La empresa sevillana Bademedios, cuyo gerente es Manuel Baliñas de la Concha, ha presentado suspensión de pagos y ahora sus numerosos clientes se quedan tirados con un sinnúmero de facturas que no podrán cobrar. En los últimos tres años, la empresa ha sido adjudicataria de casi 4,2 millones de euros en contratos públicos como mediadora de campañas de publicidad y ha quebrado sin abonar sus servicios a los medios de comunicación que sí han puesto en marcha esas campañas.
Sus perfiles en redes sociales han sido dados de baja. Lo mismo ocurre con su polémico director de comunicación, Carlos Crivell Reyes, quien también ha cerrado su cuenta de Twitter, dando la espantada. Crivell, periodista sevillano con una intensa vinculación con el mundo cofrade, ya protagonizó una curiosa polémica en 2014, cuando ocupaba el cargo de coordinador del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Sevilla, por aquel entonces gobernado por el PP, cuando se dirigía al embajador de Estados Unidos indignado por no invitar a Juan Ignacio Zoido, entonces alcalde, en su visita al set de rodaje de Juego de Tronos, pero sí a la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz.
La vinculación más evidente es a través de Crivel. Pero en los últimos tres años, entre los muchos contratos que ha conseguido, ha sido adjudicataria de siete lotes en diferentes campañas de publicidad de la Junta de Andalucía por valor de 4,19 millones de euros, de los que 2,4 se corresponden a 2018, 808.000 euros son de 2019 y 960.000 son de 2020 ¿Casualidad?
Bademedios se encargaba de comprar emplazamientos en los medios de comunicación y, como empresa mediadora, cobraba por ello al cliente (en la gran mayoría de ocasiones organismos públicos como la Junta de Andalucía) y luego se encargaba de procesar el pago a los medios por los servicios. Esto cobra especial relevancia cuando se observa que Bademedios ha conseguido a lo largo de su trayectoria jugosos contratos con el gobierno andaluz y adjudicaciones de cientos de miles de euros y cuyos clientes finales, medios de comunicación ante los que ejercía de mediador, ahora se encuentran que no pueden cobrar por su trabajo por haber interrumpido su actividad.
Muchos de los servicios en los que ha sido intermediaria no han sido cobrados por los medios de comunicación en los que se han publicado las campañas y que ahora tendrán que reclamar judicialmente tras la suspensión de pagos de Bademedios.
No se trata de un problema nuevo. La adjudicación de contratos por parte de las administraciones públicas lleva tiempo levantando ampollas. La Asociación de Empresas de la Publicidad de Sevilla (AEPS), ya expresó en 2017 que “desde la administración pública no se contempla en sus criterios de evaluación la profesionalidad y el trabajo de las empresas publicitarias locales, dando prioridad exclusivamente al coste económico de las ofertas presentadas en los citados concursos públicos”.
Fuente: Andalucía Información