Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano, 28 de mayo de 2021.
Francisca “Pancha” Fernández es una militante de la Coordinadora 8M y del Movimiento por el Agua y el Territorio (MAT) de Chile. Si bien a lo largo de los últimos años siempre estuvo involucrada en la lucha en las calles, fue una de las tantas luchadoras y luchadores que vieron la posibilidad de armar listas independientes para participar en las recientes elecciones por la Convención Constituyente, apostando a las Listas del Pueblo. Según ella misma dice, lo logrado “es un hito para la historia de este país, pero también acompañado de ciertas contradicciones. Venimos de una historia que nos hace tanta falta festejar logros, que este en su medida ha sido importante, pero como siempre decimos, en el marco de la revuelta”. Del MAT se presentaron 6 candidaturas y solo fue elegida la mitad de ellas. Pero Pancha agrega que “lo valioso está en que muchos movimientos sociales tienen importante cupo y también el reservado a pueblos originarios. Además, por primera vez después de la post-dictadura, la derecha no es un tercio”.
Para debatir sobre lo que significaron los resultados de estas elecciones hablamos a fondo con Pancha y esto es lo que nos dijo:
-¿Con qué esperanzas entran los constituyentes independientes, sobre todo los elegidos en las Listas del Pueblo?
– Hay que recordar que una de las cosas importantes que generó la dictadura cívico-militar en el amparo de la Constitución es que todo el carácter deliberativo del Congreso es la figura del “dos tercios”. Esto significa que siempre un tercio, que en este caso era la derecha, asegurándose que iba a poder vetar todo tipo de propuesta de cambio estructural y otros cambios.
A más de un mes de la revuelta, desgraciadamente se hizo un “acuerdo de paz” por una nueva Constitución y allí participan desde la derecha hasta un sector de izquierda, el Frente Amplio y firman un acuerdo que si bien daba la posibilidad de elegir “a prueba o rechazo” una nueva Constitución, sólo nos enmarcó la condición de una Convención constitucional y no la Asamblea Constituyente que quería el pueblo. La característica de la Convención constitucional es que va a seguir operando bajo la figura del “dos tercios”, por eso es importante el hito de que la derecha no sacó un tercio, porque eso va a imposibilitar que la derecha pueda vetar. Por otro lado, nos impuso la lógica distrital.
-¿Eso qué significa en cuanto a funcionamiento?
‑Mira, los constituyentes fueron elegidos al igual que los diputados por distrito. Tienen fuertes restricciones, ya que si fuese otro tipo de votación, les aseguro que los movimientos sociales serían el 70%. Porque la lógica distrital nos hizo entrar en la figura de la competencia con partidos desde los distritos, desde la lógica de sumar votos, y ahí tuvimos problemas. Nuestras candidaturas se dividieron desgraciadamente, no logramos que la Lista de los movimientos sociales y y las Listas del Pueblo puedan ir juntas.
La Lista del Pueblo tuvo una gran ventaja, que es la capacidad de construir un relato común y tuvo mucho abordaje a nivel televisivo. Hay que tener en cuenta que los independientes no tienen ni un segundo para la franja televisiva y la Lista del Pueblo lo que hizo es sumar todas las candidaturas independientes para tener más tiempo en la franja e instalar un relato común de lucha, de movilización, con un gran apoyo audiovisual.
Sin embargo, con diferencia a nosotros que somos la lista de los movimientos sociales, la Lista del Pueblo no tiene un proyecto como fuerza política común, es un armado en relación a los territorios pero que en alguno casos se entrecruzan con los movimientos sociales, como en el caso del MAT. En otros casos, surgen de personas que han sido emblemáticas en la revuelta pero no se deben a un territorio u asamblea. El caso de la Lista del Pueblo es muy interesante porque irrumpe desde la absoluta marginalidad del relato hegemónico de lo político. Ahora nos queda el desafío de cómo construimos una fuerza común de disidencia en el espacio.
-Según tu punto de vista, la derecha ha sido derrotada sin posibilidad de rehacerse o se trata solo de una circunstancial mala elección?
-La derecha no es un tercio, pero la derecha junto a un sector de la concertación sí lo podría hacer y no hay que olvidar que la concertación no será la derecha clásica golpista, pero tiene un sector importante que sí lo fue: la democracia cristiana.
Por otro lado, si nos atenemos a la lucha por el agua por ejemplo, el Partido Socialista tiene acciones del derecho al aprovechamiento de agua. Fueron parte de la política precarizadora y privatizadora de estos últimos treinta años. En fin, si ya no tenemos a una derecha con un tercio sí tenemos un tercio que sigue siendo parte de esta política de intereses, de las castas.
