com­po­nen el país, en la pri­me­ra vuel­ta se gra­dua­ron 5 gober­na­do­res, tres de ellos per­te­ne­cien­tes al MAS, par­ti­do gober­nan­te, que tam­bién obtu­vo 240 muni­ci­pios, que sin embar­go no se ubi­can en los prin­ci­pa­les ciudades.

Por tan­to, esta segun­da vuel­ta es impor­tan­te para que el Mas se haga con el con­trol de la mayo­ría de las gobier­na­cio­nes y ofrez­ca un mayor apo­yo polí­ti­co a Arce, con­si­de­ran­do tam­bién las aca­lo­ra­das con­tro­ver­sias den­tro de algu­nas estruc­tu­ras par­ti­dis­tas. Una elec­ción com­pli­ca­da por el hecho de que en tres depar­ta­men­tos el Mas ten­drá que lidiar con can­di­da­tos que han deja­do sus filas. Ya ha ocu­rri­do en El Alto, el tra­di­cio­nal baluar­te del Mas. Allí, fue Eva Copa quien domi­nó, con el movi­mien­to Jalla­lla. Copa ha deci­di­do can­di­dar­se fue­ra del par­ti­do, que no había que­ri­do pro­po­ner­la. Para la segun­da vuel­ta, este enfren­ta­mien­to tam­bién se repi­te para La Paz, don­de la com­pe­ten­cia está entre el can­di­da­to del Mas, Fran­klin Flo­res, y San­tos Quis­pe, de Jallalla.

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *