Por Angel Villa Hernández, Resumen Latinoamericano, 24 de mayo de 2021.
La decisión estratégica de Cuba para hacerle frente al coronavirus SARS-CoV‑2 fue movilizar a sus científicos y al personal de la salud, para diseñar un programa de inmunización universal y gratuita con vacunas propias.
Esa perspectiva tenía bien fundadas bases: la existencia de un potencial científico de reconocido prestigio nacional e internacional en la concepción de vacunas de diverso tipo, además de robustas industrias biotecnológica y otras asociadas que se encuentran plenamente integradas.
Pocos meses bastaron para que comenzaran a aparecer los primeros resultados promisorios, los cuales concluyeron en 2020 con la existencia de cinco candidatos vacunales en distintas fases de ensayos clínicos con notables resultados en cada una de ellas.
Aunque no se conoce al detalle las razones para la asignación a cada candidato vacunal de sus respectivos apelativos, me permito la licencia para realizar asociaciones entre estos y el hermano continente africano.
Soberana 1, 2 y Plus llevan impreso en sus respectivos nombres la materialización de un principio sagrado para Cuba y para África: la soberanía.
La mayor de las Antillas se enfrascó por casi un siglo en contiendas armadas para dotarse de la soberanía que legítimamente debía pertenecerle, y por la de varios países africanos pelearon y murieron los cubanos, a miles de kilómetros de su tierra natal, pero con el orgullo de saldar una deuda histórica con ese continente generada por el cruel período de la esclavitud.
Mambisa por su parte, es depositaria de la gloria alcanzada por lo más valioso de las luchas anticolonialistas cubanas: sus hombres y mujeres, y aunque sin confirmarse totalmente su etimología, se cree que esa palabra es oriunda de África.
Con independencia de lo anterior, el mambisado cubano se conformó por los criollos que decidieron iniciar las luchas para poner fin al yugo colonial y a la esclavitud, quienes fueron acompañados en ese enorme empeño por quienes fueron sus súbditos venidos de África y sus descendientes.
Las clases privilegiadas en Cuba y los personeros de la potencia colonial de la época, generalmente emplearon esa palabra como degradante, pues el sentido de las acciones ejecutadas por los mambises iba directamente contra sus intereses.
Sin embargo, con el orgullo de la causa que abrazaban, los mambises en Cuba ubicaron el nombre de África en una dimensión no subordinada, sino como componente imprescindible de ese contingente.
Abdala, el poema épico-dramático del joven José Martí, escenificado en la Nubia africana, dio vida a un guerrero de aquellas tierras dispuesto a inmolarse por su Patria, por lo que ha trascendido por los valores y principios que encarna.
De ahí que, su dignidad e hidalguía, representan las esencias de africanos y cubanos frente a las agresiones externas, cuya vigencia perdura hasta nuestros días.
De esta forma, se verifica que los cinco candidatos de vacunas cubanos están asociados de alguna manera a las luchas de Cuba y de África, pues para vencer a la Covid-19 se debe entablar un combate sin cuartel que ponga bajo control a ese enemigo invisible.
Sin esa denodada lucha, los efectos negativos multisectoriales que se ciernen sobre Cuba y África se pudieran prolongar en el tiempo y provocar así, que los sueños que hemos emprendido juntos y por separado se posterguen, o se cancelen definitivamente.
Cuba no ha pensado egoístamente con sus vacunas, pues inmunizará a su población, pero también pondrá dosis de estas a disposición de otras naciones.
En esa última categoría se ubica África, pues en lo inmediato quedarán vacunados sus miles de estudiantes que se encuentran en Cuba ‑tras firmar su consentimiento informado‑, y luego podrán forjarse otras posibilidades de vacunación en ese continente con Soberana, Mambisa y Abdala.
Nuestra capacidad de resistencia y victoria, insuflada desde los genes compartidos, no nos dejará dejar de soñar, cual Abdala Mambí por la Soberanía.
*El autor es embajador de Cuba ante la Unión Africana
Fuente: Prensalatina.