Por eso creemos que habrá temas difíciles de poder sancionar más allá de que seamos una mayoría.
También hay que señalar que votó menos de 1 millón de personas en relación a los que votaron en la anterior de “Aprueba o Rechazo”. Pero hay un sector movilizado que por todas estas trabas, por el tercio, porque todavía no logramos la libertad de las presos y presos (más de 600 que aún siguen detenidos) y por la complejidad que siempre trae lo institucional, no votaron.
-Ante este panorama contradictorio cuál es el desafío para que elección no se quede en “papel mojado”?
-El desafío es cómo incidimos en lo institucional pero a la vez como sostenemos desde la calle la movilización social y la revuelta. Muchas de nosotras y nosotros participamos en las candidaturas pero desde una perspectiva crítica, con dos grandes horizontes: el día 1 de la Convención, libertad a las y los presos de la revuelta y que la Convención se transforme en Asamblea Constituyente. Ahora vamos a ver si los independientes de movimientos sociales pueden generar el cumplimiento de un mandato popular. Porque también hay independientes de derecha y financiados por empresas.
Estos días fueron complejos porque se plantearon las posibilidades que tendremos y la fuerza que vamos a tener o no, de irrumpir con dos grandes demandas que fueron parte de la constitución de las candidaturas desde los territorios. Se darán desafíos, ya que tuvimos experiencias históricas maravillosas como en Ecuador y en Bolivia pero también hemos visto las restricciones, vimos como en Bolivia se hizo un golpr de estado, o como ciertas prácticas extractivistas se mantienen. Son desafíos, pero tambien es interesante ver como la Machi Linconao pasa de ser presa política a constituyente. Eso significa romper con esta subjetividad colonial y neoliberal.
En ese marco, por ejemplo, en varios países de América Latina el progresismo ha festejado y en algunos caso magnificado, los resultados de esta elección ¿Qué significa, por ejemplo, la buena votación obtenida por los comunistas?
-No hay que olvidar que el Partido Comunista fue gobierno junto a Bachelet, y lo fue cuando se imponían medidas privatizadoras y cuando se ha criminalizado a los Mapuche.o que ocurre es que la complejidad del partido comunista es que tiene la lógica de actuar según con quienes se relaciona. En el marco de la Concertación tenía un marco restrictivo y en este nuevo marco esperamos que tenga alguna mirada crítica estructural. Tampoco hay que olvidar que parte del relato de la revuelta es la crítica a los partidos políticos por una lógica verticalista o por estar mancomunadamente con este sistema. Quizá el PC, está mucho más claro por haber sido parte del gobierno pero el Frente Amplio fue un espacio, muy crítico, porque un sector importante es parte de las movilizaciones estudiantiles emblemáticas de hace algunos diez años, luego pasan a la institucionalidad bajo la figura de diputaciones y ahí pierden la conexión con los territorios y se genera toda una crisis.
Es interesante ver que en estas elecciones constituyente salen muy bien parados el PC y el Frente Amplio. También tenemos que analizar los sectores más críticos a la figura partidista, o esos sectores que siendo de “izquierda progresista” y que estuvieron lidiando con las castas y lógicas del poder, quizá fue un sector importante que no fue a votar. Siento que no le dio un voto de castigo a estos sectores, sino todo lo contrario. Por eso es importante analizar el relato como parte de la crítica, pero ellos llegan a la convención igualmente.
Nosotros dijimos que debería haber partidos políticos que se hayan postulado. Imagínense seríamos aún más de haberlo hecho. En nuestro distrito ganó el Frente Amplio bajo un relato muy academicista y constitucionalista. Si no hubiera estado esa lista, nos disgregó y quitó fuerza los movimientos sociales. Entonces, hay una responsabilidad política de ese sector.
-En la Capital, Santiago, ganó una alcaldesa comunista. ¿Qúe puede significar esa victoria?
– Santiago es la comunidad emblemática de Chile porque precisamente están los poderes fácticos constituidos en ese espacio. Históricamente se lo ha vinculado con la derecha o con la democracia cristiana, que es la derecha igual, por eso, que ahora, haya ganado una alcaldesa comunista, joven y parte también de lo que fueron las movilizaciones estudiantiles, es romper con el relato y la hegemonía del poder fáctico. Sin dudas, es el Municipio que más le dolió perder a esa derecha.
No solo salió una alcaldesa comunista: de los diez concejales, 8 son mujeres de izquierda y dos son hombres de derecha. Además arrasaron con el Consejo, por lo cual hay grandes esperanzas de cambios.
