Resumen Latinoamericano, 30 de abril 2021.
Desde la Campaña Internacional ERAN NIÑAS – APARICIÓN CON VIDA DE LICHITA convocaron a todas las organizaciones políticas, sociales, feministas y de derechos humanos a una actividad este viernes 30 de abril a las 14 horas frente a la Embajada de Paraguay en Buenos Aires.
Al cumplirse 6 meses de la desaparición forzada de “Lichita”, Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, de 15 años y 8 meses de la ejecución, luego de ser capturadas con vida, de María Carmen y Lilian Mariana Villalba, de 11 años, volvieron a reafirmar, en la movilización, en el grito, en el canto, en las paredes, que: «ni olvidamos ni perdonamos, que sus nombres y su memoria son banderas de lucha en el Paraguay y en la Argentina, en nuestra América y en todos los lugares en donde los pueblos se alzan para luchar por la Justicia y por un mundo digno para nuestras hijas y nuestros hijos».
Declaración a la que se dió lectura:
Lichita, María y Lilian crecían juntas, jugaban juntas, soñaban juntas.
Juntas, con sus hermanas, primas, primos y hermanos, iban aprendiendo que a ellas también les tocaba ser protagonistas de la construcción de un sueño más grande que la vida misma. Protagonistas desde lo cotidiano; desde el estudio; desde las tareas de la chacra; desde el aprendizaje temprano de la responsabilidad en el acompañamiento a los más pequeños de la familia como ellas eran acompañadas por los mayores.
Y ese aprendizaje, esa escuela; los ejemplos que las rodeaban y los ejemplos que conocían por los relatos, por la presencia permanente de quienes estaban lejos, pero también cercanos en el territorio del amor y del compromiso; todo ese aprendizaje, esos ejemplos, se iban reflejando en su carácter temprano, forjado no en las fantasías de una realidad que se acomodara a sus deseos, sino en la escuela del deber.
Esa forja del deber que, en la familia, puede rastrearse a Mariana, la abuela; y que en los padres y en las madres, en las tías y los tíos de Lichita, de María y de Lilian, toma diversas formas, pero se reconoce en la militancia revolucionaria de varios de los miembros de la familia Villalba, de los padres de las tres.
Esa centralidad del deber, ese compromiso con los sueños de todos los miembros de la familia, también, es la que llevó a Laura Villalba –su mamá, su tía – , a acompañarlas, a asumir esa tarea; y son esos valores los que no le perdonan sus carceleros, que no dudan en inventar acusaciones para hacérselo pagar.
Fueron a buscar sus raíces. Porque sabían que la identidad, propia de cada una, que estaban forjando; y su futuro al que se lanzaban con el ansia, con la alegría, con el amor propios de su edad y de su escuela; esa identidad y ese futuro, necesitaban de raíces sólidas y vigorosas. Pelearon, exigieron, por sus raíces y por su futuro.
Nosotros las entendemos, nosotros las acompañamos, nosotros abrazamos sus sueños y su prepotencia de futuro; nosotros las seguimos abrazando y no las abandonamos, no las olvidamos. Nosotros seguimos exigiendo la aparición con vida de Lichita y la Justicia para Lilita y María.
Nosotros venimos hasta acá, nos movilizamos en distintos lugares y espacios, porque nos comprometemos a sostener sus sueños, a hacer miles de banderas con ellos; banderas de justicia, banderas de lucha y banderas de victoria.
¡Aparición con vida de Lichita, ya!
¡Lilian y María, presentes!
¡Libertad para Laura Villalba, Carmen Villalba y todas las presas y presos políticos del Paraguay!