Sin embargo, las alcaldías se deben al estado, y la figura sigue siendo un estado mono cultural, colonial, represivo. Entonces, no será sencillo porque pueden generar una serie de medidas absolutamente relevantes pero también puede haber luces y sombras. Por ejemplo, en la Plaza de la Dignidad, puede haber una movilización social y quienes reprimirán lo harán por orden de la Intendencia. Esa alcaldesa no va a poder frenar el nivel de violencia que se va a generar hacia los pueblos que nos estamos movilizando, pero al mismo tiempo, pueda quitar una ley horrorosa que generó el municipio que es la de “aula segura”, que permitió criminalizar a las y los estudiantes secundarios en Santiago donde están los colegios más emblemáticos. O quitar las medidas criminilizadoras del comercio ambulante, lo que no es tampoco muy sencillo, por la presión de los grandes comerciantes
-Decías que no hay que soltar la calle, no se si me equivoco pero en este último tiempo un poco por las medidas de excepción por el corona y también por la brutal represión, se ha producido cierto retraimiento en la movilización, y no ha habido tanta euforia en la calle como el año pasado ¿Lo están viendo así, o solo se trata de un intervalo y ustedes piensan que en cualquier momente puede estallar con fuerza otra etapa de la revuelta?
-Esto es así, el disputar un espacio electoral quita fuerza al espacio de la movilización. Con todas las medidas restrictivas, los movimientos sociales y territoriales que decidieron disputar la Convención tuvimos que general un nivel de energía sin precedentes, estar sosteniendo procesos de reorganización y también la vida misma porque estamos en una situación de crisis económica graves, donde han tomado fuerza los comedores populares y las ollas comunes. No fue fácil, y hubo un fuerte decaimiento en la masividad pero no en términos de actoría. Fuimos creativos frente a la pandemia y la represión. Siempre hubo movilizaciones por distintos temas. O por ejemplo «las cicletadas», en que miles y miles de ciclistas están protestando los fines de semana por la libertad de los presos y presas.
Ahora tenemos el desafío de ver como constituimos este espacio fuera de lo constituido, esa es la gran enseñanza que nos dejan las otras movilizaciones.
Con respecto al tema de las mujeres, desde la coordinadora 8M, ustedes vienen pujando hace años con las reivindicaciones de las compañeras y de las disidencias ¿Cómo ves en esta etapa que se pudiera avanzar en ese terreno?
-La paridad es sentido común, y esto indica que somos más, pero ese sentido común no necesariamente opera hacia una lectura feminista porque con la paridad ingresaron mujeres de otros sectores sociales. No son tantas las que se auto-denominan o instalan desde el feminismo, que son parte de lo constitucional, actualmente. Esto es importante destacarlo.
Sin embargo, en nuestra coordinadora levantamos 5 candidaturas y quedó una candidata, Alondra Carrillo, quien fue la primera vocera e ingresó en la Convención. Además, se generó una plataforma de feministas constituyentes plurinacional donde varias compañeras quedaron, lo que es una maravilla. Pero ahora viene la disputa de cómo ese lineamiento se transversaliza como una política dentro de la convención. Lo que se está viendo es la articulación de las alianzas con los sectores movilizados, se está pensando en generar una «bancada de los pueblos», donde el relato feminista, socioambienental, los escaños reservados de los pueblos originarios, entre otros, se articulen. Y lo haremos teniendo en cuenta todas las diferencias y sutilezas y marcajes territoriales que inciden en la toma de las decisiones, para tener una voz colectiva en este proceso.
Entonces, para que el feminismo territorial siga siendo un elemento transformador y rupturista, es necesario seguir luchando en las calles, defendiendo la figura de las asambleas y también las distintas problemáticas cotidianas. Sabemos que con una nueva Constitución no vamos a derrocar al neoliberalismo,pero es un camino que queremos transitar, de disputa y de transformaciones a nivel estructural.
En estos mismos días nos estamos movilizando por los femicidios, por crímenes de odio, estamos en todos estos espacios en todos los frentes posibles, algo que no es sencillo porque la violencia estructural se agudizó en pandemia. Hemos hecho acciones por “Basta de Terricidio”, o de “Feministas por Colombia” o acción global contra Keiko Fujimori. Estamos cansadas pero contentas porque no paramos de hacer. Es importante organizarnos y seguir adelante con el hito «Fuera Piñeda» «Juicio a Piñera», por los asesinatos, por el mal manejo de la pandemia y por la corrupción.